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El joven se miró al espejo mientras arreglaba un poco su cabello. Se miró fijamente buscando cualquier imperfección y sonrió orgulloso al verse tan guapo en el espejo, definitivamente no era un modelo, sin embargo, se veía bastante bien. Rió un poco sintiéndose avergonzado ante la idea.

La puerta de la habitación se abrió, Signas entró y esbozó una sonrisa al ver a su pareja modelando frente al espejo.

---¿Ya estás listo para irte?--- preguntó Signas asustando al menor en el acto quien dio hasta un salto.

---¡Ah, Signas! S-sí, ya estoy listo, saldré en unos minutos--- dijo procurando calmarse del susto de hace unos segundos. El castaño había mentido sobre la cita de ese día: "Iré a comer con Alia, dice que cuando me case contigo ya no tendré tiempo para mis amigos" y Signas le creyó.

Signas era muy consciente de la estrecha amistad entre la chica rubia y su prometido y no tenía ningún problema con ello. El apuesto comandante creía firmemente que no podía alejar a su pareja de sus amistades o familiares, creía en que cada Reploid tenía su propia vida llena de alegrías y tristezas y esa realidad le preocupaba a veces.

---Te ves muy bien, tendré que tener cuidado con Alia--- dijo en un tono bromista acercándose por detrás para abrazarle y entonces lo notó, sobresalía un poco de debajo del cuello de la chamarra del menor una pequeña lesión que no podía distinguir con claridad pues parecía haber sido reparada ---¿Qué es esto?--- cuestionó señalando la lesión con su dedo.

X llevó rápidamente su mano a su propio cuello buscando alguna excusa para ello ---Me lastimé--- dijo en respuesta ---Mas bien, me lastimaron, hubo un pequeño altercado en un enfrentamiento--- sabía muy bien que una mordida en su cuello provocada por un alboroto con un Maverick era muy rebuscado, pero fue lo mejor que pudo pensar, sin embargo, tampoco era demasiado increíble pues tras repararse no se podía distinguir bien qué suponía que era ---Fue una herida muy grande pero superficial.

---¿Por qué no me dijiste nada?--- inquirió Signas.

---No quería preocuparte, además fue hace mucho y estoy bien.

Signas no era ningún tonto, sin embargo y a pesar de sus sospechas, una herida que no podía analizar bien no era suficiente para confirmar sus ideas, aunque ahora su rostro mostraba un ceño fruncido producto de la desconfianza. Abrazó al menor con fuerza y mientras lo hacía, se convencía a sí mismo de que estaba loco.

---Quería pasar tiempo contigo hoy--- señaló el mayor un poco decepcionado de ver al chico irse de su lado.

---Mañana pasaremos todo el día juntos--- le reconfortó X acariciando suavemente las manos que le sostenían con ternura. El ojiverde podía sentir la temperatura del mayor en su mejilla y su cabello poco arreglado también.

---No sabes cuanto te amo--- dijo el de ojos color aguamarina y le dio un beso en la mejilla y sonrió al sentirse cercano al joven quien también esbozó una sonrisa ante el gesto. Pronto, Signas comenzó a besar su cuello haciendo que el menor soltara un par de risas en el acto.

---Basta--- dijo con diversión ---Sabes que yo también te amo.

Tras separarse, se despidieron con un beso y X salió de casa un poco sonrojado por la atención del mayor. La verdad era que al ojiverde no le faltaba nada en su relación con Signas pues era un Reploid muy atento y cariñoso, sin mencionar que era un gran amante en la cama, así que mientras miraba las calles a través de la ventana del taxi, X se preguntaba: "¿Qué tiene Zero que Signas no tenga?" y es que él mismo no podía comprender por qué se olvidaba del pelinegro tan rápido en sus encuentros con el apuesto rubio. Sabía que aquella aventura había comenzado por una amenaza y sin embargo, ahora estaba ahí porque quería, porque le gustaba ¿Cuando fue que su brújula moral dejó de funcionar? ¿Era acaso la lujuria tan fuerte como para convertirlo en esto? ¿Era lujuria en primer lugar?

---Señor, hemos llegado a su destino--- señaló el taxista sacando al castaño de sus pensamientos. El joven pagó su viaje y caminó un poco para encontrarse con aquel restaurante chino que tanto le gustaba.

En cuanto entró, pudo ver al rubio en una mesa bebiendo un poco de agua. Verlo le hizo sentirse nervioso y un poco culpable, no obstante, siguió con su camino y se dirigió a la mesa donde se encontraba el rubio.

---Hola, mi amor--- saludó el ojiazul con una brillante sonrisa mientras X tomaba asiento frente a él. Recibió una mueca como respuesta y eso le hizo gracia. Sabía perfectamente que a X no le gustaba ser llamado de esa forma, pero Zero adoraba molestarle ---Fuiste muy puntual--- dirigió la mirada al reloj en la pared.

---¿Querías que llegara tarde?--- dijo sarcástico. El oji-esmeralda parecía tener alguna preferencia por ser sarcástico y grosero cada vez que hablaba con Zero, pero su actitud cambiaba totalmente cuando de sexo se trataba.

En los largos y solitarios pasillos de la academia, Zero solía encontrarse con X por mera casualidad de vez en cuando y ambos aprovechaban el momento para mirarse fíjamente a los ojos sin detenerse en su camino. En esa pequeña fracción de segundo donde sus miradas se encontraban se decían todo en silencio, solían decirse lo mucho que se deseaban y cuan grandes eran las ganas de que uno de los dos tomara la delantera y azotara al otro contra la pared para plantarle un beso y así liberar al menos un poco de dicha tensión sexual latente entre ambos que les hacía morderse los labios en cuanto apartaban la mirada y apretar los puños en desesperación por no poder cumplir sus más oscuros deseos. Así que cuando la noche caía o era la hora del almuerzo, ambos se encontraban y se devoraban el uno al otro con ansia buscando satisfacer aquella pecaminosa necesidad de poseerse mutuamente y olvidando todo lo que los ataba: El trabajo, el compromiso, la culpa, el deber, todo con tal de poder tocarse y sentirse hasta cansarse.

---Claro que no, si te hubieras tardado hubiera ido a tu casa--- señaló y le entregó el menú al menor para que este decidiera qué ordenar.

---Muy gracioso--- dijo el chico suavizando su tono de voz para luego dirigir la mirada al menú.

Zero debía admitir que moría de ganas por salir de ahí y llevar a X al motel más cercano, pero a veces y solo a veces, por el bien de sus intereses, debía controlarse.

---¿Verdad? De todas maneras, solo quería pasar el rato contigo hoy...--- señaló mientras observaba el menú.

---¿Ah sí? ¿Por qué?--- le cuestionó el ojiverde un poco dudoso.

---Pues... Porque somos novios--- el rubio le lanzó un beso y guiñó.

---¡¿Novios?!--- exclamó ---¡No somos novios!

---Uy, amantes--- respondió con una pícara sonrisa.

---Pensándolo bien, "novios" suena mucho mejor--- y luego apartó la mirada completamente derrotado. Ahora tenía dos relaciones que mantener y una de ellas ni siquiera era romántica.

---Me alegra que concuerdes conmigo, cielo--- se burló Zero. Aunque X no iba a dejar que el rubio se saliera con la suya.

---Bueno--- sonrió pícaro ---Ya que somos novios, dime que me amas.

---¿Qué?

---Así es, dilo--- dijo triunfante. Sabía que el ojiazul era totalmente incapaz de decir semejante cosa pues lo que sentía no era amor, lo había puesto en una situación vergonzosa a propósito.

---Dilo tú.

---Yo te dije que lo hicieras primero.

---Sí, pero yo no lo haré a menos que tú lo hagas primero.

---¿Y por qué yo? Tú eres el "dominante" de la relación--- dijo haciendo comillas con los dedos ---Tú debes decirlo primero.

---Me suena a estereotipo gay--- objetó ofendido ---Tú eres el tierno y sensible, dilo tú.

---¡Tiernas mis bolas, dilo tú!

---¡Chúpala!

---¡Sacatela entonces, maldito perro desgraciado!

Ambos guardaron silencio cuando su pequeña discusión llegó a oídos del resto de clientes y ambos tuvieron que guardar la compostura. Guardaron silencio por un largo rato que se volvió incómodo para ambos.

X se perdió en sus pensamientos mientras enfocaba su atención en el resto del restaurante. A X le encantaba la comida china, de hecho era su favorita. Había conocido ese restaurante gracias a Caín y desde entonces lo había frecuentado con sus amigos.

Antes de ser pareja, Zero y X iban a comer en ese lugar y charlaban de todo y nada, riendo de las mínimas cosas y contando sus inseguridades y secretos, cosa que fortaleció su amistad en aquel tiempo.

---¿Qué tal el trabajo?--- preguntó X aún sin dirigir su mirada al rubio pues no deseaba verle, de hecho, aquella pregunta iba más dirigida al viejo Zero.

---Todo... Todo ha estado tranquilo--- respondió ahora un poco más calmado. El de ojos zafiro también recordaba los viejos tiempos y ahora lo inundaba la nostalgia, se sintió fastidiado de que su cabeza se llenara de recuerdos ---¿Y el tuyo?

---Cansado--- dijo soltando un suspiro ---Un proyecto como este requiere demasiado trabajo, un error y... Bueno.

Zero sostuvo su mejilla con su mano mientras su codo reposaba sobre la mesa ---Me lo imagino, si me hubieran dicho hace unos dos o tres años que abrirías una academia para rehabilitar Reploids, habría dicho que estabas loco--- rió ---Aún lo pienso, de hecho.

X rió ante el comentario ---Es difícil... Y sí, un trabajo de locos pero... Los resultados serán gratificantes.

---Oh sí--- dijo confiado, con una sonrisa casi malévola en su rostro ---Lo serán...


Ay qué lindo, tienen una cita uwuwuwuwu. Ahora que lo pienso, debo escribir un cap pal 14 ¿Ustedes tienen cita para San Valentín? CUENTEN EL CHISME

Y hablando de chisme, eh, eh. Una de mis lectoras hizo un dibujito RE BEIO de Damerov (Te amo Damerov) y lo comparto con ustedes porque la vdd está re precioso:

Close up shido. Re lindo mi muchacho ¿Estará soltero? Ajio

Síganla en Instagram que tiene Instagram como: velthz_art y denle mucho cariñito sisis


Eso fue todo amikos, baiiiiiiiiiii

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