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Últimamente Sanha se sentía más alerta y ansioso que nunca, sentía constantemente que alguien lo vigilaba cuando regresaba de la escuela. Se sentía paranoico pero podría jurar que sí había alguien por allí asechando, y aquello ya lo estaba hartando. Ya estaba harto de voltear a todos lados tratando de hallar algún indicio, alguna sombra, y ya estaba harto de llevar una navaja consigo que sabía no tendría el valor de usar pero al menos tendría algo en que anclarse en el momento.

Aquella noche no fue muy diferente. Caminaba apresuradamente, viendo de un lado a otro, empuñando ella navaja que escondía en el bolsillo de su abrigo. Pasó por una columna de camino a casa, y alguien salió de la oscuridad, haciendo que el pobre omega se espantara y dejara salir el grito más chillón que el contrario alguna vez habría oído.

—¡Carajo Sanha, me vas a dejar sordo!—exclamó aquella persona, así revelando su identidad y haciendo que el estado de alerta de Sanha entrara en reposo para pasar a enojarse en un santiamén.

—¿Minhyuk? ¡A caso estás idiota o qué? ¿Cómo te me vas a aparecer así, imbécil?—gritó el omega contra el alfa, estallando contra él.

—Perdón...No pensé que reaccionarías así...

—Ya, ya. ¿A qué viniste?—le preguntó recuperando la compostura.

—Se supone que tengo que cuidarte, ¿no?—le recordó.

Claro, Minhyuk constantemente se le aparecía para asegurarse de que él omega estuviera bien y para cerciorarse de que no haya pasado alguna eventualidad que le alertara.

—Vaya cuidador me gasto...—susurró.

—¿Qué?

–Olvídalo. Ya viste que estoy bien, ya puedes irte—le dijo siguiendo su camino, total solo le quedaban diez minutos de caminata hasta su casa.

—Me iré cuando llegues a casa, mocoso. Además, no entiendo por qué eres tan borde conmigo, no te he hecho nada—le comenta indignadísimo.

La verdad es que ni Sanha tenía una respuesta clara hacia esa pregunta, simplemente sus respuestas y su actitud fluían de esa manera sin siquiera detenerse a preguntarse por qué. Tampoco quería o le apetecía ahondar en razones.

—¿Importa? Tal vez porque eres algo pesado, solo estos días has estado menos encimoso.

—Tsk. Típico de adolescentes, ¿tanto te afecta la pubertad?

—¿A caso quieres una paliza?—contraatacó el menor, haciéndose el rudo pero luciendo tremendamente adorable a los ojos de Minhyuk, era como ver a un gatito mostrando las garras.

—¿Con esos brazos de fideo? Ni lo intentes, estoy especializado en artes marciales y defensa personal—le informó parte de su preparación como agente.

—¿Ahora alardeas? Eres un engreído. Además, no me subestimes por mis brazos, son así por genética, enano—le respondió haciendo énfasis en la última palabra, logrando picar al mayor.

—¡Yo no soy enano! Tú eres muy alto...—se defendió totalmente indignado.

—Lo que calme tu llanto, lo que calme tu llanto—dijo burlándose.

Y así se la pasaron todo el camino a casa de Sanha. Parecían dos niños peleándose y tratando de provocar al otro. Bajo la luz de la luna y las estrellas, iban en esa dinámica. Minutos después entran al barrio de Sanha, hasta llegar al frente de su casa.

—Ya te puedes ir, córrele que te llama tu mamá—le dijo Sanha inmediatamente a Minhyuk, haciéndole burla.

El contrario puso los ojos en blanco ante lo infantil que era Sanha, como si él no se hubiera puesto de tú a tú con él todo el camino a casa.

—A ti te espera la tuya, así que entra, entra, dale.

—Como sea...—susurró abriendo la puerta con sus llaves.—Adiós, espero no verte mañana—le dijo al más bajo, al otro lado del marco.

—No tenemos tanta suerte. Ya duérmete, adiós—se despidió y dio la vuelta, escuchando un segundo después como la puerta se cerraba, así concluyendo su interacción del día con Sanha.

Minhyuk emprendió su paso con lentitud, sin ninguna prisa. Decidió que aprovecharía la ocasión para dar un pequeño paseo nocturno, para disfrutar de la luna que brillante le hacía compañía. Sin embargo, pocos segundos después de empezar su caminata, sintió una carga en el ambiente, como si lo estuvieran observando, y si algo le enseñaron en la academia fue a nunca subestimar a sus instintos.  Entonces, decidió actuar con naturalidad, sin dar a notar que claramente podía sentir una presencia cerca, no podía dejar que la persona que merodeaba por allí se diera cuenta de que estaba al tanto de su presencia.

Sacó su teléfono y entró a la aplicación de mensajería, actuando con todo naturalidad.


Hey, Sanha. Solo preguntando
Por mera curiosidad
¿Alguna vez sentiste que alguien te seguía o te miraba de camino a casa?

Sanha

Últimamente sí
Pero lo he atribuido a mi paranoia
¿Por qué?
¿Pasó algo?

¿Cuándo empezaste a sentirte así?

Sanha

Umm unas cuatro noches
Responde
¿Pasa algo?

Minhyuk no respondió a ese último mensaje, y maldijo dentro de sí. Pensó en lo que debería hacer y en menos de cinco segundos le escribió a la policía, con quienes se habían unido para proteger a los testigos, para que empezaran a patrullar la zona. Por su parte, iría a ver las cámaras de vigilancia de las tiendas cercanas a ver si podía encontrar algo. También memorizó las placas de los autos que estaban aparcado por ahí para el siguiente día también investigar sus cámaras.

Su caminata nocturna había sido arruinada. Pero tenía que encontrar al maldito y tomarlo desprevenido.

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Algo corto 🦦

Un poquito de la dinámica entre Sanha y Minhyuk jajajaja maknaes vibes

Gracias por leer y nos leeremos una vez más pronto...espero jaajajaj

Besitooos

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