No quería hacerlo....ni loco lo haría.

Me llevaron de nuevo al cuarto de torturas, no me golpearon solo me sentaron en la mesa, Italia abrió el platillo dejando ver restos de carnes humanos, cuando vi eso tenía ganas de vomitar...pero lo peor...es que me exigían que lo comiera, por terquedad no hice caso...no quería consumir eso.

Imperio Japonés agarraba mi cabeza y me acercaba eso, el olor era horrible que me mareaba  y las ancias se vomitar crecían. Nosé cómo agarre impulso, está vez tuve un poco de fuerza. Me levanté del puesto y golpie la nariz del japonés que comenzó a sangrar, un impulso equivocado.

Ahora estoy en mi celda sin mi dedo meñique. Sentía tristeza y odió, mucha importancia.