XXVIII

El silencio me inunda.

El silencio me invade.

El silencio rodea mi cuerpo y mi semblante.

Me atrapa entre sus brazos

y siento que un instante de clamorosa paz,

envuelve mi penuria

y ensalza mi confianza y mi seguridad.

Mi alma resucita entre todo el dolor.

Mi alma me recuerda todo lo que soy.

Mi alma es más que el cuerpo.

Mi alma,

y solos,

solo estamos mi alma y yo.

Tú, yo, y el alma de los dos.