Capítulo 2

    La chica bajó del caballo como pudo, puesto que el rubio se había adelantado y ni tan siquiera le había brindado ayuda. Camino hasta ponerse al lado de Mael y mirarlo curiosa

- Este será su nuevo hogar- Apunto al viejo castillo- Esta deshabitado desde hace décadas y se está callando a trozos. Necesitará el toque de una chica- Le guiño un ojo y ella de cierta forma se sintió mal a su lado, dio media vuelta y se escondió en la espalda de Meliodas

      El rubio la miró unos segundos y luego negó con la cabeza

- Solo debemos vivir aquí y ya está- Posó su vista en Elizabeth- Entonces el trato es este

- Si, como consecuencia deberás alejarte de la princesa- El arcángel camino hasta ponerse delante de la albina

   Así comenzó un duelo de miradas, con el Elizabeth escondida detrás de Mael y ________ tras Meliodas. Podrían inciar una batalla, podría matarlo en ese momento, quería hacerlo, pero si ni siquiera Elizabeth quería luchar por ese amor.....Por Que lo debería hacer el?

- Mael es hora de irnos- La diosa tomo del hombro al de su clan- Dejalos solos un poco

- Estás loca?- Giró levemente su cabeza- Y si la mata?

- Meliodas no va a matar a nadie- Aseguró ella- El no es así

     _________ escuchaba atentamente cada palabra de la conversación, se rumoreaba por ahí que el príncipe demonio ahora luchaba para Stigma pero ella no estaba tan segura. Ahora lo estaba comprobando

- Tu que sabes de él?- Otra incómoda batalla entre ambos- No lo conoces hace mucho

- Pero yo lo conozco- Se defendió con audacia

- No puedes amar a alguien tan cruel, tu destino es.....- El mismo se calló al sentir una fría mano en se hombro- Que pasa?- Le cuestión a la chica castaña

- Por favor no digas eso- Dijo temerosa pero decidida- Se puede llegar a conocer a una persona en un segundo, basta tan sólo una mirada sincera para saberlo- Los tres se veían bastante impresionados- Los ojos son el espejo del alma y una mirada vale más que mil palabras

- Señorita le sugiero que....- Comenzó a hablar Mael

- Además usted no podría comprender el amor, en tus ojos veo que nunca has enamado a nadie- Confesó- O por lo menos alguien que no seas tú mismo

- Cállate- Dijo entre dientes mientras veía a la chica alejarse un poco

- Ahora quien es el demonio?- Se cruzó de brazos

- Mael vámonos- Elizabeth lo tomó del brazo y lo jaló lejos de ahí, no podía ver un segundo más a Meliodas

  
Estornudó al sentir el polvo del lugar, se veía viejo y habían telarañas por todos lados, de un momento a otro pisoteo algo y miro asustada, debajo de su pie había una cucaracha.

- Que asco?- Sacó el zapato

- Cuidado por donde andas- Meliodas paso por su lado

- En serio vamos a quedarnos a vivir aquí?- Cuestiono pero el solo siguió caminando, ella lo siguió en silencio

        Sus pies le dolían, iba demasiado rápido y llamaban caminando 15 minutos, la verdad estaba cansada, pero no podía rechistar. En el recorrido se fijó en la decoración del viejo castillo. Habían gragolas y demonios en las paredes, todo era oscuro y lúgubre. El suelo estaba lleno de bichos, los ratones jugaban sobre las mesas, en los floreros no habían flores. Sin duda alguna el antiguo dueño del lugar amaba a los demonios

   De repente Meliodas detuvo su paso y se giro para abrir una puerta. Si, una habitación digna del lugar, o lo que la chica pudo ver puesto que la cerró bruscamente de la nada

- Esta es la mía, buscate una- La miró, y esa mirada la estaba matando, sus oscuros ojos la examinaban con la mirada

- Claro- Fue lo único que pudo articular antes de ver como el entraba en el cuarto

      Sola, ante aquel abrumador lugar no le quedó más remedio que caminar. Antes no se había dado cuenta, tal vez porque estaba acompañada, pero el viento crujia de una forma espantosa, había ruidos en el lugar, estaba demasiado oscuro. Ella no podía vivir en esas condiciones, llevo una mano a su pecho, tenía trabajo por delante

- Hola señorita- Un susurro detrás de su oreja hizo que diera un brinco en el lugar y pegara un grito

     No pasaron ni dos segundo y Meliodas ya se encontraba frente a ella en posición de pelea, con que velocidad había ido en su ayuda?

- Buenas a los dos- Un señor viejo hizo una reverencia

- Tu quien eres?- Cuestión frío el demonio mientras se reincorporaba un poco

- Mi nombre es Edward y estoy a cargo del servicio del castillo- Llevo una mano a su espalda e hizo una cordial reverencia

- Tenemos eso?- Preguntó la jovencita alzando una ceja

- Si señorita, siganme por favor- Dio media vuelta para caminar

  _______ miro a Meliodas pidiendo su aprobación con la mirada, el accedió y ambos comenzaron a caminar

- Este castillo ha estado abandonado durante 20 años- Se detuvo de golpe- Su antiguo rey Ariokaw I era un hombre muy rico y están obsecionado con los demonios- Apunto a un viejo recuadro, había un tipo viejo con una mujer joven sentada frente a el y un niño en sus manos- Ordenó construir este castillo y vino a vivir aquí, se casó y tuvo un hijo- El señor aclaró su garganta- Un día la gente del pueblo más cercano atacó el lugar, asesino a la familia y el lugar quedó abandonado sin un amo y señor

     La castaña miro al viejo y noto en su mirada algo de tristeza

- Desde entonces se rumorea que las almas de ellos deambulan sin rumbo por el castillo

- Fantasmas?- ________ se aferró al brazo de Meliodas

- Es sólo una historia- Le dijo este, ella no supo reconocer si fue para tranquilizarla o para alejarla

- En todo caso, nosotros hemos esperado por 20 años su llegada- Se inclinó nuevamente

- Solo estamos aquí por una obligación- La chica tocó su hombro con dulzura- No somos tus amos- Sonrió con empatía

- Muchas gracias señorita- Se irguio con lentitud

- Regreso a mi cuarto- Y sin tan siquiera tener tiempo a verlo irse, el desapareció

     Ella se sentía bastante atraída por el, en el mejor de los sentidos, ósea, era como una intensa curiosidad que le provocaba. Era curioso como alguien estaba dispuesto a abandonar a su clan, a pelear con alguien que no te desea a su lado, ella quería averiguar el porque

- Edward- Lo llamo aún mirando en la dirección por la que el demonio había desaparecido

- Si?- El también la miraba curioso

- Vamos a arreglar un poco este lugar- Sonrió de medio lado mirandola

- Ese es nuestro trabajo- Aclaró- Se nos paga para mantener estable el lugar

- Quienes les pagan?- Realmente habían muchas preguntas

- Stigma- Siguió caminando- El señor Meliodas es un arma importante para Stigma

- Y si ese es el caso por que lo obligan a casarse conmigo?- Doblaron una esquina y delante se extendían unas grandes escaleras- Por que no confían en el pero si le dan tales lujos?

- Lo siento pero eso no lo sé- Se detuvo en seco- Y te sugiero que si quieres mantener la buena vida que llevarás de ahora en adelante no investigues más al respecto

- Buena vida?- Lo encaró- Estoy a punto de casarme con un demonio que no se si algún día no regresará de la guerra- No había eco pero se sentía como tal- No voy a tener una buena vida, estoy condenada. Es como una maldición

El mayor sólo pudo ver como ella se recostaba a una pared, a extrañar su vida, a pensar en lo que le esperaba en adelante. Cuanto habría cambiado su vida y cuanto más lo haría

- Deberías ir a descansar- Sugirió después de unos minutos de silencio- Yo mismo preparé una habitación en el tercer piso. Es la primera que verás

Ella asintió sin pensarlo ni dudarlo y se dispuso a retirarse

- Y en la parte trasera hay un jardín de lirios, son muy hermosos, si quieres cuando despiertes ve a verlos

Sintió a lo lejos hablar a Edward, si, seguro que lo haría, Jaqueline amaba las flores. Esa era su motivación. Logró mantenerse en pie hasta encontrar la susodicha habitación. Era bastante majestuosa y gigantesca, parecía como de una princesa. Si más que pensar se lanzó sobre la cama y cerró sus ojos, dejando que el sueño se abriera paso.


El cantar de los grillos fue como música para sus oídos, siempre le había encantado todo lo relacionado con la naturaleza y se deleitaba con tales sonidos, pero tal cosa sólo significaba que la noche azotaba con su manto oscuro las cercanías del castillo. Se levantó un poco en el lugar y estiró sus manos. Miro a su alrededor buscando algo que hacer, en que entretenerse pero no le fíe posible encontrar tal cosa.

Era un poco tarde pero realmente quería inspeccionar el castillo, o deambular por ahí, tal ves hasta ver aquellas flores, si, esa era la solución.

Aunque le tomará un día encontraría la forma de llegar al jardín. Abrió la puerta con cuidado para no movilizar a nadie, no quería molestar.

Camino otra vez con miedo por aquellos pasillos que la llenaban de pavor. Su mente viajó a muchos lugares distintos pero había algo que no podía parar de pensar. Meliodas, el, era extraño, y se veía que amaba a Elizabeth, entonces por que?.....

- Bingo- Sussurro al ver uefa tras las grandes columnas habían unas hermosas flores blancas.

Se alejó con rapidez y desespero de aquellas paredes y entró en el pasto donde la brisa podría despeinarse sus cabellos. Abrió los brazos al cielo y dio gracias por ese regalo.

Cuando ya estaba lo suficientemente satisfecha de tal cambio examinó el lugar. En el centro había un fuente, curiosamente no habían gragolas, ni horrores en el lugar.

Los lirios ocupaban casi todo el lugar. Llenaban de blanco pureza aquel verde esperanza del pasto, para alguien como _______ eso era un paraíso.

La chica se agachó a la altura de las flores para observarlas mejor, y en ese momento la luna llena que se reflejaba en el estanque se distirciono y hubo cierta irregularidad en este.

- Meliodas- Pronunció ella con asombro la verlo parado justo al frente

El rubio se encontraba mirando al cielo parecía inmerso en el. De sus manos y pecho descubierto brotaban gotas de sangre que marcharon los blancos lirios a su alrededor.

En ese momento el dobló su cuello levemente y sus ojos chocaron con los de la castaña. Ese encontro en sus miradas es lo que la humana categorizaba como «cuando las almas se desnudan» tantas cosas transmitidas en dos pares de ojos juntos.

- ¿Como.....- No puedo articular nada más, el sin embargo se agachó a su altura

- Esto es la guerra- Susurró con despreocupación- Más de una vez marchare tus lindas flores

- Estas herido?- Tomó su mano y ella también resultó ser manchada

- Si- Contestó observandola curioso

- Hay que hacer algo

- Ya sanara- Ella apretó el agarre- Olvídate de mi, tu y yo nunca tendremos una relación, y jamás...- Tomó su mentón e hizo que lo mirara- Escuchame bien, jamás voy a quererte

Dijo sin más para levantarse e irse, dejando a la chica sola otra vez en su dolor.

- Un castillo para una princesa cautiva- Llevo ambas manos a su cara y por sus palmas se deslizaron sus lágrimas- Con un príncipe rojo



Quien regresó después de veinte siglos?

Lo prometido es deuda y ya no tenía a mi Senpai para inspirarmee, perdón por demorar tanto pero con este capítulo ya senté las bases de lo que será este finc

Esto recién comienza y espero que estén preparadas para mucho drama, porque será una tormenta

Nos vemos en el capítulo 3

Con amor

     ~Sora~

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