Capítulo 14 (+18)

Jaqueline lee mientras va teniendo sueño conforme pasan los minutos, esta apacible disfrutando de la lectura aunque sus párpados comienzan a cerrarse - es más conveniente recostarse para dormir pronto - las velas alrededor de la habitación hacen la estadía cálida y reconfortante. Como vestimenta trae un largo camisón de seda de tonalidad lila, su cabello ondulado se encuentra suelto, su piel está humectada y suavecita después de aquel baño dándole un aroma a lavanda y rosas - demasiado cómoda.

El sonido azotante de la puerta la hace estar alerta solo para ver a cierto rubio con una expresión llena de furia escondida por su flequillo

- ¿Qué hiciste Jaqueline? - cuestionandole alza la mirada para empezar a caminar despacio hacia ella, siendo de forma amenazante por su postura.

La joven está confundida, extrañada- ¿De qué estás hablando? - lo ve intrigada - ¿Hacer qué?, explicate porque no estoy entendiendo nada - valentía y nervios van de la mano, deja el libro en su mesita de noche.

Terminando de hablar es que él se encuentra delante suyo, la observa unos segundos: confusión, ansiedad pero no logra distinguir el miedo, tensa la quijada para luego fruncir la mirada.

- De lo que has estado haciendo con mi hermano... - tratando de tenerla más cerca la toma de los hombros aproximando sus rostros- Dime que no has estado viendo a Zeldris- el efecto contrario, por alguna razón su voz se escucha como súplica.

Rápidamente cae en cuenta, el pánico es reflejado en su rostro, trata de hablar pero no le salen las palabras, entreabre un poco su boca para sentir únicamente un nudo en la garganta, baja la mirada unos segundos, luego vuelve a verlo frunciendola con culpa y hace una mueca - ni siquiera le conviene tratar de librarse de su agarre - un suspiro pesado, tose para aclarar su voz- Si lo niego seré una descarada pero no quiero ser una cínica...- su respuesta demuestra lo resignada y desganada que esta debido al remordimiento, aparta la vista tras unos segundos, vuelve a suspirar e inhala lentamente, exhala- Lo he visto.

La frustración le invade aún más provocando que apriete el agarre hacia ella inconscientemente, nota que le duele pero aún así no se opone, escucharlo de sus labios fue lo que ha desatado esta ola de emociones inexplicables, luego de ello le invade la ira, hacía tiempo que no se sentía de esta manera. Por su parte ella sintiendo el dolor físico que no se compara en nada con el dolor emocional que esta sintiéndo, sabía que esto podría suceder y aún así se arriesgó, no obstante lo que le provoca este sentir es por él: ver esas expresiones en Meliodas causadas debido a ella de esta forma no es algo que deseaba.

Volviendo a observarla es que un pensamiento invade su mente.

¿Cuán lejos habrá llegado con su hermano?

Una decisión en cuestión de segundos, se asegurará de reclamar lo que es suyo.

Sin previo aviso une sus labios con los de Jaqueline, una sensación exquisita, el nefasto sentimiento de lealtad, así es como lo siente , ella es suya, le pertenece, suena egoísta pero la quiere reclamar.

Su terza piel, la calidad que emana al igual que sus gruesos labios, ver que le esta correspondiendo solo lo han encendido más.

Ella se sorprende pero después de unos segundos corresponde, porque después de todo el sentimiento reprimido de lo que ha estado comenzando a sentir por él ha sido liberado, la piel del rubio se vuelve levemente cálida junto a la suya, ¿qué decir de sus labios que la devoran con ansiedad pero de forma exquisita? aún cuando no ha tenido mucha experiencia besando logra acoplarse a su ritmo. No obstante la culpa comienza a invadirle la consciencia y pensamientos.

Un intento por apartarlo entre besos, debido a la falta de aire consigue apartar el rostro con suavidad, una sensación agridulce.

- Esto no está bien Meliodas - frunce la mirada, su tono es suave.

La ve incrédulo, en estos momentos le importa una mierda lo que esté bien o mal, ya se cansó de ser un peón, una ficha que puede ser movida a su antojo, hoy hará lo que quiere.

- Esto es lo que más quiero- pone sus manos sobre la espalda de ella para atrarla hacia él y volver a besarla con pasión.

Pensamientos que abren debate en su razonamiento, sigue cuestionándose el por qué, la melancolía y esta sensación de alivio la tienen confundida, con la mínima oportunidad desvía el rostro nuevamente, sus cuerpos tan juntos y sentir la manos de él acaricienadole la espalda no ayudan en nada, traga en seco.

- ¿Enserio es lo que más quieres?- le ve con severidad y arrogancia- ¿Ni siquiera piensas en ella?, ¿La razón por la cuál accediste a este trato?, ¿Realmente tiraras a la basura aquella razón que te orilló a esto?- siente nervios pero prevalece su valentía.

- Nunca accedí a este trato- responde firme y contundente, toma su mentón obligándola a mirarlo, observa sus ojos, a pesar de que son de un café de oscuridad profunda y no son azules como el claro cielo él ve eso en ellos, el agarre que mantiene es suave- Ahora mismo no estoy pensando en Elizabeth- desliza su dedo pulgar sobre los húmedos labios de la castaña deseando devorarlos nuevamente.

Esa última afirmación solo empeoró las cosas para ella.

- No estas razonando- sentencia con seriedad, sus ojos comienzan a dilatarse- No quiero esto... no así... ¡No asi maldita sea!- finalmente exclama frustrada, alza sus brazos y sin apretar el agarre lo sujeta de los hombros con sus manos ahora temblorosas- ¿Qué soy para ti?... Dimelo de una vez ¡para aceptar lo que venga!- tras gritar las lágrimas recorren sus mejillas, frunce la mirada con dolor- Te lo vuelvo a preguntar... ¿qué soy y que seré? ¿Qué es lo que quieres hacer ahora mismo?

Los ojos del rubio miran al vacío en el que se ha convertido el techo de la habitación buscando aquellas respuestas, no quiere verla llorar y eso le asusta. No quiere ser vulnerable frente a otra persona, pensó que había enterrado ese lado suyo, sin embargo con Jaqueline es distinto; al fin encontró sus respuestas, no tiene que pensarlo, son simples- Eres mi prometida y serás mi esposa- ambas miradas chocan, una sonrisa se convierte en el mejor de los accidentes. Sus respiraciones se entrecortan por su repentino acercamiento, se detiene apreciando su rostro buscando algún gesto de aprobación pero sólo ve dudas, entonces decide tomar la iniciativa -. Justo ahora, solo, quiero dejarme llevar.

Jaqueline cierra sus ojos mientras siente sus labios titiritear un poco, nunca ha dado el primer paso para acercarse, con timidez acerca su mano a punto de tocar su rostro pero se detiene, mantiene los ojos cerrados tratando de calmarse, abre los ojos lentamente mirándolo fijamente y luego a su boca.

- Soy alguien tan terrible sabes, no esta bien lo que estoy haciendo ni como me siento- trata de tocarlo pero ella misma se lo impide -. Y aún así...- le sigue mirando frunce el ceño desanimada comenzando a apartar su mano- ......no puedo dejar de pensar que me alegra que seas tú.

Meliodas le impide que se aleje para tomarla entre las suyas, son tan pequeñas, finas, delgadas, suaves y muy cálidas, guía su mano hacia su rostro haciendo que su piel roce con la de ella, cierra sus ojos unos momentos.

- En ese caso los dos somos unas personas terribles - finalmente le muestra a ella, solamente a ella aquellos ojos de color esmeralda- Me encanta ser alguien malo...- entrelazan sus manos suavemente- ¿Quieres intentarlo?

Siente un nudo en su garganta, tose para aclararla.

- Soy nueva en esto...- una sonrisa torpe sale inconscientemente- No se que hacer con exactitud y ando sentimental jaja- se fuerza secando sus lágrimas con el brazo libre -... ¿estás enojado? - cuestiona preocupada mirándolo mientras mantiene su mano en su cálido rostro apreciando esos bellos ojos que provocan calidez en sus mejillas, con el dedo pulgar acaricia su suave piel.

Este pone una media sonrisa tratando de disimular las inmensas ganas que tiene de matar a su hermano, tiene que dejar las cosas claras con él luego.

- Claro que lo estoy, eres mía - susurra seductoramente mientras se acerca peligrosamente a sus labios, ella suelta su mejilla y se recuesta en el colchón, lentamente la va empujando contra la cama hasta que esta totalmente acostada abajo de él.

Toca su rostro mientras sigue viendo esos bellos ojos esmeralda que la tienen embelezada, le acaricia y finalmente da el paso para besarlo, no se contiene pero no es una experta en ello para devorarlo con agilidad como él lo ha hecho.

Lo abraza del cuello apegándolo más a ella, esta suavidad, esta calidez hace que sus ansias sean disipadas debido a la pasión que esta sintiendo, inclusive un poco del cariño aunque es más conveniente no tenerlo presente , sin embargo no desea parar, lo detiene mirándolo fijamente, sus labios se sienten un poco hinchados y ¿qué decir los de él?.

- No quiero esperar más- posiciona una mano en la curvatura de su espalda- No sabes lo jodido que estoy- la atrar hacia él haciendo que sus pechos chocaran- No sabes los deseos que te tengo - observa su rostro durante unos segundos y sonrió de medio lado- No esperaré ni un segundo más.

- No quiero... - aparta el rostro conteniendo los nervios y un poco desesperada- ¿Tienes idea del miedo que me da no ser suficiente?.

Meliodas bufa por lo bajo conteniendo la decepcion y a la vez excitación que le provoca la constante negación de la castaña. Toma su mentón y la obliga a mirarlo- ¿Quién dijo que tenías opciones?- cuestiona antes de besarla apasionadamente- Además, nunca serás suficiente, porque Jaqueline, tú, eres todo lo que yo necesito.

La besa con desenfreno y pasión, sus carnosos labios eran una dicción recién descubierta, ya no tenía sentidos, los había perdido todos, en medio de aquella pasión no existen las preguntas ni «que vendría después». Con osadía comienza a acariciar sus muslos mientras deja un rastro de besos por todo su cuello.

Un leve gemido es soltado cuando aprieta sus muslos y otro es contenido al besar su cuello, sentir como succiona a su vez dejando las marcas con su lengua eriza su piel, con la poca fuerza que le queda trata de separarse estando tan unida a él, nuevamente aprieta sus nalgas logrando que desista, su cuerpo está debil ante sus caricias siendo a su vez nuevas, nunca la habían tocado así. Meliodas abre sus muslos y aprieta provocando que pegue sus pechos a su torso mientras la sigue besando.

Empezo por sus muslos, subio hasta sus caderas y bajó un poco hasta sus nalgas otra vez, luego con una mano busco los pechos de la chica, por encima de la ceda, su miembro esta caliente y erecto, sabía que en el fondo ella también se esta dejando guiar por la pasión.

Observa los gestos del rubio entre su leve excitación que va en aumento, siente su miembro ponerse duro, al ser primeriza le invade la timidez, decía que le seguiría el juego pero solo hasta donde ella sabe, cada caricia se vuelve una exquisita tortura

- N-no s-sigas - contiene otro gemido tras sentir como tomaba su muslo nuevamente y la mira deseoso.

Meliodas tras verla ahoga su gemido en sus labios, con destreza arranca el ligero vestido que traía puesto Jaqueline y se deleita con magnífico cuerpo, esta desvía la vista avergonzada cubriendo sus pechos, este observa como baja su mano levemente desde su cuello, pasando por sus pechos tras quitar los brazos de ella viéndolos con demasiado deseo, trazando una línea a través de su estómago y posicionandose en su cintura. La aprieta sin más y apega más su intimidad a la de ella loco por destrozar las ropas que el mismo usa.

Sus mejillas se vuelven bastante ruborizadas sintiendo pudor, desvía la vista con vergüenza y más timidez, siente como el miembro de él esta en su intimidad, agradece que estén pegados para que no la siga mirando ya que siente mucha vergüenza, sentir su virilidad la pone algo nerviosa.

- Aquí no espera nadie- susurra seductor volviendo a besarla y toma uno de sus pechos, comienza a juguetear con su pezón satisfaciéndola y a él también. De repente mete su lengua en la boca de la chica esperando que se forme un duelo entre ellas.

Trata de seguirle el paso, después de todo no es la primera vez que besa a alguien, pequeños suspiros se presentan entre el beso mientras la danza de lenguas de intensifica, trata de soltar un gemido pero este chupa su lengua y siente como su intimidad esta bastante mojada, tanto que se sorprende.

Meliodas baja su mano lentamente hacia su intimidad, acaricia suavemente y nota lo mojada que está, separa su boca y sonríe de medio lado, tentado a hacer un comentario sucio pero la cara sonrojada de su compañera lo detiene, niega e introduce un dedo con rapidez.

Ella comienza a sentir molestia, una sensación nueva y empieza a tensarse un poco - No, espera, duele- dice rápidamente ahora si tomando su mano debido al miedo, el miedo que le provocaba no poder llenar las expectativas de aquel demonio.

Meliodas bufa cansado, a pesar de ser débil, ella le ponía fuerza.

- Te dije que no esperaría- introduce dos dedos en un movimiento rápido.

Una molestia más fuerte que la anterior.

- ¡¿Qué no entiendes que me está doliendo?!- alza la voz ahora si molesta deteniendolo nuevamente.

-Joder ahora por lo menos se que no has llegado tan lejos con mi hermano- susurra para si mismo en un consuelo - Jaqueline siempre duele la primera vez - alza la voz y esta vez introduce tres dedos.

- Pero estoy nerviosa... - sentencia tras un suspiro, respira para tranquilizarse ya que en lugar de sentir placer le causa malestar- Y además no tienes que ser tan brusco- se queja con una mala palabra por primera vez, nunca lo hace- No me recuerdes a tu hermano en estos momentos, supongo que esto te causa una gran alegría por tu ego ¿no?- le ve directamente sin titubeos.

- No me importa quien haya sido el primero- responde sin ningún remordimiento- Lo único que me interesa es que yo sea el último- comienza a mover los dedos por su cavidad, aquel sonido viscoso era como música para sus oídos. Su masculinidad estaba en su más alto explendor y deseaba con todas sus fuerzas entrar en las estrechas paredes de su vagina.

Pronto aquel malestar comienza a disminuir.

- El p-primero y último ¿no? Ah- calla rapidamente ya que no quiere que la escuche, respira agitada debido al placer que le está provocando apretando más en su intimidad mientras es penetrada con un poco de velocidad, baja su rostro hasta el cuello de él entreabriendo su boca soltando más suspiros, su aliento choca contra la piel del rubio.

Meliodas se posiciona mejor sobre la chica, poniendo su miembro sobre la entrada de esta, con delicadeza va metiendolo en ella, los gestos en ella son algo tan exquisito para él, aquel suspiro tras penetrarla ha sido un deleite, empezando con embestidas suaves mientras su mano esta posada en la cintura de _______ y la otra subía hasta uno de sus pechos, aprisionandolo y masajendolo.

Esta cubre su boca, el silencio en ella está presente, solo suspiros, no quiere verlo pero sus ojos esmeralda hacen que le vea, son tan atrayentes y estas sensaciones nuevas la están dejando ida solo ante el placer. En un principio dolía pero ahora está volviéndose una delicia inexplicable.

Ver placer en los ojos de su compañera es gloria para Meliodas, entonces comenzaron las embestidas más rápidas y duras, cada vez era más salvaje y apasionado, el rubio gime de placer y de lujuria, lleno de deseo, uno insasiable.

Sus suspiros se vuelven un poco sonoros tras cada penetración, sus pezones están duros, su respiración se vuelve agitada descubriendo que esta demasiado mojada, pensaría que podría ser el viniendose pero es ella, cubre su boca con la mano derecha de cierta forma mordiendola con sus labios más no sus dientes, aparta la vista dejando su cuello expuesto de marcas que le ha causado, sube sus piernas a la cintura de este.

Ambos se están entregando.

Meliodas desliza sus frías manos sobre la cálida y desnuda espalda de su compañera, su piel es tan suave. Mordió levemente el labio inferior de Jaqueline, luego separó sus bocas e hizo lo mismo con el lóbulo de su oído. Ya no puede controlarlo por mucho más pero se contendrá, quiere más.

- Quiero que digas mi nombre- la aprieta más mientras continúa en su placentero movimiento- Quiero que gimas mi nombre.

- A-aaah- aprieta de sus hombro- M-meliodas para aaaaaaah- vuelve a venirse, esta vez va a su cuello comenzando a besarlo y luego succionar.

Su nombre nunca le había parecido tan perfecto como en ese momento, que bien sonaba, con su sorprendente fuerza cambia los roles siendo ella quien está encima de él, está se sorprende dudosa de lo que está haciendo, una inocencia tierna que nunca había apreciado, las marcas en su cuello, aquellos labios hinchados, aquel cabello despeinado pero luciendo sobre su cuerpo de tez morena clara, la posición en la que están ocasiona que se encuentre penetrada.

- No te contengas, se que quieres- da un leve movimiento hacia arriba provocando el gemido en ella- Vamos _______- al verla dudosa la abraza a él y comienza a penetrarla.

La toma de las mejillas para volver a besarla tras cada penetración que aumenta, ella ya no puede más, lo está disfrutando demasiado, así que decide tomar la iniciativa.

Suspira e intentándolo es que comienza a moverse sin que él lo haga, cubre su rostro con el antebrazo viendo hacia otro lado, debido a la postura en la que se encuentra el roze entre sus entrañas es más dura, rozando demasiado, cerrando sus ojos y disfrutando.

Siente como ha vuelto a mojarse sobre él, es incomparable como su pene es apretado, succionado, el que cada penetrada sea escuchada como chapoteo, luego escuchar la dulce voz de su compañera, ver aquellos gestos que esta causando en ella mientras sigue gimiendo.

- Di mi nombre- dice entre aquellos movimientos que hacen que ya no logre aguantar más.

- Meliodas... - ha perdido la razón- Meliodas, Me aaaah- nuevamente le ha apretado, cada vez se ha vuelto más rápida.

La repentina actitud de la chica lo impresiona, se levanta rápidamente sin darle tiempo volviendo a la misma posición del principio, aumenta el ritmo siendo más duro hasta llegar al fondo de su útero.

- Aaah, nngaaaah- los ojos de ella se han cristalizado y no precisamente de tristeza, son unos ojos cristalizados por tanto placer, a su vez dándose cuenta que su forma de embestirla no la lastima, ¿quién diría que aquella dama resultaría ser alguien increíble en el coito?.

Y en ese momento en el que ambos comenzaron a gemir al mismo tiempo tocaron el clímax total, silenciando el ruido con un beso.

Dejó caer su cuerpo sobre el de Jaqueline y se sostuvo levemente de sus propias manos. Observó sus ojos, sus profundos ojos y en ese momento notó: Que tal vez se había enamorado.

El silencio prevaleció, entonces es que comienza a moverse para apartarse de él, ya no tiene nada que perder, observa las sábanas y logra detallar la sangre- Lo hiciste...- suspira pasando su mano por el rostro, cubriéndose con la sabana.

Meliodas permanece sobre la cama, observa lo mismo que ella.

- Lo hice- susurro para si mismo, había perdido el control de si mismo por el simple hecho de imaginarla con otro y ella lo ha hecho también dándose cuenta que no lo rechaza. Aunque bien le había servido, esa noche notó que sólo el cálido tacto de aquella jovencita podía devolverlo a la vida.

- Voy a dejar a Zeldris...- se levanta cubriéndose - Ojalá pudieras decir lo mismo- dice eso ultimo indiferente se acerca a la puerta y la cierra con seguro para que nadie entre.

Procesa las palabras de la chica. Sabía que se refería a Elizabeth, de repente él no sentía un dolor en su pecho al pensar que debía dejar de estar con ella. Ya no sufría con el simple hecho de no verla. Observó la dirección en la que Jaqueline se había ido, de pronto Elizabeth le era totalmente indiferente. Sólo podía pensar en aquella valiente castaña que lo llenaba de felicidad.

Palabras del autor

Es gigantesco por dios.

Quien se cansó de leer?

Perdón la tardanza, espero que haya valido la pena y lo hayan disfrutado, que es lo importante.

Lean comiendo palomitas.

Nos vemos en el capítulo 15, se despide:

~Sora~

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