Capítulo 12

- Princesa se encuentra bien?- Cuestiona una escolta, aquella chica sólo niega con su cabeza.

Rumbo a su antiguo horas se dirige una comisión, debido a la boda y los preparativos para la misma, Jaqueline no había tenido tiempo de ir a ver a su familia. Por eso, después de la ceremonia le rogó a Edward para que le permitiera hacer el viaje, el gustoso lo aprobó, fue mucho más fácil de lo que ella esperó.

- Estas bastante distraída- Afirma Meliodas al verla con la cabeza baja, ambos montaban caballos distintos.

- No es nada- Miente bastante mal y el rubio lo nota.

Ahora debía afrontar las consecuencias, debía ver a su familia y a su aldea, que seguro no estaría para nada contenta con que se casará con el hijo del Rey Demonio, después de todo, el tema de la obligación estaba oculto, todo era un paripé, debían mantener las apariencias.

Aún así, sabiendo todas estas cosas, ella decidió hacerlo, decidió visitar a su familia y exs amigos. Porque en el fondo los extrañaba.

- Se puede saber que te pasa?- Cuestiona Meliodas sentándose de espalda a ella en la roca.

Jaqueline se encontraba meditando sentada sobre una piedra gigante. La espalda del chico chocó con la de ella y de repente se sintió mucho más tranquila y segura.

Habían hecho una parada en el camino.

- Sólo son los nervios- Vuelve a mentir.

- A mi no me engañas pequeñaja, se que te pasa algo. Viendo fui por primera vez a ese pueblo lo sentí, todos te odiaban, te miraban mal, tu propia familia te alejó de ti- Palabras tan hirientes pero verdaderas- Cuenta.

- Ya que estamos comprometidos oficialmente- Se estiró y dejó caer su espalda sobre la se Meliodas- Te lo contaré.

Levanta una mano hacia el cielo y sonríe nostálgica. Era hermosos recuerdos, aún a pesar de que trajeron dolor, ella no se arrepentía de haberle conocido.

- Yo me enamoré de un demonio- Suelta sin más y Meliodas se gira a verla- Me enamoré tan perdidamente de el que....- Pudo distinguir la sonrisa triste que ponía- Que fui odidada por todos sólo por eso, pero aún así, estaba felíz.

Unos minutos de silencio, durante todo este tiempo, el sabía que su vida no había sido color de rosa, que aquella chica seguro que había pasado adversidades. Pero también conocía a los humanos, seguramente había vivido un infierno.

- Fue una tortura estar ahí- Habla después de unos minutos- Entonces apareciste tu y sin quererlo me salvaste, me salvaste de undirme en el dolor de no ser amada por nadie.

- ¿Cuál es el nombre del demonio?- Tenía demasiada curiosidad.

Ella se lo iba a confesar, quería ser sincera por el, al fin sentía que encajaba con Meliodas, que podrían llegar a entenderse, por eso, estaba preparada para contarle que ese demonio era su hermano.

- Majestades- Llama un guardia- Estamos listos para seguir.

Otra vez eran interrumpidos, ambos asistieron sin decir nada más. Tomaron las riendas de sus caballos, preparados para lo que venía.


Efectivamente, todas las miradas estaban sobre ellos. La caravana de caballos pasó por en medio de la ciudad y a todos los extremos habían personas que observaban calladas la llegada de ambos.

La incomodidad y tensión estaba presente, ___________ en más de una ocasión sintió una mirada asesina, Peri decidió ignorarlo, su objetivo era ver a su familia.

- Hasta aquí- Alzó la voz Meliodas y los tres caballos a parte que los acompañaban se desplegaron por el lugar. Su misión era cuidar todas las entradas de la aldea.

El rubio bajo primero y luego ayudo a la chica. La tomo de la cintura y la cargó hasta dejarla en el suelo.

Cuando ambos miraron a delante la familia Dinamor se encontraba fuera de su casa impresionada. El hermano menor de _________ se apartó de su madre y corrió hacia unos chicos que habían por ahí.

Contenta de volver a verlos la castaña corrió hasta su padre, quería abrazarlo, pero un golpe la detuvo.

Si propia madre la abofeteo delante de todos, fue tan duro el impacto que tuvo que retroceder unos pasos.

- ¿Como se te ocurre aparecerte por aquí?- Grita molesta- ¿Sabes la cantidad de abucheos que a tenido que sufrir está familia por tu estúpida aventura con el príncipe?

Ella no entendía nada, habían sido ellos mismo quienes la habían impulsado, la habían vendido por un par de monedas, aún así, ella quería verlos. Tenían la misma sangre!.

- Mamá por favor- Súplica casi al borde de las lágrimas.

- Yo no soy madre de una remera como tú- Jaqueline busco ayuda con los ojos de su padre, pero este sólo apartó la mirada, condenadola.

- Vine hasta aquí sólo para verlos!- Exclamó haciendo frente.

- Para ti es fácil porque vives entre lujos princesita- Dice su hermano desde otro extremo- Te fuiste con ellos y ahora, después de unos meses vienes a vernos.

- Nos decepcionaste, a nosotros y a tu pueblo- Cierra su padre la conversación para entrar a la casa.

- Puedes irte, porque esta familia no te abre las puertas de su casa- Su madre también camino hacia el interior- Desde ahora para nosotros no existes, olvídate del apellido Dinamor.

Cerró bruscamente la puerta, y ella se lanzó al suelo, las lágrimas inundaron sus mejillas, su corazón le dolía, tenía el pecho destruido, el mundo ya no tenía sentido.

- Ramera!- Grita uno y le lanza un piedra.

- Eso es lo que eres- Fue continuado por otro, y a su sucesivamente.

Meliodas fue a caminar hacia ella, dispuesto a matarlos a todos, pero Jacqueline lo detuvo con un gesto en su mano. Le sonrió sinceramente desde el suelo, recibiendo golpes de aquellas rocas y cosas que tiraban las personas que la vieron crecer. Ella negó con la cabeza, y el decidió respetar su deseo.

- Mereces la muerte!- Estaban tan enfadados y no entendía por que, tal ves si se desquitaban ahora, todo volvería a ser como antes.

- Peirdete!- Una roca le dio fuerte en la cabeza y la tiro al suelo, callo acostada de medio lado, llevo una mano al lugar del impacto y estaba sangrando. Comenzó a llorar como loca.

En ese momento Meliodas se puso frente a ella.

- Menuda decepción- Le susurró- Esperaba más de ti- Tomó una piedra que lanzaron y con ella derribó una chimenea- Fuiste la única en negarse a mi, fuiste la única capaz de encararme, de pelear conmigo y no respetar mi voluntad. Tenías tanto coraje y valor que pensé que no eras humana.

Ella escondió su cabeza en el suelo.

- Que te dejes despreciar por estas personas que no valen nada, es una decepción- Se agachó y entre aquella muchedumbre callada y asustada, la tomo entre sus brazos- El próximo que vuelva poner una mano sobre mi mujer, lo pagará con la vida!- Exclamó y su marca apareció- Me importa una mierda Stigma y las diosas, acabaré con todo este pueblo si es necesario.

Comenzó a caminar, alejándose de aquellos humanos que tanto odiaba. Jaqueline se aferró a él, puso sus manos alrededor de sus cuello y lloro sobre su pecho, ahora si se estaba alejando por completo de su familia, ya no tenía un lugar al que volver.

Aunque ahora........tenía a Meliodas.


- Eres un desperdicio- Comenta limpiando la sangre de la frente de la chica, ella se encontraba sentada en el suelo, cerca del caballo y el estaba agachado a su altura.

- Ya me lo habías dicho- Inflo un moflete arta. De un momento a otro tomo entre sus manos la del demonio- Meliodas, gracias.

Le dijo con una sonrisa y apretó sus manos, el negó y la ayudo a montarse en el caballo, luego se montó el.

Lo que se suponía que sería un viaje de unos días, terminó por durar apenas unos minutos.

El rodeo su cintura para coger las riendas y comenzar a cabalgar.


- Que demonios haces tu aquí?- Cuestionó el rubio con una mirada neutral.

En su habitación, justo frente al ventanal, se encontraba Zeldris. Le estaba dando la espalda.

Después de aquel agotador viaje, Jaqueline se había ido a sus aposentos, no quería ver a nadie. Ni estar cerca de nadie, tan sólo, quería permanecer sola.

- Tengo que hablar contigo hermano- Se giró para encararlo- Es sobre tu prometida - Hizo una pausa- O mi amante ___________

Los ojos de Meliodas se agrandaron, su vista se nublo y nuevamente el odio lo estaba consumiendo.



Palabras del autor

Ahora si aparece Zeldris para joderlo todo.

Cuanta tensión en el ambiente por dios.

Lean comiendo palomitas y no tengo nada que decir.

Comenta que tal te ha parecido y nos vemos pronto.

~Sora~

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