Capítulo 11

- Venga Jaqueline- Rogó Celeste con Lucy a sus espaldas- No te haga más de rogar.

Lucy sabía bien lo difícil que era la protagonista, por eso fue a buscar a la única persona a la que escucharía. Celeste se encontraba en la cocina, estaba bastante ocupada pero no dudó ni un segundo en asistir a los aposentos de _________.

El castillo se encontraba demasiado concurrido, habían pasado siete días, el tiempo que les dio la Deidad Suprema para prepararse. Debían tener todo en condiciones para este día.

- No quiero!- Exclamó aún acostada en su cama, llevo una almohada a la cabeza.

- Pero si es hermoso- Celeste puso los ojos en blanco, la pelirroja traían en sus manos el vestido que debía utilizar Jaqueline.

- Antes podía sobrellevarlo porque nadie me vería, pero hoy seré el centro de atención-  Sacó la almohada para encarar a Celeste.

- Te verás magnífica, debes lucir más hermosa que Elizabeth, mientras más tiempo pierdas, más pasará con Meliodas sola- Justo en el talón de Aquiles, ciertamente una mejor amiga sabía que decir y cuando.

- Es cierto- Intervino Lucy- Sabemos que no te gusta ni nada de eso, pero es por orgullo.

Dice divertida pero rogando, la hora límite se acercaba y la gran entrada de __________ se haría pronto, tenían menos de 20 minutos para prepararla.

- Bien!- Bufo para levantarse- Pero no lo hago por Meliodas.

Durante ese tiempo el rubio había estado bastante ocupado con la guerra. Se iba antes de que ella pudiera despertar y no regresaba hasta la hora de la cena, donde sólo le contaba como le había ido el día y se iba a la cama. A veces tenían que ensayar juntos pero todos estaban presentes, por lo que no habían tenido oportunidad de hablar en cerio solos.

- Te amamos- Dice contenta Celeste.


La sala de baile estaba llena de invitados, personas que ni conocían ninguno de los dos. Tanto arcángeles, hadas y humanos de rango importante eran invitados a la ceremonia, donde la mayor arma de Stigma por fin se compromtería.

Elizabeth se encontraba en una esquina bastante alejada de Mael, en un descuido pudo perderse de su vista.

Junto a las grande escaleras que daban a unas inmensas puertas se encontraba Meliodas. Estaba tan apuesto, ella nunca lo había visto portando ropa tan elegante. Tomó una copa de vino y se acercó a él.

Por su parte el rubio esperaba la hora punta para que su prometida apareciera por esas puertas. En lo que el consideró una larga espera, pudo distinguir a Elizabeth acercarse.

Portaba un vestido blanco bastante hermoso, en su cabeza llevaba una tiara y sus manos estaban adornadas con unos finos guantes.

- Meliodas- Saludó como si nada, el decidió ignorarla, pero aquella diosa no se rendiría tan fácil- Escuchame Meliodas, he estado hablando con mi madre, perdón si te hice pensar que no me importabas, necesitaba tiempo.

Trata de decir pero él sigue bastante distante, en la misma posición, mirando al frente.

- Voy a hacer las cosas bien, te lo prometo, solo espérame un poco más- Toca su brazo y él los separa.

- ¿Cuanto tengo que esperar Elizabeth?- Cuestiona el molesto- ¿Sabes cuanto tuviste que esperar por mi? Ya te respondo yo: Nada- Sonríe irónico- No me importó ponerme en contra de mi familia sólo por ti, no pedí tiempo, ni trate de hacer las cosas bien Elizabeth, pensé que harías lo mismo por mi, pero me equivoqué.

- Que está pasando aquí?- Mael interviene- Elizabeth sabes que no puedes quedarte sola con él.

- No ha pasado nada- Habla Meliodas- Puedes llevarte a la princesa.

- Meliodas!- Exclama casi al borde de las lágrimas.

- Con todos ustedes.....- La voz de Edward resonó por todo el lugar, las vistas fueron a parar a la sima de la escalera- La princesa __________ Jaqueline Dinamor.

Las dos grandes puertas se abrieron y se mostró aquella castaña. Portaba el mejor vestido de su ropero, ensanchado y blanco hasta la cintura, hacia abajo era ancho, con tres capas de vuelos, la primera azul claro casi blanco, la segunda un poco más oscuro y la tercera era ya oscura completa. Sus cabellos se encontraban recogidos en una cebolla, más dos mechones quedaban sueltos y fueron rizados. Adoraban su peinado piezas finas de diamantes y en su cuello portaba un collar con tal gema.

La castaña camino como pudo, aquel ancho vestido no era para nada cómodo, pero aún así se esforzó. Bajo las escaleras lentamente, todas las miradas seguían sobre ella, ¿quien lo diría? De plebeya a princesa.

- Si me disculpan- Meliodas se apartó de los dos jóvenes y fue en busca de su prometida. Ella le sonrió y enredó su mano en su fuerte brazo.

- Sean todos bienvenidos a nuestra fiesta de compromiso- Había practicado bastante para ese día- Espero que puedan disfrutar tanto como nosotros.

La música comenzó a sonar y ambos caminaron hacia el centro, las luces se apagaron.

Meliodas la tomó de la cintura y la pegó hacia el, habían ensayado mucho eso, pero aún se sentía como la primera vez, ella llevó una a su vestido, para levantarlo un poco y con la otra tomó la de él.

Así comenzó el baile, con ambos en el centro. Fueron seguidos por varias parejas más, pero sin duda, para muchos ellos fueron los que más brillaron.


- No pensé que te fueras a casar- Comenta Gloxinia mientras toma algo del buffet.

- Ni yo- Contesta él, en ese momento el rey hada observa a su hermana saludarlo, con una sonrisa.

- Si me disculpas- Puso en la mesa le pastelito que había tomado- El deber me llama.

Soltó antes de ir a bailar con su hermana. Meliodas se había quedado solo nuevamente, después de bailar juntos una pieza, Jaqueline fue llevada por varias chicas, todas tenían curiosidad sobre como se habría ganado el corazón del demonio.

- Hey Príncipe- Sintió su vocecita detrás de él, cuando se giro ella estaba sonriendo- Me logre escapar.

Levanta sus manos y hace un gesto de victoria.

- Tarde o temprano te encontraran- Bromea él.

- Eso es si no desaparezco antes- Sonríe victoriosa- Nuestro trabajo aquí ya está hecho. Quieres venir conmigo?


El rubio observó el laberinto antes de alzar una ceja.

- Que es esto?- Cuestiona.

- No lo sé- Dijo divertida- Lo encontré en unos de mis viajes por el castillo.

Se trataba de un laberinto de plantas, habían flores en las paredes y todo estaba cubrieron de hojas.

- Entonces por que me traes aquí?- Vuelve a preguntar esta vez mirándola a ella.

Jaqueline camino unos pasos y luego se giro a verlo.

- Por que tengo la sensación de que en este lugar te puedes olvidar del mundo- Soltó con una sonrisa- Quieres que nos olvidemos del mundo juntos?

Cuestionó antes de lanzarse a correr, tomo los extremos de su vestido para poder ir más rápido, Meliodas se quedó en el mismo lugar unos segundos hasta que vio el cuerpo de aquella chica casi que desaparecer. Tomó aire y comenzó a seguirla

Así comenzó aquella persecución, ______ a veces se giraba a verlo, aún permanecía detrás de ella, sin intención de alcanzarla, al parecer para el también era divertido.

Después de unos minutos ambos habían llegado al centro. Era un poco estrecho, cabrían unas seis personas, y todo parecía igual, estaban rodeados de hojas y flores, sin embargo en el aire danzaban unas hermosas mariposas. Azules, brillantes, pequeñas.

- Es precioso- Jaqueline se quieto los zapatos para dar dos pasos al frente, una mariposa se acomodó sobre su nariz, ella sólo sonrió para ver como después se movía.

Extendió su brazo y el mismo animal se posicionó sobre su dedo, la observó durante unos segundos, mientras Meliodas la detallaba a ella. Sin darse cuenta terminó sonriendo, aquella chica, era inexplicablemente perfecta.

- Estas riendo!- Dijo victoriosa dado un brinco, seguía rodeada de mariposas.

- Pero mira que eres lenta- Comenta aún con la misma sonrisa- Hace tiempo que lo hice.

- Y por que no me habías dicho?- Cuestiona fingiendo molestia frente a él.

El sólo niega y la toma de la cintura para pegarla a su cuerpo, la chica puso ambas manos sobre su pecho y lo vio acercarse a su rostro.

Unos segundos fueron suficientes para que sus bocas otra vez estuvieran juntas. Aquel extraño beso de hacia una semana volvía a repetirse, esta ves con más sentimiento.

Ella se dejó llevar. Estuvieron unos momentos así hasta que se separaron, Meliodas intento hablar pero.....

- Alteza!- Exclama Edward desde uno de los caminos que daban ahí- Debería estar en la ceremonia.

Regaña cansado, realmente esos dos harían siempre lo que les venia en gana?.

- Lo siento- Dice ella y sin mirar a Meliodas toma sus zapatos del suelo para irse corriendo de ahí. Se sentía avergonzada.

- Si hubieras tardado dos segundos más no tendría ganas de matarte- Bufa el demonio para caminar a su ritmo hacia el interior.





Palabras del autor:

Algunos se asustaron cuando les dije que Zeldris aparecería XD

Pero no, es muy pronto todavía, ya verán lo que espera.

Lean comiendo palomitas y no olviden comentar que les ha parecido el cap, me da muchos ánimos.

Nos vemos

~Sora~

*Se va a escribir Memories porque la tiene abandonada*

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