05/03/16

Prometí no regresar, pensé que no lo haría, pero las cosas nuevamente están mal.

Ayer fue el bautizo de Kwan, las cámaras llegaron, los reporteros por igual y solo lo pude cargar una sola vez y por unos minutos durante toda la ceremonia.

La familia real se tomó la foto para una de las revistas más famosas del país, pero cuando aquello acabó, se llevaron a Kwan de mis brazos, ni siquiera HoSeok lo pudo cargar tanto como hubiera querido.

Cuando quise tomar a mi hijo, decirles a todos que estaban locos al separarme de mi única felicidad, ellos se alejaron y colocaron de excusa mi reciente cesárea y las pocas fuerzas que tenía.

Creí que Kwan sería aquella luz en esta terrible oscuridad que me invadía y la verdad es que así es, él es mi luz, pero no lo pude aguantar. La ceremonia terminó y me adentré al baño, vomité todo lo que pude, sabía que estaba mal, que necesitaba recuperar peso y no andar perdiéndolo de aquella manera, pero sentía que con aquello podía sentirme libre.

Cuando iba por la cuarta arcada, él entró.

HoSeok y yo cruzamos miradas y de inmediato me sostuvo entre sus brazos, me abrazó y susurró que no lo hiciera más.

Ahora temo lo que pueda suceder, sé que HoSeok hablará, que le dirá todo lo sucedido a sus padres...

Sé que no debí hacerlo, pero me estaban arrebatando momentos especiales e únicos que tenía que vivir al lado de mi hijo.

Quiero educar a Kwan, quiero que crezca entre mis brazos, no entre brazos ajenos que ni una pizca de amor deben sentir por él.

[🌻]