Capítulo 13


—Tengo que admitir que sí lloré frente a Louis cuando le confesé que me iría a trabajar a Suiza —¡eres un chismoso, Richard!—. Les mentí porque no quise verme débil.

—¿Solo en esa ocasión, Richard? —¡Dios, Logan! Qué comentarios tan acertados decías—. ¿Estás seguro?

—¿Hay algo que yo no sepa?—poner incómodo a Richard Vallaj era parte de mi ser, se volvió parte esencial de mi vida y me encantaba demasiado.

—De acuerdo —Richard se rindió—. Sí, también lloré cuando me enteré que Louis Gerald estaba con Tom Roux —sus ojos empezaron a cristalizarse—. Le pedí que me dijera que se trataba de Lezley Anderson o de él mismo sosteniendo sus manos; porque se trataba de una foto con dos manos entrelazadas entre sí. Pero no era ni Lezley ni él sosteniendo sus propias manos, me confesó que estaba saliendo con Tom y que yo no tengo ni tenía derecho a reclamarle nada porque me «largué a Suiza», no vi la foto desde mi cuenta personal de Twitter; porque yo no tengo acceso a redes sociales, la vi desde el perfil de mi compañera de trabajo. Fue caótico y realmente perturbador darme cuenta de que lo había perdido y tal vez para siempre —su voz entrecortada me daba tanta lástima que tuve que poner los ojos en blanco—. Aunque, estando en Suiza, le lloré casi todas las noches en las que estuve ahí.

Y Richard comenzó a llorar, tan intenso que ni Logan ni yo decidimos abrazarlo, solo le di unas palmadas a Richard en la espalda y le dije que se desahogara.

—Bien —sorbió sus mocos y por esta razón le ofrecí un pañuelo; para sonarse la nariz y no hacer esos ruidos tan molestos que odiaba con todo mi ser cuando la gente sorbe sus mocos—. Gracias —se puso un poco mejor—. Tal vez le dije que no volvería a saber nada de mí, pero la verdad es que estoy tan enamorado de Louis Gerald que le cantaré estas tres canciones.

—¿Que no esta canción dice que «aprendiste a olvidarlo, porque aprendiste que el amor nunca se comparte, él lo buscó en otra parte, va a extrañarte; llora y fue su culpa porque él fue quien, realmente, te dejó solo»? —le recordé lo que decía la última canción que cantamos como trío y siendo los teloneros de Louis—. This Is bullshit! —y esto se lo grité tan fuerte como pude.

—No me juzgues, Marcus Miller, y cierra la boca de una vez —¿Richard Vallaj dijo qué? ¿Me había callado?

—No lo hago —tuve que aguantar una fuerte risa—. Pero te falta un poquito de congruencia en la intención; ¿lo extrañas o no? ¿Lo amas o no? ¿Ya lo olvidaste?

—Pon atención a las otras dos canciones que te di —Logan solo estaba como testigo, un poco callado, parecía que le incomodaba la discusión entre Richard y yo, porque era su ex y estuvieron mucho tiempo juntos—. «Le pedí que se llevara todo, pero que se quedara conmigo a mi lado, bebé. Yo nunca podría olvidarlo y no tenía sentido intentar hacerlo, porque un amor así no llega y no llegará ni esa ni otra vez ». No están entendiendo, ¿o sí?

Sí, por supuesto que lo entiendo —lo mencioné en francés; ya que hablar en español, inglés y francés era algo que me encantaba hacer con la mayoría de las personas que llegué a conocer a lo largo de mi vida. Los idiomas eran algo importante y especial para mí y sí consideré que cada idioma era importante y merecía ser aprendido fluidamente y hablado correctamente. Fui políglota porque aprendí italiano por Carlo, además de que viví en Francia, Estados Unidos y México, así que podría decirse que eran tres mis lenguas madre; ¡cuántos privilegios, Dios mío!—. ¿Por qué lo estás haciendo, Richard?

—Porque lo amo.

—Me ahorraré comentarios al respecto, Richard —¡Madre mía! ¡Dios! ¿Por qué Logan decía comentarios tan acertados?

—¿Vamos a cantar o no? —ahora sí fue mi turno de hablar.

—Sí, pónganse en posición.

—¡Y repitan después de mi! —tomé la decisión de ser el coreógrafo de nosotros, así que empecé a bailar e hice distintos pasos de baile tanto con los brazos como con las piernas—. ¿Quedó claro o tengo que repetir? ¿Pueden seguirme el paso o quieren que sean pasos más básicos, chicos? —Logan y Richard comenzaron a bailar después de decir esto último; bastante bien de hecho, tanto que sentí que me humillaron.

—¿Qué tal, Marcus? —¿en serio querían que yo mismo aceptara mi humillación? Tuve que hacerlo.

—Bien —hablé entre dientes—. Pero ¿podrán superar esto alguno de ustedes dos? —volví a dar mis mejores pasos de baile y terminé con un perfecto Split (abriéndome de piernas; nunca en mi vida lo había intentado y dolió bastante, pero soporté las ganas de llorar).

Repitieron los pasos de baile que yo hice, pero esta vez no fueron tan perfectos como la primera vez que bailaron.

—¿Tienes permiso para faltar al trabajo hasta el lunes, Richard? —de manera muy discreta coloqué mi mano derecha en mi boca para evitar reírme.

—Sí, Marcus, eso creo —esta vez no pude disimular absolutamente nada y solté una muy fuerte risotada—. ¿De qué carajos te ríes, Miller?

—Es que tú… —reí mientras lo señalaba con mi mano—. Y él —reí más fuerte todavía al señalar a Logan—. Piensan que en serio van a aprenderse los pasos de baile que les acabo de mostrar.

—No —guau, Logan, de la nada empezabas a caerme mucho mejor y sentí algo muy bonito dentro de mí; ¿amor? Lo dudaba muchísimo que hubiera sido amor—. Vamos a poner una coreografía que los tres sepamos bailar y que no sea todo un reto aprenderla para nosotros dos, Marcus. No se me olvida lo bien que bailas y que bailabas en todos los bailes; menos en el de graduación.

—No fui por culpa de un idiota —Richard estaba a punto de hablar y decirme que no me refiriera así de Carlo—. Ah, el idiota soy yo, no Carlo, él no tiene nada que ver en esto, ¿de acuerdo? —Richard asintió con su cabeza. Pero sí me referí a Carlo.

—¡Cantemos ya! —y así fue como ensayamos, nos preparamos para aparecer en público y frente a Louis Gerald Train junto con todos sus fans; los cuales se hacían llamar Trainers, ¡qué bonito! Ensayamos los diez minutos que aún conservábamos (nos tardamos muchísimo discutiendo); tuvimos que ir a mi casa en París la cual contaba con: un cuarto de juegos (y uno de huéspedes donde se quedaron Richard y Logan a dormir; honestamente no supe quién durmió en el piso, quién durmió en la cama o si durmieron los dos juntos en la cama; Louis Gerald se moriría si supiera que su ex y su intento fallido de novio durmieron en la misma cama).

Por fin llegó el día en que pudimos cantar, me parecieron eternas las horas (y eso que solo fue un día antes). Cuando Logan se presentó, lo hicieron llamar como "King L"; ay, Logan, tú sí querías armar tu carrera musical y hasta te autonombraste como un rey. Solo que yo era el rey del mal y lo dejé claro con la canción que canté (o eso esperé). Al momento de cantar, Logan sí mencionó lo del chico rubio (y que es más viejo que él) que le robó su novio; no cambio ni los pronombres personales que se referían a una chica ni los de posesión, que igualmente se referían a una chica. Logan sí estaba llorando justo después de cantar esa canción que planeamos cantar desde el inicio, pero se suponía que todo era fingido, ¿no? Pues yo le creí sus lágrimas y vi que eran tan reales que hasta el pobre Logan me dio lástima. Después, Richard Vallaj apareció y comenzó a cantar esa otra canción de perdón diciendo que no pasaba nada y que podrían ser amigos si lo dejaba entrar en él; el público no lo odiaba y eso ya era ganancia.

«A quien deberían de odiar es a Louis Gerald, dejó a Logan por Richard y Logan estaba enamorado de él desde que Logan lo conoce, eso fue de lo que me enteré; básicamente.», pensé, pero deseché esa idea de mi mente cuando Richard vino conmigo y me pidió permiso para irse a hablar con Louis Gerald; ¿problemas en el Paraíso? No me quedé con las ganas de preguntarle por qué y si estaban bien.

—Ya hablamos, pero quiero verlo, además de que será una excusa para ir por mi guitarra.

—Lárgate y ya —no hizo falta decir más para que Richard fuera a ver a Louis Gerald, que cantara la canción y que Logan cantara otra más que hablaba sobre el arrepentimiento y el deseo de volver atrás en el tiempo. Después yo salí a cantar una canción de una película y hablaba sobre la frustración y la ira al sentirse excluido y no aceptado, pero pensé en haberle modificado la letra ¡y qué bueno que no modifiqué la letra! (Ni un poquito).

Al cantar esta majestuosa obra de arte tuve que cambiar mi atuendo; de verdad me vestí como un príncipe (como alguien de la realeza), con un par de cambios para parecer malo (o lo suficiente just like the song said). Estuve hablando un rato con el público y les comenté que aún habría más sorpresas para el show.

Richard no se aparecía y me estaba poniendo muy nervioso, porque por un segundo llegué a pensar que Richard no llegaría y nos hubiera hecho quedar como estúpidos a Logan y a mí.

—¡Con ustedes, mi gran amigo Richard Vallaj! —al verlo llegar tuve que presentarlo, alcancé a ver qué Richard le dio un beso en la mejilla a Louis Gerald; pero este se sintió un poquito incómodo.

—Buenas noches, París —Richard saludó, hice una reverencia y mandó besos a las personas que nos recibían con un gran entusiasmo—. Hoy, en compañía de Marcus y Logan, cantaremos una trilogía de canciones las cuales tienen que ver la una con la otra, ¿cierto, Marcus?

—Cierto, mi estimado amigo Richard, tardaste mucho en venir aquí, pensé que ya no vendrías…

—Está todo bien —Richard se apresuró a interrumpirme supuse que no quiso que me enterara del beso a Louis Gerald y que se sintió un poquito incómodo. De todos modos, lo vi todo—. Pero las siguientes tres canciones cuentan una historia muy particular de un amor que ya no está con nosotros como nuestra pareja, pero que sí está con alguien más o quizá esté por su propia cuenta en algún lugar; música, maestro.

Al terminar de cantar, los tres hicimos una reverencia (y estoy seguro que Louis no vio esto), Richard tomó el micrófono y habló.

—Por favor, todo el público que está viendo esto —Richard tenía un gran discurso que darnos, así como nosotros también lo teníamos.

—Dejen de compartir mensajes de odio y de acosar a la gente por algo que no saben qué pasó —se apresuró a hablar Logan refiriéndose a que Richard le robó el novio a él, guau, ¡qué divertido era todo!

—Yo estoy recibiendo mensajes de odio por algo que ni siquiera cometí —Richard encogió los hombros—. Porque no investigan bien qué fue lo que pasó, no saben y asumen cosas que pudieron haber pasado o no y ese es el problema.

—Concuerdo —ahora era mi turno de hablar, pero un poco entrecortado—. Yo también recibí mensajes de odio por haberme ocultado tras un berrinche durante tres años, no estuvo bien y fue mi error; pero eso no les da derecho a nadie de mandarme mensajes con discursos de odio. Nadie nunca tiene, tuvo o tendrá el derecho de hacerlo —decidimos hablar de esto porque sí, Richard y yo recibimos muchísimos mensajes de odio; él por robarle el novio a Logan y yo por reaparecer después de fingir mi muerte por un estúpido berrinche que era cien por ciento innecesario.

—Pero ustedes viene a ver a alguien y ya estuvimos aproximadamente cuarenta y cinco minutos con ustedes mientras cantábamos algo —las luces se apagaron y la multitud volvió a enloquecer—. Con ustedes: ¡Louis Gerald Train!

¡Louis Gerald dio un concierto fabuloso! Tengo que admitirlo.

—Apuesto que te dedicó todas las canciones que cantó, ¿no crees? —sentí las ganas de besar a Logan por decir comentarios tan acertados—. A mí solo me dedicó, y me cantó, una canción que hablaba sobre extrañarme mucho y la falta que le hacía por no estar a su lado; en una llamada, y fue por eso que decidí venir a París y buscarlo, también me dedicó otra canción que hablaba sobre cómo era que me amaba sin importar nada y que solo me elegía a mí una y mil veces más; pero fue en vivo y delante de Lezley, así como de Ryck —Dios, Logan, ¿por qué de repente todos empezaban a ser bad ass bitches justo cuando yo dejé de serlo?

—A mí me dedicó todos sus conciertos en L'Olympia y me dedicó, en su totalidad, su concierto en el Palacio de Buckinghamoh, fuck! Ese comentario no solo dejó callado a Logan; lo humilló, lo mutiló, lo pulverizó, lo desmembró, lo apuñaló y lo mató, abrí los ojos y la boca, poniendo mi mano sobre la misma, como platos cuando Logan decidió quedarse callado y abrir enormemente los ojos—. Si él quería guerra, guerra le di, Marcus.

—No me molesta, Richard, simplemente me llama la atención porque él y yo duramos casi tres años —encogió los hombros y yo seguía con la boca abierta; pero tapada con mi mano—. Cierra la boca, Marcus, hay moscas y estamos en pandemia; mejor hay que usar nuestros cubrebocas —no tuvo que decirlo dos veces porque ya teníamos nuestros cubrebocas puestos.

Decidimos ver el concierto de Louis Gerald y Richard se percató de que casi ninguna de las canciones (o ninguna canción de hecho) eran para Richard. Logan y yo vimos su mirada de decepción e inminente tristeza.

—A pesar de que las canciones son de amor sé que ninguna es para mí —ay, Richard—. Las últimas veces que vine aquí, él me señalaba mientras cantaba y en esta ocasión él no me está señalando.

—¿A pesar de que estás aquí sentado en el teatro? —sí, Logan, es obvio.

—Claro, solo véanlo ustedes mismos, está muy hermoso y no me voltea a ver —sentí lástima por Richard Vallaj en ese preciso momento; nunca creí que sentiría algo así por él.

—Lo superarás, hermano —quise sonar varonil y, al ver las caras de Logan y Richard, supuse que no lo hice y debí haberme visto patético.

—Es raro que tú te refieras así de mí o de cualquiera, Marcus.

—Sí, al menos él me entiende —ya comenzabas a desagradarme otra vez, Logan—. ¿Por qué lo hiciste?

—No sé, se me escapó decirte así, Richard.

—De acuerdo —ambos asintieron.

—A ver, idiota, las canciones que cantó Louis Gerald son para ti —exploté, Richard me preguntó cómo fue que lo sabía después de todo—. ¡Porque él me lo confesó, inútil! —y dije una pequeña mentira piadosa, ¿fue lo correcto? No, en absoluto no lo fue, mas Richard nunca se enteró de que la dije.

—¿Ustedes creen que todavía me ame? —lo vi esperanzado, no pude decirle que no a esos ojitos de los que un día me enamoré perdidamente.

—Sí —Logan y yo respondimos, ¿Logan? Sí, Logan y yo.

Richard fue tras Louis Gerald y, tras perseguirlo por todo el teatro, lo alcanzó para llevarlo junto a nosotros dos y hablar con él de temas muy importantes que solo ellos dos podían hablar. Pero también tenía que estar su inseparable mejor amiga, la señorita Lezley Anderson.

—Hablé con Marcus, Logan y Lezley; ellos me contaron acerca de lo bien que estuvo tu concierto en el Palacio de Buckingham; ojalá me hubieran dejado verlo.

—No pudiste por trabajo, ya lo sé; me lo dijiste —y Louis Gerald se estaba portando como una bruja, lo sabía porque usaba ese tono condescendiente que yo le había enseñado a usar hacía mucho tiempo atrás, cuando vivíamos en Itaville—. ¿Puedo hablar contigo un momento a solas, Richard? —eso sí que no, sabía que era su privacidad y que a Logan y a mí no nos importaba; pero había un pequeño detalle minúsculo: que me importaba.

—¿Por qué no puedes decirlo frente a nosotros, Louis?

—Sí, Louis, ¿qué tiene de malo? —no lo dije por querer ser una bruja; lo dije porque me sentía harto de que Louis Gerald nos ocultara cosas a todos.

—Déjenlo en paz —Richard saltó a defenderlo, ¿por qué carajos no lo amas y ya? ¿No viste lo que está haciendo por ti Y tú cómo lo estabas tratando? Quise matarlo, en serio. Richard no merecía ese trato.

—Sí, ¿cuál es su problema? —puse los ojos en blanco por el comentario de Lezley, pero nadie lo notó—. Se supone que esto debería ser privado, son asuntos entre Richard y Louis.

—Sí, pero ahora sentí una conexión especial entre nosotros tres —Logan empezaba a hacer el ridículo y nos tomó a Richard y a mí para abrazarnos; sin embargo, acepté su abrazo, pero cerré los ojos como señal de desaprobación y puse los ojos en blanco con los ojos cerrados. Nadie se dio cuenta—. Quiero decir que al cantar los tres juntos en grupo me sentí tan bien que sentí que éramos como hermanos, eso me hizo querer cantar con más ganas y dedicarte las tres can…

—¡Logan! —Richard y yo lo interrumpimos, se supone que nadie tenía que saber que le habíamos dedicado las tres canciones a Louis Gerald.

—Se supone que él no tendría por qué saberlo —Richard señaló a su amor por el cual estaba luchando y tratando de enamorarlo nuevamente. Patético.

—Tengo que admitir que fueron bastante obvios los 3, Vallaj —gracias, Logan; quise escaparme de ahí en ese preciso momento, fue incómodo—. Lo entiendo, pero ¿las tres canciones de verdad me las dedicaron? ¿Por qué, si yo pensé las cosas entre nosotros cuatro estaban bien?

—Fue idea de Richard —encogí los hombros, solo un poco, mientras hablé—. Él buscó primero a Logan para plantearle la idea de dedicarte tres canciones, Logan aceptó y luego fueron a buscarme a mí; yo me negué al principio, pero después Richard me prometió unos billetes y accedí.

—Marcus Miller siendo nada más y nada menos que Marcus Miller —de nuevo, no me sentía nada cómodo hablando contigo, Louis Gerald—. No entiendo por qué no me sorprende en absoluto —Louis Gerald encogió los hombros y susurró algo de que yo no cambié y todo lo hice por apantallar para sorprender—. Y tampoco entiendo por qué quieres dinero, Marcus, si tú ya eres rico por el simple hecho de llevar tu apellido.

—Dinero es dinero, tal vez tengas razón y yo no lo necesite, no puedo simplemente rechazarlo así y me puede servir para reconstruir mi vida después de todo el embrollo en el que me metí por culpa de Carlo. No eres el único que le llora a su ex, Louis Gerald —y eso fue una cachetada con guante blanco.

—No es mi exnovio porque nunca fuimos nada —Logan abrió los ojos de par en par e hizo su cabeza hacia atrás en señal de disgusto; ya lo sabíamos, Logan, ¿por qué te sorprendes?, ¿lo olvidaste o qué rayos pasó?

—¿Por qué te sorprende, Logan, si básicamente fuiste tú quien nos dijo todo eso? —yo siendo yo, ya entendí lo que quiso decirnos Louis.

—¡Qué despectivo sonó eso, Marcus Miller! Cada día estoy más sorprendido —Richard puso los ojos en blanco.

—¿Acaso miento, Vallaj? —al parecer se avecinaba una pelea entre Richard y Louis Gerald, no me la quise perder por nada ya que ellos dos eran un tema de interés para mí—. No, no fuimos nada, pero parecía que sí; ¿qué locura, no?

Sin ser nada, nosotros lo éramos y lo teníamos todo —mi mandíbula casi cae al piso tras escuchar esa frase; la cual tenía todo el sentido, razón y coherencia del mundo.

—No tienes idea de cuánto te lloré, Richard, no tienes ni una idea de lo mucho que sufrí por ti, incluso hoy en día sigo sufriendo.

—Lo estropeaste; lo arruinaste, lo jodiste, todo, Louis Gerald y no solo conmigo, también con Logan —Richard señaló a Logan después de decir esto—. ¿Por qué lo engañaste?

—¡Por ti, imbécil! —Lezley se entrometió para evitar que Louis Gerald siguiera diciendo groserías—. Lo engañé por ti; le fui infiel contigo.

—Me lo merezco —Logan intentó defenderlo, pero todos sabíamos que las cosas no eran así y Louis Gerald ni siquiera necesitaba que lo defendieran o algo—. Le fui infiel primero, no se merecía esto. Y yo también lo sabía.

—¿En qué momento lo supiste, Logan? ¿Todo este tiempo tenías conocimiento de ello?

—Dios mío —me volví a quejar un poquito por eso—. ¿O sea que con Logan no tuviste sexo pero sí con Richard y mi primo?

—¿Que hiciste qué cosa, Louis? —Richard y Logan gritaron al mismo tiempo.

—Sí y no le hablen así porque es mi amigo; ¿debo recordárselos? —quise referirme a que no le griten porque no hizo nada malo; salvo tener sexo con un hombre casado.

—¿Quién lo diría? —Logan estaba furioso porque pensó que fue cuando ellos dos estaban juntos y tuve que intervenir.

—Lo de David fue antes de ti —señalé a Richard—, y fue después de que ustedes dos terminaran por un tiempo; más específico fue cercano al cumpleaños de Gerald del año pasado.

—Bueno, supongo que está bien y no tengo razones para enojarme —Richard lo aceptó, a pesar de tener una mirada decepcionada y fría.

—Te creeré, Marcus; a pesar de cómo me trataste durante toda mi estadía en Apple White, de hecho me sorprende que Lezley esté de acuerdo y te haya perdonado pese a lo que le hiciste —Logan tenía razón, y quizá nadie sabía que la señorita Lezley Anderson y yo ya habíamos tenido una plática acerca de ese tema—. Gerald, lo lamento mucho sí te juzgué mal, no fue mi intención en ningún momento.

—¿Tenías que decirlo, Marcus? ¿Qué necesidad había de que hicieras pública mi vida sexual? —lo jodí, sí, pero fue por una buena razón.

—Tal vez no —encogí los hombros—. Pero ellos tenían que saberlo de una u otra forma y no sé por qué te molesta si de todos modos ya ni siquiera quieres estar con Richard o Logan, ¿no es cierto, Louis Gerald? —¿otra vez me estaba comportando como una bruja?

—Pues no digo que yo quiera, pero sea como sea ya arruinaste cualquier oportunidad de querer regresar con Richard o Logan, Marcus, gracias —Richard me miró muy furioso, él quería estar con Louis y Louis quería estar con Richard, ¿por qué diablos no estaban juntos y ya?

Tras discutir otra vez todo lo que trajo consigo la actuación de Richard, Logan y yo; por fin Richard accedió a irse con Louis Gerald y Lezley a casa de Louis. Yo decidí invitarle una cerveza a mi buen amigo Logan (el cual me demostró que me perdonaba y ya no quise desaparecer de su lado o alejarme de él). Llegamos a mi casa en París y rápidamente me fui al bar que había.

—Bonita casa, Marcus —boca y ojos abiertos como platos, lo que me imaginé.

—Sí, gracias —no quise darle largas; mejor saqué uba cerveza del refrigerador, papas fritas de mi alacena, más bebidas alcohólicas y un paquete de cigarrillos para nosotros dos solos—. Tú sí fumas ¿verdad?

—Exacto, Marcus, ¿qué festejamos o qué es lo que pasa? —¿puedo ser sincero? Ni siquiera supe por qué me decidí a invitarlo a mi casa y tomar tanto alcohol como quisiéramos.

—Nada realmente; el plan solo era vernos el uno al otro mientras comemos, bebemos y platicamos de la vida.

—Está bien para mí —y para mí también, aunque las cosas se salieron un poco de control.

Sí, hablo en serio cuándo digo que las cosas realmente se salieron de control: Logan y yo terminamos bailando, ahogándonos en alcohol, comiendo botanas, fumando cigarrillos como si fuéramos una maldita chimenea y muchas cosas que no puedo decir y no porque no quiera; ¡sino porque olvidé por completo qué hicimos! Solo recuerdo una pequeña parte de una conversación.

—Oye, Marcus —Logan arrastraba las palabras y no le entendí nada porque teníamos la música a un nivel considerablemente alto; o quizá era nuestra borrachera. Tuve que bajar el volumen y acercarme de nuevo a él y preguntarle qué pasaba—. No es nada, ya lo olvidé, disculpa —y comenzó a reír; soltando una muy fuerte carcajada.

—Bésame —se lo pedí arrastrando un poco las palabras. Logan no aceptó y yo no lo forcé ni le rogué que me besara. Solo nos emborrachamos, él siguió con su vida y yo con la mía. No volvimos a ser «Los Chicos Superpoderosos», ya que esa etapa fue una que duró solo mientras fuimos teloneros de Louis Gerald.

Y así acaba mi historia, la historia de cómo desaparecí y por qué me había decidido en regresar a volver en la vida de Louis Gerald, mi mejor amigo. Pero nuestra historia no acaba aquí *guiño*. Al contrario, esto apenas empezaba.

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