03

Egipto salió por la ventana de la habitación para dejar a sus gobernantes y al nuevo príncipe tener un tiempo a solas.

Tenía otras cosas de las cuales preocuparse ahora.

Sabía que no había forma de convencer a Israel que esto había sido necesario, eso no se lo estaba creyendo ni él en el corto plazo y no había forma de poder tener un conversación medianamente civil con toda la masacre tan reciente.

No sin que terminara en golpes o en llanto.

Egipto decidió pasar el resto del día sobrevolando las obras en construcción, posándose de vez en cuando en la cima de esta para mirar el trabajo realizarse.

Si fuese un día normal, el habría estado juzgando en trabajo que los esclavos hacían, se preguntaría por qué no estaban trabajando más rápido, de vez en cuando se preguntaría si estaban comiendo bien al ver a alguno particularmente delgado, pero hoy...

No pudo evitar recordar cómo era todo antes de que los hebreos fueran esclavos. Cuando solo eran un pueblo nómada en las afueras de su nación, pequeño e insignificante.

No pudo evitar recordar la primera vez que vio a Israel, que ni siquiera había adquirido las marcas azules que hoy en día tanto le caracterizaban, siendo una de las etnias más pequeñas que alguna vez él se haya topado.

Recuerda que Israel había venido a buscar al que años después se convertiría en el consejero e intérprete de sueños de su entonces Faraón, José*. Unos de los pocos humanos en poder verles a él y a Israel para ese momento.

Al principio ambos discrepaban demasiado, en especial en todo el asunto de José siendo esclavo, incluso cuando era el favorito del Capitán de la guardia real, Potifar. Su injusto encarcelamiento más tarde no hizo nada para ayudar, pero una vez que hablaron con él y fue liberado...

Había creído que sería el comienzo de algo, aunque Egipto nunca pudo ponerle realmente nombre a lo que sentía, Israel solía visitar a José para charlar, ¿de qué? nunca pregunto, pero ambos parecían más relajados después de ello, él y Israel empezaron a llevarse bastante bien, incluso cuando ambos eran abismalmente diferentes, tanto en posición como en creencias.

Pero lo hicieron funcionar, cuando José interpretó el sueño de su Faraón sobre los 7 años de abundancia y los 7 de hambruna, aunque preocupante, se podría manejar e Israel confiaba en su gente solo se movería a otro lugar donde hubiera comida, le prometió visitar tanto como pudiera si eso ocurría.

Y si, se movieron, pero a tierras egipcias, primero los hermanos de José pidiendo comida, luego, cuando se reconciliaron, fueron todos, no solo el pueblo de José, si no muchos más.

Se convirtieron en un problema, que el siguiente Faraón se encargó de corregir...

Se convirtió en el fin de lo que tenía con Israel. Apenas podían mirarse de frente los años siguientes. Incluso si en algún momento volvieron a intentarlo, ahora que podían estar juntos nuevamente sin terminar en gritos y reclamos de parte de ambos.

Pero, incluso ahora, muchos años e intentos después, esa herida entre ambos realmente no había sanado del todo, y con esto, se había vuelto a abrir, más dolorosa que nunca.

El resto del día transcurrió igual, Egipto se perdió entre sus recuerdos hasta que empezó a anochecer y vio a esclavos y egipcios retornar a sus hogares, apartó la mirada de los hebreos tan pronto vio a las mujeres comenzar a salir de sus hogares a encontrarse con estos.

No tenía tiempo para pensar en lo que ocurriría cuando estas les dijeran lo que había ocurrido hoy.

Ya era hora de verse con Israel.

Bajando de la estatua en la que se encontraba Egipto decidió caminar hasta donde él e Israel solían reunirse, un pequeño canal que dividía ligeramente los terrenos egipcios de los hebreos, una forma en que ambos se pudieran sentir cómodos, además de que era imposible para cualquiera verles desde ahí, así que Egipto no debía preocuparse por sus sacerdotes descubriendo sus reuniones con la etnia.

Para cuando llegó la luna se encontraba ya en lo alto del cielo, dando a todo el lugar un toque azulado que aunque hermoso, le dificulta saber si su compañero ya estaba ahí.

No había señales de Israel hasta donde podía ver.

Por un segundo Egipto bajo la guardia en lijero shock, ni siquiera cuando se esclavizó a su gente hace tantos años Israel había dejado de reunirse con él, así que donde...

Un golpe directo a su cara fue su respuesta a su pregunta no verbal.

Fue mera suerte que no se hubiera caído por completo al suelo luego de eso, aunque definitivamente su ropa término manchada con lodo, su mejilla derecha le estaba empezando a arder y podía sentir que su ojo no se había librado tampoco del golpe.

Había olvidado cuán fuerte podía golpear Israel.

Y hablando de él...

Frente a Egipto se encontraba una etnia muy molesta, dos líneas horizontales azules surcaban su cara y en el medio de esta, una estrella de 6 puntas, Israel se alzaba frente a él, la furia inicial parecía reemplazarse con una extraña mezcla de tristeza y... ¿eso era decepción?

Egipto realmente prefería la furia de Israel, con la furia podía ignorar fácilmente el pozo de culpa, que intentaba reprimir desde la mañana, regresando con toda su fuerza.

Entonces Israel habló por primera vez desde su llegada.

Durante años he aguantado cada una de las cosas que tu gente le hace a la mía, porque  te aprecio, porque de verdad entiendo que tú no tienes un verdadero control de lo que tus faraones ordenan, me lo dejaste claro cuando estos esclavizaron a mi gente, pero ¿esto?, esto no fue algo que tu Faraón ordenara solo, esto fue también idea tuya.— Durante todo su discurso, la voz de Israel permaneció firme pero baja, no grito ni alzó en lo más mínimo la voz o hizo otro avance para volver a golpearlo. 

Sus palabras se sintieron como puñetazos de todas formas, pero a pesar de eso aún sentía la inútil necesidad de defenderse de tales acusaciones, sin importar cuán ciertas eran.

¿Como estas tan seguro de que esto es algo que yo quería provocar?— Esperaba realmente que la leve desesperación no haya sido notada por el contrario.—¿Qué te hace creer que tuve lo más mínimo qué ver en esto?

Porque te he conocido durante muchos años Egipto, y si no hubieras tenido que ver con esto no habrías esperado hasta ahora para enfrentarme habrías venido incluso antes de que esto pasara para advertirme, no me habrías dejado oportunidad de golpearte y lo más importante...— Guardó silencio por unos segundos y Egipto notó que de repente Israel más cerca de él que hace un momento.— No tendrías ningún problema en mirarme a los ojos si esto no hubieras estado involucrado en esto

Lo último fue dicho con tanta convicción que a Egipto le parecía imposible seguir negado la cruel realidad y de repente sintió algo que no había sentido en mucho tiempo...

La terrible necesidad de pedir perdón, pero claro, su alma y su orgullo no le iban a permitir cargar la culpa solo.

¿Y qué querías que hiciera? Tu gente estaba empezando a asesinar a la mía en un estúpido intento de obtener "libertad", si seguían de esa forma, mi Faraón los habría matado a casi todos, creí que esto era el mal menor, nunca creí que Seti habría ordenado matar a bebés, créeme por favor.— Oh por Nut* que lo sentía en sus ojos no fueran lágrimas, por favor.— Nunca quise esto, si hubiera habido otra manera, créeme que la habría tomado, pero se me acababa el tiempo, tú pueblo no se detenía y yo— Detuvo lentamente su diatriba al ver la cara de Israel cambiar su expresión.

Parecía bastante sorprendido, las leves lágrimas que tenía al comienzo de su reunión se habían secado hacía tiempo y Egipto se preguntó qué lo sorprendió tanto, hasta que sintió algo húmedo bajando por sus mejillas, irritando levemente la mejilla derecha y confirmando su anterior sospecha.

Estaba llorando.

Oh dioses, estaba llorando frente a Israel.

Este día estaba empeorando por momentos, solo quería regresar al palacio y fingir que nada de esto había ocurrido por un tiempo, intentó secarse las lágrimas tratando de salvar algo de dignidad, pero no podía todas las emociones que intento reprimir ese día lo estaban alcanzando, ahogando.

Egipto sentía que se estaba asfixiando, quería salir de ahí.

Ni siquiera registro que había seguido intentando explicarse entre sollozos, no podía siquiera registrar lo había estado diciendo, lo único que se registraba en su cabeza era que Israel seguía ahí parado, su sorpresa inicial parecía haberse ido y ahora solo parecía conflictivo sobre qué debía hacer con ese desarrollo.

Pareció tomar una decisión, porque lo siguiente que hizo fue poner una mano sobre su dañada mejilla, y por un breve pero maravilloso momento creyó que Israel podría perdonarle, que podría hacer algo para compensar sus descuidadas acciones.

Las siguientes palabras de Israel no tuvieron problema en destruir su pequeña y casi inalcanzable ilusión.

Tal vez esto te enseñe a pensártelo dos veces antes de actuar, pero quien sabe, últimamente pareces tienes una tendencia a decepcionarme— No podía entender el tono en el que lo dijo, pero el mensaje quedaba más que claro...

Sus disculpas y explicaciones no valían nada para Israel, para él, Egipto era el principal  culpable de toda esta situación.

La mano en su mejilla fortaleció levemente su agarre un momento antes de soltarse casi como si Israel se hubiera dado cuenta de lo que estaba haciendo.

Israel pareció apresurarse a decir algo, pero Egipto ya no lo estaba escuchando, lo siguiente que recuerda fue decirle apresuradamente a Israel sobre Moisés, darse la vuelta, extender sus alas y salir volando lo más rápido que podía.

La voz de Israel le llamó, pidiéndole detenerse y volver.

Él no lo hizo.

Llegó al palacio, a un área escondida donde se encontraban sus aposentos, una vez en ellos se sentó en su cama, intentando tranquilizarse, tratando de recuperar algo de su calma de siempre. No funcionaba, seguía llorando como una nación recién formada*.

Se arrancó descuidadamente los brazaletes de sus brazos y el collar de su pecho.

Se provocó algunas heridas, que empezaron a sangrar lentamente.

 No le importo.

Creía que estaba sido un idiota, que Israel era el único perjudicado real en todo esto, y que él estaba siendo un hipócrita actuando como si fuese su gente la que estuviera sufriendo con esto.

Y tal vez mañana, Egipto se arrepentiría de haber pensado en eso, se arrepentiría de haber mostrado tanta debilidad frente a Israel, de haberle dicho sobre Moisés, de haber actuado tan patéticamente...

Pero esa noche Egipto estaba demasiado ocupado recogiendo los restos de si mismo, intentando prepararse para lo que sea que viniera el día siguiente.

Egipto se quedó dormido entre lágrimas y sangre, si era suya o de los cientos de bebés asesinado ese día no sabía y no le importaba.

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*José: Descubrí hace poco que hay como una "precuela" del Príncipe de Egipto llamada, "José, el Rey de los sueños" o el soñador. Tendrá un poco más de relevancia más adelante, espero, probablemente no.

*Nut: diosa egipcia de la noche.

*Nación recién formada: una forma de decir "llorar como un bebé" a lo CountryHumans.

Debo admitir que estaba algo estresada cuando escribí esto y creó que salió más deprimente y desordenado de lo que esperaba, perdón. El siguiente capítulo será un poco más alegre.

También, cualquier incongruencia o falta ortográfica, si son tan amables de señalarla, con gusto la arreglare.

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