Príncipe Bumblebee.
Nuestro amado scout se escabulló a la habitación de sus padres adoptivos, con la esperanza de encontrar información valiosa que le ayudara a regresar a su hogar.
Pero se encontró con algo que le instruyó el camino...
Más bien... "Alguien".
—¿A dónde vas, pequeño travieso?—
Megatron cargó a Bumblebee en cuánto lo vió y lo dejó sobre la cama.
El scout realmente no se lo esperó, pensó que Megatron ya estaba en el "trabajo" o en general, fuera de la casa.
Amoroso cómo siempre, el Soberano besó la frente del bot amarillo. Quién cerró sus ojos dejándose sin más.
—¿Quieres ver caricaturas en la televisión de papá?—
Viendo sus planes frustrados, Bee asintió un poco.
Megatron lo acomodó en la cama arropándolo y dejándole el control a un lado.
—Ya vuelvo, iré por mi capa, no cambies el canal a cosas de adultos—
Bee negó con una tierna sonrisa, ganándose otro beso en la frente por parte del monarca, quien se fue después de eso.
No había nadie en la habitación.
Tal vez... Y solo tal vez... Era el momento perfecto para ponerse a buscar.
Se destapó y lentamente se bajó de la cama sin hacer ruido. Prestando atención a su alrededor.
La habitación de la pareja era más austera, simple, no estaba llena de lujos cómo la del príncipe, ni llena de color.
Era una habitación práctica dónde todo estaba a la mano.
A excepción de un muy interesante baúl.
Bee se acercó un poco, pero fue detenido de nuevo por la misma voz.
—Ni siquiera lo pienses Bumblebee, portarse bien dos días no significa que te levantaré el castigo de 2 ciclos—
Estaba confundido.
—¿Qué hay en el baúl?—
Preguntó Bee, desconcertando a Megatron. Pero rápidamente pensó que era una treta de su hijo para librarse del castigo.
—No caeré en tú juego, tú sabes que hay allí —
El scout miró el baúl y pensó un poco. Este no era el momento correcto de revelar su identidad.
—Oh, vamos papá, por favor, devuélveme mis cosas, ¿Si?—
—No, no otra vez, confiaría en ti de nuevo para usar esos propulsores de no ser por qué los usaste en casa destruyendo el vitral familiar—
Megatron caminó hacia Bee otra vez y lo cargó de nuevo.
—Demuestra que ya eres un buen niño y te los devolveré en tú cumpleaños—
Y tras esa promesa, el Sire besó su mejilla llevándolo otra vez a la cama para que viera la televisión.
El amor paternal, que este ex-gladiador le daba, realmente lo confundía mucho.
Quizás incluso ya en su dimensión se llegaría a confundir con el verdadero...
Un segundo.
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— Tráiganlos —
Ordenó, el líder Decepticon a sus sequito. Quiénes tras una reverencia obedecieron la orden.
Trayendo a rastras, encadenados y amordazados a todos los aliados Autobots. Incluído el poderoso Prime.
Megatron se carcajeaba ante la situación, realmente ninguno se esperaba estar allí.
El decepticon se carcajeó y tras una breve pausa se levantó, caminando hacia el líder de la resistencia.
Sujetó con fuerza el mentón de Optimus y sonrió.
—¿Asustado?—
Lo soltó con desprecio, dejándolo caer al suelo.
—Seguro que te preguntas, ¿Cómo fue qué pude emboscarlos tan rápido? ... Bueno. Tú estúpido scout me contactó hace un par de horas diciéndome exactamente hacia dónde irían... supongo que después de todo no era realmente fiel a tu...—
Ratchet al escucharlo, se quitó la mordaza velozmente, interrumpiendo al maquiavélico líder.
—¡Él no es nuestro Bee!—
Seguido de él, fue Arcee.
—¡Él viene de otra dimensión! Ratchet, dile—
—Estás loca, ¿Y sí este psicópata cree que miento? —
Megatron los miró, haciendo a un lado a Prime.
—¡Hablen ya! ¿Qué carajo quieren decir con qué no es su "Bee"?—
—Arcee, no—
—Si no le decimos nos matará —
—Lo haré de todos modos—
—No creo que lo quieras hacer después de esto-
Aclaró Arcee, tomando valor para hablar.
—Él viene de una dimensión dónde él es... Príncipe —
Megatron estaba confundido.
—...¿Y eso que tiene de extraordinario?—
—Es nuestro hijo Megatron—
La voz de Optimus resonó no solo en la habitación, sino que en toda la base decepticon.
Dejando estupefactos, paralizados e impactados a todos en el lugar.
Incluyendo al líder.
En toda la habitación se sintió un ambiente tenso e incómodo con esa declaración.
Ahora todo tenía sentido... Y al mismo tiempo... Era difícil de creer.
— ... ¿Mi hijo?—
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—Soberano Prime, ¿Está ocupado?—
Bromeaba el Sire, entrando a la biblioteca de su conjux quién estaba leyendo unos pergaminos antiguos.
La voz de su amado esposo lo alegró y aún más por qué detrás de él escuchó la dulce risa de su bebé.
—Por supuesto que sí, Lord Megatron, pero, ¿Qué necesita?—
Se giró encontrando una pequeña escena cómica entre padre e hijo.
Pues el rey, tenía sujetado al scout cómo un pequeño paquete, envuelto en una cobija. Quién no dejaba de patalear y carcajearse tratando de escapar.
—Tengo una entrega especial, desde el centro de Primus para usted—
Megatron se acercó a su pareja, entregándole a Bee con cuidado, siendo recibido con mimos por parte de su Carrier, quién lo puso contra su pecho de inmediato.
—Aww, mírate, me recuerda tanto al día que naciste—
—Oh, si, fue tan maravilloso, ¿Recuerdas? —
Los padres hablaban entre si, con nostalgia y amor. Megatron tomó de la cintura a Optimus contrayendo el cuerpo del Prime hacia el suyo, haciéndolo sonrojar.
— Estábamos aquí, leyendo, cuándo tú madre gritó: "oh no, creo que el bebé ya viene" y corrimos y descubrimos que era una falsa alarma de tu madre hipocondriaca—
Optimus soltó una risa y se separó del abrazo sin soltar a Bee. Pero pronto el scout se bajó con cuidado, abrazando la manta.
—No era una falsa alarma, y no soy hipocondriaco—
—Ush, claro que si—
Insistió el Sire, tomando por detrás a su Conjux, asustandolo.
—¡Megatronus, no! —
Sin escuchar a su pareja, el bot plateado se pegó tras la espalda de su amado, acariciando su cintura, mientras que Optimus acariciaba sus manos.
—Y entonces Ratchet nos dió un pequeño morralito de tela —
Besó la mejilla de Optimus y continuó el relato, ahora ambos mirando a Bumblebee.
—Y nos dijo: "Aquí está"—
Prime interrumpió:
— "Este es el pequeño Sparkling por el que no me dejaban dormir en ciclos"—
Los tres rieron.
Bumblebee se sentó en el suelo aún abrazando la cobija y esperó el desenlace de tan bello recuerdo.
La pareja se miró con amor. Megatron besó el dorso de la mano de Optimus y el Carrier continuó:
—El primero en abrazarte fui yo... Eras tan pequeño... Cabías en una de las manos de tu padre...—
—Lo cuál era curioso, por qué tú mamá tenía una pancita muy muy grande—
—¡Megatronus!—
Ahora solo dos reían en complicidad.
—Tenías tus ojitos cerrados cuándo te vimos por primera vez, no parabas de llorar y tú padre te cargó por qué no querías que te arrullara—
—¿En serio?—
Preguntó Bee, cómo si en serio fuera parte de ese recuerdo.
—Yo fui el primero en ver tus ojos—
Respondió Megatron. Pero Optimus se comenzó a carcajear recordando mejor ese momento.
—Si, pero le tenías miedo después de eso por qué sonrió y te daban miedo sus colmillos—
—Oye, no es mi culpa tener tantos colmillos —
—Es cierto, querido, pero tus comillos son hermosos —
Prime palmeó la mano de su pareja cómo consolación y los dos sonrieron.
La felicidad entre ambos padres llenaba de alegría el corazón del scout.
Pero al mismo tiempo.
Lo hacía recordar, qué él no pertenecía a esa historia...
Y que cuándo volviera a casa.
Esa alegría... Se esfumará.
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