Príncipe Bumblebee.

Megatron entró intempestivamente a la habitación de su hijo.

—Habla ya, ¿Ahora en qué problema te...?—

La habitación se quedó en silencio, cuándo al alzar la mirada, el Sire encontró a Bee sobre la cama, bastante tranquilo jugando con un datapad.

Pero aunque la postura de Megatron tembló por un momento, volvió a estar firme, dispuesto a descubrir en que lío se había metido su hijo ésta vez.

Cruzado de brazos, se recargó en el marco de la puerta, esperando que Bee hablara.

—¿Y bien?—

El scout lo miró confundido.

—¿Qué de qué?—

— No me mientas, tú madre no está aquí, habla ahora antes de que me enoje más, ¿Ahora a quién le debes dinero?—

—... A nadie—

Lo miró con sospecha, analizando cada uno de sus movimientos.

—¿Con quién te peleaste?—

—... ¿Con nadie?—

Bee alzó los hombros con aún más confusión, pero las declaraciones de Megatron, le dieron indicios sobre lo que pasaba entre su contraparte y sus padres.

Megatron cerró la puerta detrás de él y se acercó más a su "Sparkling".

—¿Entonces?—

—...¿Entonces qué?—

—Nunca pasas todo el día con tú madre, no a menos que te quieras esconder bajo sus faldas—

Bee pensó un poco y aunque la actitud tan pasiva de Megatron le causaba incomodidad; de alguna manera entendía qué... Él no era el loco que quería acabar con la tierra.

Por lo que Optimus le había platicado, Megatron solo era un padre preocupado por la seguridad de su hijo y debajo de esa coraza de severidad y exigencia, había un padre amoroso que esperaba volver a estar con su pequeño.

Así que, tomó valor y se levantó yendo con Megatron.

—No hice nada malo, te lo prometo—

Y en un acto incoherente para su dimensión. Abrazó a Megatron.

—Bienvenido a casa, papá, te extrañé...—

"¿¡Qué diablos estoy diciendo!?"

El mech plateado se encontró bastante consternado por la actitud de "su" pequeño. Pero al mismo tiempo estaba muy contento, por lo que correspondió al abrazo y seguido lo cargó.

—Hola abejita, ¿Cómo está mi amado príncipe?—

Así cómo su Carrier, Megatron le dió un beso en la mejilla a Bee, para después mimarlo en sus brazos.

—Tenías tanto tiempo sin recibirme así, ya ni siquiera me decías "papá"—

—Perdón...—

Se disculpaba el scout, cosa que aunque no lo aceptaría, el Lord lo agradecía. Tenía mucho tiempo esperando esa disculpa aunque sonara egoísta.

Pero él solo era un padre que quería lo mejor para su único hijo y en vez de recibir un abrazo, tan siquiera un "te amo". Siempre que llegaba a casa solo recibía quejas.

—Oh, no no, mi niño, está bien, tranquilo, todos los Sparkling pasan por esa etapa de rebeldía —

Se sentaron en la orilla de la cama para conversar, aunque, siguiendo su rol de hijo perfecto. Bee se acomodó en el regazo del Sire.

Quién ya más calmado y bastante alegre lo abrazó.

—Verte así me hace muy feliz—

—¿Así cómo?—

—... Feliz—

Bee tenía ganas de llorar. La situación lo estaba poniendo muy mal.

"Estos padres solo buscan la felicidad de su hijo... ¿Por qué no sería feliz? ¿Qué le falta? Tiene amor, una familia tiene un techo, todo al alcance. ¿Qué le haría falta a alguien cómo él?"

Y entonces lo entendió.

"Ese es el problema, jamás le ha faltado nada, ni amor, ni energon, todo lo tiene... Él solo está..."





—Aburrido, es un fastidio ser un príncipe todo el tiempo, mi Carrier es una molestia, todo el tiempo hablando de tonterías de la historia de Cybertron y esas cosas, ¡Agh! y ni hablar de mi Sire... Es solo un anciano sin nada más que hacer que joder mi existencia pidiéndome "excelencia" de algo que yo no quiero ser—

Contaba el príncipe a los humanos visitantes, mientras hurgaba entre las cosas de los demás buscando energon.

Jack, Rafa y Miko se miraron entre sí.

Este Bee no les caía muy bien.

—¿Por qué odias tanto a tus padres? Se escuchan buena onda—

Comentó Rafa. Extrañado por la actitud de este Bee.

—¡AAAaaagh! ¿Qué tengo que explicarlo otra vez? Con razón son seres inferiores, pero me pondré a tu nivel para explicarlo—

El monarca se puso en cunclillas mirando a los tres humanos, hablando entre pausas:

—Yo... no... quería... nacer—

—¿"Nacer"? ¿Qué no se supone que a ustedes los crean?—

Aclaró Jack y el Bee impostor se mostró más contento por esa reacción.

—¡Exacto! Muchas gracias, orgánico. Pero a mis padres les dió por querer engendrar un Sparkling, o sea yo—

Mientras continuaba el relato modificó su voz a una más exagerada y sarcástica:

—Pero ellos, sufrieron mucho por tenerme, blah, blah, blah, le oraron a Primus para tener un hijo...Y es dónde yo me pregunto, si no había resultado, ¿Por qué siguieron insistiendo? ¿Esa no era una señal de su "deidad" de qué yo no quería existir? Y por su maldito capricho ahora tengo que obedecer lo que me dicen y es aburrido, ¿Okay? En conclusión, mi vida es aburrida, mis padres son un asco y de verdad los odio, prefiero estar aquí haciendo... lo que sea que ustedes hagan—

Después de esa "breve" queja, continuó buscando su cometido.

—Que horrible eres, tus padres te aman tanto y tu, ¡solo dices que los odias!—

Miko estaba en desacuerdo de la actitud del mimado príncipe.

—¡Claro! ¿Por qué habría de querrerlos? Solo me arruinaron la vida, no me digan que ustedes los "aman", solo te prohiben hacer cosas divertidas y ajá—

—Lo hacen para protegernos—

Agregó Rafa.

—Ay si, ajá, mucho miedo que le tengo a su bobo planeta orgánico, ¿Dónde está el maldito energon aquí?—

—Está racionado, genio, está bajo la seguridad del gobierno, pero sobre todo de Ratchet—

—Un momento...¿¡"Racionado"!? O sea, que... ¿Escacean de energon?—

Los tres humanos asintieron.

En ese momento, el príncipe se quería morir, se tiró al suelo, haciendo berrinche.

—¡No! ¡Esto no puede ser posible! ¡Ya me quiero ir!—

—¿Y ahora qué te pasa? ¿Qué no sabes que los cybertronianos viven mucho tiempo sin energon?—

—No yo ¡Duh! Mi mami si me cuida y yo bebo y como energon las veces que quiera en el día —

Los tres humanos se cruzaron de brazos viendo con burla al Bee falso. Apunto de carcajearse.

—Entonces solo eres un bebé de mami rebelde, ¿No?—

Dijo Jack, sintiendo una especie de victoria.

—¿De qué hablas, ser inferior? Yo puedo cuidarme solo, no necesito a nadie—

—Creíste que podrías retar a tus padres yéndote de casa, pero ahora estás atrapado aquí, sin lujos, ni energon... Mientras que seguro cómo dijiste, nuestro Bee está en tu casa, disfrutando de tus lujos... Así que tus papás no creo te extrañen...—

La amenaza era clara, ahora el príncipe si estaba asustado.

Lágrimas empezaron a brotar de sus ópticos, llorando y pataleando en una rabieta sin control.

—¡YA QUIERO A MI MAMÁÁÁÁ!—

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