44° CAPÍTULO

-- No _ De forma fría y directa, el sujeto le contesto.

Rini al escuchar la respuesta negativa, volvió su rostro hacia el otro lado a seguir buscando entre ellos a su esposo.

Estuvo así muy impaciente durante unos segundos, hasta que a lo lejos vio algo que le llamo mucho la atención.

Observo que 4 soldados traían sobre sus hombros una camilla rústica y sobre esta estaba un muy mal herido Fighter.

Rini que no lo podía creer, abrió los ojos y la boca al mismo tiempo, debido al impacto que aquella imagen le ocasiono.

Pero como si el destino estuviera en su contra, aquellos hombres pasaron por delante de ella, sin siquiera notar su presencia y dolor.

Rini al ver muy de cerca el cuerpo mal herido de su esposo, no soporto más y su cuerpo cedió, cayendo así de rodillas frente al suelo mojado y manchándose de barro.

Con la respiración entrecortada y las mejillas llenas de lágrimas, Rini no podía procesar bien la situación vivida segundos antes.

Estuvo así, en completo shock durante unos segundos.

-- ¡Hey rubia!, .... Vámonos, está lloviendo muy fuerte _ Se acercó de pronto Sammy, atrás de ella, con una hoja de palmeras que lo utilizaba como paraguas.

Rini que aún mantenía su mirada al frente, no se percató del pequeño.

-- ¡Vámonos!, .... ¡Vámonos!, .... ¡Vámonos! _ Golpeado el hombro de su hermana, Sammy intento captar su atención.

Pero Rini a pesar de la insistencia de su hermano no se movió de ahí.

De pronto Sammy, jaloneo de forma brusca a su hermana para poder irse a un lugar seco.

La joven al recuperar el control de su mente, siguió a su hermano.

Luego de unas horas de caminata, Rini y Sammy llegaron al alojamiento en la cual estaban alojados temporalmente.

-- ¿Qué sucede rubia? _ Pregunto Sammy.

Rini, al escuchar la pregunta recordó lo que sus ojos le habían mostrado horas antes y se puso a llorar nuevamente.

-- ¿Qué pasa?

-- Lo vi, .... Vi a Fighter.

-- ¿Qué?, .... ¿Y él te vio?

-- No Sammy, no, .... Fighter no me vio, .... Porque él está muy herido.

-- ¿Qué?

-- Vi que 04 soldados lo llevan sobre sus hombros en una camilla, .... Tenía los ojos cerrados y la cara muy pálida; .... Creo que habría pedido mucha sangre.

-- ¿Estas segura que era él?

Rini, asintió a la pregunta con los ojos cerrados y las lágrimas bajando por su mejilla.

Sammy, al tratar de consolar a su hermana simplemente la abrazo.

Los días pasaron, y Andrew sabiendo muy bien la situación delicada de su amigo, decidió llevárselo a escondidas de todos a un lugar secreto.

El Primer Ministro y los consejeros que los habían acompañado en la batalla, aceptaron rápidamente la propuesta de Andrew.

Y así el rubio, se llevó a su amigo hacia un templo budista, ubicado en la aldea escondida de Katon.

Como ya antes Andrew había estado ahí, los monjes lo recibieron con los brazos abiertos, y no pusieron peros a la presencia de su amigo herido ahí.

Más por el contrario, lo acomodaron en una de las habitaciones principales, y le comenzaron a curar las heridas de guerra.

Pasaron los días y las heridas de Seiya, señalaban que se estaban curando de forma lenta.

Pero él en cambio, no daba señales de querer despertar de aquel sueño, en el que estaba sumergido.

-- Ninguna hierba o medicina le está ayudando, .... ¿Cómo puede un hombre salvar la vida de otro hombre, si este no desea vivir? _ Andrew, de manera impotente expresa sus pensamientos, mientras señalaba a su amigo herido.

Seiya que en ese momento estaba postrado en una manta, estaba siendo curado por una pelirroja.

De pronto, como si recordara pasajes de su vida, su mano fue hacia la mano de esta mujer y la sujeto fuertemente.

La joven se asustó e intento liberarse, pero no pudo hacerlo debido a la fuerza con que la sujetaban.

-- Ri, .... Ni, .... Ri, .... Ni, .... Bom, .... Bon _ Con los ojos cerrados, y apenas un susurro de voz, Seiya llamo a su esposa.

La pelirroja, con el ceño fruncido y la mirada sorprendida, se quitó como pudo la mano de Seiya.

Pero cuando se acercó a Seiya para dejar su mano sobre  su pecho, la joven escucho nuevamente los susurros de Seiya, hacia su esposa.

-- ¿Rini?, .... ¿Bombón? _ Se preguntó la pelirroja, mientras contemplaba a Seiya de forma extrañada.

Andrew, que sabía muy bien de quien hablaba su amigo, prefiero irse de ahí, para ya no seguir escuchando los delirios de amor de su amigo.

Y mientras que en Kinmoku; en uno de los salones se encontraba Diamante muy entretenido mirando como algunas de las bailarinas danzaban para él.

Atrás de él se encontraba Jedaite, mirando también a las jóvenes.

-- Primer Ministro, .... ¿Dónde está Seiya? _ Pregunto Diamante, sin quitar su vista de enfrente.

-- No lo sé _ Respondió muy serio Jedaite.

-- ¿No lo sabes?, .... ¿O estas escondiéndome su ubicación?

-- No sé dónde está.

-- ¿Por qué toda esta lealtad hacia Seiya? _ Muy incómodo, y volteando su mirada, Diamante cuestionó las acciones del Primer Ministro.

-- Mi lealtad es solo hacia el Trono de Kinmoku _ Riendo de forma sarcástica, Jedaite le contesto a Diamante.

Diamante muy conforme con su respuesta, le sonrió y volvió su atención hacia las bailarinas.

-- Con su permiso majestad _ Haciendo una reverencia, Jedaite se fue del salón.

Diamante, que sospechaba sobre la traición de Jedaite, solo le sonrió.

Luego de unos minutos, Jedaite llego al jardín privado de Amy.

Y se unió a ella, para hacer sus rezos.

En el Milenio de plata, las cosas estaban cada vez más tensas.

Ya que el Primer Ministros y el actual Soberano del Reino, no podían ponerse de acuerdo con algunos temas con respecto al Reino y al Palacio.

-- ¡Soy el Soberano!, .... ¡Merezco vivir en el Palacio Plateado! _ Kunzite muy enojado hablo

-- Si, .... Pero no eres miembro de la Familia Real; .... Además ese puesto le corresponde a la Princesa Serena _ Wiseman, también enojado defendía su posición.

-- ¡La Princesa Serena!, .... ¡Esa princesa que tanto defiendes, está muerta!

-- ¿Cómo puedes decir eso?, .... ¿Qué pruebas tienes?

-- ¿Crees que una recién nacida, pudo salvarse de aquella matanza?

-- Nunca encontraron su cuerpo.

-- Por qué murió en el vientre de su madre.

Wiseman, le dedico una mirada de sorpresa.

-- ¿Qué no me mires así?

-- Entonces, .... ¿Cómo quieres que te mire?, .... ¿Además como sabes eso?, Si primero dices una recién nacida y luego mencionas que murió en el vientre de su madre.

Kunzite, recién dandose cuenta de lo que había cometido, se aclaró la garganta un momento.

-- ¡Pues!, .... Si no encontraron su cuerpo, eso es lo más lógico, .... ¿No? _ Respondió, Kunzite tratando de controlar sus nervios.

-- Puede ser, .... Pero yo sospecho que la Princesa Serena está viva, .... Y muy pronto vendrá a ocupar el puesto que le corresponde por derecho, .... Así que no te acostumbres a ese cargo Kunzite, .... Porque, al fin de cuentas todos saben que solo eres un reemplazo temporal _ Y diciendo esas últimas palabras, Wiseman se retiró de ahí y se fue a buscar a Haru.

Kunzite, muy enojado por la palabras de Wiseman, agarro un jarrón y lo arrojo contra la pared.

En la posada, en donde estaban Rini y Sammy; la preocupación era muy palpable en el aire. Debido a ambos príncipes.

La dueña del negocio, que se había encariñado con los Príncipes, les comento que los soldados del Ejército Real, habían partido de su campamento hacia un destino desconocido.

Rini, al escucharla se angustio ya que eso solo significaba que tardaría más tiempo en reunirse con su esposo.

-- ¿No sabe hacia donde pudieron haberse ido? _ Pregunto Sammy.

-- Pues, .... Puede que hacia Kinmoku, .... O alguna aldea cercana a ella _ Hablo la señora un poco pensativa.

-- Oh, ... ¡Pues gracias!

-- ¡De nada pequeño!, .... Pero apresúrate en comer esto, que está caliente, .... Y dale un poco a tu hermana, .... Ya que con esta lluvia, esta sopa les caerá muy bien.

Sammy, asintiendo a las palabras de la señora, se apresuró a ingerir lo que la buena señora les había alcanzado.

Mientras que Rini, lo hizo de forma lenta y pausada.

Y así paso 02 meses más.

En los cuales, Rini sin rendirse seguía buscando a su esposo; y para poder costearse los gastos seguía presentándose de forma anónima en las tabernas.

Otro que igual seguía en una búsqueda sin descanso era el General Darien.

Ya que a pesar de pasar por los lugares que habían estado los Príncipes, el General tenía la mala suerte de llegar muy tarde.

Amy por su parte, estaba muy ansiosa con respecto a saber cómo era la situación actual de su hijo mayor.

Sabía que estaba herido mortalmente, pero no sabía si se había recuperado o no.

Y eso la tenía al borde de la locura, no solo a ella sino que también a sus menores hijos, como también al Primer Ministro y los Consejeros Reales.

Esmeralda, por su parte no podía estar más feliz, ya que el que Seiya este herido de gravedad, solo podía significar que su hijo Diamante pueda acceder al trono sin problemas.

Era de mañana, y las heridas de Seiya estaban cerrando de manera muy positiva; pero su estado de ánimo se deprimía cada día más y más.

Ese día en particular decidió salir de su encierro, y se puso a contemplar de manera delicada y soñadora unas plumas de Pavo Real, en uno de los huertos del templo.

Ambas plumas las tenía en sus palmas de sus manos y las acariciaba lentamente, mientras tocaban también la esclava de su esposa en su palma.

A metros de donde estaba Seiya, se encontraban la pelirroja que era la encargada de cuidarlo; aquella joven miraba muy atentamente cada uno de sus movimientos.

La joven se encontraba recostaba en una de las columnas del pórtico del templo.

En el otro extremo del pórtico, estaban reunidas algunas jóvenes en compañía de Andrew.

-- El Príncipe Seiya se está recuperando _ Hablo muy sorprendida una de las jóvenes son despegar su mirada del Príncipe.

-- Las heridas físicas sanaran, .... Pero las heridas del corazón, .... ¡Ah!,.... ¿Has odio como pronuncia su nombre en sueños? _ Andrew, dando algunos suspiros y negando con la cabeza, hablo a las jóvenes, mientras señalaba a su amigo herido.

Las jóvenes al escuchar las palabras de Andrew, se enternecieron por el relato, y dirigieron su mirada nuevamente hacia donde estaba Seiya.

La joven pelirroja, que estaba a un lado de ellos, también presto atención a las palabras de Andrew.

-- Rini, Rini, Rini, .... O sino, Bombón, Bombón, Bombón, .... Se me parte el corazón cada vez que la llama _ Poniendo sus manos en su rostro, para limpiar sus lágrimas; Andrew expreso su dolor.

Una de las jóvenes que estaba cerca de él, lo miro muy afligida.

-- ¿Andrew, estas llorando? _ Le pregunto de pronto una joven de cabellera negra con algunos reflejos morados.

-- Si, .... Veras mi querida Karmesite, .... Como puedes ver mi corazón es bastante tierno _ Andrew, mirándola de forma triste, le respondió, para después agarrar su mano y colocarla en la altura de su pecho.

-- ¿Rini era muy bella? _ Volvió a preguntar Karmesite, en tono curioso; captando la atención de los presentes.

-- Si, .... Era muy bella, .... Era la mujer más hermosa que hubiera pisado la tierra.

Las demás jóvenes al escuchar la respuesta, bajaron sus miradas apenadas y resignadas.

-- Pero tu también eres hermosa Karmesite, .... Tú también Berjerite, .... Y tu Petzite, eres la más hermosa, más que ninguna otra _ En tono seductor, Andrew les hablo a cada una de las jóvenes en la cual aprovechaba para acariciarlas el rostro y flirtear un poco con ella.

Las jóvenes al escuchar los halagos de Andrew sonreían de forma tímida y bajaban la mirada muy sonrojadas.

La pelirroja que había escuchado todo, volvió a dirigir su mirada hacia Seiya y lo observo en silencio por unos segundos.

-- ¿Qué clase de amor es este que aún vive tras la muerte de ella? _ En tono soñador hablo la pelirroja, sin quitar la mirada de Seiya.

-- Es un amor puro y verdadero, .... Que a pesar del tiempo y las circunstancias, siempre vivirá _ En tono serio Andrew respondió a la pregunta.

Las jóvenes al escuchar la respuesta, volvieron a contemplar al Príncipe Seiya en silencio.

Seiya, que aún mantenía las cicatrices de sus heridas; seguía mirando de forma soñadora y enamorada la pluma de pavo real junto a la esclava de su esposa, que las tenía en la mano.

-- Cuando te fuiste la primera vez no miraste atrás, .... Pero la segunda vez que lo hiciste, .... Fue cuando estaban estas plumas presentes, .... Ahí fue cuando miraste atrás _ Recordando lo vivido con su esposa, Seiya comenzaba a perderse en sus memorias.

Así Seiya se pasaba las horas, y luego los días; añorando a su joven esposa ante la vista de los demás.

Pero un día, Seiya sentía que su cuerpo tenía una mejor flexibilidad que días anteriores.

Así que salió a dar un pequeño paseo en la amplia huerta del templo; cuando había caminado algunos metros oyó un sonido que hizo que una sonrisa sarcástica se dibujara en su rostro.

Y caminando lo más rápido que su cuerpo le permitía, fue hacia el interior del templo, se dirigió hacia su habitación, saco un arco y unas flechas, para volver a donde había estado antes.

Con una mirada fija en el horizonte y la respiración sincronizaba con el viento, Seiya se preparaba para cazar al magnífico animal que tenía al frente.

Tensando la flecha en el arco, Seiya se alistaba para disparar de forma rápida y certera hacia el pavo real.

-- ¡Para!, .... ¿Qué crees que está haciendo? _ Poniéndose en medio del camino de la flecha y el animal, la pelirroja intentaba salvar la vida del ave.

Seiya al ver que era la pelirroja que le atendía las heridas, la miro de forma seria; y relajo su cuerpo solo un momento.

Pero sin dejar de bajar sus armas.

-- No dejare que mates a ese inofensivo pájaro _ Muy segura de sus palabras la mujer hablo.

-- ¡Quítate de ahí! _ Con la mirada fija, Seiya hablo.

-- ¿Por qué debería hacerlo?, .... Él, merece vivir tanto como tú y yo.

-- ¡Dije que te apartaras!, .... ¡Lárgate! _Elevando el tono de su voz, Seiya volvió a hablar.

-- Quita la flecha, .... Vamos quítala, .... Y me iré de aquí _ Retándolo, la joven no se movió de su lugar.

Seiya, al ver la terquedad de la joven, la miro de forma seria.

Luego de unos segundos, le dedico una mirada seria, y comenzó a bajar el arco y la flecha de forma lenta, sin dejar de mirar a la joven.

Cuando ya había bajado totalmente las armas, Seiya le dedico una sonrisa sarcástica a la joven.

La pelirroja, le dedico una mirada incrédula, ya que no entendía porque el Príncipe le sonreía de aquella manera tan inusual.

Así que, paso tan solo unos pequeños segundos, cuando Seiya volvió a levantar el arco y la flecha, y de forma rápida disparo aquella flecha sin dudar hacia su objetivo.

La joven al ver que la flecha había salido disparada hacia su dirección, cerró sus ojos de forma rápida, debido a sus reflejos.

Seiya miraba todo de manera burlona, ya que le pareció muy irónico que se asustara la joven, cuando apenas unos segundos antes le había estado enfrentando.

La pelirroja, al sentir el rozar de la flecha muy cerca de su rostro, fue cuando abrió los ojos, y se dio cuenta que aquella flecha había impactado al costado de ella, muy cerca de su oreja derecha.

Sin poder creerlo se recostó unos breves segundos en el árbol, y luego miro de forma temerosa hacia el Príncipe.

Seiya al sentir la mirada sobre él, se limitó a dedicarle una mirada de superioridad, mientras le sonría de forma sarcástica.

La joven, le sonrió de forma temerosa, y luego salió corriendo de ahí; en dirección al templo.

Seiya al verla huir, se burló por como la joven valiente, había resultado ser nada más que una simple mujer miedosa.

-- ¡Parece que solo tú eras la única que me podía hacer frente Bombón! _ Hablo Seiya de forma melancólica, mientras acariciaba nuevamente su collar, que no era más que la esclava de su esposa.

Por su parte la joven pelirroja, llegaba corriendo de forma agitada, y comenzó a subir los escalones del templo.

A los costados de las escaleras se podía apreciar a niños y adolescentes que estaban ocupados en diferentes trabajos.

Como afinar instrumentos musicales, lavar algunas frutas y la fabricación de collares de flores.

-- ¡Kakyuu!, .... ¡Kakyuu! _ De pronto llamo una mujer de cabellera roja, en lo alto de las escaleras.

La joven pelirroja, apresuro sus paso y entonces llegó hasta donde se encontraba la señora mayor.

-- ¿Dónde estabas Kakyuu?, .... La ceremonia te aguarda, .... ¡Vamos, vamos! _ De pronto salió un hombre de cabellera castaña, y se colocó al costado de la mujer mayor.

Kakyuu, al sentir las manos de su abuelo en su muñeca se apresuró en seguirlo.

La abuela de la joven, les seguía en silencio muy de cerca.

Caminaron de forma apresurada, hasta que el señor le indico a su esposa y nieta que debían de apresurarse.

Las mujeres asintieron en silencio y se apresuraron en alistarse.

Mientras que en la sala del Templo Budista, se encontraban reunidos el abuelo de la joven, junto con su amigo de infancia el señor Liyan.

Aquel hombre tenía el cabello negro y los ojos de igual color.

Él estaba junto a su esposa y su joven hijo, que era una copia más joven que él.

-- ¡Hashirama!, .... ¡Qué alegría volver a verte!

-- Lo mismo digo Liyan.

-- Mira te he traído a mi hijo Kiang, .... ¿Espero que sea del agrado de tu nieta Kakyuu?

-- Ja, ja, ja, .... Creo que de eso no tengo dudas.

Estuvieron así hablando los hombres mayores, mientras esperaban de forma impaciente la presencia de la joven pelirroja.

La joven por su parte, se comenzó a acercar en donde se encontraban reunidos, en forma lenta y silenciosa.

Estaba un poco nerviosa, ya que dentro de unos segundos conocería a su futuro esposo.

Así que con paso firme y la mirada baja, se acercó a ellos, sosteniendo una bandeja de dulces en sus manos.

De un momento a otro su abuelo, junto con su amigo e hijo, levantaron la vista.

Y fue en ese instante que observaron a la tímida joven entrando al salón.

El joven Kiang, al verla no podía apartar la mirada de la joven.

Su padre, el señor Liyan; sonrió muy satisfecho debido a la buena elección que había hecho con la mujer de su hijo.

-- ¡Ven, cariño, ven aquí! _ Muy orgulloso de la belleza de su nieta, Hashirama la llamaba con su mano.

Kakyuu, muy nerviosa y con una sonrisa nerviosa se acercó ante ellos, sin levanta la vista aún.

Atrás de ella, se había quedado su abuela Mito; observando que todo salga bien.

-- ¡Es muy hermosa!, .... ¡Muy exquisita! _ Susurro Liyan a su hijo.

Kiang no dijo nada, solo se limitó a contemplarla en silencio y observarla muy detenidamente.

Kakyuu, sabiendo que todas las miradas estaban sobre ella, se acercó rápidamente hacia donde estaba el joven, para inclinarse y ofrecerle algunos de los dulces que había en la fuente.

Kiang, que sabía muy bien que debía de hacer; extendió su mano hacia la fuente y escogió un dulce, sin dejar de mirar a la joven pelirroja.

Los mayores, por su parte contemplaban muy emocionados aquel primer encuentro.

-- ¡Hacen una pareja muy adorable!, .... ¿No lo crees amigo? _ Opino muy emocionado el abuelo de la joven.

-- Si, de eso no hay duda, Hashi _ Respondió el amigo.

Kakyuu, después de ofrecerle el dulce al joven, paso la fuente hacia el padre de este.

Liyan, al tener la fuente al frente escogió al igual que su hijo el mismo dulce.

Kakyuu, muy nerviosa, sonrió de forma apenada, luego dejo la fuente de dulces en la mesa baja y luego retrocedió sus pasos y se fue hasta donde se encontraba su abuela.

Los tres varones, en todo ese momento no despegaron la mirada de la presencia de la joven.

Mito un poco confundida había observado, las miradas que su nieta había obtenido.

Cuando Kayuu, había llegado cerca de su abuela; cambio su semblante de nervioso a serio.

-- ¡Abuela Mito!, .... ¡Hoy en la mañana, me encontré con el Príncipe Seiya! _ Muy firme en sus palabras, Kakyyu le contó a su abuela sobre su pequeña aventura.

-- ¡Seiya! _ Muy asustada su abuela repitió el nombre del Príncipe Guerrillero.

Pero antes que Kakyyu pueda responder, una pequeña frase llamo mucho su atención y la de abuela.

-- ¡Ella están tímida!, .... ¡Además que es muy tranquila y tiene muy buen humor! _ Hablaba su abuelo con sus invitados, mientras la señalaba.

Liyan y su hijo escuchaban muy emocionados las palabras del castaño, para luego mirar muy sonrientes hacia donde encontraba la aludida.

Kakyuu, sonrió de forma forzada, para luego inclinarse hacia donde su abuela otra vez.

-- ¡Cada vez se está volviendo más cruel, frío y déspota! _ Comento a modo de susurro la joven.

Mito, escuchaba todo muy interesada, por el tono de voz que su nieta había usado.

-- ¡Todos le temen a ese Príncipe Guerrillero; pero yo no lo hago! _ Hablo muy orgullosa de sus actos, mientras levantaba una de sus cejas y dirigía nuevamente su vista hacia el frente.

La abuela Mito, sin poder creer en lo despistada que su nieta se había vuelto, sonrió de forma burlona, y observo hacia donde se encontraba su esposo.

-- ¿Qué es lo que tanto susurras?, .... ¿Dime pequeña, qué opinas de mi hijo? _ Pregunto un emocionado Liyan, que se había dado cuenta de los susurros que había entre la joven y su abuela.

-- Dime cariño, .... ¿Estás feliz? _ Pregunto su abuelo muy contento, después de haber hablado brevemente con el joven Kiang.

Kakyuu, observo a los tres hombres que estaban al frente y les regalo una sonrisa pequeña, sin decir nada.

Kiang, por su parte la miraba muy emocionado.

-- ¡Si abuelo!, .... ¡Muy feliz! _ Respondió después de unos breves segundos en silencio, con una sonrisa en su rostro Kakyuu.

Mito observaba a su nieta en silencio.

-- ¡Si!, .... Enhorabuena, ha aceptado _ Hablo muy emocionado Hashirama, mientras entrelazaba sus manos con la de su amigo y su hijo, que estaban igual que él.

-- ¿Aún no te das cuenta? _ Pensó tristemente su abuela, mientras contemplaba a su nieta, que era sentada al lado de su prometido, después de dar su respuesta.

Kakyuu, una vez al lado de Kiang, lo observo fijamente en silencio y le pareció un joven muy atractivo, pero no tanto como lo era el Príncipe Seiya.

Kiang, por su parte, había quedado muy cautivado por la belleza de la pelirroja, que le era difícil despegar su vista de ella.

Hola Dostys, de verdad perdonen la demora, pero no pude actualizar debido a varios problemas familiares y de salud.

Muchas graxxx, x su paciencia, x su tiempo y x sus buenas vibras.

Muchas vibras positivas y abrazos d conejitos.

¿Donde estará escondida la Princesa Serena?

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