43° CAPÍTULO
Pero Andrew, que tenía la conciencia muy intranquila, les ofreció su casa que tenía en la aldea, para que puedan descansar un poco, comer algo y recuperar fuerzas.
Los soldados al escucharlo, asintieron; pero miraron muy receloso a su Príncipe.
-- Solo nos quedaremos un momento, .... Ya que debemos de volver cuanto antes con los demás _ Hablo muy serio Seiya.
-- ¡Perfecto!, .... ¡Vamos! _ Andrew, muy alegre los empezó a guiar hasta su hogar.
Y mientras ellos se iban hacia la vivienda de Andrew a poder descansar.
En otro lado de la aldea, se encontraban una muy angustiada Rini, junto a un tembloroso niño.
Ambos Príncipes, aun no podían recuperarse de los gritos y lamentos que habían pasado horas antes.
Abrazados uno con el otro, amanecieron en el escondite que Reika los había metido.
-- ¿Crees que alguien nos encuentre? _ Pregunto un poco afligido Sammy.
-- Si, .... Ya verás que Fighter vendrá y nos sacara de aquí _ Hablo Rini, fingiendo sonreír.
-- Si es verdad, .... Ya que el siempre cumple sus promesas _ Hablo Sammy, un poco más tranquilo.
Y así pasaron algunos momentos, en completo silencio.
Hasta que ambos, comenzaron a escuchar unos gritos desesperados que llamaban sus nombres.
Ambos muy sorprendidos, sospecharon que el causante de aquellos gritos no era otro que Fighter, que había ido a buscarlos, tal y como había prometido, antes de marcharse.
Pero su desilusión, se vio reflejada al ver a la persona que los estaba buscando.
-- ¡Príncipes!, .... ¿Están bien? _ Pregunto un agitado Darien.
-- Darien, .... ¿Estas herido? _ Muy asustada, Rini se había dado cuenta.
-- No es nada.
-- ¿Cómo nos encontraste Darien? _ Pregunto Sammy.
-- Solo seguí a mis instintos.
Rini, que estaba aun un poco confundida por lo que había vivido, acepto sin decir nada, las explicaciones del general.
Sammy, por su parte, no dijo nada y lo miro de forma analítica.
Luego de unos segundos, Darien recobro el sentido y entonces sin decir más, cargo a Sammy, y cogió de la mano a Rini.
Ambos Príncipes que no entendían, que era lo que pasaba, intentaron pedir alguna explicación.
Pero la mirada seria de Darien, hizo que sus planes no se dieran.
Caminaron en silencio por unos minutos, hasta que se dieron cuenta que Darien los llevaba hacia las afueras de la aldea de la Media Luna.
Una vez ahí, Darien les indico que debían de entrar en una cueva, y así lo hicieron.
Cuando estaban a la mitad de la cueva, se dieron cuenta que en uno de los rincones, había algunas mantas, fruta y comida.
Y en el otro extremo se encontraba el caballo de Rini.
-- ¿Qué hace aquí Healer? _ Pregunto sorprendida Rini.
-- Lo encontré un poco desorientado en las ruinas de la Aldea, .... Así que lo traje aquí, para que no se sientan tan solos _ Respondió Darien muy tranquilo.
Rini, asintió de forma agradecida, y se entonces se dirigió al caballo con una manzana en la mano.
Pasaron unos segundos, donde todos ellos, habían saciado su hambre, así que sin esperar mucho, se dispusieron a descansar un rato.
Pero cuando apenas paso unos minutos, y asegurándose de que estuvieran muy dormidos, Darien cogió al caballo, y se fue hacia afuera con él.
Estuvo durante un tiempo rápido en el bosque, buscando ramas y palos secos, luego llevo todo lo encontrado a la cueva sobre el lomo del equino.
Al estar ya en la entrada de la cueva, Darien comenzó a asegurar la entrada con lo que había traído.
Le tomo poco o más de 05 horas asegurar la entrada de la cueva.
Cuando, estaba por finalizar su trabajo, Rini y Sammy se despertaron de forma lenta.
Al hacerlo, comenzaron a mirar a su alrededor, como si buscaran algo, y fue en ese momento que se percataron de la pared de ramas que estaba en la entrada.
Muy angustiada, Rini se apresuró a ir hacia ahí.
Sammy, que estaba igual que su hermana fue a su lado.
Darien, que ya se esperaba esa reacción, siguió asegurando la entrada en forma silenciosa.
-- ¡Se quedaran aquí!, .... ¡Yo volveré en cuanto solucione algunas cosas! _ Hablo, muy firme Darien, mientras seguía asegurando.
-- ¡Darien, no puedes hacernos esto!, .... ¡Fighter está esperándome!, .... ¡Tengo que ir con él! _ Muy desesperada, Rini intentaba liberarse de su encierro.
-- Él es de los que no vuelvan, .... ¡Acéptalo se fue y te dejo sola! _ Hablo luego de dedicarle una mirada reprobatoria a Rini.
-- El volverá Darien, .... Su caballo está ahí, .... Eso significa que volverá _ De forma retadora, Sammy se enfrentó al General.
Rini, que mantenía la mirada llena de odio hacia Darien no dijo nada.
Darien, que ya se estaba cansando de escuchar, como los Príncipes defendían a Fighter, simplemente aseguro el ultimo palo, y entonces se retiró de ahí.
Las horas pasaron y con ello trajo una noche triste.
Ya que en el cielo nocturno no se pudo apreciar muchas estrellas ese día.
Seiya, que se encontraba ya un poco más recuperado, después del descanso que horas antes tuvo en la casa de Andrew, ahora estaba en el campamento militar, junto con su ejército.
Estaba como siempre, al frente de la hoguera, contemplando las llamas de este.
Pero de rato en rato, escupía una gran cantidad de sangre mezclado con saliva; producto de la grandiosa y delicada bienvenida que Andrew le había dado.
Sus soldados, que lo habían visto un poco mal; fueron hacia su médico y pidieron algún remedio para su Príncipe Guerrillero.
A los pocos segundos, ya listo fueron rápidamente hacia su Príncipe y le indicaron lo que era.
Seiya, a pesar que no tenía intensiones de mejorarse, acepto de forma silenciosa.
-- ¿Cómo se encuentra tu herida amigo?, .... ¿Diré Príncipe Seiya? _ Andrew de pronto le pregunto muy confiado, pero luego se rectificó.
Seiya que estaba ahí, no dijo nada, y siguió botando saliva con algunas manchas de sangre.
-- Príncipe, disculpe; .... Sabe mi problema es que mi puño es mucho más rápido que mi cerebro, .... Por eso actué de aquella manera _ Andrew, intento de aquella manera justificar sus acciones, mientras se sentaba cerca de Seiya.
-- ¿Por qué no te has ido Andrew? _ Pregunto Seiya, después de arreglarse su estola negra, y luego coger entre sus manos nuevamente su legendaria espada.
-- ¿Cómo podría hacerlo?, .... Me salvaste la vida hace unas cuantas horas, .... Es mi obligación proteger tu vida Príncipe Seiya, .... Así sea a costa de la mía, .... Desde ahora, en toda guerra y victoria, Andrew estará junto a ti, .... Príncipe Guerrillero _ Andrew muy firme en sus palabras, se dirigió a Seiya.
Ya que como el mismo lo había expuesto; Andrew sentía que tenía un gran deber para con Seiya, ya que si no hacia todo eso que había dicho, no podría estar tranquilo con su conciencia.
Seiya que no quería seguir con vida, volteo su rostro hacia otro lado.
-- ¡Quiero la muerte, no la victoria!, .... ¡Así al menos podré estar a su lado! _ Con el rostro herido y la mirada vidriosa, Seiya expuso su dolor, muy triste.
Andrew, al entender ahora porque el Príncipe, había actuado así horas antes; se acercó a él, y le toco el hombro en señal de consuelo.
-- ¿Era bonita, Príncipe? _ Pregunto en tono conciliador Andrew.
Seiya se sorprendió por aquella pregunta, ladeo su rostro un poco y fue cuando sus lágrimas no aguantaron más y entonces comenzaron a recorrer por sus mejillas.
-- Mucho, .... Era tan bonita, que ni la misma Radha, podría superar su belleza _ Hablo Seiya en tono muy melancólico, e intentando inútilmente, controlar sus lágrimas.
Andrew, al entender que el Príncipe aún seguía muy enamorado, y que por su actitud había sucedido muy reciente; ya no siguió preguntando más.
Muy al contrario decidió acompañarlo en silencio.
Y mientras ellos estaban reunidos en el campamento de batalla.
Rini, que había empleado todas sus fuerzas durante el día y parte de la noche para desatar aquella pared de palos y ramas; lo había logrado muy a su pesar en la madrugada.
Aún muy cansada, dirigió su mirada hacia su pequeño hermano, se acercó a él y lo arropo de forma que no tuviera frío.
Sammy al sentir los cuidados de su hermana, sonrió de forma inconsciente.
Rini, contemplo a su hermano por unos breves segundos, y luego cogió un poco de lo que había dentro de la cueva, lo metió todo en un bolso improvisado y entonces decidió salir a buscar a su esposo.
Sammy, que había sentido entre sueños la presencia de su hermana, aun somnoliento se despertó, y comenzó a buscar a su hermana alrededor.
Al no encontrarla y ver que la entrada estaba abierta, una idea se le comenzó a formar en su mente.
Así que sin esperar más tiempo, cogió también provisiones y se fue en busca de su hermana.
Al salir, se dio cuenta, que su hermana se había marchado a pie, y que Healer aun permanecía recostado en el pasto.
-- ¡Healer!, .... ¿Por dónde se fue mi hermana? _ Pregunto Sammy al equino, mientras le daba una manzana.
Como si el caballo le entendiera perfectamente, le indico con la cabeza el rumbo que había tomado minutos antes su hermana.
Agradeciendo el gesto, y pidiendo perdón por dejarlo ahí; Sammy partió de pronto para alcanzar a la joven de cabello bicolor.
Rini que tan solo había avanzado algunos metros se tuvo que detener de forma abrupta.
-- ¿Vas a ir con Fighter? _ Pregunto Sammy, muy fuerte.
-- ¡Si! _ En un tono seco respondió la joven, y luego contigo con su camino.
-- ¡Yo también iré! _ Apurando su paso, Sammy grito.
Rini, muy angustiada, se detuvo nuevamente y entonces se volvió para hablar con su hermano.
-- ¡Tú no puedes ir!, .... ¡Tú iras al Milenio de Plata con Darien! _ Con mucha decisión Rini le hablo a su hermano.
-- Pues si yo no voy, .... Tu tampoco iras, .... Ya que voy a llamar a Darien _ Respondió en tono retador el joven Príncipe.
-- Jump, .... ¡Llámalo pues! _ En tono desinteresado, Rini enfrento al menor.
-- ¡Bien!, .... ¡Da! _ No pudo terminar de gritar el niño, ya que su hermana le había tapado la boca.
-- Bien, .... Vamos _ Resignada Rini acepto la compañía de su hermano.
Sammy, muy feliz por lo que había hecho, decidió guardar silencio.
-- ¿Por qué no cogemos el caballo de Fighter? _ Pregunto inocentemente el niño.
Rini, negó silenciosamente la pregunta, mientras agarraba la mano de su hermano.
-- ¿Cuánto tiempo estaremos fuera?
-- No lo sé, Sammy, .... No lo sé.
Las horas avanzaron, y los dos Príncipes habían caminado un largo tramo.
A pesar que estaban cansados, decidieron no descansar por el momento, ya que si lo hacían corrían el riesgo de que el General Darien los atrape.
Por otro lado, ya vestido con su armadura de batalla, montado sobre un corcel negro y con una esclava de plata en su cuello, el Príncipe Guerrillero; se dirigía al campo de batalla.
Los soldados por su parte, estaban muy impacientes para poder tomar revancha contra los que los habían humillados semanas atrás.
Seiya, en cambio tenía la misma mirada de tristeza que el da anterior.
A su lado derecho iba un muy concentrado Andrew, también estaba sobre un corcel negro, y con una espada afilada a su costado.
Aquellos dos hombres, eran los que encabezaban al Ejercito Real de Kinmoku.
Cuando llegaron al campo de batalla.
Tanto Seiya como Andrew; demostraron sus grandes dotes que tenían con la espada, y con el combate cuerpo a cuerpo.
Pero era el Príncipe Guerrillero, quien de verdad se llevaba toda la gloria, ya que cada vez que luchaba; lo hacía como si la vida no le importara más nada, y que solo con la muerte encontraría consuelo.
Andrew que también luchaba a su lado, muchas veces veía como luchaba su amigo, y se admiraba del gran coraje que desprendía y que a su vez contagiaba a sus hombres.
Pero lo que solo Seiya y Andrew, sabían era que Seiya a pesar de todas las victorias obtenidas; solo deseaba una cosa, y por más que lo buscara no lo encontraba.
Y así el tiempo paso muy rápidamente, hasta cumplirse 04 meses.
En los cuales, Rini y Sammy, no dejaban de buscar a Fighter y a su vez esconderse del General Darien.
Como algunas veces, no encontraban árboles frutales; Rini tenía que trabajar provisionalmente como cantante y bailaría, enmascarada en algunas tabernas.
Ahí no solo le daban un buen sueldo, sino que también comida y alojamiento para ella y su hermano, que muchas veces lo hizo pasar como su pequeño hijo.
Darien por su parte, estaba muy desesperado; ya que no encontraba a los Príncipes.
A pesar que tenía a Healer a su lado, aquello no lo ayudaba mucho.
En Kinmoku, los que estaban a favor del Príncipe Seiya, estaban cada vez más orgullosos y alegres, por todas las victorias que su Príncipe les estaba otorgando.
Amy, que estaba al tanto de todo lo que había pasado con respeto a su hijo y su difunta nuera; pedía todos los días a Krishna, que no permita a su hijo morir de tristeza.
Sus hermanos, estaban igual que su madre, ya que temían mucho por la vida de su hermano; ya que como el mismo les había informado en una carta traída por Amade, decía muy específico que una vida sin su Bombón, no era vida. Y que por ello prefería la muerte, para estar así juntos otra vez.
En cambio Taiki estaba muy contento, ya que con la presencia de su hijo Seiya nuevamente en sus filas guerreras, era casi imposible que su pueblo se revelara en armas.
Por su parte, Esmeralda y sus hijos estaban muy preocupados; ya que con cada victoria que Seiya obtenía, solo podía significar una cosa, y eso era algo que jamás lo permitirían.
En el Milenio de Plata, en el Palacio Dorado; durante ese tiempo, Kunzite el ex Primer Ministro se había autoproclamado nuevo soberano del Reino.
Wiseman que era su mayor retractar, había asumido a Primer Ministro.
Los demás consejeros al ver que el nuevo Soberano estaba muy tranquilo por tener que hacer el papel del Rey, comenzaron a sospechar.
Wiseman, que tenía a muchos espías, les había dado la orden de investigar y encontrar a todos los culpables sobre el atentado y la supuesta muerte de los Príncipes Reales.
Usagi, que se había enterado de la forma más dolorosa, que su pequeña niña, ya no estaba entre los vivos; intento quitarse la vida.
Pero no lo logro, ya que Wiseman lo había impedido.
En Megaverso, las cosas eran muy distintas.
Ya que todo el Reino estaba celebrando con mucha alegría la llegada del Primer hijo de la Princesa Serenity y el General Armando.
Beryl que estaba muy emocionada por su hija y nieto, decidió que lo mejor que podía hacer, era confesar todo la verdad después de que su nieto naciera.
Gran Sabio junto con Hinata, estaban de acuerdo con esa idea, ya que según ellos ya era hora de la verdad se sepa.
En casa de Rei, las visiones y las predicciones en la estrellas no se hicieron faltar; lo único raro era que siempre decían lo mismo que las veces anteriores.
Ya que a pesar de haber pasado 04 meses, no habían tenido una nueva visión el futuro.
Y ese hecho los preocupaba de sobremanera.
En el Palacio Dorado, estaba Diamante, como siempre en el Salón del Trono Real.
Admirando y contemplando aquel trono, que ansiaba con todas sus fuerzas, y que por él no le importaba mancharse las manos de sangre.
-- Seiya está ganado guerra tras guerras, .... Como si no tuviera miedo a la muerte _ Esmeralda, Hablo en forma despectiva a su hijo, mientras veía como este acariciaba el Trono Real.
Diamante, que sabía lo que su madre quería decirle siguió acariciando el trono.
-- Sabes tan bien como yo, .... Que cada victoria que gana, es un paso más cerca hacia el Trono Real de Kinmoku, .... Aquel trono que ahorita mismo tu estas acariciando _ Muy enfadada, Esmeralda volvió a reprender a su hijo.
Diamante al escuchar aquello, dirige su mirada hacia su progenitora y luego se fue para apoyarse en una de las columnas.
-- Diamante, .... Debes de pararle en Ujjaini.
-- Lo se madre, .... Lo sé.
-- ¿Entonces qué harás?
-- Lo que debí de haber hecho hace tiempo.
-- ¡Eso espero!, .... ¡Por que la siguiente Reyna Madre, seré yo!, .... ¡Lo has oído!, .... ¿Verdad?
Diamante asintiendo mudamente, y comenzó a idear un plan para deshacerse de su medio hermano.
Luego de unos 03 días, de aquella misteriosa charla entre Diamante y su madre.
Se aprecia a un sonriente Diamante, junto a sus hermanos, en la hora del almuerzo.
-- ¿Por qué sonríes? _ Le pregunto el joven Rubeus.
-- Por qué, .... Estoy feliz.
Zafiro y Rubeus, sin comprender sus palabras de su hermano, decidieron ya no hacer más preguntas.
Mientras que en Ujjaini, en ese preciso momento, una nueva batalla se estaba librando.
Eran las fuerzas rebeldes de ahí, contra el ejército Real, liderados por el Príncipe Guerrillero Seiya, y el escuadrón del Príncipe Helios.
Seiya que seguía muy entregado a la lucha, lo hacía como si no existiera mañana.
Siempre iba acompañado de su Black Dragon y Star laser en sus manos, y en su cuello la esclava de plata de su amada esposa.
Helios, que también estaba en aquella batalla, mirada de lejos como peleaba Seiya en contra de sus enemigos. Y como que sin temor alguno les hacía frente.
De pronto uno de los rebeldes, cometió el error de jalar el cabello largo de Seiya, que ahora lo tenía sujeto en una coleta.
Seiya sin imputarse, se giró rápidamente y le clavó la espada en el pecho, por sobre la altura del corazón.
Aquel pobre hombre, solo pudo exhalar su último aliento, arrepintiéndose de lo que había hecho segundos antes.
Andrew que también estaba luchando en aquella batalla, vio lo que había hecho su amigo a unos metros lejos de él.
Seiya que a pesar que tenía una de sus cejas heridas, y por ello en la cara dos líneas verticales de sangre, no se dignó a reprenderse.
Al contrario comenzó a elevar su espada al aire, para vanagloriarse de todo lo que había hecho.
Cerró sus ojos unos segundos, para elevar como siempre sus oraciones a Krishna, para que cuide y proteja a su amada esposa en el cielo.
Helios, al ver su medio hermano había bajado la guardia, no lo pensó 02 veces y fue hacia él con su espada, que estaba aún en la montura de su caballo.
La saco entonces de su funda y se dirigió con paso decidió hacia donde se encontraba Seiya, para cumplir con las ordenes que su hermano mayor le había dado.
Pero a medio camino, uno de los rebeldes había atacado a Seiya por la espalda, ocasionándole un corte en ella.
Seiya al sentir la herida en su piel, abrió los ojos y lanzo un grito de dolor, luego dio un paso hacia delante para restablecer ahí su equilibrio.
Y fue en ese instante que otro rebelde más se le acerco e intento atacarlo.
Pero lo que ambos no contaban, era que Seiya a pesar que deseaba la muerte más que a nada, no se las iba a poner fáciles.
Así que aun todo herido y adolorido, Seiya comenzó a luchar contra aquellos 02 dos.
Helios, que se había quedado a mitad del camino, miraba la lucha de su medio hermano con aquellos hombres muy sorprendido, ya que era la primera vez que veía a un hombre herido, luchar contra 02 y salir victorioso.
Uno de los rebeldes al ver a sus compañeros muertos, se abalanzo contra Seiya y le clavo la espada en la espalda, nuevamente.
Seiya en acto reflejo, dio una vuelta y entonces le cortó la garganta.
Pero otro rebelde al ver caer, a su colega se dispuso a ir y vengar la muerte de su amigo, pero cuando a penas había dado unos cuantos pasos.
Vio con asombro, como el Príncipe Helios, hería de forma brusca y fría al Príncipe Guerrillero.
Helios, que había aprovechado que Seiya había bajado la guardia, lo ataco a traición; y cuando se preparaba para darle una nueva estocada, pero Andrew, el amigo de su hermano, grito muy fuerte llamando la atención de varios; y mientras se iba a donde estaba el Príncipe Guerrillero, a todo galope, en el camino corto algunas gargantas rebeldes.
Seiya, que ya no se podía seguir manteniendose en pie, cayo de rodillas al suelo, con los ojos entre abiertos.
Helios, como sabía muy bien que Andrew lo mataría por estar ahí y no hacer nada, prefirió escapar y esconderse, como el cobarde que era.
Y fue en cuestión de segundos que Andrew llego junto a su amigo.
Saltando de su caballo, Andrew se posiciono a la espalda de Seiya y comenzó a sujetarlo por momentos, para que no se caiga, mientras luchaba contra los que querían matar a su amigo.
Seiya por su parte, abrió los ojos y comenzó a mirar hacia el horizonte.
En ese momento Seiya se imaginó que veía al monje que había visto hace meses, en el templo budista, en el cual se había cortado el cabello.
En cual caminaba lentamente al otro lado del campo de batalla, con los pies vendados, en una mano tenía un cuento de barro, y en la otra hacía sonar una campanilla.
Seiya que no sabía si aquello era real o no, pero se desmayó; debido a que según la visión que tuvo segundos antes, el sol estaba ocultándose, pero aquello no podía ser, ya que antes que hirieran a Seiya era poco o más de mediodía.
Andrew al ver que su amigo había caído en batalla, se preocupó y comenzó a combatir con más energía, pero siempre al lado de este.
El tiempo paso, y la batalla finalizo y con ello les había dejado una nueva victoria; pero también habían herido de gravedad al Príncipe Seiya.
Rini, había escuchado unos días atrás en una de las tabernas; que cerca de ahí estaban el campamento del Ejército Real de Kinmoku.
No lo pensó mucho, así que sin esperar mucho tiempo, se fue hacia aquel campamento para encontrar de una buena vez a su adorado esposo.
Pero en el camino, la joven se enteró que no podía ir al campamento, ya que los soldados se habían ido muy temprano al campo de batalla.
Así que la joven ahora rubia completamente, no tuvo otra opción que divisar a su esposo junto al camino por el cual, los soldados regresarían a su campamento.
Estuvo esperando junto a otras personas más, de manera tranquila durante horas.
Cuando la lluvia se hizo presente, ya eran pasados las 3 de la tarde y aquello altero a Rini, debido a que los soldados que pasaban la mayoría estaban muy mal herido.
Muy angustiada, y sin perder las esperanzas; Rini miraba el rostro de todos los soldados; rogando en su mente poder encontrar bien a su esposo.
-- ¡Disculpé!, .... ¿Conoces a algún Fighter?, .... Es soldado del Ejército Real de Kinmoku, comandado por el Príncipe Guerrillero Seiya, .... El monta un corcel _ Muy nerviosa y angustiada, Rini interrogo a uno de los soldados, esperando una buena respuesta.
Hola dostys, disculpen la demora.
Muchas graxxx, x el apoyo y las buenas vibras.
Vibras positivas y abrazos de conejitos!!!
¿Creen que Rini encuentre a su esposo?
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