20° CAPÍTULO
Estaba muy alegre y muy paciente, preparándose para el encuentro con Helios, cuando uno de los sirvientes se acercó muy agitado hacia donde se encontraba.
-- ¿Qué sucede? _ Con la voz ronca y el ceño fruncido, Seiya hablo.
-- ¡Majestad!, .... Tiene que venir a ver esto _ Después de una reverencia, el sirviente hablo entre cortado.
El Príncipe Guerrillero, sin esperar más siguió el mismo camino que había tomado el sirviente.
El joven sirviente, camino a paso acelerado hacia la espalda del castillo, más específico hacia donde se encontraba el rio.
Seiya, que estaba atrás de él, siguió con su camino; ya que el sirviente se quedó a una distancia prudencial con la cabeza agachada.
El Príncipe Guerrillero al traspasar a su informante, se quedó por unos instantes en shock al inicio de las escaleras; ya que no podía imaginar alguna respuesta lógica para lo que tenía en frente.
Al borde del rio, en la plataforma pavimentada de piedra solida; se encontraba su madre junto con un grupo de sirvientes, adivinos de bajo rango, algunos soldados, monjes, un sacerdote del Krishna, cantantes religiosos, el Sr. Hino y sus menores hermanos.
Todos estaban, sentados de forma circular y acomodados en pequeños grupos según su labor.
Seiya, después de permanecer en shock, unos segundos, bajo rápidamente las escaleras, no le importo que la bufanda se le desacomodara, tenía que saber que era todo aquello que pasaba.
Mientras los adivinos rezaban los canticos sagrados, y atizaban el fuego sagrado, los monjes preparaban algunas flores; los cantantes religiosos cantabas los ritos ceremoniales, algunos soldados, se encargaban de la seguridad, y otros estaban que hacían sus plegarias, junto a algunos sirvientes.
Mientras que Amy, se encontraba al borde del rio sentada en silencio y con la mirada fija; el Sr. Hino atrás de ella sosteniendo una sombrilla para proteger del sol.
Los mellizos por su parte estaban al lado de los adivinos, mirando todo.
Seiya llego todo altanero y prepotente como siempre, no espero mucho y se paró en el centro de todo.
-- ¿Qué está pasando aquí? _ Señalando la hoguera principal, y con la voz elevado, Seiya pregunto fuerte, mientras daba una vuelta para ver todo a su alrededor mejor.
Los sirvientes, soldados, algunos adivinos y algunos monjes, se pararon rápidamente de su lugar, haciendo una reverencia al Príncipe Guerrillero.
Seiya que aún mantenía su actitud prepotente, siguió observando a su alrededor de forma desafiante.
-- La Concubina Real Amy, .... Tu madre, está tomando un voto de silencio _ Respondió el sacerdote, en tono suave después de hacer una reverencia y acercársele a Seiya.
-- Eso jamás ocurrirá, .... Váyanse todos _ Con el ceño fruncido y la voz elevada, Seiya respondió, mientras levantaba la mano y se la ponía frente al rostro del sacerdote, para después señalarle juntó con los demás que se retiren.
Pero nadie le hizo caso, seguían de pie con la inclinada.
Esto había molestado a Seiya, que sin esperar más, fue hacia donde se encontraba su madre de espaldas a él.
-- ¡Madre!, .... ¡Madre!, .... ¡Madre! _ Fue hacía ella mientras la llamaba.
Al hacerlo, vio que Amy estaba sentada, y que uno de los monjes estaba que vertía agua cristalina sobre su cabeza, mientras ella permanecía en silencio y con la vista fija hacia el horizonte.
-- ¡Alto! _ En tono macabro y con una señal de su mano derecha, Seiya le indico al monje, que parara.
El joven haciendo una reverencia, paro el proceso.
Pero Amy, con una señal de su mano derecha le indico al monje que no hiciera caso, y siga con lo que estaba haciendo.
El monje un poco dudoso, opto por seguir las indicaciones de la Concubina Real, y siguió vertiendo agua sobre su cabeza, pero con la mirada temerosa en el Príncipe Seiya.
-- ¿Qué niñería es esta?, .... ¿Un voto de silencio, de por vida? _ Con las manos cruzadas sobre sus pectorales, Seiya en tono ronco le pregunto a su madre, sin mirarla
Amy que seguía con su ritual, no se molestó en contestarle, ni ninguno de los presentes.
-- No me volverás hablar de nuevo, .... ¿Por qué, madre? _ Con el mismo tono de voz, pero mirándola, Seiya volvió a preguntar.
-- No hablara a nadie, .... Príncipe Seiya; .... Su madre dice que, ....¿Para qué hablar cuando sus propios hijos se vuelven sordos? _ En tono serio, el Sr. Hino respondió la pregunta de Seiya.
Seiya al escuchar la respuesta, con un moviente veloz y brusco, le arrebato de las mano la sombrilla al Sr. Hino se la atrajo a él, para cubrirse.
Mientras que el monje seguía con su labor.
Los mellizos por su parte, miraban toda la escena muy sorprendidos peor en silencio.
A lo lejos, en una de las ventanas, miraba todo lo que sucedía, Lita y el Primer Ministro, sabían que aquello era algo muy extremo, pero no tenían otra forma de detener aquel enfrentamiento.
Seiya que aun miraba con una mirada llena de odio, le devolvió bruscamente la sombrilla al Sr. Hino.
El adivino, recibió muy asustado recibió.
Entonces Seiya, devolvió su mirada hacia donde se encontraba su madre, para observar como seguían vertiendo agua sobre su cabeza y ella no decía ninguna palabra.
-- Tu madre quiere te vayas de Kinmoku, .... Y te esfuerces por vivir una vida ordinaria, Príncipe Seiya _ Hablo en tono monótono el Sr. Hino.
Seiya por su parte, mientras lo escuchaba, se puso de rodillas al lado izquierdo de su madre y la contemplaba con la mirada triste y llorosa.
-- Príncipe, .... Dale tu palabra de que nadie sabrá que eres el Príncipe Seiya _ Termino de hablar el Sr. Hino.
Seiya, le dedico una mirada triste a su madre y unas lágrimas cayeron libremente por sus mejillas y este las limpio de forma rápida.
Amy, por su parte volteo para dedicarle una mirada seria a su hijo, mientras le seguía cayendo agua sobre su cabeza.
-- ¿Madre?, .... ¿Debo marcharme?, .... ¿Irme? _ Con el tono triste y la mirada roja por las lágrimas reprimidas, Seiya se dirigió a su madre.
Amy que tenía la misma mirada, le escuchaba en silencio simplemente cerró los parpados y los abrió rápidamente, y siguió permaneciendo en silencio.
-- ¿Sabes que los otros pueden reírse de mí, y decir que me fui asustado?
Amy, seguía contemplando a su hijo silenciosamente.
-- ¿Madre?, .... ¿Acaso, no quieres que tu hijo se siente en el trono?, .... ¿Sabes que todo lo que hago, solo lo hago por ti?, ¿Verdad? _ Seiya con la voz cada vez más destrozada, intento hacer reflexionar a su madre, exponiendo sus sentimientos.
Amy, a pesar que sabía que su hijo hablaba con la verdad, no dijo ninguna palabra.
Entonces mirándose fijamente por unos breves segundos, madre e hijo; empezaron una pequeña batalla visual de voluntades.
Seiya que no lo soporto por mucho, ya que tenía mucho respeto a su madre; saco de entre sus ropas un puñal, todo ello bajo la atenta mirada de su madre.
Amy, al ver el puñal abrió la boca levemente con temor a que su hijo mayor pudiera hacer alguna locura.
Entonces muy lentamente y con la mirada fija en su progenitora, Seiya saco la funda del puñal de oro, y sin dejar de verla; llevo su mano derecha hacia su larga cabellera, la acomodo todo en una cola de caballo y con la mano sin pensar mucho, corto su larga y azabache cabellera.
Amy que miraba todo muy fijamente, no dijo ninguna palabra, al contrario siguió muda y con la fija en los ojos de su primogénito.
Seiya, al haber haberse cortado el cabello, se lo entrego a su madre en sus manos.
-- Ten, concedido madre, .... Ahora háblame por favor madre _ Con la voz esperanzada Seiya se volvió a dirigir a su madre, mirándola aun fijamente.
Amy que lo miraba aun fijamente, no dijo anda y simplemente movió su cabeza de lado a lado.
Con ese movimiento de cabeza, los mellizos entendieron que su madre los necesitaba y que debían de ir a su ayuda.
-- Yaten Jr., .... Taiki Jr, .... Díganle a madre que salude a un hombre mundano _ Con un tono desesperado Seiya se dirigió a sus hermanos, mientras los señala a ellos, su madre y a el mismo.
-- Seiya, .... A madre le agradas mucho _ Respondió Yaten Jr, mientras la señalaba.
-- Pero no hablara con nadie, hasta que tú te hayas ido _ Completo Taiki jr. Mientras movía la cabeza en forma negativa.
-- De acuerdo, me iré madre, .... Si eso es lo que quieres eso hare, .... Y aunque me lo pidas, no volveré más a Kinmoku _ Seiya se dirigió a su madre, para después intentar levantarse e irse.
Amy, la miraba muy a la expectativa, en todos sus movimientos.
-- ¡Háblame, madre! _ Volviéndose a donde estaba, con la voz, temblorosa y mirada triste Seiya volvió a suplicar por la voz de su madre.
Amy, miro a su hijo directamente a sus ojos y dijo ninguna palabra, Seiya por su parte soporto el silencio de su madre durante unos segundos, para luego marcharse de ahí sin mirar atrás, con paso agitado.
Los mellizos al ver que su hermano mayor partía, fueron atrás de él.
Amy por su parte, volvió su mirada hacia el frente y en su mirada solo se reflejaba tristeza y desolación.
-- ¡Hice lo correcto!, ¡Hice lo correcto! _ Se repetía mentalmente Amy, mientras unas lágrimas cruzaban sus mejillas.
Los demás, cuando veían la presencia de los príncipes cerca, inclinaban su cabeza en modo de respeto.
Así todo molesto y respirando agitadamente, Seiya llego hasta las cabellerizas y saco a Fighter de su cómodo establo, sin ayuda, ni asistencia de nadie, Seiya rápidamente alisto a su caballo con su montura y se trepo en él.
Yaten Jr., que se encontraba atrás observo como su hermano mayor se iba sobre Fighter, solo con lo que tenía encima; pero antes de cruzar la puerta le indico al sirviente de la fiesta, que le entregará su corona a su madre.
El sirviente asintió de manera triste y le deseo claridad y mucha suerte al Príncipe Guerrillero, este por su parte, no dijo nada y se apresuró en salir de ahí a todo galope.
Los soldados que custodiaban a los alrededor del palacio, miraron muy extrañados la partida del Príncipe Seiya, ya que imaginaban que se quedaría en Kinmoku una buena temporada.
O por lo menos hasta que consiga alguna prometida, elegida por el Rey Taiki.
Taiki Jr., por su parte se fue hasta el área de entrenamiento para informar sobre la partida de su hermano mayor.
Diamante, Zafiro y Rubeus se encontraban muy tranquilos sentados sobre las escaleras.
Helios por su parte, estaba sobre un pequeño banco; a su espalda estaba una de las chicas del Harem de su padre, haciendo algunos masajes.
El adolescente llego, y al ver lo que estaba su frente frunció el ceño a modo de incomodidad, suspiro pesadamente y se dio ánimos mentalmente.
Juntando ambas manos, y con leve inclinación de su cabeza, Taiki Jr., mostro su respeto hacia sus hermanos mayores.
Los demás al ver al menor se extrañaron, fruncieron el ceño y lo observaron de forma analítica.
-- Disculpen, .... Pero nuestro hermano no vendrá, .... Seiya se ha ido, dejando Kinmoku _ Con un semblante y la voz seria, Taiki Jr., hablo.
Los demás adultos al escucharlo, se miraron entre ellos.
Helios, Zafiro y Rubeus, rieron de forma divertida mientras le dedicaban una mirada engreída al menor.
-- ¿Se ha ido?, .... Así que está asustado, .... El Príncipe Guerrillero ha huido para salvar su vida _ En un tono irónico, Diamante comenzó a hablar para deleite y burla de sus hermanos.
Los soldados que estaban a favor de Diamante, comenzaron a reírse con burla del Príncipe Seiya.
Taiki Jr., por su parte no soporto las burlas hacia su hermano y se retiró de ahí en silencio.
-- ¡Te dije que ganaría!, .... ¿Acaso no les dije que ganaría? _ En tono burlón, Helios comenzó a dirigirse a sus hermanos y demás.
Los demás al escucharlos, asintieron con la cabeza y comenzaron a palmear su hombro de Helios, en señal de camaradería.
Mientras que a las afueras del Palacio Real, una muy risueña pelinegra paseaba tranquilamente, hasta que vio algo que capturo su atención y sin pensarlo mucho se dirigió hasta ahí.
En una de las zonas más escondidas de los alrededores se podía apreciar a tres amigos, que estaban tomando un relajante baño de agua fría.
Se trataba de Takano, Torashima y Nicolás; al ser el día libre de los 3 soldados, decidieron que debían de aprovecharlo de aquella manera.
Mientras que Takano y Nicolás, cantaban alegremente entonados, Torashima lo hacía de forma desafinada.
-- Idiota, .... Takano, cambia el tono _ Muy incómodo, y volteando para su lado izquierdo, Torashima hablo.
-- Hey, Torashima; .... ¿Qué te pasa? _ Parando de cantar, Nicolás interrogo a su colega de armas.
-- Nada _ Después de un suspiro largo, respondió de manera perezosa y triste Torashima.
-- ¡Ah!, .... Que sepa, amigos como nosotros no tiene que esconderse nada, .... ¡He!, .... ¡Habla! _ Hablándole de forma conciliadora, y golpeándolo suavemente con el hombre, Takano intentaba convencer a Torashima.
Torashima que aún se debatía en sobre decirles sus problemas o no, seguía callado, mientras se acicalaba junto a sus amigos.
-- La noche pasada, cuando volví a casa mi esposa Zirconia no estaba ahí _ En un tono triste y con la cabeza agachada, conto su problema, mientras sus amigos asentían con la cabeza.
-- ¿A dónde fue Zirconia? _ Pregunto un poco curioso Nicolás.
-- Cuando se lo pregunté por la mañana, .... Me dijo que estuvo con su amiga Galaxia _ Con su mismo semblante hablo Torashima.
-- Tonto Torashima, .... Tienes que tener confianza en tu mujer, .... Estoy seguro que habrá estado con su amiga Galaxia, que gana con mentirte _ Respondió divertido Takano, para después reír del rostro de su amigo.
-- No imbécil, .... Eso no puede ser, .... Porque yo estuve toda esa maldita noche con Galaxia _ Hablo muy furioso Torashima.
-- No,.... Yo vi a Galaxia, con uno de los capitanes esa misma noche _ Respondido Nicolás de forma muy segura
Torashima al escuchar a su amigo Nicolás, les dedico una mirada furica, a lo que Nicolás simplemente le movía la cabeza en forma afirmativa.
Takano, por su parte simplemente se reía, ante lo dicho por sus amigos.
-- Te digo que yo estuve con ella.
-- Pues irías atrás del capitán, porque yo los vi.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Qué raro, .... Saben mi esposa también se llama Galaxia, .... ¿Sera que ese nombre es muy popular? _ De forma sonriente, Takano hablo.
Torashima y Nicolás, al escuchar aquel nombre, se sorprendieron y dejaron de acicalarse, para mirarse unos segundos muy sorprendidos, y luego mirar a su amigo.
-- ¿De verdad?, .... ¿Tu esposa se llama Galaxia? _ Pregunto nervioso Torashima, mientras Nicolás esperaba impaciente su respuesta.
Takano, que aún seguía riendo por la discusión de sus amigos, asintió de forma divertida y riéndose.
Torashima, giro su miraba hacia un asustado Nicolás, que después de mirarse por unos breves segundos en donde de firma silenciosa habían descubierto el secreto de Galaxia; decidieron que lo mejor era volver a entonar la canción de hace un momento.
Takano que se sorprendió por el silencio, los miro de forma dudosa, pero al escucharlos cantar se les unió a ellos y se olvidó un momento de sus dudas.
-- ¿Por qué están tan contentos? _ Pregunto Rei, mientras se acomodaba y se sentaba en una de las gradas frente a los soldados.
Los soldados al escuchar la voz alegre y divertida de Rei, gritaron asustados e intentaban inútilmente cubrirse sus cuerpos desnudos.
Rei por su parte simplemente se reía ante lo que hacían.
-- ¿Ya se enteraron?, .... El Príncipe Seiya se ha ido dejando Kinmoku _Con el tono suave y haciendo gestos con sus manos, Rei les comento la última noticia.
-- Seguro se fue, porque se asustó del Príncipe Diamante _ Respondió en tono irónico Torashima-.
-- Cuando Júpiter entre en su décimo segunda posición, .... Todo hombre deberá de irse al exilio _ Muy seguro de sí mismo, Nicolas hablo.
Rei por su parte, contoneando suavemente sus caderas, se comenzó a acercar peligrosamente ante los tres soldados.
-- ¿Eso es verdad? _ Pregunto un curioso Takano.
-- Si, así lo hicieron, Rama, Pandavas, Princes, su abuelo el Rey Yaten _ Hablo Nicolás, mientras se cubría más su cuerpo.
-- ¡Ah! _ Fue la única palabra que se salió de los labios de Takano y Torashima, mientras copeaban la misma acción de Nicolás.
Por su parte Rei, se detuvo y se colocó de espaldas a unos escasos pasos de ellos, y comenzó a jugar con unas flores.
Los soldados al ver la cercanía de Rei, se pusieron más nerviosos, de pronto la joven giro y los miro burlonamente.
-- ¡Adiós! _ Luego de unos segundos en silencio, Rei se despidió de ellos, lanzándoles una canasta llena de pétalos de Hibisco blanco.
Los soldados al sentir y escuchar las palabras de su alocada amiga, simplemente soltaron un suspiro de alivio, y prosiguieron a seguir con su refrescantes baño.
Mientras tanto cerca de los límites de Kinmoku con Megaverso y Milenio de Plata.
En un alejado templo budista, se encontraba el Príncipe Seiya.
Había dejado atrás las ropas suaves y finas, para tan solo vestir un sencillo pantalón holgado color negro, una polera holgada sin mangas y el cuello en V, en color vino, un cinturón de tela, del mismo color que el pantalón, en su cuello solo tenía una pequeña gargantilla lisa y unas sencillas argollas en sus orejas.
Su corona, anillos, brazaletes, muñequeras y sus amadas armas, lo había dejado atrás, en un lugar secreto, que solo él sabía y tenía acceso.
Con respecto a su cabello, se lo había recortado aún más, tanto que ya no le llegaba a la altura de sus hombros, sino que ahora estaba pegado.
Cuando se estaba acomodando su nuevo corte de cabello, unos pequeños niños de túnicas blancas y sin cabellos, se acercaron a Seiya y comenzaron a hacer pequeños susurros entre ellos, que a su vez les causaba mucha risa.
Seiya al darse cuenta de las pequeñas travesuras de los niños, se acercó a uno de ellos y a modo de juego le sujeto la muñeca, mientras sonreía.
El niño y sus amigos, al ver la acción del Príncipe Guerrillero, simplemente se comenzaron a reír mucho más fuerte.
Seiya al ver que aquellos niños solo querían jugar, soltó rápidamente la muñeca del niño y comenzó a regalarles muy alegremente la fruta que tenía.
Los niños muy emocionados, aceptaron los regalos de Seiya.
-- Tú no eres de por aquí, .... ¿Dime quién eres? _ Pregunto en tono curioso unos de los monjes del templo.
-- Simplemente soy, .... Un viajero corriente _ En tono calmado y mirándolo de forma tranquila, Seiya respondió.
-- El sol seguirá siendo el sol aunque se oculte tras las nubes, .... Y la luna seguirá siendo la luna, aun así se oculte en las noches _ En tono calmado el monje volvió hablar.
Seiya, que no tenía intenciones de revelar su verdadera identidad, y sobretodo que no quería responder aquellas preguntas incomodas; se limitó a ignorarlo con la perfecta escusa de lavarse el rostro y mojarse el cabello.
-- Tu destino incida que no estás en un camino corriente _ Volvió hablar el monje, captando la atención de Seiya y los niños.
-- ¿Qué dice mi destino entonces?, .... ¿Qué soy un Príncipe, próximo a heredar la corona?, .... ¿Qué soy un gran guerrero?, .... ¿Qué algún día seré coronado?, .... ¿Qué seré un gran emperador? _ Respondió Seiya a modo de burla, mientras hacia gestos con sus manos y una pequeña rama seca, para diversión y burla de los pequeños.
-- Sabes, .... Hasta los emperadores son gente normal, .... Tu destino esta por envina de un simple trono _ Hablo muy tranquilo el monje, mientras miraba fijamente a Seiya.
-- ¿Qué destino puede ser superior a ser emperador? _ Luego de permanecer un breves segundos en silencio, Seiya le pregunto al monje muy ansioso por su respuesta.
-- El de un enamorado, .... Cuando al fin encuentra a su alma gemela, cuando eso sucede, .... Las cosas materiales no tienen ningún valor _ Le respondió el monje, mientras le toco sutilmente el hombro al Príncipe Guerrillero, para después alejarse de ahí.
Seiya, al escuchar aquellas palabras, se quedó completamente sorprendido ya que no esperaba aquella respuesta.
Y de pronto los pequeños niños, comenzaron a levantarse de sus asientos, y se marcharon hacia una sola dirección.
Seiya, muy curioso por aquella acción de los pequeños, dirigió su mirada hacia donde se iban muy alegres y rápido, y se dio cuenta que se trataba de un monje viajero, que en sus mano izquierda traía un pequeño pocillo de arcilla, y en la mano derecha había una campanilla que la hacía sonar con cada paso que daba.
De pronto Seiya se dio cuenta, que no solo los niños que estaban a su alrededor corrían hacia aquella dirección, sino que también lo hacían otros niños.
De pronto en escasos segundos, todos los niños rodeaban muy alegres al monje para poder tocarlo y luego volver.
Seiya, observo aquella escena muy sorprendido y afligido, ya que ver a aquel monje viajero, hizo que pequeños sentimientos se hicieran presente en su corazón.
Estuvo en aquel templo un par de horas, en donde su caballo Fighter recupero fuerzas para que así sigan con su viaje.
Luego de ver que Fighter ya estuviera descansado, continúo con su viaje.
Cabalgo a todo galope, hasta las orillas del Gran Rio, una vez ahí, bajo de su caballo y se subió a una pequeña balsa artesanal, con la única intención de llegar al otro extremo del Rio, junto con su caballo.
El trayecto en aquella balsa duro aproximadamente un par de horas, en las cuales, Seiya sujeto firmemente a Fighter.
Una vez ya fuera de la balsa, le pago al encargado lo que se suponía era la tarifa; y se subió encima del caballo para irse hacia al pueblo más cercano.
-- ¿Quién lo diría?, .... Estoy en los extremos del Milenio de Plata _ Se habló mentalmente Seiya en tono irónico, mientras admiraba fugazmente a su alrededor.
Las horas pasaban, y así el día muy pronto se convirtió en noche.
Seiya, que estuvo durante el día deambulando por las calles de la ciudad, llegó a una especie de refugio comunitario, en la cual entro junto a su caballo para poder pasar la noche.
Dentro de aquel precario salón, se dio cuenta que la gente se agrupaba en pequeños grupos, otros simplemente permanecían solos, como él.
Hola Dostys, disculpen la tardanza, pero es que mi amado Zero se malogro y volvió a ir al técnico, así que por ese motivo me demore en actualizar el fic, como tbm que las tareas en la U se volvieron más pesadas.
De verdad muchas vibras positivas a todos y cada uno de los k m apoyan, en leer, comentar y votar.
¿Creen que hizo bien Seiya en irse de Kinmoku?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top