11° CAPÍTULO
-- Así parece _ En forma sarcástica respondió un aburrido Seiya.
-- Príncipe, .... Que es eso que se ve _ Señalando hacia el horizonte, el Comandante Naraku hablo.
Seiya dirigió rápidamente su mirada hacia el horizonte, y se percató de lo que su joven Comándate le estaba indicando. Y se dio cuenta que se trataba de una punta puntiaguda, perteneciente a la estampa de batalla del Ejercito de Takshila.
Conforme pasaron los minutos, se podría apreciar mejor la vista que ofrecía el horizonte.
-- ¡Así que ya están aquí! _ El General Tai, hablo en forma retadora.
Y entonces, se vio que quien encabeza aquella marcha, era el General del Ejército de Takshila, él estaba encima de su caballo y venia vestido con su pantalón holgado color negro junto con su polera de igual color, en su pecho traía su protector de oro que era en forma circular de superficie lisa, en su cintura estaba un cinturón de plata, en sus muñecas estaban unas muñequeras de oro lisas, en su cabeza tenía un turbante de color plomo y en sus orejas estaban unos pendientes de oro en forma de una perla.
Los demás soldados, algunos estaban en caballos y otros estaban de pie; ellos estaban vestidos con su uniforme de batalla de color negro.
-- ¡General!, .... ¿Está seguro de esto? _ Uno de los soldados de Takshila se dirigió a su General.
-- Es lo que debemos hacer, .... A sus puestos _ En tono frío contesto el General.
Los soldados de Takshila sin esperar más, se posicionaron en media luna, a espaldas del su General.
Seiya y sus hombres solo miraban muy cautelosos todas y cada uno de los movimientos de sus enemigos.
-- ¡Al frente! _ Grito muy alto el General Tai.
A lo que el General de Takshila y el Príncipe Seiya, asintieron mirándose fijamente.
De pronto cada uno de mencionados antes, comenzaron a desenfundar sus espadas, para pasárselas a uno de sus hombres; estos al tener las espadas en su poder, hicieron una reverencia para luego caminar hacia el centro del campo, y enterrar superficialmente las espadas de forma cruzadas, en la formaban una X.
Todo ante la mirada fija de Seiya y los demás.
Seiya estaba con las manos entrelazadas bajo su abdomen, dedicándoles una mirada sarcástica y una leve sonrisa de superioridad en su rostro, por su parte el General Tai estaba con su mirada fija hacia el horizonte y las manos cruzadas a su espaldas; mientras que el Comandante y los demás estaban parados firmemente, con sus miradas también fijas.
Por otro lado, el General de Takshila tenía una pequeña banderilla con el escudo de Takshila en sus manos, su mirada reflejaba tristeza e impotencia, sus hombres por su parte estaban parados firmemente y con sus miradas perdidas o eso era lo que reflejaban.
-- Las banderas de Takshila están bajadas a los pies de Kinmoku, .... Príncipe Seiya, pedimos la rendición _ Acercándose lentamente, el General de Takshila se acercaba en frente de Seiya y colocaba la banderilla de Takshila enfrente de él, como a la altura de su corazón.
Seiya que estaba muy tranquilo y sobretodo muy orgullo de lo que estaba pasando, lo miro y levanto una de sus cejas para verlo altaneramente, mientras este se le acercaba.
-- ¡Nuestro ejército ha bajado las armas!, .... ¡Sabemos que si seguimos con esta guerra, solo obtendremos más sangre y muertes!, .... ¡Por eso!, .... ¡Takshila se arrodilla ante Kinmoku! _ Y bajando leventemente su cabeza y el tono de su voz, el General acepto la rendición de su ejército.
Seiya que lo observaba muy complacido, sonrió discretamente ante su ex enemigo.
El General de Takshila por unos segundos mantuvo la mirada fija en suelo, mientras le hacia una reverencia muy notoria al Príncipe; pero cuando la banderilla se encontraba casi a la altura de las espadas, agito rápidamente hacia un lado la banderilla y con ella, empujo lejos las espadas.
Seiya simplemente le dedico una fugaz mirada a la acción realizada por el General, para después centrarse en él.
El General de Takshila al ver que durante unos micro segundos la mirada del Príncipe Seiya se desvió hacia las espadas, aprovecho ese instante para revelar la punta afilada que se encontraba en la base de la banderilla muy bien escondida, debajo de una especie de funda cilindra de metal.
Al revelar la punta, el General de Takshila, aventó hacia el rostro del Príncipe Seiya la funda metálica; a lo que el Príncipe Guerrillero con un solo movimiento de su mano, desvió el trayecto del objeto metálico.
El General al ver que Seiya estaban aún entretenido, aprovechaba cada oportunidad por mínima que sea, y se abalanzó hacia el Príncipe que lo miraba de manera burlona, a lo que al General de Takshila esa mirada solo lo llenaba de ira y odia hacia él.
Cuando todos creían que el General de Takshila había logrado su propósito, el Príncipe Seiya los sorprendió a todos, ya que contaba con muy buenos reflejos, y detuvo el objeto punso cortante a unos milímetros de su iris izquierdo, solamente con su mano izquierda.
El General intentaba por todos los medios, vencer y matar al Príncipe Seiya, por ese motivo fue que empleo ambas manos para darle mayor presión al arma.
A lo que Seiya simplemente se limitaba a contrarrestar el ataque con una sola mano, mientras que una sonrisa acompañada de una mirada sarcástica se reflejaba en su rostro.
-- ¿Creen que gane el General? _ Uno de los soldados de Takshila susurro levemente.
-- ¡No lo sabemos!, .... ¡Ya que este plan es muy arriesgado! _ Respondido su compañero.
Por su parte los soldados del ejército de Kinmoku, miraban muy entretenidos el enfrentamiento.
-- ¡Es un bobo!, .... ¡A Seiya, jamás debes tenderle una emboscada! _ Comento un divertido Amade.
-- ¡Tks!, .... Tenía razón el General Tai, .... Al final solo se trataba de una emboscada _ Muy enojado Naraku hablo.
El General al escuchar las palabras del Comandante, simplemente le dedico una mirada de superioridad.
Volviendo con la lucha del Príncipe Seiya y el General de Takshila, esta se prolongó durante unos minutos más, en la cual se podía ver claramente que el General de Takshila estaba empezando a sudar, por el gran esfuerzo que estaba empleando.
-- ¡Ríndete Seiya!, .... ¡Ríndete! _ Con la voz un poco entrecortada por la presión que estaba ejerciendo, hablo el General mientras empleaba más presión.
Seiya, simplemente lo miraba altaneramente, ya que sabía muy bien cómo enfrentar este tipo de situaciones.
-- ¡Tengo el arma!, .... ¡Ríndete!, .... ¡Ya estas acabado!, .... ¡Kinmoku caerá Seiya! _ Haciendo más presión, hablo de forma desesperada,
-- ¡Esto no es un arma!, .... ¡Esto no es un arma idiota! _ Hablo Seiya de manera fría, para después empujarlo sin ningún problema posible.
El General, al comprobar la gran fuerza del Príncipe Guerrillero, cayó de espaldas al suelo, para luego reincorporarse rápidamente del suelo y ponerse de pie, y dedicarle una mirada temerosa.
-- ¡Esto!, .... ¡Esto que vez aquí si es un arma!, .... ¡Esto si es una verdadera arma! _ Y sacándolo de su espalda, un látigo doble con láminas de plata muy afilado, se hizo presente al frente de él.
El general de Takshila al ver el arma, templo por unos segundos ya que lo había reconocido así que retrocedio unos pasos muy asustado, ya que el Príncipe Guerrillero cada segundo que pasaba lo miraba con más odio y superioridad.
-- ¿No pensé que lo sacaría tan pronto? _ Naraku le susurro a Amade, con la mirada fija en el Príncipe Seiya.
-- Ni yo, .... Tal parece que nuestro Príncipe es más astuto que todos nosotros juntos _ Respondido Amade de igual modo que Naraku.
-- Es verdad, .... Ahora veremos una buena función de Star Láser _ Hablo automáticamente Naraku.
Amade simplemente asintió sin despegar su vista del frente.
Seiya al ver el miedo reflejado en el rostro de su enemigo; una sonrisa sarcástica se comenzó a dibujar en su rostro, y comenzó a mover levemente su mano, para que así el látigo doble de plata, comience a emitir pequeños sonidos.
Los soldados del Ejército de Takshila al verlo, se alertaron y comenzó a caminar hacia Seiya.
Seiya al verlos acercarse poco a poco, comenzó a hacer algunos movimientos bruscos y temerarios con el látigo para después comenzar a latiguear al frente de él; acción que solo detuvo por unos segundos a los soldados.
Al ver la reticencia de avance entre los soldados, Seiya comenzó a avanzar hacia ellos en forma tan aguerrida y temeraria, con cada paso que daba, el látigo tocaba el suelo y este al sentir el toque del suelo, este levantaba una ventana de polvo.
Los soldados dudaron unos segundos, para después a encarar al Príncipe Guerrillero.
Pero conforme se iban acercando, Seiya con sus maniobras de látigo comenzó a atacar y a su vez derrotar uno por uno a todos los soldados que estaban en su camino; por su parte el General que se había escudado detrás de aquellos, comenzó a caminar lentamente hacia atrás con la clara intención de escapar y salvar su vida.
Seiya que vio aquella acción, se apresuró con acabar con todos aquellos soldados que le interrumpían su paso, para ir hacia su verdadero objetivo.
El General que aun sostenía aquella banderilla en sus manos, lo presiono con más fuerzas en su puño, y retrocedía mientras observaba como sus hombres caían en manos de su enemigo.
Después de unos cuantos pasos, saltos y algunas maniobras acrobáticas junto con maniobras con el látigo doble; Seiya llego por fin frente al General.
-- ¡Estoy acabado! _ Fue el pensamiento del General, mientras miraba muy nervioso al Príncipe Guerrillero.
-- ¡Tus últimas palabras! _ En tono sarcástico y templado suavemente el látigo, Seiya le dedico una mirada de superioridad.
El General lo veía cada vez más aterrado.
-- Si así lo quieres, .... Así será _ Y dibujando una sonrisa al final, Seiya comenzó a pegar el látigo al cuerpo y rostro del General, varias veces.
Al momento de tener contacto con las diferentes partes del cuerpo del General con el látigo, esta acción genero varios cortes y uno de ellos fue directamente al cuello.
-- ¡Así acaba todo! _ Cerrando sus ojos lentamente, el General de Takshila se demoró y murió lentamente debido a que comenzó a desangrarse producto del corte que tenía en el cuello.
Mientras Seiya atacaba al General de Takshila, los espectadores se comenzaron a estremecer y hasta temblar de miedo, debió al espectáculo que habían acabado de presenciar.
-- ¡Se ve que Seiya, tenía sed de sangre! _ En apenas un susurro, Amade se dirigió a Naraku.
-- Así parece _ En el mismo tono, Naraku respondió, sin despegar su mirada de Seiya.
Seiya por su parte, enredo alrededor de su cuerpo el látigo para así poder limpiar y quitar las manches de sangre, que había en las hojas metálicas de su Star Laser.
-- La cabeza que no se incline ante nosotros, .... Ante mí, .... Ante Kinmoku, .... Sera cortada inmediatamente, sin ninguna contemplación _ Seiya expulso aquellas palabras de forma tétrica, mientras dirigía una mirada aterradora al cadáver que yacía frente suyo, para después dirigirla a los soldados de Takshila que estaban parados al frente suyo muy aterrados.
Y después de aquellas palabras, los soldados de Takshila se pusieron de rodillas ante el Príncipe Guerrillero, en señal de que estaban dispuestos a someterse al Imperio de Kinmoku y al Príncipe Seiya, con tal de seguir con vida.
Seiya al ver lo que había conseguido, una sonrisa ladina y triunfal se le comenzó a dibujar en el rostro, mientras dirigía su mirada hacia el horizonte.
-- ¡Cada vez más cerca!, .... ¡Cada vez más alto!, .... ¿Qué harás ahora Diamante? _ Sonriendo de sus pensamientos, Seiya se dio la vuelta y se dirigió hacia su semental blanco.
El General, el Comandante, el Espía, los escuderos y los demás soldados; al ver a su Príncipe Guerrillero caminar delante de ellos, le hicieron una leve reverencia.
-- ¡Prepárate, tienes un mensaje que enviar! _ Deteniéndose delante de Amade, Seiya hablo.
-- Como guste Majestad _ Respondido en forma dócil.
-- Perfecto _ Después de hablar, siguió hacia Fighter.
Al llegar a su semental blanco, Seiya comenzó a acariciar a su equino amigo, y le susurraba algunas palabras que solo podía ser escuchada por esos dos.
Luego de acariciarlo durante unos segundos, se subió a la montura de su caballo y partió del lugar rápidamente.
-- ¡Tal parece que tenemos que encargarnos del trabajo sucio! _ Naraku, hablo después de que Seiya se retiró.
-- ¡Así es amigo mío!, .... ¡Mientras que yo, simplemente tendré que llevar un mensaje! _ Con una sonrisa burlesca, Amade le respondió.
-- ¡Hay!, .... ¡Qué suerte tienes, tonto! _ Dándole un golpe en el hombro de Amade, Naraku se retiró de ahí para irse hacia donde estaban los soldados de Takshila.
-- ¡Infeliz! _ Sobándose el hombro adolorido, Amade le respondió mientras caminaba hacia su caballo.
El General que estaba mirando todo con un semblante serio, no articulo ninguna palabra, ni emitió ningún sonido; simplemente se limitó a marcharse hacia donde estaba el cadáver magullado del General de Takshila.
-- ¡Nunca debiste de subestimar a Seiya!, .... ¡Ese fue tu primer gran error! _ Tai, le hablo de forma sarcástica, mientras movían el cuerpo inerte con su pie.
-- ¡General!,.... ¿Qué hacemos con los soldados sometidos? _ Uno de los soldados le pregunto en voz alta.
-- ¡Lo mejor será llevarlos a Kinmoku!, .... ¡El Rey Taiki, decidirá su suerte! _ Contesto en forma seria, mientras camina hacia donde estaban.
-- ¿Y los que se resisten? _ Pregunto el Comandante en tono dramático.
-- ¡Simplemente acábalos! _ Respondido en el mismo tono que antes.
-- Como usted ordene _ Con una sonrisa macabra, Naraku se dirigió hacia ellos, mientras empuñaba su espada.
Los soldados que se habían sometido, solo podían mirar como asesinaban salvajemente a sus hermanos de armas ante sus ojos.
-- ¡Mueren malditos!, .... ¡Mueran! _ Naraku, gritaba vivamente, mientras entraba su espada en el cuerpo de sus víctimas.
-- ¡Perdón!, .... ¡Perdón! _ Era el único pensamiento de los que miraban amargamente la matanza, mientras gruesas lágrimas brotaban de sus ojos para cubrir sus mejillas.
Naraku junto con un pequeño grupo de soldados, seguía con la masacre y el derramamiento de sangre, luego de unos largos y amargos minutos, todo el lugar que antes era un verde prado, ahora estaba bañado en sangre, junto con varios cuerpos mutilados y hasta magullados.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Con esto, seguro que el Príncipe Seiya será candidato preferido para ser el heredero al trono _ Muy satisfecho y orgulloso, Naraku contemplo lo que había causado.
-- ¿No crees que aspiras muy alto? _ En tono frío, el General Tai se acercó al Comandante y le hablo.
-- ¿Qué?
-- ¡Lo que escuchaste!, .... ¡Aspiras muy alto!
-- ¿Por qué?, .... ¡Simplemente porque, deseo que mi Rey sea el Príncipe Seiya, y no el Príncipe Diamante! _ En tono altanero respondió.
-- ¡Si!, .... No ansíes cosas que nunca podrás tener, .... O en este caso nunca podrá suceder.
-- ¡Eres un maldito traidor!, .... ¿Cómo puedes pelear a su lado, cuando se ve que eres leal al enemigo? _ Hablo Naraku muy enojado, para después regalarle un golpe en el rostro al General.
El General al recibir el impacto, se cayó precipitadamente al suelo; producto de aquel golpe su labio sufrió un pequeño corte, por el cual estaba que salía una pequeña línea de sangre.
-- ¡Eres un traidor!, .... ¡Lo escuchaste un maldito traidor! _ Diciendo estas últimas palabras, para después escupir sobre la espalda del General, el Comandante se retiró con su caballo de ahí.
El General Tai aun el suelo, saco su espada para que esta le sirva de apoyo y pueda pararse, para después limpiar bruscamente la línea de sangre proveniente de su labio.
-- ¿Traidor?, .... ¿Traidor?, .... ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja! _ Hablo en voz alta, para después reírse como si fuera loco, mientras caminaba hacia su caballo.
Los demás soldados tanto de Kinmoku y de Takshila lo miraron muy angustiados, ya que por la forma en como les había dedicado aquella mirada, se podía sentir mucha presión y desesperación.
-- ¿Qué esperan?, .... Muevan sus malditas e inmundas presencias, .... Tenemos que volver al campamento _ Ordeno, mientras cabalgaba rápidamente hacia el campamento.
Los demás soldados al escuchar las palabras de su General, apresuraron sus tareas para poder darle alcance.
-- ¡Por favor!, .... ¡Permítanos, darles al menos una buena sepultura a nuestros hermanos! _ Uno de los soldados de Takshila imploro a uno de los encargados de los estandarte de Kinmoku.
Este lo miro fijamente durante unos segundos, para después mirar a su alrededor; al hacerlo comprobó que los sobrevivientes del ejercito enemigo, estaban a la espectiva de su respuesta.
-- ¡Por favor Señor! _ Se escuchó una segunda voz, que se unía a la súplica.
-- ¡Que sea rápido! _ Después de unos largos segundos en silencio, respondió en forma tosca.
-- ¡Gracias! _ Y diciendo esa palabra, todos los soldados sobrevivientes de Takshila empezaron con cavar, mover y hasta arreglar a los caídos.
Mientras el tiempo transcurría los de Takshila hacían arduamente su labor, los soldados de Kinmoku que los observaron, notaron que los ojos de los soldados de Takshila se ponían cada vez más vidriosos y hasta en algunos de ellos, sus mejillas se bañaban de ellas.
Después de 2 horas en las que los Kinmokianos tuvieron que contemplar aquella acción, comenzaron por fin su camino hacia su campamento.
Al llegar, un enojado General les dedico una mirada de odio, por el retraso que habían tenido.
-- ¿Qué demonios les pasa?, .... ¿Por qué se demoraron tanto? _ Muy enojado y parándose en frente de ellos, les increpo la tardanza.
Los kinmokianos simplemente agacharon sus cabezas y guardaron silencio, acto que enojo de sobremanera al General y se acercó a uno de ellos, para agarrarlo por el cuello y exigirle una respuesta.
-- ¡Hice una maldita pregunta!, .... ¡Respóndela! _ Elevando su tono de voz, y con la cara roja en ira, hablo.
-- Nos, .... Retrasamos, .... Porque, .... No, nos ubicábamos _ Respondido temerosamente.
-- ¿Eso es verdad? _ Se dirigió a otro de los soldados, mientras que al que había interrogaba se agarraba desesperadamente su cuello, mientras intentaba respirar adecuadamente.
-- ¡Si General!, .... ¿Por qué tendríamos que mentirle? _ Respondido temblorosamente también.
El General, al escuchar la segunda respuesta afirmando así la primera, se retiró del lugar muy malhumorado.
Los soldados de Takshila al ver como sus captores habían mentido, simplemente les dedicaron una mirada de agradecimiento y caminaron en silencio hacia donde pasarían la noche.
-- ¡Eso estuvo cerca! _ Comento uno de los soldados.
-- Ni que lo digas _ Respondió en un suspiro otro soldado.
-- ¡Ustedes dos!, .... ¡Dejen la charla para después, y apresúrense en ayudar! _ El capitán de batallón les hablo en modo de advertencia.
-- ¡Si! _ Respondieron de inmediato los dos.
Y sin decir más, ambos soldados comenzaron a ayudar con el desarme del campamento, solo podían desarmar algunas carpas, ya que para hacerlo más fácil, esa noche dormirían 7 soldados en una sola tienda de campaña.
Mientras tanto en el Palacio Real de Kinmoku, un Príncipe Diamante estaba muy contento y sobretodo alegre; ya que según le habían informado su pequeño hermano, algunos de los Consejeros y el Primer Ministro; su hermano Seiya solo había marchado hacia la guerra con la mitad del Ejercito Real, y aquello era una sentencia de muerte inmediata, solo un milagro podría concederle la victoria.
-- ¡Ahora si Seiya!, .... ¡El trono y Kinmoku serán míos! _ De manera sarcástica Diamante grito a los vientos sus deseos, mientras acariciaba el tan anhelado trono de Kinmoku, mientras se sentaba en el.
-- ¿Qué haces ahí?, .... ¿Sobretodo sentado en el trono que será de mi hermano? _ En tono desafiante Yaten Jr.; increpo la acción de Diamante.
-- ¿Qué hago aquí?, .... Pues eso es muy sencillo de responder _ En tono irónico y agachando levente su cuerpo hacia adelante Diamante le respondió.
-- ¡Responde!, .... ¿Qué haces en el trono de mi hermano? _ Ya muy enojado y levantando la voz, el adolescente de 14 años se enfrentó a su odioso medio hermano.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... No me hagas reír, .... Este trono jamás será del incompetente de tu hermano, .... Este trono, será mío; .... Ya que yo soy el legítimo heredero, .... Que no se te olvide que yo nací del vientre de la esposa real, .... No de una simple concubina, .... ¡Como tus hermanos y tú! _ En tono burlón Diamante se recostó más en el trono real y le dedico una mirada de superioridad.
El adolescente le dedico una mirada furica, y simplemente se limitó a cerrar los puños hasta poner los nudillos blancos de la presión que ejercía; ya que sabía muy bien si se iba hacia los golpes con Diamante, el seria el más perjudicado.
-- ¿Qué?, ¿Acaso dije algo que no es verdad? _ En un tono irónico, Diamante se burlaba del joven.
Yaten Jr, seguía en silencio; ya que decidió no caer en su juego de provocación.
Diamante al verlo tan calladito, se comenzó a mofar del adolescente y comenzó a vociferar algunas burlas contra él, su mellizo, su hermano mayor y su madre.
Yaten por su parte, ejercía mas fuerza en sus puños cerrados.
-- ¿Qué significa todo aquello que dijiste Diamante? _ Una voz varonil se hizo presente.
Yaten Jr, y Diamante al escuchar esa voz, voltearon rápidamente sus rostros hacia donde provenía la voz.
Y desde el umbral de la puerta, se podría apreciar la imponente presencia del porte que impartía el Primer Ministro de Kinmoku; Jedaite que pasaba por ahí, y escucho por casualidad la mayoría de la conversación que se había dado segundos antes.
Diamante sabía muy bien que estaba en problemas por todo lo que había hablado; estaba muy consiente que se había ido de boca y no midió las consecuencias; ya que jamás imagino que Jedaite podría escucharlo.
Yaten Jr, por su parte estaba muy agradecido con los Dioses; ya que jamás imagino que su suerte podría ser tan grande, sabia del gran aprecio y sobretodo de la gran estimaba que Jedaite tenía hacia su madre, hermano mayor, su mellizo y a él; ya que desde pequeño siempre lo habían visto como un segundo padre, y él por su parte también lo había profesado.
-- ¿Y bien Diamante?, .... ¿Creo que tienes muchas cosas que explicar?, .... ¿No es así? _ En tono y mirada inquisidora, el Primer Ministro comenzó a interrogo a Diamante.
Hola dostys, si lo se me retrase el actualizar este fics, pero estas dos últimas smns tuve mucho trabajo y evaluaciones en la U, así que no tuve tiempo; y sin hablar de que me enferme y tbm pase cosas negativas que casi e hacen tener una nueva crisis depresiva, de verdad una disculpa.
Sin más, agradecer por su tiempo en leer, comentar, votar y tbm recomendar, ay que algunas xikas lo hacen.
Por cierto este cap, está dedicado ah: KouSandra, FresiairreneSolitaria, Alicedelca, chaparra40748113, Beninalia, LidiaLazcano1 y selene3023; de verdad graxx x comentar y votar capitulo a capitulo.
Vibras positivas y muchos pero muchos abrazos de conejitos.
¿Qué creen que haga el Diamante cuando descubra que sus planes se frustraron?
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