— ¡Myoui Sharon Mina! —. Gritó con todas sus fuerzas mientras la jalaba de la cama, quería que estuviera bien pero ahora que la fue a visitar se dio cuenta que su pequeña estaba con helado, música triste de fondo y cubierta de una gran capa de sábanas. Algo raro le había pasado y no parecía estar dispuesta a decirle así que justo cuando estaba por irse salió corriendo y se le lanzó encima ella nunca dejaría que Mina pase por cosas sola cuando ella está ahí para apoyarla, bueno Momo también solo que está desaparecida.

— déjame Sana, solo quiero estar sola —. Rodó los ojos y la jaló tan fuerte que una sábana salió disparada al igual que ella. — estaré así una semana más —. Minatozaki se levantó del suelo con la sábana y gruñó.

— eso llevas diciendo un mes entero en el que ya no sabes que inventar para que no te dejen ir a clases —. Mina se le quedó mirando y bajó la mirada avergonzada, era cierto había estar evitando estar en ese lugar tanto como Sana evitaba las salidas de campo que querían hacer sus padres cada que podían.

— Si y me ha funcionado no harás que eso cambie —. Volvió a rodar los ojos y se sentó a su lado, sin dejar de observarla se cubrió con las sábanas notando que estaba más caliente de lo que creyó. — ¿Qué haces? —. La miró preocupada.

— como soy una buena hija no voy a ir a la casa de mis padres a contagiarle lo que tú me acabas de contagiar —. Sonrió de forma malévola.

— por Dios no te quedarás conmigo hasta que yo decida levantarme cosa que es nunca, es obvio —. Sana se cruzó de brazos mirándole con aquella mirada que le dio cuando a Mina le dio por amarrarse a un árbol que quería tanto pero tanto que lo llamó tronquin, era obvio que también se amarraria al árbol. Exactamente lo que estaba haciendo ahora solo que ahora se amarraba a la cama con la excusa de también estar enferma. — no aguantaras tanto como yo —. La castaña se cruzó de brazos y elevó una ceja.

— me quedaré aquí y te voy a fastidiar todo el tiempo hasta saber el por qué estas tan triste como para estar en esta situación, eso no es para nada algo que haría Myoui Sharon Mina sin tener una razón válida que se entienda tan bien que llegue a doler —. Mina suspiró y miró sus manos las cuales estaban algo manchadas por el sirope de chocolate que contenía el helado que se había vuelto su gran amigo hasta que Sana llegó a robarselo.

— pasó algo —. Murmuró.

— evidentemente pasó algo pero ¿qué pasó? —. Preguntó un tanto exasperada.

— pues algo —.

— andas muy graciosa —. Mina rió hasta que se dio cuenta de la mirada sin expresión de su amiga.

— pues...una cosa llevó a la otra y no sabía que me iba a sentir tan mal por algunos comentarios —. La mayor asintió lentamente un tanto confundida ya que no le decía por completo lo que pasaba. — no es como que le haya preguntado pero la verdad es que se nota que también entonces entiendo todo y ahora me siento sola pero está bien no es como que yo haya dicho algo —. Sana no entendía nada de lo que estaba hablando.

— podrías hablarme en nuestro idioma porque no estoy entendiendo nada —. Parpadeó y miró directamente a los ojos de Mina los cuales se fueron entristeciendo a medida que pasaba el tiempo. — Minari... —. Susurró al ver como se llenaban de lágrimas.

— me gusta alguien pero a ese alguien le gusta alguien —. Un sollozo ahogado fue lo que se escuchó en la habitación y luego un fuerte abrazo que decía más que mil palabras. — no debería estar así por alguien porque pues...solo me gusta y eso —. Minatozaki frunció los labios.

— sí solo te gustará no estarías así —. Dijo sin pensar que Mina lloraría más por ello, entre abrió los labios y suspiró. — mi pequeña pingüina me la hicieron llorar —. Le acarició la espalda. — a ver...¿Quién es para mandarla a matar? —. Myoui desvió la mirada.

— ¿Aquella chica con la que te la pasabas hablando por teléfono? —. Sus mejillas se tiñeron de un adorable carmesí. — es eso...más bien es ella —. Le acarició el cabello y sonrió levemente. — mi pequeña Mina...está creciendo al punto que sufre por un amor no correspondido —.

— ya quisiera ella estar con alguien como yo —. Rodó los ojos y se cruzó de brazos formando un adorable mohín en el proceso.

— es obvio que la persona que esté contigo tendrá mucha suerte —. Miró hacia todas partes de la habitación pensando en quien podía llegar a ser lo único que sabían es que estudiaba en el instituto, y otra cosa más...

— ¿Por qué me miras así? —. Sana se había dado cuenta más rápido de lo que todo el mundo creía que podía darse cuenta.

— ¿A Chaeyoung le gusta Tzuyu? —. Preguntó.

— ¿En serio te preocupas por eso? —. Sacudió la cabeza y tragó saliva.

— ¡Obvio que no! —. Negó rápidamente con las manos y cabeza. — pero...¿Es ella? —. Myoui asintió y bajó la mirada. — oh...mi pequeña —. La volvió a abrazar y por alguna razón esta vez sintió un nudo en su garganta. — ¿Te lo dijo directamente?.

— no, pero se le nota la forma en la que la ve o el tiempo que pasan juntas —. Se encogió de hombros y limpió las lágrimas con el dorso de su mano.

— tal vez solo es cariño de amistad —. Murmuró con una expresión pensante.

— si claro como el de Momo contigo —. Minatozaki asintió.

— exacto —. Contestó un tanto aliviada, sí supiera a qué se refiere no estaría tan feliz.

— eres pendeja —. Dijo frunciendo el ceño.

— ya ya —. Le dio leves palmaditas en el hombro. — ahora alistate que vamos a salir a comer —. Ordenó y salió de la habitación, sus ojos se fueron a su teléfono juego al contacto de Tzuyu y suspiró, ella debía ser más fuerte que todo.