Capítulo X
Soltó un profundo suspiro antes de entrar a la heladería todo estaba decorado con blanco y rojo, habían algunas personas, las suficientes para darte cuenta que era un lugar bastante conocido. Unió ambas manos por el frente de su cuerpo y las acarició con nerviosismo, era la primera vez que iba a ver a Tzuyu, esa chica tan correcta, fuera del instituto y tenía muchas ganas de ver cómo era o como se vestía o si su comportamiento era el mismo o lo más importante...
Si se había arreglado lo suficiente como para que ella se de cuenta de sus verdaderas intenciones.
Si se arreglaba del más al punto en el que era obvio todo lo que había hecho entonces le gustaba y eso iba a ser un gran problema aunque también beneficioso porque así le demostraría a Mina y Momo que tiene la capacidad de gustarle a todo el mundo que se le cruce, aún con todo eso y que sería una gran satisfacción ella no podía negar que se iba a sentir culpable si eso llegaba a pasar porque con el poco tiempo que conoce a Tzuyu se ha dado cuenta que no es tan hija de puta como parece.
También podía pasar todo lo contrario, que se fuera lo más desarreglada posible para hacerle entender que no tienen ningún tipo de interés hacia su persona, eso estaría bien en cierta parte porque no saldría herida la menor pero sería un golpe muy fuerte en su ego porque sabe muy bien cómo van a reaccionar las chicas, se van a burlar de ella tanto que odiara sus risas siendo lo que más ama de cada una.
Así que ahora mismo tenía miedo porque no tenía ni idea como iba a llegar o estar Tzuyu.
Escucho un carraspeó detrás suyo y dio la vuelta con sus talones encontrándose a la peculiar sonrisa de Chou, iba demasiado sencilla; sin embargo, se veía que le había puesto empeño, eso la descolocó por completo ya que no sabe que es lo que le quiere transmitir o que simplemente es una salida de amigas a comer helado, es que solas...¿por qué tanta soledad?. Eso la estaba preocupando además se habían ido a un lugar muy en el centro que quedaban relativamente lejos de sus casas, mucha lejanía para ser una simple salida habiendo tantas heladerias cerca de sus casas, no tenía sentido.
— ¿Pe-pedimos? —. Chou negó con la cabeza.
— me atreví a elegir por ti, tienes cara de que te gusta el chocolate con chips de colores —. Sonrió para sus adentros era exactamente el que le gustaba. — demasiado básica y muy adorable además de homosexual —. Dijo con gracia por los colores del arcoíris.
— no te lo voy a negar —. Caminó y se sentó frente a Tzuyu quien le sonrió una vez más, nunca la había visto sonreír tan seguido.— ¿de limón? —. Asintió muy orgullosa. — si crees que eso te quita lo basic-
— hey, hey princesa yo soy la que digo ese tipo de cosas —. Se quedó con la boca entre abierta a punto de meterse la primera cucharada de helado a la boca, ¿acababa de intentar coquetear con ella?.— a mí también me gusta el chocolate pero quise experimentar a veces hay que hacerlo —. Se metió la cuchara en la boca y dejó que el dulce helado se derritiera en su lengua antes de tragarlo con dificultad.
— Si... —. Esa afirmación era la típica que le daba a su madre cuando le preguntaba sí le fue bien en el examen.
— Mmm...si...por cierto —. Dijo llamando la atención de Sana. — ¿cómo estás? —. Nunca se lo había preguntado.
— bien...y ¿tu? —. Tzuyu se encogió de hombros apoyándose de la silla con una pequeña sonrisa ladina que apenas se notaba.
— super bien —. Acomodó su cabello hacia atrás y por más que le pareció sorprendentemente atractivo no pudo evitar ahogar una pequeña risa en el helado. Esa no era la Tzuyu que conocía, ni la cuarta parte de lo que era, estaba actuando como si se llevarán super bien, la verdad es que no sabía a quien quería impresionar. — ¿cómo vas con los exámenes? —.
— ¿cómo voy con las notas? —. Se cruzó de brazos.
— solo un tonto contesta con otra pregunta —. Murmuró bastante alto para que Sana escuchara. — eso ya me da a entender cómo vas —. Minatozaki resopló y sacó el teléfono, Tzuyu la miró raro ya que parecía estar demasiado concentrada en lo que buscaba.
— compruébalo por ti misma —. Le dio la vuelta al teléfono y casi se le salen los ojos de la impresión, todo con notas sobresalientes, ninguno tenía un punto más o uno menos, todo era igual como si las estuviera inventando cosa que es imposible ya que el instituto cuida mucho eso. — me gusta que todo sea perfecto —. Infló el pecho orgullosa de si misma.
Tzuyu sonrió para sus adentros y apoyó un poco la cabeza en la ventana viendo a los transeúntes, suspiró y si no fuera porque lo estaba viviendo Sana pensaría que se encuentra en el típico K-drama en el que la chica está por decir algo pero no se atreve ya que piensa que no debería hacerlo.
Comió un poco de helado y siguió viendo a Chou que no cambiaba de posición. — se te va a torcer el cuello —. Gruñó e intento acomodarlas pero la contraria ya se había acomodado y la estaba mirando directamente a los ojos.
— Sana... —. Tragó saliva sin poder moverse. — tengo una pregunta para ti —. Se sentó lentamente y acomodó.
— di-dime —. Balbuceó.
— ¿Cómo sabes cuándo te gusta alguien? —. La japonesa entre abrió los labios sin saber que decir subiendo ambas cejas con total impresión sin entender absolutamente nada solo había algo en su cabeza.
¡Le gusto a Tzuyu!.
¡Le gusto a Tzuyu!.
¡Le gusto a la estúpida de Chou Tzuyu!.
Esperen...
¡¿Le gusto a la Chou Tzuyu insoportable?!.
La misma que me ha tratado tan mal...
No puede ser le gusto a Tzuyu...
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