Capítulo 1
—¡Melissa, cariño, están por llegar!
Recuerdo la voz de mi padre, un poco agitada. Él estaba concentrado ajustando su corbata para verse presentable, que aproveché la situación para saltar sobre su espalda, dándole un enorme abrazo.
—Papi, creo que te has hecho mal el nudo. Se ve extraña.—me asomé sobre su hombro mientras inflabla mis mejillas y trataba de jugar con su corbata. Él por su parte la miró extraña.
—¿De verdad lo crees princesita?—suspiró cuando yo asentí.—Tu viejo y cansado padre jamás aprendió hacerlo bien.
Mi risa inundó el gran salón, seguida por la de mi padre, mientras él se ponía de pie y yo me sostenía de sus hombros, luego comenzó a dar vueltas, haciéndome reír aún más.
—Mírate nada más, Dean. —la hermosa voz de mi madre se hizo presenté, ella estaba frente a nosotros con sus manos en su cintura mientras alzaba una ceja.—Te dije que me no hicieras el nudo. Te ves raro.
—¡Te ves raro!
Repetí intentando sonar como mi madre. Ella sonrió con complicidad mientras se acercaba a atar con perfección la corbata de mi padre. Su belleza iluminaba a cada movimiento con elegancia que realizaba. Cuando terminó su cometido, beso con suavidad los labios de mi padre para luego brindarle una sonrisa llena de amor.
Mi padre con mucho cuidado, como si fuera una muñeca de porcelana, me bajo de sus hombros hasta llegar al suelo. La diferencia de altura se hizo demasiada evidente. Muchas veces en presencia de otros adultos, al ver que eran muy altos me sentía cohibida, e incluso, podía llegar sentir miedo a mis cortos cinco años de edad. Pero cuando estaba con mis padres, y levantaba, significativamente, la mirada para poder verlos, me sentía protegida, porqué lo primero que llegaba a mi vista era sus ojos cargados de amor y cariño.
Mi madre, se puso rápidamente a mi altura, para arreglar una de mis coletas que se había despeinado del "caballito" de mi padre.
—¿Puedo preguntar algo?—la voz de mi padre se escuchó mientras miraba cada movimiento de mi madre—¿Desde cuándo nuestra hija de cinco años está vestida como una caricatura japonesa de los noventa?
—Es Sailor Moon, cariño.—mi madre ajustó mi vestidito con una sonrisa.
Llevaba un vestido, dónde la blusa era blanca adornada con un pañuelo rojo y una falda azul eléctrico. Mis zapatillas rojas y mi dos coletas hacían el complemento perfecto.
—Sigo sin entender cómo.—mi madre suspiró con cansancio.
—Un día me puse nostálgica y busqué unos vídeos de mis series favoritas de cuando era joven. Okey, no pude evitarlo. Ella se quedó enganchada con la serie.—mi madre sonrió con inocencia mientras yo asentía nuevamente.
—¡Te castigaré en el nombre de la...Luna!—con torpeza quise imitar los movimientos del personaje icónico.—¿Me veo bonita, no?
—¡Preciosa, princesita!—mi madre ni siquiera dudo en responder.
—La más hermosa.—se apresuró a decir mi padre.—Solo espero que sea una etapa corta.
No lo fue.
Segundos después se escuchó como un auto se acercaba a la entrada de nuestra casa. Papá rápidamente me miró y me brindó una sonrisa.
—Recuerda ser amable, mi amor.—yo asentí un poco confundida al repentino cambio en mis padres. Ambos estaban ansiosos y emocionados.
Recuerdo a dos personas grandes entras por nuestra sala. Una pareja. Mis padres se exaltaron de alegría al ver a la mujer que había recién llegado. Ella y mi madre chillaron un pequeño grito mientras se abrazaban y mi padres después se le unía.
El hombre que la acompañaba se había quedado excluido de la pequeña reunión. Recuerdo ver cómo sujetaba con un poco de dificultad varias maletas. Él al sentir mi mirada curiosa, me brindó una sonrisa. Recuerdo Levantar demasiado la mirada (era un hombre realmente alto) cosa que me asustó y salí disparada a esconderme detrás de las piernas de mi madre.
También recuerdo como ella ponía su mano en mi cabeza para tratar de tranquilizarme.
—¡No tienes lo idea de lo feliz que estoy!—dijo la mujer, alta y rubia.—¡Han pasado diez años desde la última vez que nos vimos!
—Qué rápido pasa el tiempo. Hace diez años ya de nuestra boda, querido.—esta vez fue mi madre.
—El tiempo ha sido bueno.—dijo mi padre.—No has cambiado nada, Liz.
—El tiempo ha sido bueno, Dean.—repitió jovial.—¿Recuerdan a Andy, no?
—Imposible olvidarlo.—dijo mi madre.
—Bueno, bueno. Hace cinco segundo así pareció.—dijo el señor Andy con un poco de broma. La risa muy reconocible de mi padre se hizo presente mientras que ambos se daban la mano.
La mirada de Liz viajó por el cuerpo de mi madre hasta dar con mi pequeña presencia.
¿Ya dije que soy un poco tímida?
Quise esconderme más detrás de mi madre, pero se me fui imposible cuando la voz de Liz se hizo presente.
—¡No puede ser!—su exaltación me hizo sobresaltar un poco—¡Pero que linda es!—Liz intentó mirarme un poco más—Pero es más pequeña que en fotos.
—Sí, bueno, es nuestra princesita—habló mi papá—. Ella es un poco tímida. Saluda, Melody.
Con timidez, levanté un poco mi mano en forma de saludo.
—Hablando de ello, ¿Dónde está Luke?—esta vez la voz de mi madre sonó.
Recuerdo que Liz y Andy sonrieron de gran manera, y ella, por su parte, dirigió su mirada hacía atrás de Andy. Él, simplemente se hizo un lado.
Lo primero que me fijé fue en sus ojos azules y muy intensos. Cabello rubio y piel blanca como la nieve. Mantenía una sonrisa angelical.
Su mirada se centró en mi, y se que suena un poco tonto, pero me puse nerviosa. Era una niña que realmente no tenía amigos y me costaba siempre socializar con niños de mi edad.
Más, está vez, me sentía diferente. Al ver que nuestros padres se llevaban muy bien, tal vez sería más fácil entablar una amistad.
La verdad es que me emocioné pensar que está vez podría hacer un amigo. Podríamos jugar juntos. No me importaría prestar mis juguetes. ¿Le gustará dibujar como a mí? ¡Sería divertido pintar en el jardín!
Cómo cosa extraña en mí; salí un poco más de mi escondite detras de las piernas de mamá. Intenté dar mi mejor sonrisa y alcé un poco mi mano para moverla de un lado a otro en forma de un saludo.
Todas mis esperanzas, al igual que mi saludo se esfumaron cuando su respuesta fue: sacarme la lengua.
Aún recuerdo cuando después nos dejaron solos para que nos fuéramos a mi habitación a jugar un poco. Eso duro como quince minutos, cuando ya me veía de regreso en busca de mi mamá.
—¡Mami!—llegué dónde estaba sentada en el comedor charlando animadamente con Liz.
—Oh, Melody.—mamá me cargó y me sentó sobre su regazo mientras miraba mi blusa blanca con una gran mancha morada.—¿Cómo te has ensuciado? Eso será difícil de quitar.
—Luke me arrojó su jugo de uva.—dije sin pena.
—¡Luke!—Liz en forma de regaño llamó a su nombre, resulta que ya él me había seguido.
—Fue un accidente, mamá.—él con un puchero y ojos de perrito se defendió.
Eso es jugar sucio.
—Oh, cariño. No pasa nada.—amo a mi mamá, pero ¡¿Cómo se atreve a defenderlo?!
—Niños...—dijo en un suspiro Liz.—Qué no se repita, eh.—esta vez se lo dijo a su hijo mientras ponía una mano sobre su cabeza y mi madre me bajaba.
—No se tú, Liz. Pero creo que esto es el comienzo de una linda amistad, como la de nosotros.
No.
—¡Venir aquí fue una buena idea!
No prestaba atención porque trataba de poner mi mejor rostro de enojada al ver cómo Luke saca su lengua en forma de burla.
—¡Debería ser nuestra tradición!
*
Seis y siete años.
—¡Luke, dame a mi muñeca!
No me pregunten el contexto. Solo sé que llevó cinco minutos corriendo detrás un avión a control remoto dónde lleva atada mi muñeca favorita. Oh, sí, el avión es de Luke.
—Oh, la princesita quiere llorar. Buuuu—se burló de mí, mientras corría para evitar que le robará el control.
El final de esa batalla. Mi muñeca quedó en el jardín del señor Yang. Jamás la volví a recuperar.
*
Nueve y diez años.
—No se ve muy seguro, Luke.—dije un poco temerosa al ver la bajada que estaba enfrente de mí.
—Oh vamos, deja de ser una princesita de papi llorona.
—No me digas así.—le saqué la lengua, mientras intentaba ajustar mi casco de color rosa chillón.
—Dijiste que querías aprender a manejar en bicicleta. Y yo, —se señaló a si mismo—soy el mejor andando en bicicleta.
—¿Y estás seguro que así debo de comenzar y no en un lugar más plano?—dije una vez más al mirar la cuesta. Además, ni alcanzó los pedales, ya que la bicicleta es de él y obviamente más alta.
—¡Por supuesto, así se aprende a frenar!—luego de decir eso, me empujó por la espalda y comencé a descender por la cuesta a todo velocidad.
—¡PERO NO ME HAS DICHO COMO SE FRENAAAAA!
Después de mi grito solo sé que se escuchó un gran golpe.
—¡Mira el lado bueno, llevabas casco!—escuché la voz de Luke desde lejos mientras veía las ruedas de la bicicleta rodar y estar en el suelo.
Y así fue como me fracturé un pie.
*
Diez y once años.
—No se ve muy seguro, Mel.
—¿A dónde he escuchado eso?—dije con cierta burla mientras la mirada de Luke no se apartaba de la pequeña tirolesa que mi papá había hecho desde mi casa del árbol hasta la piscina.
Había retado a Luke a qué la probará, más no le había dicho que había un pequeño truco. Si no te soltabas en el momento indicado, podías estrellarte contra la cerca del jardín. Pero pensaba que era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de ello. Después de todo, es un año mayor que yo.
—¿Estás segura que es seguro?—me reí ante su miedo.
—Gallina.—me reí más fuerte, mientras que él solo me contestó con un mala cara.—recuerda caer en la piscina, ¡Suerte!
Y como si fuera mi venganza, está vez, lo empujé por la espalda.
—¡PERO NO ME HAS DICHO CUANDO DEBO CAEEEER!
Bueno... Después de ver cómo chocó contra la cerca y luego cayó al suelo, me hizo valorar que sí debía decirle el momento exacto de como caer.
—¡Mira el lado bueno, del suelo no puedes pasar!
Y así fue como Luke se fracturó un brazo.
*
Doce y once años.
Corrí a todo lo que daba mis piernas para llegar antes que levantarán la escalera. De igual forma, no puede evitar quejarme mientras las risas se escuchaban a lo alto.
—¡Esto no es justo!—grité claramente enojada—¡Es MÍ casa del árbol!
—Oh, ¿la princesita va a llorar?—la ridícula voz de Luke me hizo enojar más.
—¡No me llames así!—exclamé mientras él seguía riendo con el hijo de los nuevos vecinos, los Hood.
Él con su familia se habían mudado al vecindario hace no más de un par de meses. No había compartido palabra con él, pero, Calum, tiene al parecer la misma edad que Luke y en un par de minutos eran grandes amigos.
—¡Va a llorar!—el moreno animó más al rubio.
—¡Son unos tontos!
—¡Vamos Melody, recuerda que debes compartir todas tus cosas con tu querido amigo Luke!
—¡No eres mi amigo!—respondí mientras me cruzaba de brazos.
Tengo que admitir que me sorprendió que no me dijera nada por unos segundos, mientras que solo escuchaba la risa de Calum.
—Bien, bien.—habló Luke—Te dejaremos subir si dices las palabras mágicas.—su sonrisa me hizo enojar más.
—¿Gracias?—dije con ironía.
—¡Error! —okey, este niño Calum me hace odiarlo más.—Capitán Luke, ¿sabe cuáles son las palabras mágicas?
Por su sonrisa de complicidad no me espera nada bueno. Eso seguro.
—Las palabras mágicas, capitán Calum, son:...¡Fuego!
Y, no sé cómo demonios consiguieron eso, pero me dispararon desde la altura de mi casa del árbol con pistolas de agua. Obviamente me empaparon toda y solo oía su risa a la lejanía. Es el colmo por hoy.
—¡Hoy duermes en la cochera Hemmings!—sé que fue ridículo, pero fue lo único que se me ocurrió, okey.
Me retiré a paso firme y pesado, mientras ellos seguían burlándose de mí. Debía cambiar mi ropa si no quería un resfriado veraniego asegurado.
Mientras pasaba la cocina, miré a mi madre que estaba en el comedor. Sé que no le diría nada a Luke, pero al menos él se podría comportar como un angelito (como siempre hace) y me dejaría en paz hoy.
—¡Mamá, mira lo que hizo Luke!—me acerqué más y ví como sostenía su cabeza entre sus manos.
Ella levantó la mirada con sutileza y me fijé que en sus ojos reflejaban cansancio. Eso me puso en alerta.
—Oh, cariño, ya te he dicho que si hacen guerras de agua con Luke, deberías usar tu traje de baño y no tu ropa normal. —ella sonrió un poco, pero no como siempre lo hace—Se puede estirar.
—No fue así, él con el hijo de los Hood me hicieron una broma pesada.—me senté en una silla junto a ella.
No me sentía para nada feliz, okey.
—No seas tan enojada Melody.—dijo suavemente mientras con su dedo me daba masajes en mi entrecejo—Te saldrán arrugas a tus cortos once años.
Eso me hizo sonreír un poco, al igual que me mi madre, pero ella rápidamente se quejó de algo mientras sostenía su cabeza de nuevo.
—¿Estás bien?
—Sí, solo son de esas migrañas.—quisó restarle importancia, pero yo no lo deje pasar.
—Se están volviendo muy frecuentes. ¿Dónde está papá? Deberían ir al hospital.—intenté salir a su búsqueda en casa, pero ella me detuvo.
—Acompañó a Liz y a Andy al centro comercial— mi madre se levantó de su asiento, mientras me dió un beso en mi frente—. Estoy bien, cariño. Iré por una pastilla y te traeré una manzana. Luego, me puedes contar cómo fue esa broma de Luke y vemos como lo resolvemos. ¿Te parece?
Me sonrió a la vez que me apartaba un mechón de mi cabello mojado de mi rostro.
Intenté sonreír, pero solo asentí. Ella se fue a dirección a la cocina. En ese momento nunca lo dije, pero me preocupaba a cada segundo que pasaba y sus dolores de cabeza se hacían más frecuentes.
De la misma forma, jamás olvidaré el sonido de su cuerpo impactar en el piso cuando perdió el conocimiento.
Ese fue el último año en que los Hemmings nos visitaron.
Hey, hola ^^
Quiero tomar un pequeño espacio para presentarme por si no me conocen.
¡Hola! Me nombre es Andrea, pueden llamarme así o como gusten, la verdad uwu. La verdad es que tengo otra cuenta llamada serenacast y escribo un poco también por ahí. Llevo ya unos seis años escribiendo por aquí, pero esta es el primer libro que escribo que está enfocado en una banda 💙
No llevo en la familia 5 SOS mucho tiempo a decir verdad, pero indirectamente siempre han formado parte de mi vida Luke, Ash, Michael y Calum. Ahora ellos son una parte muy, pero muy importante de mi 🥺💙 además... AMO ESTE FANDOM JAJA😂
En fin, desde ya quiero agradecerles por brindarme unos minutos para leer mis palabras, de verdad lo valoro mucho 💙
Quiero aclarar que esto es un fanfic, hecho por una fan para fans. Esto lo hago porque me gusta escribir y me gusta 5 Seconds of summer. Respeto demasiado a Luke, Ashton, Calum y Michael, tanto como músicos; ya sea en forma de banda como solistas, y también como personas. Ellos se significan mucho para mí y de verdad no quiero que se generen ideas erróneas sobre sus personalidades 🥺.
Me disculpo si se oye raro, pero es la primera vez que escribo sobre una banda y he leído que hay diversas situaciones en donde dicen el famoso dicho: "rebajan su carrera". No quiero eso, ya que de verdad y repito, ellos se significa mucho para mí 💙
Omitiendo un poco lo anterior, je. De verdad, gracias por brindarme una nueva oportunidad de escribir ☺️ espero que la historia se de su agrado y me acompañen en su trayectoria.
Les mando un gran, gran, gran saludo 💙.
¡Nos vemos a la próxima!
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