Comencé a escribir esta historia en el 2015, cuando tenía alrededor de 14-15 años. Esos años fueron momentos muy oscuros para mí, y la escritura fue una de las cosas que me mantuvo a flote. Fue un lugar donde podía refugiarme y ser otra persona. "Princesas que no son princesas" surgió en una noche particularmente mala y creí que era una buena idea llevar todas esas historias infantiles con finales felices a la cruda realidad de la adolescencia de hoy en día.

Hoy, a finales del 2020, por suerte me encuentro bastante lejos de la chica que empezó a escribir esta historia. Pero a lo largo de estos años me han llegado cantidades de comentarios diciendo que se identifican con los relatos. Y la verdad es que no son los mejores temas para sentirse identificados, teniendo en cuenta que se tocan temas delicados como suicidio, abuso sexual, físico y mental, drogas, alcohol, infidelidades, embarazos adolescentes, disfobia, violencia intrafamliar, desórdenes alimenticios, etc., y me siento con la responsabilidad de decir algo al respecto, siendo que la mayoría de los mensajes son de chicas adolescentes y probablemente suceptibles a este tipo de temas.

Si te sientes identificado con alguna de estas historias de alguna forma, por favor, háblalo. Valoro mucho los comentarios diciendo que se pueden ver reflejados de alguna manera en los personajes, porque ya es un primer gran paso, pero no te quedes ahí. Habla de eso con alguien de confianza, sea un amigo, un profesor, tus padres, algún otro familiar. Si es necesario, mándame un mensaje privado, aunque yo no puedo ser de mucha ayuda, alguna solución intentaremos encontrar juntos. No son temas para dejar pasar. Si es necesario, intenta conseguir ayuda profesional. No estás solo, no tienes por qué pasar esto en silencio.