Tan atractivo, tan seductor. ¿Quién se podría resistirse a ti? Aquellos ojos amarillos como los de un lobo inspiraban misterio, cualquier chica correría detrás de ti. Y tu sonrisa... algunos dirían que habías pagado por tener los colmillos puntiagudos como los de un animal cuando ya habías nacido con el peligro gritando en cada célula de tu cuerpo.

Jugabas con todas ellas. Las chicas que se te acercaban eran tontas, las inteligentes siempre mantenían sus distancias mirando a lo lejos. Qué bien hacían.

Caperucita, tu última víctima, probablemente había sido la más tonta en la larga lista de mujeres a tus pies. Tenía el corazón más puro y sensible que el mundo alguna vez haya podido ver, era casi como una niña. No la merecías pero poco te importaba.

La fiesta en la que la conociste fue la primera a la que ella había asistido y en cuestión de pocas horas pudiste enamorarla. Pero tu supuesto amor se esfumó en pocos días, como polvo que se lleva el viento. El problema es que fuiste el primero en su vida y no va a poder olvidarte nunca, nada ni nadie podrá cerrar la herida que le abriste en el corazón.

Deberías ser actor, ninguna persona sería capaz de decir las cosas que le dijiste para hacerla sonrojar con un corazón tan duro que tan sólo lo hace por diversión. ¿Cómo es posible que la vieras llorar a lo lejos y te largaras a reír mientras le destrozabas el alma? ¿Qué sentido le ves a todo eso? Tonto Lobo, algún día llegará alguien a quien no podrás evitar que te robe el corazón y luego lo destroce. Así podrás ver todo lo que ellas sintieron y sentías; tan nobles, con la inocencia intacta como la de una niña. Tú les arrebataste todo. Debería darte vergüenza, pequeño infeliz.

N/A: ¡Sigo viva! Y nos inscribí en los wattys 2016 (sí, "nos" ustedes también forman parte de esta historia). Espero que este año podamos ganar algo, je.