Jane creció escuchando historias sobre la esperanza y demás cuentos de hadas; su madre, Wendy, siempre tuvo la fe de que su hija algún día podría tener la felicidad que a ella le había sido arrebatada.

Jane nunca creyó ninguna de sus historias.

Bueno, al principio sí, pero solamente porque era una niña. Wendy le narraba historias sobre un tal Peter Pan y su infantil actitud que la había enamorado desde el primer día. Le contaba la libertad que él le hacía sentir, como si al besarse pudieran volar y escapar del mundo. Le hablaba sobre los planes que habían hecho juntos y también le contaba del miedo que ella sentía sobre el "qué dirán los demás". Le decía que cuando el amor llegara a su vida, ella debía aferrarse a él. De pequeña, Jane estaba fascinada con las historias de su madre le decía, pero a medida que crecía fue perdiendo el interés por lo repetitivas que sonaban y la obsesión de su madre a ellas. Amaba a Wendy, pero a veces creía que era algo estúpida por haber antepuesto a su felicidad los tontos comentarios que podrían haber hecho personas que apenas la conocían y decir que ahora ya era demasiado tarde para hacer lo que quisiera.

Ella prefería la lógica y el razonamiento, los sentimientos no lo tenían y por eso nunca simpatizó mucho con ellos. Siempre fue el ancla a la realidad en su familia, aquella que no dejaba que las cosas se le fueran de las manos. Algunos podrían llegar a describirla como fría y calculadora aunque ella no se considerara así.

Como ya dijimos, Jane no creía en los cuentos de su madre. Oh, pobre e ingenua Jane, se creía tan inteligente pero no seguía siendo más que una niña. Cuando su propio Peter Pan apareció en su vida, sentía algo como miles de hadas revoloteando en su estómago cada vez que lo veía; algunas veces tenía miedo de salir volando.

Recordó las historias de su infancia. ¿Así es como debería sentirse? Esos sentimientos no parecían suyos, le parecían ajenos pero no restaba la hermosura de ellos. No paraba de suspirar cuando él sonreía. No le encontraba el razonamiento a sus acciones y sentía que su cerebro ya no funcionaba como antes. Lo odió desde el primer momento.

《Estúpido Peter Pan》solía decir dentro de su cabeza 《ahora me siento como una niña perdida. Llévame de nuevo a mi hogar porque no pertenezco a Nunca Jamás》