Capítulo 7 "Aun sin aceptar mi destino"

Gracias por su divertida participación  y por imaginarse que mi ausencia fue por un apuesto hombre. O por creer que aun estoy en edad escolar. Me divertí mucho leyendolas a todas y cada una. Y por eso adelanto cap este viernes. Ahora sí, nos vemos la otra semana (Viernes). 

El domingo pasado me ocupé demasiado, el lunes fui zombie todo el día (no fue por un hombre ni mucho menos) y el martes me ocupé más. Esa es mi triste realidad. Espero que su imaginación para conmigo se cumpla menos en la parte del narco (que mello...) abrazos!!!

- Ella carraspeó dos veces para recuperar el habla.

- Soy inocente. No he besado a nadie más. –aseguró pero no pudo imprimir el tono victorioso que pretendía, salió mas como un resuello.

- ¡Como puedo saberlo! –le contestó ya en control total y ella le odió un poco por eso, porque aun se sentía como si estuviera hecha de gelatina.

- He sido fuertemente cuidada y custodiada desde la cuna. El único que me besó y hasta eso teniendo escasos segundos para hacerlo –buscó el aire que aun se le negaba a sus pulmones- fuiste tú y deduzco que pudiste gracias a tus más que comprobadas habilidades. Por un pelo no te vieron, estarías pudriéndote en las mazmorras.

- Ni siquiera he empezado a mostrarte mis habilidades...-sonrió socarrón y ella se acaloró de inmediato para su pesar. Él recordó entonces ese beso y se sorprendió de que el enojo por haber pensado que ella había besado a otro le nublara los recuerdos, mala señal...

- Ahora puedo besar a alguien y no puedes hacer nada. –le sonrió ufana contraatacando, eso lo sacó de sus pensamientos. Él no le contestó simplemente la volvió a agarrar por los hombros y ella vio que luchaba contra él mismo para no zarandearla. La vio interrogante y a todas luces enfadado -Ejecutaste tu sentencia siendo yo inocente, ahora puedo salir y besar a quien quiera y ya no puedes hacer nada.

- ¡Esto no es una maldita película! ¡No nos regimos por esas leyes!

- Como sea... -se removió y él la soltó maldiciendo fuertemente.

- Vas a lograr que al llegar a casa te mantenga encerrada de por vida. –amenazó. –Si me entero que besaste a alguien Habiba... -chispas salieron de esos ojos y ella tragó saliva aunque disimuló como pudo.

- ¿Me repudiarás? –se acercó tratando de imprimir un brillo interesado en sus ojos.

El maldijo de nuevo. Era una contendiente formidable.

- Hablaré con tu tío. Y haré que te arrepientas. Presióname más, un poco más Habiba y descubrirás que no amenazo en vano.

- Tu barba pica horrible. –espetó dando por terminada la discusión con una mentira.

*******

- No logro que ese hombre desista. –Gimoteó Habiba tumbada boca abajo en su cama unas horas después. Zaím había salido intempestivamente después de asegurarle que se arrepentiría si ella besaba a alguien más.

- Eso de decir que besarías a otro.... Creo que lo alientas. –opinó Baasima desde el suelo tumbada sobre un enorme cojín. La observación de su prima hizo que Habi alzara el rostro hacia ella y luego le preguntara a Azima.

- ¿Será eso?

- Avivas su espíritu primario cavernícola. –respondió Azi desde un cómodo sofá.

- La dominación de su hembra como macho Alfa. –puntualizó Baasima. –lógico. –se encogió de hombros como si eso fuera la verdad absoluta.

- ¡Pero si el muy maldito se crio en Europa! ¡debería estar más civilizado!

- No cuando se trata de su futura mujer, allí todos regresan a la época de las cavernas, al menos en este lado del mundo. –Azima rodó los ojos. –Deberías saberlo.

- Debería haberme casado con un verdadero europeo, así como lo hizo Baasima. Alguien educado, hombre de modales impecables en todo momento.

- Oh, bueno... Ian a veces también es algo... algo...

- ¿Qué? – las otras dos preguntaron curiosas y se acercaron, su interés incrementó al ver el sonrojo de Baasima.

 - Bueno, a veces no es muy civilizado que digamos.


¿Te ha pegado? –brincó Habiba de la cama con los puños apretados. -¡Lo mataré!

- No, ¡No! Rayos ¿Qué te hizo pensar algo así?

- Zaím me pegó. –No había podido guardarlo más y se los había dicho.

- Dos nalgadas que seguro te merecías. –Azima la miró con diversión.

- No olvides esa tercera... aunque fue una caricia ¿no? –La picó Baasima. Habiba les frunció el ceño y se desplomó en la cama de nuevo, levantó el torso cuando su prima siguió explicando lo poco civilizado que era su marido. –Ian jamás me ha pegado, y sé que jamás lo hará. A veces es algo protector.

- ¿Algo? Por algo a todos tus guardaespaldas les apodan las 50 sombras de Ian.

- Lo mal que nos portamos durante su tiempo siendo una sombra lo justifican Habi. –Azima aclaró.

- ¿Desde cuando está mal divertirse? –replicó Habiba.

- Desde que casi le provocamos un ataque cardiaco al Rey. –la regañó Baasima. Azi sonrió por dentro, ella se había encargado de que su tío no se sobresaltara, contándole la verdad antes, cosa que claro, no sabían el par que tenia enfrente. -Ian es el perfecto caballero inglés- prosiguió.-Pero en la cama es... es todo lo contrario. –finalizó sonrojándose.

- O sea es un animal sexual. –Habiba la miró con curiosidad extrema. –Si te refieres a eso, Zaím es un animal a secas.- sus primas explotaron en carcajadas.

- Oh, vamos es sexy. –le dijo Azima dándole un manotazo juguetón en el hombro.

- Es sensual, claro que sí. –confirmó Baasima.

- Besa bien. –confesó Habiba pensativa, sus primas intentaron esconder las risitas satisfechas, como si supieron algo que ella no, ella las vio por supuesto.

- Tiene pinta de hacerlo. –Baasima asintió.

- Ya lo creo. –le siguió Azima.

- ¿Saben acaso algo que yo no? –preguntó molesta al ver sus rostros divertidos. Un toque en la puerta las distrajo a todas, sonrieron al ver a Gabriela entrar.

- Hola chicas. –todas se levantaron a saludarla.

- ¿Cómo está mi sobrino favorito? –preguntó Habi.

- Él o ella muy bien, tus primos no tanto.

- ¿Qué paso?

- Zaím ha pedido a Ian y a León que se incremente tu seguridad Habi.

- ¿Qué ha hecho qué?

- Dice que no se fía de ti y que teme que te escapes antes de la boda.

- ¡Él me amenazó!

- ¿Pensabas escaparte? –preguntó Gaby bastante acostumbrada a estas situaciones. Se sentó en el sofá con calma.

- No, solo quería incordiarle un poco.

- Pues lo has incordiado bastante. –dijo Baasima con voz cantarina. –felicidades. –Le aplaudió.

- ¿Eso querías no?

- No Azima, no quería que mi seguridad se incrementara.

- A este paso tendremos las 50 sombras de Zaím también. –Baasima rio y Habiba gruñó.

Las siguientes citas fueron canceladas por Habiba, estaba furiosa por tener un montón de gente de seguridad. Así que había dicho que estaba enferma de diversos males: jaqueca, migraña, etc. Y luego una hora antes de una de las citas se había ido con Gabriela al extremo norte de la ciudad, sabiendo que no regresaría a tiempo para verse con su futuro marido. Gabriela la había regañado pero ella no había cambiado de parecer, de hecho se había colado en el auto de Gaby y ella nada había podido hacer. No había servido de mucho su intento de dejarlo plantado, Zaím había tenido que hacer un pequeño viaje de un día por asuntos de negocios y los siguientes había estado también muy ocupado dejando todo listo para la pausa que haría por la boda y los días posteriores a la misma, como si fueran a tener una boda y luna de miel de una pareja normal.

Debido a ello su humor estaba peor, y por ahora Habiba no tenía más excusas y todo empeoró cuando le llevaron el traje nupcial. No quiso probárselo y lo dejó en la cama, mirándolo fijamente como si fuera a saltar sobre ella como un animal salvaje. Las encargadas de ajustárselo al ver su reticencia se retiraron discretamente para volver después.

Sus primas entraron y no la presionaron para que se lo midiera, eso sí, lo admiraron y comentaron lo bello que era, poco después empezaron a alborotarse cuando empezaron a llegar cajas y cajas con presentes y luego flores, joyas, dulces y chocolates de distintos tipos.

- No podemos decir que el chico no lo intenta. –comentó como de pasada Azima. Habiba seguía en estado indiferente y las miraba desde lejos, no se había acercado a ver nada, aunque el aroma de las flores y el chocolate ya llenaba la estancia, la curiosidad empezó a picarle.

- ¿Y como sabes que viene de él? Pueden ser regalos de las tías.

- No, son de él. Todo trae tarjetas con una Z bordada en filigrana de oro por lo que veo. Las tías te han mandado túnicas–contestó Baasima. –esto definitivamente proviene de un Jeque a su prometida. –extendió en la cama un increíble juego de collar, aretes y pulseras de esmeraldas. Lo admiraron pero estaban demasiado acostumbradas a esas cosas como para impresionarse demasiado, tanto Baasima como Azi se fueron por los dulces. –Esto es genial. – Aseguró Baasi con la boca llena.

- Deja de comerte mis dulces. –Regañó Habi.

- Pues ven a comértelos tú.

Se acercó a regañadientes.

- ¿Por qué tanto de cada cosa?

- Porque no sabe lo que te gusta. –le dijo Azima.

- No me gusta él. –sus primas la ignoraron. –Es un controlador, machista, misógino, hombre de las cavernas, golpeador...

- Y una bomba sexy. –interrumpió Baasima.

- Un detallista. –habló Azima.

- No se ha doblegado ante Habiba y eso dice mucho de su carácter ¿No crees Azi?

- Tiene temple. –asintió Azima.

- ¡Me está obligando a casarme con él solo por haberme visto desnuda dos segundos! –gritó Habiba sintiéndose completamente incomprendida.

- Se que no es justo querida. Sé que debías escoger, pero seamos honestas, podría haber sido peor. –Azima la tomó de la mano y se sentaron en el sofá. – ¿Y si en una de tus travesuras hubieras quedado comprometida con alguien aborrecible? ¿Alguien que viviera demasiado lejos, otro Reino donde no pudiéramos ver por ti? Y si eres sincera, te gusta el peligro.

- Como a todas. –rebatió ella.

- Sí, como a todas. Pero sueles olvidarte de los pequeños detalles. Y eso hace que te expongas.

- Para eso te tenemos a ti. –le dijo a Azima.

- Claro, pero no siempre me has tomado en cuenta, como cuando te fuiste a bañar al oasis, si me hubieras dicho, habría hecho que nos bañáramos por turnos, o te habría prohibido que te bañaras desnuda. Sueles olvidar lo que somos. Este es un mundo diferente en muchos sentidos, y nosotras hemos sido privilegiadas gozando de libertades que otras no tienen. Siempre me ha preocupado el no saber con quienes nos casaríamos. Temía que no hubiera quien pudiera con nuestra forma de ser, nuestras particularidades...

- Por llamarlas de alguna manera. –Baasima se acercó.

- Ian ha resultado perfecto. –Azima le sonrió a Baasi. –quedabas tú, no cualquiera puede estar con una princesa árabe.

- Menos con una tan revoltosa como tú. –Habiba le sacó la lengua a su recién casada prima ante la declaración.

- Zaím es un mal menor ¿eso quieres decir?

- Un poco... quizás deberíamos verlo así Habs. Quizás el matrimonio nos de más libertad de la que habíamos pensado. Irónicamente Baasima al menos ahora la tiene pese a todo su personal de seguridad.

- Además podías meterte en otro lío gordo como bien dice Azima, uno del que no pudiéramos salvarte. Aquí te vas casada, pero seguiremos estando al pendiente tuyo, no te pasará nada. Y seguiremos viajando juntas, viéndonos, estamos cerca. Puedes pasar temporadas en Palacio. Ian ha aceptado eso, Zaím lo hará de igual forma y Azima bueno...

- Azima vivirá aquí de por vida. –refunfuñó Habiba.

- No estamos hablando de mí.

- Por ahora... -contestó Baasima.

- Pruébate el traje. –pidió Azima y las otras aceptaron el cambio de conversación. Incluso pese a que Habiba no quería probárselo lo hizo, sabia que Azima seguía adelante con Omar por alguna razón, ya lo habían hablado con Baasima, había algo que no terminaban de entender, no terminaba de cuadrar. Por lo pronto, no insistirían pero le llegaría su turno. Mientras tanto no presionarían, se probaría el maldito traje. Sus primas exclamaron su admiración al verla con el puesto, era un tono perla nacarado con detalles en gris y azul. Casi era el día de su boda, casi y ella aun no terminaba de aceptarlo.

- A ella le gusta Zaím pero no termina de aceptarlo. –Azima le dijo a Baasi cuando Habi fue a quitarse el traje al vestidor.

- Claro que le gusta, su atracción es más que visible. Pero tenemos que dejar que ella se de cuenta.

- Hasta entonces sabrá que por eso no nos opusimos con fuerza ante su boda. Estando juntos saltan chispas ¿verdad? –dijo jocosa. –Es más que obvio que esos dos terminarán enamorados, sinceramente lo espero. –finalizó esperanzada.

- Siempre podemos ir por ella y matarlo si las cosas no salen bien. –Baasima dijo como si nada metiéndose un chocolate a la boca.

- No sé de donde sale esa vena sanguinaria. –Azima tomó un dulce de higos.

- Del mismo lado que la tuya.

Habiba logró no ver a su prometido hasta el día de la boda alegando estrés y más dolores ficticios de cabeza, lo cierto es que tenía dos días que no dormía casi nada, le había faltado el apetito y solo había comido porque Gabriela le había obligado prácticamente. Tenía miedo de dejar su vida, su familia, sus hermanas porque no eran solo primas e irse con un hombre que casi era un desconocido. Haz una lista de pros y contras había dicho Gaby y en una de sus noches de insomnio lo había hecho.

Contras: arrogante, orgulloso, prepotente, machista, anticuado, Jeque...

- ¿Por qué ser Jeque es un contra? –había preguntado Baasima al leerla. Más bien, al arrebatársela del buró donde la había dejado.

- Porque esa posición de autoridad obviamente le hace creer que es el centro del universo.

- ¿Y los pros?

- Ninguno.

- Mentirosa. –Acusó Azi. – Es guapo, varonil, tiene músculos, esa espalda y un buen trasero... -al ver la cara de Habiba que no parecía contenta con la evidente apreciación que hacía, se echó a reír. Se pone celosa pensó Azi sintiéndose divertida.

- Tiene dinero, mucho por lo visto. –prosiguió Baasima.

- ¿Desde cuando todas esas cosas superficiales les parecen importantes?-les reprochó a sus primas.

- Bueno, teníamos que empezar con lo obvio. –Azi le guiñó un ojo. –Es detallista, paciente...

- ¿Paciente? ¡Vino hace apenas una semana y hoy es la boda!

- Te vio desnuda hace años y te dio todo este tiempo. –contestó Azi socarrona.

- Además ha aceptado todos los términos de nuestro tío.

- Porque es su soberano Baasima.

- Lo hizo porque es respetuoso y considerado-intervino Azi de nuevo.-Tu destino se marcó ese día y él tenía todas las de ganar, podía pedir lo que quisiera o negarse a lo que tío exigió ¿lo sabes verdad? Porque ya eras prácticamente suya. Estábamos a lo que Zaím quisiera, de lo contrario habrías quedado deshonrada y quien sabe... quizás algunos miembros antiguos y retrógrados del consejo habría pedido un castigo ejemplar –hizo comillas con los dedos- para ti y no quiero ni pensar que pudo haber sido.

 Por vez primera Habiba se estremeció al pensar las consecuencias. Aun había mucha gente con ideas demasiado antiguas y crueles, donde como mujeres quedaban en clara desventaja. No es que no hubieran intentado defenderla, pero se hubiera generado un gran problema.


El día había llegado y la preparación para el evento había marchado a toda velocidad e iba perfecto, cosa que solo se podía lograr siendo parte de la familia real de Durban. Desde muy temprano ella había sido sometida a múltiples tratamientos de cabello, piel, masajes, a un baño perfumado, depilación no era necesaria ya que todas habían pasado por tratamientos laser hacia tiempo para evitarse todo ese rollo. Había sido cuidada y mimada entre las risitas de todas las doncellas que la atendían y que había hecho que Altea las callara. Hamila demostró ser muy eficiente y aparentemente discreta, pero aun no se terminaba de fiar de ella. Cuando todas salieron y quedó Altea le preguntó sobre el por qué de las risitas de las chicas.

- Dicen que es afortunada, Princesa.

- Claro. –arrugó el ceño.

- Que el Jeque es muy... -carraspeó. –atractivo.

- Según mis primas es una bomba sensual. –Altea rio quedamente. Las susodichas entraron en tromba para ayudarla a ponerse el traje nupcial y Altea después de una reverencia se retiró.

- Todos esos botones requieren muchas manos. –Gaby se sonrojó al decirlo.

- Desesperaron a León eh... -bromeó Baasima.

- Más bien lo desesperé yo. –movió la cabeza recordando y fue por el traje. Azima enseguida le ayudó.

- Ian estuvo a punto de rasgarlo. Y es que aparte todas esas capas y capas de tela.

- La idea es que se desenvolverá un precioso regalo. –Gaby puso el traje frente a ella. Se lo pusieron y Azima fue la que empezó a abrocharle los botones. Mientras las demás acomodaban el traje con suavidad.- Es curioso, me enteré hace poco que la próxima doncella que se case es la que por lo general abotonará un traje nupcial. –Azima paró al escuchar a Gabriela y se encogió de hombros esbozando lo que lució como una triste sonrisa.

- Quizás. –al instante las demás también pusieron caras tristes.

- Tu destino está en tus manos. –añadió Gaby. –ahora el velo.

- Y la tiara. –Baasima fue por ella y pronto le hacían bromas picaras a Habiba sobre la noche de bodas lo que disipó un poco la tristeza tanto por la novia como por la futura. 


- No pasará nada, ya lo saben. –insistía Habiba.

- Mira que aceptar ese trato, el hombre si es que paciente. –defendió Baasima.

- Ya cállate.

- Tres meses... wow. Tendrá que darse muuuchas duchas frías.

- Que te calles Baasima. Me muevo a paso de tortuga con esta cosa sino ya te habría dado alcance. Además si pasa algo lo cual no sucederá hasta quien sabe cuando, ya voy protegida. Karim me ha dado la protección por tres años. Igual que tú, loca. No pretendo traer bebés a un matrimonio tan extraño.

- En realidad es normal. No eres una mujer occidental precisamente. –acotó Azima aun abotonándola. Habiba resopló.

- Vendrás cuando nazca el bebé ¿verdad? –preguntó Gabriela.

- ¡Por supuesto! Así me venga caminando por el desierto.

- Dramática. –Baasima le puso la tiara sobre la cabeza y le acomodaron el velo. Azima al fin terminó –odio decirlo pero estás espectacular.

- Lo sé. –dijo ufana pretendiendo que no se moría de los nervios.

- Nos queda media hora, apresurémonos niñas. –urgió Gaby.

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