Capítulo 4

Nota: Como sabrán hace unos días Wattpad estuvo de mantenimiento y por eso ha habido una complicación con la aplicación, así que supongo que por eso es que el capítulo se eliminó sin que yo me diera cuenta. Pero nada más decirles que de nuevo les dejo el capítulo para que lo lean y espero que también no sea borrado. Que lo disfruten :)

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Ya son tres días en los que mi madre y mi hermana se han quedado en el castillo desde su llegada inesperada; todo mayormente ha sido risas, felicidad y unos cuantos regaños, no obstante, eso hace que me sienta como si estuviera en casa por el hecho de que no me liberó de los reproches de mi hermana o al desobedecer en algunas cosas a mi mamá y lo digo porque hace un día tuve una pelea con Avery quien al parecer con su rostro de niña buena quiso llevarse a mi hermana a su habitación para jugar con ella al té y como yo no creo todas esas tonterías de darle tazas de té imaginarias a un oso de peluche o unas cuantas muñecas, me tuve que terminar llevando a mi hermana casi a tropiezos y jalones a mi habitación por no haberle permitido estar con Avery.

Es difícil explicarle a ella todo lo que me ha estado sucediendo últimamente, no es que no confié en Sofía sino que es el interés extraño que Avery ha tomado en mi hermana y como sé que ella siempre tiene algo en mente para hacerme daño prefiero que ella no sé interponga entre mi relación con hermana porque sería horrible tener que ver a mi hermana menor sufrir o que también posiblemente terminase siendo mi mamá.

Desde luego, Xavier o Neil me aseguran que ella no atacaría a nadie a estas alturas de la competencia y más si se trata de la familia de una de las concursantes pero yo como no me creo todas esas palabras y en mi mente sigue circulando que Avery puede hacer lo que se le antoje siempre en el castillo mientras nadie la descubre, puedo decir que mientras mi madre y mi hermana siguen aquí, durmiendo el mismo techo que con esa arpía, está claro que no dormiré en paz.

Mi madre piensa que Avery solo es otra competidora más que trata acercarse a ella y a mi hermana como motivo de compartir un té y cruzar algunas palabras pero yo no soy de esas que se creen rápido el cuento de los demás después de que lo o la conocí bien, además la parte mala de ello es que no puedo decirle nada a mi mamá sobre el envenenamiento que causo la muerte de la reina Valentina como también el que yo estuve a punto de morir.

La parte más alternante de todo ello, es que sigo sin explicarme como Avery sabe de venenos que provienen de plantas, si ella apenas sabe abrir un libro o un cuaderno antes del día del examen, todo parecía ser muy misterioso y extraño y aunque aún sigo sin recibir órdenes de Stephene, intento no preocuparme por seguir con los brazos cruzados sin hacer nada por todo lo que ha sucedido en el castillo.

Ni mi madre ni mucho menos mi hermana estaban enteradas de quienes son en verdad Avery y Lucas, a pesar que ambos trataban bien a mi familia a la hora de las comidas o cuando se las encontraban en los pasillos, eso no quería decir que dejara de sospechar por ambos pero tenía una idea de que nada más me querían poner en contra de mi madre y hermana; se lo hice saber a Neil para ver qué solución podíamos encontrar pero sus únicas palabras fueron que no sacara conclusiones precipitadas antes del tiempo. Hubiera querido tener ese pensamiento pero no estaba para jugar y más porque sabía que uno de los dos había provocado mi envenenamiento y otra persona seguía fugada por el castillo esperando atacar de nuevo y matar a otra personas luego de haberle hecho daño a la reina Valentina.

Aunque por la tarde tenía libre y podía pasarlo con mi mamá y mi hermana al final termine por pasarla sola. Mi mamá al parecer se encontraba con el rey Arturo y mi hermana tiene permiso de mi madre para estar con Avery; solo cruzaba los dedos para que ella no le sucediera nada malo estando yo aquí y ella encerrada en la habitación de la bruja.

Tome una flecha y la puse en el arco mientras trataba de obtener de nuevo un buen tiro pero como mi cabeza seguía aún dándole vuelta a miles de asuntos, no podía concentrarme en el blanco, el cual se trataba de un círculo de papel que se encontraba pegado en el árbol, volví a recordar las palabras de Xavier y mientras apuntaba al círculo, tire de la fecha y esta paso rozándole en la cabeza a Lucas quien iba pasando y se le quedó viendo a la flecha que había tomado dirección a las copas de los árboles por dentro.

—Mala puntería—escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón gris.

—No la tengo, te vi que venías y sabía de tus intenciones—agarre otra flecha.

—Yo no vi eso—se burló—, creo que deberías manejar bien el arco antes de que tú termines de matar a alguien.

No me faltaron ganas de apuntarle a su cabeza y tirar de la flecha pero sería una muerte muy fría y sin mucho valor. Ya que matar al príncipe Lucas mientras mi mamá está en el castillo y por supuesto hacerle ver el castigo que me impondrán por haber hecho tal cosa... Es mejor no hacer tonterías de las cuales luego me arrepienta.

— ¿Te puedes quitar? Eres un estorbo—le hice ver lo irritada que estaba por su presencia.

—Tu madre y tu hermana son unas personas sin lugar a dudas muy buenas... Pero no encuentro una similitud con tu comportamiento como el de ellas lo tienen hacía mí y Avery. —Mis dientes rechinaron al escuchar como hablaba de mi familia.

—Es porque ellas no te conocen bien como a Avery, ambos son un clavo grande y duro en mi zapato y si pudiera quitarme a los dos de encima lo haría. —Dije sin miedo.

No me importaba lo mucho o lo poco que se tomara bien mis palabras, de todas formas Lucas nunca me ha caído bien desde que llegó al castillo y a Avery no la tolero desde que me enteré el tipo de persona que es; no entendía como ambos de podían parecer en tanto y ahora veía porque ambos son amantes y siempre manejaban buenas jugadas contra mí y Xavier, pero no quería ser yo quien le diera ahorita mismo en la cara a él y me dijera porque él y Avery se han unido, tengo la certeza así como Stephene, que ambos traman algo pero se lo tienen tan bien escondido que hasta ahora nadie sabe de su relación.

—No deberías porque amenazarme...—le interrumpí.

—Perdona, no es una amenaza es una advertencia. —Puntualicé.

—Lo que sea que digas no me da miedo, tú deberías ser quien me tenga miedo de lo que te haga o le haga a tu familia—forme unos puños con mis manos.

—No te metas con mi familia, Lucas. Sé que últimamente me has visto como un cordero callado y sumiso pero no permitiré que quieras hacer lo que se te antoje con tus palabras. —Sus ojos me desafiaron.

—Lo que haga contigo me tiene sin cuidados, se tus debilidades y tus potencias. Y claro está que tu primera debilidad es tu familia y la segunda es Xavier así que mientras cierres tu boca y no intentes una estupidez; así nadie le pasará nada—sentía como la punta de la flecha empezaba a herir mi mano.

— ¿Qué estás insinuando?—Se acercó a mí.

Note como una sonrisa apareció en su rostro mientras veía como se agacho y se puso a mi altura, su cabeza empezó a acercarse a mi cuello y cuando intente alejarme, tomo mi brazo y antes de poder liberarme de él solo sentí como rápido susurro unas palabras haciendo que me quedará congelada.

— ¿Tu hermana esta con Avery? Lástima que no estés presente para saber lo que puede sucederle—se separó y empezó a reír.

Solté la flecha y sin tardarme, corrí dentro del castillo, tuve que subir a saltos las gradas y podía sentir como los tacones se insertaban fuerte en el talón de mis pies, el problema no era el dolor que sentía sino que era el no poder correr más rápido para llegar a la habitación de Avery, me tropecé con varios del servicios y mientras muchos me advertían de algo, yo solo termine por ignorarlos hasta que me apoye en una pared y me quite los malditos zapatos para correr más con libertad.

Cuando llegué rápido a la habitación de Avery, toque tan fuerte la puerta que sentía que estaba a punto de derribarla, grite e intente girar el pomo de la puerta, pero esta se encontraba con ella y aunque quisiera ver debajo de la puerta o escuchar entre la madera de la cual estaba elaborado, al final solo escuché el silencio y no vi a nadie; me preocupe tanto que mi corazón estuvo a punto de salirse de mi pecho y antes de derribar la puerta con empujones de brazos y piernas; escuché unas risas que provenían de los pasillos hasta que vi a mi hermana con un helado en su mano y Avery la mantenía agarrada de la otra mano.

Lo único que vino en mi mente fue de que algo podía tener el helado así que, sin pensarlo, solo agarre el helado que tenía Sofía y lo tire al suelo, ambas se quedaron asombradas con mi reacción y no solo eso, a los segundos mi hermana empezó a llorar. Avery como si entendiera y conociera a Sofía, se agacho y pronto la abrazo y la contempló. Y por si fuera poco, mi mano empezó a pulsar haciendo que la viera y me diera cuenta que tenía una larga cortada en la palma de la mano.

A pesa que no me importaba que tanta sangre le saliera mi mano, lo que no llegaba a entender que demonios estaba sucediendo y que en verdad estaba planeando Lucas y Avery pero antes de poder hablar apareció Xavier y mi madre quienes pronto al ver a Sofía llorando, el helado tirado en el suelo y mi mano goteando de sangre; mi madre primero se acercó a Sofía y Xavier fue hacía mí.

—Kiara, ¿qué te sucede?

No podía hablar, solo veía como mi pequeña hermana comenzaba a tener hipo al no poder hablar mientras se tragaba las lágrimas, solo podía articular pequeñas palabras que se referían a que yo había lanzado su helado al suelo sin darle una explicación. Mi madre me miro preocupada y antes de que yo llegará a justificar mis acciones, Xavier me tomo de la cintura y me dio varios empujones para que caminara y fuéramos a la enfermería a curar mi mano, pero yo no quería eso, nada más quería decirle a mi madre que no confiará en Avery, que ella podía hacerle daño tanto a ella como a Sofía pero todo era complicado, si abría la boca y le decía que Avery ha sido la persona que me ha envenenado, está claro que sus preguntas llegaran tan rápido como lo expresara su boca mientras querrá que le conteste todo y le cuente por qué le he ocultado semejante accidente en el cual pude haber muerto.

No nos tardamos en llegar a la enfermería como también Miracle limpió mi mano en menos de cinco minutos, tuvo que ponerme un vendaje grueso para que la herida sanará rápido y a su vez dejara de sangrar así que ella al marcharse para limpiarse las manos, Xavier cruzó los brazos y yo con la cabeza gacha y mirando el piso blanco. No quería comentarle nada de lo sucedido ni mucho menos quería mencionarle las palabras de Lucas, eso siempre lo empeoraría y más ahora que Xavier le tiene más odio y despreció a su primo.

—Vamos a ver, déjame entender ¿cómo te hiciste esa herida?—Estaba furioso.

Claro, Xavier no es tonto y más si se trata de mí. Le había mentido a Miracle diciendo que me había cortado la mano al agarrar la flecha del arco; nadie se tragaría esa mentira solo si fuera una enfermera que no le gusta preguntar mucho de la vida de sus pacientes pero si hablamos de Xavier, él mismo sabe que no soy tan torpe para herirme con facilidad. Una parte de la historia es verdad, me había herido con la punta de la flecha pero ocasionalmente fue porque Lucas me provocó a no darle una paliza y sin entenderlo, me había herido yo misma sin sentir el dolor después de sus palabras de lo que podía pasarle a mi hermana estando a solas con Avery.

—Me herí.

Y ahí estaba, esa mirada fría de la cual me eriza la piel y clama porque hable antes de que se vuelva un tempano de hielo; pude ver como los ojos de Xavier se volvían cada vez más grises y aunque me seguía resistiendo a decirle la verdad, temía que al final se me saliera.

—Kiara... No me creas tonto. Ni en prácticas te herías la mano con la flecha—lo dijo desconcertado.

—Lo sé, pero fue un accidente. Estoy un poco distraída estos días—me excusé.

Un suspiro poco amigable de él salió de su boca, se puso a mi lado y puso varios cabellos detrás de mi oreja hasta que agarro mi barbilla e hizo que lo viera.

— ¿Qué te sucede? Y dime la verdad porque te conozco y sé que algo te incomoda ahora mismo.

¿Le digo o no le digo? No es el momento preciso para que él le dé un buen golpe a Lucas aunque se lo tenga merecido pero tampoco existe una oportunidad de decirle que Avery fue la que puso las semillas de ricino en mi jugo, eso solo creará dudas en su cabeza y puede sacar conclusiones rápidas y entre ellas que capaz que la culpa de haber asesinado a su madre aunque no haya pruebas... Además quien ha cargado con ese peso fue Holliday pero ella aún no ha dado señales de decirme la verdad así que sería un resultado inconcluso decirle tal noticia. Solo crearé más confusiones para él y su padre y lo que menos necesitamos todos ahora es otro problema nuevo provocado por mí.

—Ya sabes, lo de siempre—encogí los hombros—. No me cae bien Avery y tampoco la quiero cerca de mi hermana. —Él se quedó analizando mis palabras.

— ¿No crees que es muy precipitado decir que le puede hacer daño a Sofía?—hice una mueca.

—El simple hecho de que crean que es un ángel no quiere decir que para mí lo sea—crucé los brazos.

—Ella no le haría daño a tu hermana—lo mire sería.

Daba igual si la defendía o no pero yo si me preocupaba por mi hermana y está claro que si Avery me envenenó sin compasión no quiere decir que con una niña pequeña como Sofía tampoco lo vaya a hacer.

—O ¿tienes algún motivo porque desconfías tanto en ella?

A demás de haber planeado de que nos separáramos al hacerme creer que ella se había acostado contigo como también ha sido la causante de las expulsiones de las demás competidoras menos la de Wayberly y por supuesto ser ella quien en verdad me envenenó pues... ¡Tengo más de mil motivos por los cuales desconfió de ella!

—No. No tengo ni un motivo.

Debía morderme la lengua antes de que soltara todo el palabrerío de verdades que tenía contra ella. Si lo hacía, sabía que Stephene se molestaría conmigo y posiblemente Avery y Lucas empezarían a ser más cuidadosos con sus encuentros como también en los planes que tengan contra mí y Xavier.

—Kiara, no debes de juzgar a las personas si no tienes ni un motivo en su contra. —Hay no, viene el discurso diplomático de Xavier. —Entiende que sí ambas, no se caen bien en su propio asunto pero no quiera decir que ella vaya a implicar su odio contra tu familia—asentí aunque si supiera la verdad no me estaría hablando de esta manera—, ya sabes que ella es simpática—corrección es una víbora—ella quizás lo que intenta es agradarles a tu familia—o quizás intente matarla—, solo dale una oportunidad—o solo le doy un segundo para que se aleje de mi familia antes de que se meta con el mismo diablo en persona.

Comprendía que Xavier siempre intentara ponerse en los zapatos de los demás como también tratara de ser pasivo y paciente en explicarme de no ser siempre tan alcanzativa en las perspectivas que daban algunas personas.

— ¿Entiendes?—Asentí como un muñequito de esos que mueven la cabeza de un lado a otro. —De nuevo ignoraste mis palabras ¿no?—Hice un gesto con mis deditos mostrándole que si lo había ignorado un poco. — ¡Kiara!—Se dio un golpe en la cabeza con la mano.

— ¡Es que tú siempre le vez el lado bueno a los demás! Y ¡Dios Xavier! No me entiendes. —Me cubrí la cara con mis manos.

—Lo siento por no comprenderte ¿ok? Pero yo conozco un lado de Avery que...—se detuvo al ver que murmuraba.

—Yo no conozco, lo sé—dije fastidiada. —Sé que dices que ella es diferente a como se comporta conmigo pero...—me interrumpió.

—Tú no le crees, lo sé—puso los ojos en blanco.

Vaya, me impresionaba que ambos termináramos con la frase que tenemos en mente... Bueno, eso es lo de menos ahora pero lo que sí estoy segura es que Xavier no me creerá hasta que en verdad se dé cuenta que clase de persona es Avery.

—Dale una oportunidad, confía en mí—gruñí.

—Sabes que confió en ti pero no en ella—refunfuñe.

Observe como mi madre llegó y antes de que ella hablara, Xavier se despidió de mí hasta saludar a mi madre y luego marcharse. Ella me dio una mirada decepcionada y seguida de una preocupada; sabía que pronto llegaría el momento de decirle lo que me sucede porque aunque quiera ocultarlo ella querrá saber porque estoy reaccionando de esta manera tan dura con Avery.

Se sentó a mi lado y mientras evaluaba mi mano, solo dio un suspiro para tocar el óvalo de mi rostro. Tenía esa mirada misteriosa de la cual conocía desde niña, tenía ganas de preguntar que me estaba sucediendo pero trataba de no incomodarme a la vez.

—Vamos a ver hija, quiero que me explique bien por qué odias a Avery; si ella es un buena chica—evite resaltar los ojos.

¿Chica buena? En serio, algún día todos abrirán bien los ojos y se darán cuenta de sus propias palabras. Me horrorizaba las palabras de mi madre, estaba acostumbrada a tener que escuchar de cualquier persona, excepto del personal de servicio y más el de Avery, que ella es una niña tan buena que al parecer se hará santa próximamente pero estoy tan impactada de que no me creo lo que veo y escuchó.

—No la conoces mamá—mire el techo.

—Hija, ella se ha comportado bien con tu hermana y conmigo—me acaricié las sienes.

— ¡Mamá! Ella...—evité completar la oración—no es lo que crees que es. Ella ha hecho cosas malas de las cuales no se merecen el perdón de nadie—ella no mostró sorpresa.

—Sí es tan mala como dices, entonces ¿por qué tiraste el helado de tu hermana al suelo?—carraspeé la garganta.

Respire hondo y trate de calmarme. No puedo con tanta pregunta, no puedo permanecer callada, no puedo seguir en esta postura sin poder defenderme. Es difícil tratar de convencer a las personas que quien aquí es la mala persona es la que creen que es la buena, quizás no sea el momento de decir la verdad pero lo único que quería era que por lo menos mi madre me diera la razón.

— ¿Por qué simplemente no me crees mamá?—suspiró.

—Porque siento que esta vez te estás equivocando en juzgar a una persona.

Un nudo empezó a formarse en mi garganta haciendo que no lograra hablar y no solo eso, mis ojos también comenzaba a fallar por las tontas lágrimas que interrumpían mi vista.

— ¿Señorita Leaky?—mire en dirección a la puerta.

— ¿Doctor?—Camine hasta él.

—Venga conmigo—me preocupe a su llamado.

Sin hablar de nuevo con mi madre, camine detrás del doctor hasta llegar a la clínica en donde él a veces permanecía además de la oficina que tenía en el hospital; desde luego, cuando llegamos me abrió la puerta y ambos pasamos hasta que me encontré a una mujer sentada en el asiento de en frente del escritorio del doctor.

—Usted debe de ser la señorita Leaky ¿no es así?—Me tendió su mano.

—Sí, Kiara Leaky—tome su mano.

—Es un placer conocer a la posible candidata para futura princesa y reina de Nueva Erlanwood—pude ver como su sonrisa se alargaba cada segundo

—Megan...—El doctor la riñó.

—Ben...—Dijo ella con el mismo tono de voz.

—Señorita Leaky, le presento a mi hermana. Megan Affleck—dio una pequeña presentación.

—Un placer señorita Affleck—dije con modales.

—Para mí es un gusto señorita Leaky—hizo una reverencia aunque no fuera necesario.

—Señorita Leaky, mi hermana es ginecóloga. Así que ella será quien le dé los resultados sobre lo que hablamos ¿sí?—asentí con miedo.

Tome las indicaciones de Megan mientras que el doctor se marchaba de la clínica; tuve que pasar con ella a una pequeña oficina mientras sacaba un folio de papeles que parecían ser mis expedientes; hizo que me sentara en la camilla y mientras ella sacaba una libreta, se acercó a mí y empezó a hacerme unas preguntas de las cuales ella me decía que no me sintiera avergonzada, ya que era común que un ginecólogo se lo hiciera a su paciente. Lo que sí me pidió fue sinceridad y a su vez que recordará bien todo lo que me ha sucedido últimamente.

— ¿Ha llegado tu período? El doctor Affleck me comento que aún no había llegado—tomó un papel de profesional.

—Sí, hace dos días—quizás por eso mi humor tampoco este tan bueno.

Ella pareció anotar lo que dije pero parecía también calcular ciertas fechas con lo que estaba respondiendo.

—Eso nos da a entender que su período ha llegado con normalidad—.Asentí. — ¿Has sentido algún dolor o tu sangrado ha sido fuerte o de un color café?—Negué.

—No, todo está perfecto. El sangrado es normal y el color... pues rojo—Claro que es rojo ni modo que sea morado, que torpe.

Ella siguió anotando mis palabras mientras no mostraba alguna sonrisa o una expresión de su cara; esta vez no me sentía incomoda o por lo menos nerviosa, estaba claro que mi período había llegado con normalidad, a pesar que mis cambios de humor empezaban a ser notorios.

— ¿Algunas vez has tenido una relación sexual?

Mis mejillas empezaron a arder con la sorpresa de aquella pregunta, estaba claro que en mi vida no había llegado a tener ni una relación sexual, además ni siquiera podía explicar lo que estuve a punto de hacer con Xavier. Con solo pensarlo, mi piel se erizaba y mi corazón empezaba a palpitar tan rápido que mi boca no podía llegar a liberar alguna palabra.

—No...—casi fue un susurro.

— ¿Alguna vez has tenido un sangrado extraño?—lo pensé.

—No que yo recuerde. ¿Por qué?—tuve mis propias dudas.

Ella no respondió rápido a mi pregunta sino que solo se quedó escribiendo en el papel mientras yo esperaba que me diera una respuesta certera a lo que yo deseaba saber en ese momento.

—Siendo de la clase pobre he escuchado que muchas chicas se les rompe el himen al hacer trabajos fuertes o también montar mucho en caballo o hacer gimnasia. —Al escuchar eso me impresioné con esa nueva noticia.

No sabía que el himen podía desaparecer con tan solo tener algún trabajo forzoso como también montar en caballo. Parecía nueva en todo esto y bueno, como no estarlo si no he recibido mucha educación sexual además de lo principal como tener relaciones sexuales a temprana edad y de ello obtener hijos fuera del matrimonio.

—A veces en el matrimonio, los esposos creen que su mujer han tenido relaciones sexuales con otros hombres al no sangrar en el acto de sexual. —Explicó. —El himen puede desaparecer pero la mujer puede seguir siendo virgen. —Comento.

De lo que yo recordaba, en ningún momento he sangrado de una manera extraña; tampoco he practicado gimnasia y mucho menos he montado a caballo.

La doctora reviso todos mis análisis anteriores y empezó a decirme que en la última prueba ya casi había desaparecido el ricino; agregó que también los órganos de mi cuerpo están estables, que no se encontró ni un problema y por supuesto si mi período llegaba en su momento y no se aplazaba o cambiaba en algo, eso significaba que mis ovarios estaban también sanos y por supuesto, podía procrear un bebé.

Escuchar eso, fue la primera buena noticia que había recibido en el día. Mi preocupación de ser infértil había desaparecido de mi cabeza y aunque sonará extraño, me alegraba que en un futuro llegará a tener todos los hijos que quería aunque está claro que tampoco quería completar una fábrica de bebés o una guardería.

Me fui con una sonrisa de oreja a oreja con la noticia y sin necesidad de hacer más preguntas, la doctora Affleck solo me receto seguir tomando las vitaminas y los medicamentos anteriores que servirían para eliminar el ricino. Menciono que dentro de unos meses me volvería a ver para comprobar si todo marchaba bien así que sin sentirme presionada de tantas citas al doctor. Me marché para irme a mi habitación a descansar un poco, aunque la noticia me había alegrado, la desconfianza de mi madre y la carita de santa de Avery era lo único que me desanimaba pero aun así, creía que todo cambiaría pronto.

(...)

Me di la vuelta en mi cama al no poder dormir con comodidad por mi período, antes de poder levantarme e ir por un helado para calmar esa necesidad de poder sentirme bien conmigo misma y con mi cuerpo. Me puse unos converse y antes de poder bajar a la cocina, alguien me detuvo al tomar mi chaqueta; tuve que darme la vuelta al notar que era Sofía, sus ojos ya no estaban acuosos como hace unas horas y también intentaba sonreír pero al ver mi rostro neutro, solo pudo darme una carita de culpa, de esas de las cuales no me resisto a abrazarla y a contemplarla.

Mi hermana no tenía la culpa de nada, solo era una niña y no iba a poder comprender con facilidad y en corto tiempo todo lo que me ha sucedido en estar en el castillo. Ella no merecía que le quitara su alegría por comentarle el daño que he sufrido gracias a Avery, no quería que Sofía se llenará de odio siendo tan pequeña, no podía llenarle de dudas su cabeza y luego hacer que ella se lo contara a mi familia y ellos si comenzaran a preocuparse por mí al no saber lo que en verdad me sucede.

Está claro que ser hermana mayor no es nada fácil. Y quién lo hubiera dicho que ahora comprendía más a Johann.

—Lamento lo que hice pequeña, no era mi intención botar tu helado... Creo que me pase y he pagado mis problemas contigo—tome sus manos y las acaricié.

— ¿Odias a Avery?—reí ante su pregunta.

—Solo me cae mal.

— ¿Así como Rose?—Asentí.

—Sí, solo que ella es más tolerable que Avery—le toque la punta de la nariz.

Antes de poder dar una carcajada, la tome de la mano y ambas caminamos hasta la cocina, había botado su helado pero esta vez se lo recompensaría comiendo todo lo que ella deseaba de su afanado helado de galleta.

Como siempre todos los de la cocina fueron amables con nosotras, Maggie ordeno que nos dieran un enorme bote de helado de galleta y un par de cucharas; sabía que no podíamos quedarnos mucho tiempo aquí así que, aunque iba a terminar de romper uno de los secretos entre Xavier y yo, termine por llevar a Sofía al jardín secreto. El bote de helado casi había quedado intacto pero al abrir la tapadera el helado de encima se terminó por derretir un poco pero eso no fue un motivo para que Sofía no agarrara una cuchara y pronto la metiera en el bote de helado, agarro un enorme trozo de helado y lo metió en su boca pero antes de poder saborearlo, se lo trago de una vez hasta que chilló del dolor de cabeza que le provocó el helado. Deje ir un par de risas mientras veía como mi hermana comía y comía el helado, mi felicidad regreso al ver esas sonrisas de mi hermana.

Antes de poder seguir bromeando con Sofía, vi una sombra aparecer por el camino así que no me alerte al saber quién era, solo tome un poco de helado y espere a que llegará Xavier para saber qué cara pondría al observar que mi hermana se encontraba también en este lugar pero con solo verlo aparecer con una sonrisa en su rostro y no sorprenderse que mi hermana se encontraba ahí; me di cuenta que ya estaba preparado para esta situación.

— ¿Me invitan?

Sofía no se tardó en asentir y tirarse de la silla para acercarse a Xavier hasta tomarlo de la mano y llevarlo hasta la mesa de granito. Sofía se quedó en medio de los dos y mientras ella se llenaba la boca de helado, yo agarraba un poco y luego se lo ponía en la boca a Xavier para ver como él se admiraba de lo que hacía pero no se tardó en abrir la boca y tomar el helado de la cuchara. Pasó su lengua por las comisuras de sus labios y pronto sonrió al ver que yo estaba de mejor humor. Si supiera porque he estado así.

La tarde solo consistió de risas, juegos y bromas. Me encantaba tener tardes como está pero sabía que pronto acabaría porque mañana mi madre y mi hermana se irían a casa y aunque quisiera que ambas se quedaran más tiempo, sabía que no podía detenerlas. Mi padre, mi hermano y mi primo necesitaban a mi madre y por supuesto Sofía debe reintegrarse a sus clases en la escuela. Es lo único que importa ahora, de todas formas me las podré arreglar de nuevo al estar sola en el castillo.

(...)

—No provoques más problemas ¿está bien mi pequeña flor de loto?—Asentí a las palabras de mi madre.

La abracé de nuevo, no quería soltarla. La necesitaba conmigo a mi lado; ayer por la noche habíamos tenido una larga conversación. Podía escuchar sus palabras aún en mi mente diciendo que se sentía mal al no haberme comprendido y confiado en mí acerca de la situación en que me encontraba con Avery. De todas maneras no quería darle más vueltas al asunto, solo quería pasar un poco más de tiempo con mi mamá, sentir sus caricias en mi cabello, dándome cortos besos en mis sienes y por supuesto diciéndome lo mucho que me ama. Necesitaba esa dosis de amor que necesitaría para seguir en pie en este largo camino y sabía que solo ella me lo podía dar.

—No faltes más a clases, mira que debes aprovechar las oportunidades que se te están presentando ¿sí?—Sofía estaba a punto de llorar pero solo sollozaba y parpadeaba varias veces como yo solía hacer.

—Visítanos pronto—le di un beso en la frente a mi hermana al escuchar sus palabras.

—Te lo prometo—la abracé.

(...)

El rey Arturo nos mandó a llamar a mí y a Avery; no sabía que era lo que esta vez quería de nosotras pero si podía imaginarme que había sucedido algo para que las dos estuviéramos presentes.

Neil tocó la puerta de la oficina del rey para escuchar pronto su voz y hacer que ambos pasáramos. Al entrar, también Xavier estaba presente y podía ver como su cara se encontraba neutra solo que al verme se le salió una pequeña sonrisa que casi me provocó una risa. Me puse al lado de Avery mientras Neil se posicionaba al lado de Cooper, el tutor de Avery.

—Buenas noches señoritas, como saben, al ser las finalistas de la competencia para la mano de mi hijo, además de asistir a clases, fiestas y eventos importantes, ustedes deberán en un futuro organizas sus propios planes para mejorar al país ¿no es así?—Asentí mientras Avery solo escuchaba.

—Mi padre y yo hemos hablamos sobre algo importante. —Empezó a decir Xavier. —Para ser princesa, además de tener el apoyo de la familia real y del parlamento deben también tener el apoyo de los ciudadanos. —Hay no... Esto huele a campaña. —Así que nosotros hemos decidido que ustedes logren ganar esa confianza y apoyo de parte de todos los ciudadanos de Nueva Erlanwood. —Esa idea empezaba a no gustarme.

— ¿A qué se refiere alteza?—pregunte.

—En menos de dos meses, visitaremos los tres estatus del país con sus cuatro ciudades importantes, ustedes como competidoras deberán actuar tanto como futuras princesas como personas normales, deberán hacer que los ciudadanos crean en ustedes y lo principal, que vean en ustedes una futura reina para ellos. —Explicó el rey.

— ¿Intentaremos convencer a las personas que somos dignas a la corona y al trono?—De nuevo hablé.

—Exacto. Ellos después de conocerlas, votaran por una de las dos y veremos quien fue la más considerada como futura princesa y reina de Nueva Erlanwood. —Continuó Xavier.

—Y ¿eso tendrá valor en su decisión, alteza?—Ahora pregunto Avery.

—No, solo será una ayuda. —Respondió Xavier.

—Hemos considerado este plan porque tanto yo como mi hijo queremos ver como ustedes se mueven en el entorno de los demás, queremos ver si ustedes se pueden encargar de las responsabilidades que conlleva a escuchar y solucionar los problemas de los ciudadanos así como también ver si ellos no sienten que ustedes tienen algunos defectos en involucrarse con ellos, siendo de cualquier tipo de clase social. —Esto se ponía cada vez interesante.

—En un día partiremos a Bennington, sus tutores las mantendrán a tanto de sus primeros retos en cada lugar que vayamos. Ni yo, ni mi padre y ni nadie, les dirá lo que deben hacer... Las cosas, las harán por su cuenta así como también ustedes serán las responsables de lo que suceda. ¿Está claro?—Había quedado estupefacta con la noticia.

—Sí. —Repetí luego de Avery.

—Solo informarles que esto no se trata de ganar o perder, solo se necesita astucia, simpatía y valor para que ustedes sean las elegidas por el público. Y como futuras princesas, solo recomendarles que no se vayan con la primera impresión o con lo más fácil, deben de abrir bien sus ojos y estar atentas a todo lo que les rodeara a partir de este reto ¿Esta claro?—Volví a asentir como Avery.

—Bien. Que descansen señoritas. Ha sido un día largo y como competidoras deberán recargar energías para esto. Mañana no habrá clases así que pueden comenzar a planificar sus propios planes para este reto grande. Buenas noches. —Termino por decir Xavier.

(...)

Bueno, todo menos eso me lo hubiera esperado pero con el tiempo que ya llevaba en el castillo debería haberme adaptado a no sorprenderme en todo lo que se me presentaba solo para pasar de una fase a otra. Al fin y al caso, debía de ganar así que he de comenzar a observar, escuchar y hablar como toda princesa pero también debía de comprender, ayudar y aceptar como una persona normal. Este será el reto más grande de mi vida pero no debo de verle el lado negativo, si he aceptado a ganar, debo de pensar en Xavier y en mi familia. Iba a ser todo lo que tenía en mis manos para que las personas me conocieran y vieran de mí, quien soy en realidad. Solo esperaba que no me salieran muchos obstáculos, porque entre ellos sé que no me libraré de Avery y de Lucas.

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Continuará...

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