Capítulo 20

Nota 1: Hola a todos/as; antes de comenzar a leer el capítulo les pediré de favor que aquellas personitas que son sensibles en muchos casos de violencia, maltrato y ciertas palabras no tan maleducadas; no se sorprendan en que este capítulo habrá eso, sino pueden seguir adelante por diversos motivos, no sé preocupen. Pueden adelantarse al final o saltarse ciertos párrafos. A su vez, para aquellas personitas que lloraron en el capítulo anterior, de anticipación les digo, que si quieren pueden ir a buscarse un par se servilletas, papel higiénico o Kleenex por si lloran. Ya que el capítulo llegá a ser un poco fuerte. Así que todo dependerá de su decisión. Que disfruten de la lectura. Les quiere su escritora...

Isabel Moz.

PD. Al final del capítulo hay una sorpresa. Será la nota 2.

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Doy un gemido de dolor al sentir como mi cabeza da muchas vueltas y mi cuerpo apenas puede llegar a sostenerse. Antes de poder tocarme los ojos para mirar con más claridad, escuchó un tintineo cercano y pronto descubro como mis muñecas sostienen algo pesado, con la poca luz del lugar, me doy cuenta como alrededor de ellas, tengo unas cadenas gruesas y plateadas, con asombró me pregunto como es que las llevó puestas y no solo eso, intento la manera en como quitármelas.

Primero intento sacar mi mano en el pequeño huevo de distancia que me queda pero parece ser inútil, el segundo intentó es retorcer mi mano a los lados para ver si puede salir poco a poco pero tampoco funciona; ya con el tercer intento, veo la manera en como quitar la conexión de ambas cadenas para liberar mi mano pero ninguno de mis intentos sirve al final.

Antes de poder gritar auxilio, observó como las luces empiezan a aclararse de una manera más rápida, provocando que mis ojos se achinen al no poder contemplar por mucho tiempo la luz blanca de varios focos que se encontraban encima de mí; tuve que cerrar varios segundos los ojos y parpadear rápido ante la reacción de ardor que provocaba mirar la luz.

—Tardaste mucho en abrir esos ojos.

Gruñí al ver a Lucas en frente de mí con una sonrisa en sus labios, ni siquiera pude moverme con agilidad porque descubrí que también mis pies estaban encadenados, lo peor de ello, es que al tener una luz mucho más clara, me di cuenta que no llevaba puesto el vestido de la vez pasada, sino que estaba vez traía conmigo unos jeans negros, una camiseta blanca y unas zapatillas deportivas.

—Tuvimos que hacerte un cambio de vestuario, espero que no te haya molestado—siguió hablando.

— ¿Dónde estoy?—mire a mis lados.

Observé como me encontraba en lo que parecía ser una bodega, ya que al ver varias instrumentos de construcción, madera, láminas, etc., hizo que eso fuera lo primero que llegará a mi cabeza; apenas alrededor de las paredes se encontraban unas pequeñas ventanas que dejaban ver el exterior, el cual apenas los rayos del sol llegaban a entrar como también el color café de la tierra, se podía ver por fuera.

—Estamos en los túneles subterráneos del país—contesto mis dudas, Lucas.

— ¿Cómo llegué acá?—mi memoria buscó algún recuerdo de que si había caminado o alguien me había llevado la fuerza.

—Alguien te trajo aquí, ¿no lo recuerdas verdad?—hice una mueca.

Me quedé callada al ver como Lucas sr apartaba y dejaba ver detrás de él, a los personas que menos deseaba ver en la vida. Juliet y Lucius. El primero el típico chico obsesivo que ha estado enamorado de mí y que se comporta como un celopata desde que se dio cuenta que no quería nada con él y el segundo, el hombre que intento asesinarme con el resto de chicas para sacrificarme pero también en querer violarme.

Mi respiración se entrecorto cuando ellos dejaron de estar serios para sacar una sonrisa de victoria; tenía la posibilidad de que esto solo fuera una pesadilla pero también tenía la certeza que todo esto es real. Trague hondo cuando ellos empezaron a caminar hasta mí con lentitud pero pronto llegaron al lado de Lucas, ellos se detuvieron.

— ¿Te da mucho gusto de verlos?—empezaba a creer que Lucas se estaba comportando como una maniático.

—Estás loco—fue lo único que pudo salir de mi boca.

—Ellos a demás de mis cómplices—señalo a Avery y Cooper—te cuidaran como toda una princesa desea que la protejan—crují los dientes enfadada.

—Eres un desgraciado—le dije.

Ahora podía ver como Lucas conocía mucho mejor que yo mis propios miedos; no quería que ese par de individuos me hiciera daño o que por lo menos llegasen a tocarme.

— ¿Qué harás conmigo ahora?—él hizo un rostro pensante.

—Esperar, no pretendo hacer algo que no deba por ahora—lo decía tranquilo.

No me valía esa respuesta, estaba muy convencida de que si estaba aquí es porque Lucas quiere sacarme alguna que otra información que pueda cumplir sus propios deseos de atacar al rey Arturo y a Xavier.

—Porque será que no te creo—le dije.

—Kiara, sabes demasiado de mí así como yo sé de ti—cruzó los brazos.

En eso si tenía razón, yo sabía muchas cosas de él que no había tenido tiempo de decir, pero quizás sino lo había terminado por hacer, fue por la razón de que necesitaba encontrar más respuestas.

— ¿Qué pretendes con secuestrarme?—abrió la boca.

—No mucho espero de ti, pero eres un perfecto anzuelo para que el pez venga hacia ti—sabía de que hablaba.

— ¿No deberíamos premiarla con algo?—le dirigió Lucius la palabra a Lucas.

—No. Es muy pronto—se dio la vuelta Lucas.

— ¿Piensas dejarme así?—Lucas me miro de reojo.

—Es lo conveniente—encogió los hombros.

— ¿Por qué mejor no la hacemos sufrir?—Volvió a proponer Lucius.

—Porque mejor no guardas silencio—atacó Lucas.

—Es que vigilarla es aburrido—contesto aquel hombre que ya se encontraba viejo.

—Entonces ¿qué quieres hacerle?—Se le acercó Lucas. —Te gustaría tocarla—Lucios asintió— ¿besarla?—Volvió a hacer mismo gesto. —Y ¿poder hacerla tuya?

Me estaba dando miedo todas las cosas que Lucas le estaba proponiendo a Lucius, ese hombre para mi no es confiar y más al verle su rostro de un psicópata; hacía que mi piel se erizará e hiciera que retrocediera unos pasos hasta llegar a la pared.

—Pues, vete al infierno.

Un disparó se escuchó cuando observé que Lucius caía hacía atrás mientras su pecho desangraba a través de su camisa. Lucas tenía en sus manos una arma de la cual, cuando termino de ocuparla, sé la puso detrás de su espalda. Pero lo que hizo que despertará del chock en que me había encontrado fue el grito de Avery.

— ¡Prometiste no asesinar a nadie!—le grito ella a él.

—Oh, vamos. Solo era otro clavo más en el zapato; no lo necesitaba además había empezado a conocer sus intenciones; así que preferí deshacerme de él antes que arruinará mis planes. Ya que sabes que esta vez, no quiero otro error—le aclaró Lucas a Avery.

— ¿Qué haremos con su cuerpo?—preguntó Cooper.

—Solo desháganse de él. Creo que no se les hará difícil—les ordenó Lucas a Cooper y a Juliet.

—Bien. Tú el asesino y nosotros el limpia cuerpos. —Puso los ojos en blanco Juliet. —Camina niño mimado, tenemos que deshacernos de él antes que su cuerpo se llené de gusanos.

Observé como Cooper se sentía inseguro en tocar aquel cadáver ya frío en el suelo, pero al final lo tomó de las piernas y Juliet de los brazos para comenzar a sacarlo del lugar en donde todos nos encontrábamos. Un pequeño charco de sangre había quedado que no hubo tiempo para que yo quitara la mirada de ahí hasta que Lucas me volvió a llamar la atención.

—No sé te vaya a ocurrir abrir esa boca—amenazó a Avery—que se que cuando te pones nerviosa, abres tu propia caja de Pandora.

Avery solo asintió despacio hasta que trató de relajarse haciendo ejercicios de respiración y luego hablar en voz baja como repitiéndose una frase.

—Contrólate sino puede afectarle al bebé—le comenté a lo que ella se quedó petrificada.

— ¿Qué bebé?—le preguntó Lucas a ella.

—Ella esta embarazada—Lucas termino por enarcar su ceja.

Avery le hizo un gesto a lo cual el pronto entendió y dejó ir un sonido de respuesta, reconociendo que ya estaba enterado del tema.

—Ah, hablas de ese bebé. No habrá más problema con él—no comprendía lo que decía—. Ese bebé ya no existe.

Mis ojos casi se salen de su lugar cuando Lucas comentó de que ese bebé ya no se encontraba vivo; miré a Avery quien alejaba su mirada de la mía con vergüenza haciendo que me diera cuenta que todo es verdad y de que Lucas no esta mintiendo.

— ¿Por qué lo hiciste?—le dije sorprendida.

—No le quedaba de otra, no estoy para criar bebés y además de ello; no sabía si era mío o de todos los hombres con los cuales llegó a mantener más de una relación coital...—Avery lo interrumpió.

—Te recuerdo que tú quisiste que hiciera eso pero si estaba segura que era tuyo—Lucas dejó ir una risa.

—No me convencerás, Olivia. Sabes muy bien que a veces sueles ser más de lo que imagino—ella término por suspirar.

—No me sorprende que ambos sean unos asesinos, matar a un bebé indefenso y ahora con ese hombre—resalté molesta.

—Kiara, eso no es nada comparado a que mates a alguien de tu propia familia—arqueé la ceja.

Lo mire extraño a lo cual, él pronto del bolsillo de su pantalón saco una fotografía que se encontraba doblada en cuatro partes, donde el pronto las fue separando hasta dejar ver más claro el cuadrado de la fotografía.

—No reconoces bien quien es en verdad ella, Kiara. —Lucas me tiro una fotografía.

Mire detenidamente la fotografía y sabía que era aquella misma foto que encontré en el diario de Avery y termine por sacarle copia para tenerla como parte de mi investigación.

Quería entender qué era lo que Lucas quería que mirara de aquella foto, no es algo novedoso para mí, mirar aquella foto porque hace meses ya la había descubierto y por más que tratará de encontrar algo diferente, todo seguía siendo igual. Le di una mirada a Lucas y de nuevo a la foto hasta que moví mi cabeza, negando que no sabía que era lo que él quería que dijera al final.

—Por Dios que tonta—se agachó hasta mí.

—La chica que esta a la par de Avery...—Lucas me señaló a la niña mayor, la que supuestamente es la hermana mayor de Avery—es Emily.

Abrí mis ojos y me quedé callada ante lo que Lucas me estaba diciendo y mostrando, es increíble que aquellas palabras ahora estén pasando cada segundo en mi cabeza como si fuera una grabadora descompuesta; cerré la boca y parpadeé varias veces ante la noticia que acababa de escuchar. Quería que nada más fuera otra de las mentiras de Lucas pero hasta ahora, él esta siendo cada vez más sincero como si no le importará que descubriera cada uno de sus secretos.

—No puede ser su hermana, no se parecen en nada. —Lucas dejó ir una carcajada.

— ¡Que inteligente por no decir lo contrario!—Borró de pronto su sonrisa. — ¡Es claro que no se parecen!—Me grito. —Si no me crees, que te lo diga la propia Olivia—dejó de llamar a Avery por su nombre falso y lo cambio por el verdadero.

Pude ver como Avery puso los ojos en blanco hasta dejar un gruñido molesto que casi hizo que me diera cuenta lo mucho que le fastidiaba tener que recordar ciertos sucesos. Con molestia, se fue acercando hasta donde me encontraba pero no paso del límite en que se encontraba Lucas, ya que sabía que unos centímetros más podía acercarme a ella y podía hacer cualquier cosa solo por dejarme ir.

—Es cierto, Emily era mi hermana. Hasta que la maté con mis propias manos. —Me sorprendí al escuchar eso.

— ¿Cómo que la mataste? Ella murió por culpa de una bala...—me interrumpió.

—No accidentada. Sino que provocada por mí. —Me quedé callada hasta que ella me dio una mirada.

Lucas la miró de reojo y pronto como un maniático, sonrió y dejo ir una carcajada que se pudo haber escuchado por todos los pasillos de las tuberías subterráneas de Nueva Erlanwood.

— Eso no es verdad—seguía negándome a aquella verdad.

—Lo es. —Confirmó de nuevo, Avery. —Yo la odiaba tanto que no podía verla un minuto más viva. —Lo decía con tanto odio que casi provocó que mi piel se erizará. —Era la favorita de mis padres, ella era su única princesa, su única hija, la única que le daban amor. —Sus ojos se cristalizaron. —Yo no existía para mis padres y qué más daba, no podían mantener a dos hijas, que tuvieron que regalar a una y ¿con quién? Con una familia abusadora—sus manos se convirtieron en puños—, un padre que le gustaba golpear a su hija adoptiva y una madre que en vez de dar amor, ponía a su hija a limpiar la casa, hacer sus trabajos y tenerla de sirvienta. —Su humor cambio al pasar su mano en su cabello. — ¿Qué tipo de padres son esos que no te crían con amor y lo único que provocaron fue crear odio en una niña que no tenía ni la más mínima culpa de haber nacido?—Avery se dio la vuelta unos segundos hasta cruzar los brazos y suspirar.

—Se merecían un castigo, ¿no es así, cariño?—habló Lucas.

— ¿Qué les hicieron a todos?—miré a ese par de personas inhumanas.

—Solo matamos a Emily, ella era un estorbo no solo para Olivia, sino que para mí—puntualizó Lucas.

— ¿Qué tiene que ver Emily, contigo?—le pregunté.

—Y aún sigues sin comprender—rodó los ojos. — Yo siempre he estado detrás de Xavier, Kiara.

»Cuando el rey Arturo descubrió lo que Xavier y Emily harían, no tarde en viajar de España a Nueva Erlanwood solo para ser el siguiente en detener esas tonterías que mi propio primo haría. Sabía que Xavier no se rendiría fácilmente y con solo saber que si él llegaba a casarse con Emily, al final podía perder la corona cuando menos lo pensará. ¿Qué era lo que se podía hacer para detener todas las ideas de Xavier para estar con Emily? Estaba claro, debía de matarla. Intenté muchas veces en convencerla que se fuera, pero ella se negó y no necesariamente por amor a Xavier. Ella también deseaba tener una corona, tener dinero y por supuesto ser una persona de alto estatus. ¿Quién podía creer que la santa Emily solo estaba jugando con Xavier? Pues, estaba claro. Neil, la reina Valentina y el rey Arturo sabían que ella no traía buenas intenciones con su hijo. Solo Xavier estaba cegado por ese amor falso del cual seguía sin creer que ella solo lo usaba para sacarle dinero y objetos muy costosos.

Pero total, Emily no llegaría lejos. Y fue cuando conocí a Olivia; ella tenía las mismas intenciones que yo de asesinarla, así que ¿por qué no hacerlo? Y fue entonces que lo planeamos todo. El día, la hora, el arma y la intención. Todo fue a la perfección, un disparó fue lo único que se necesito para que ella muriera y yo me llegará a sentir satisfecho con lo sucedido y Olivia tranquila con la muerte de su hermana mayor, quien la daño de por vida.

—Son unos asesinos—escupí con asquerosidad al verlos.

—La siguiente historia ya la sabes. No debo porque contártela, ya que por lo visto Holliday te contó todo desde el comienzo de la competencia—me quedé callada ya que no necesitaba porque responder a lo que decía.

Aún no sabía la respuesta, en dónde yo encajaba en toda esta historia. Ni siquiera se podía decir que yo me parecía a Emily para que fuera la siguiente en sufrir de la misma manera, porque para empezar ella no amaba a Xavier pero yo sí, ella solo quería la corona pero yo solo quiero estar con él y por supuesto, ella solo jugaba con él cuando yo siempre he sido sincera con Xavier con respecto a nuestra relación. Pero ahora ya no sabía que hacer, a estas alturas. Xavier debe de estarme odiando y además de ello, ya he perdido toda su confianza para que llegué a creer alguna de mis palabras.

—Pero sabes algo, Kiara. Tú destrozaste mis planes, tu arruinaste la oportunidad de que yo tuviera antes la corona pero no, tú y tu inesperada llegada hizo que mis planes se cambiaran de un día para otro—me tomó de mi mentón.

— ¿Es la razón por la cual me odias?—quite su mano de mi mentón.

—Exacto nena, pero sabes que es lo increíble de esto. Aunque tus palabras hayan sido las más crueles y dolorosas para Xavier, él te sigue amando—hice una mueca de dolor.

No quería escuchar eso, no quería recordar la manera en como le insulte, como le dije esas palabras que solo fueron unas cuchilladas para mí en el pecho y no solo eso, la manera de verme no se comparaba como la de otras veces en las cuales nos peleábamos. Esta vez no habría un perdón, no habría bromas, no habría besos y por supuesto, ya no habría más palabras de amor. Todo eso me dolía, ya no soportaba ni pensarlo y lo que más odiaba de esto es que Lucas solo me uso para volverlo a lastimar pero mientras este viva, seguiré protegiendo a Xavier.

—Quizás con el tiempo, se vuelva una obsesión querer verte. Bueno, a estas horas ya se habrá dado cuenta de tu desaparición. —Hizo un gesto pensativo.

— ¡¿Cómo puedes hacerle esto a Xavier?!—Gruñí molesta.

—Fácil Kiara, lo odio. ¿Tú crees que yo tendría piedad de él con solo verlo sufrir?—dejó ir un bufido. —Xavier es un ingenuo, cree que ser rey es una obra fácil de admirar solo con los pasos de su padre y haber tenido un aprendizaje prodigioso que no cualquiera puede llegar a tener. —Sonrió y negó. —Se necesita ser inteligente y audaz y Xavier no tiene nada de eso.

—Lo tiene, él será un gran rey. No como tú, que eres un falso y...—me callé al sentir un golpe en la mejilla.

Mi cara giro a un lado haciendo que mi cuello se torciera y pronto un leve dolor apareciera haciendo que pronto gimiera de dolor y el fuerte ardor caliente empezará a aparecer, ni siquiera pude acariciarme la mejilla cuando Lucas no se detuvo y pateo mi mano, terminando por escuchar como mis dedos crujían y dejará ir varios gritos seguidos de dolor que me provocaron tomar con mi otra mano el zapato de Lucas para poder alejarlo pero él se limitó a patear más duro haciendo que sacará unas lágrimas y me mordiera el labio para no gritar más profundo.

—Lucas, déjala, le provocaras unos esguinces en sus dedos—escuché que dijo Cooper quien había vuelto junto con Juliet.

— ¡Cállate imbécil! Este es mi asunto, no él tuyo. Así que no te metas—le grito Lucas.

Cooper ya no volvió a decir otra palabra; a través de mis ojos llenos de lágrimas, solo observé como Cooper se alejaba de nosotros y se iba de aquel lugar para no observar mi sufrimiento, mientras que Avery solo cerraba sus ojos y Juliet me observaba atento sin presenciar alguna emoción.

—Vuelve a decir algo sobre mi futuro gobierno y te romperé la boca.

Antes de poder decir algo, otro golpe cayó en mi cara haciendo que soltará otro gemido y me golpeara contra la pared de cemento. Unas lágrimas se deslizaron por mis ojos haciendo que me quedará petrificada ante la reacción de Lucas; no quería que me siguiera lastimando pero no aguantaba cerrar mi boca y no decirle sus verdades. Si nadie se las había llegado a decir, pues yo estaba aquí para decírselas.

—Solo cállate Kiara y evitaras que esto suceda ¿entendido?—no abrí mi boca. —Con eso me basta.

Escuché como sus pasos se fueron alejando y con un sollozo, lo mire y observé como detrás de él, iba acompañado de Avery y de Juliet. Nadie se digno a verme y tampoco a compadecerse pero no lo necesitaba. De todos modos, a mí alrededor, solo estaba rodeada de mis propios enemigos y de mis propias pesadillas.

***

1° semana

Una gota de agua cayó sobre mi rostro haciendo que mirará hacía arriba y pronto me diera cuenta que había un gotero casi cerca de donde me encontraba. Apenas llegué a dormir un par de horas, hace uno o dos días he comenzado a sentirme mal y no lo decía por los golpes matutinos o vespertinos que he recibido a diario por parte de Lucas, sino que he empezado a tener más cansancio y unos cuantos mareos y dolores de cabeza.

Veo un pequeño charco de agua y me acercó a él, de manera arrastrada por las cadenas que aún llevó puestas. Cuando llego solo me doy cuenta como observó mi rostro en el reflejo del agua. Puedo divisar unas cuantas manchas verdes con moradas debajo de mi pómulo izquierdo, una cortada en mi labio, un mallugón cerca de la barbilla y un corte más arriba de mi frente.

Esta claro que estoy hecha un solo desastre que ni yo misma puedo verme más en el agua, tengo que quitarme rápido antes que empiece a sentir lastima, antes de que mi cuerpo reaccione y me diga que todo esto es mi culpa y por último, que mi cabeza solo me repita que pronto me arrepentiré de provocarle daño a mi cuerpo indefenso.

Veo como la camisa blanca tiene unas pequeñas gotas de sangre que se han vuelto de un color marrón oscuro, paso mi dedo en cada una de ellas y las voy contando como si eso sirviera de algo, un ardor llega a mis ojos, un nudo grueso a mi garganta y unas terribles ganas de vomitar. Si no fuera porque aún sigo consciente después de todos los golpes, diría que me estoy volviendo loca.

—Buenos días, Kiara. —Levantó mi rostro y veo la mueca que hace Cooper al verme.

—Que tiene de buenos. —Suspiré agotada de utilizar todas mis emociones de defensa.

—Lo sé—escuché una leve decepción en su voz—. Te traje el desayuno. —Me lo puso en frente.

—No tengo apetito.

Alejé la bandeja de comida para luego acercarme a la pared y encoger mis piernas junto a mi pecho y luego envolverlas con mis brazos a modo defensa.

—Debes de comer, esta semana has faltado a varias comidas—encogí los hombros.

—No tiene caso comer si quizás me están envenenando.

Cooper se puso tenso ante mis palabras que ni siquiera llegó a reaccionar rápido sino que solo se límito a acercarse a mí y a querer pasar su mano en mi mejilla; pero yo rápido le di un golpe provocando que él gruñera y solo terminara viéndome.

—Kiara, no quiero que Lucas vuelva a tocarte. Si no quieres meterte más en problemas con él, has las cosas más fáciles ¿te parece?—cerré los ojos y empecé a derrumbarme de nuevo.

—Déjame sola Cooper y llévate esa comida por favor.

Observé de reojo como se levantó pero antes pasó su mano sobre su cabello y me dio una mirada de dolor, de todo el grupo, él era el único que desde el comienzo me ha tratado bien y no solo eso, ha sido paciente conmigo sin importar las veces que lo maldiga, le grite y lo golpeé.

—Te dejó el desayuno. Luego pasaré por la bandeja.

Se fue alejando paso a paso hasta ya no escuchar el sonido de sus zapatos golpear el suelo.

Dejé ir un sollozo y pronto me acurruqué entre mis brazos para poder llorar de nuevo con libertad; estaba segura que la comida contenía algo, eso debía ser lo que me estaba provocando varios síntomas de dolores estomacales y a su vez, de otros órganos en mi cuerpo, apenas podía mantener mi cuerpo a salvó pero si seguía comiendo esa comida, sabía que no iba a durar mucho tiempo más viva.

De nuevo unos pasos empezaron a escuchar haciendo que rápido me quitara las lágrimas que ya habían resbalado por mis mejillas y a su vez, rascar mis ojos para que no se vieran de un color rojo. Elevé mi rostro y me encontré con el de Lucas, quien pronto del bolsillo de su pantalón, sacó un frasco blanco y luego lo abrió para sacar una pastilla pequeña.

—Toma—me puso esa misma pastilla cerca de mi cara.

— ¿Qué es?—miré aquel medicamento de manera extraña.

—Vitamina—respondió cortante.

—No lo parece—contradije su respuesta.

—Y eso ¿me debe de importar?—dijo con ironía. —Solo te la debes de tragar, no te estoy pidiendo más sugerencias—empezó a molestarse.

—No es otro de tus mágicos medicamentos que me pondrán mal—enarcó su ceja.

—Ya me cansé de esperar. ¡Juliet! Sostenla—grito Lucas.

Antes de que llegará a evitar que Juliet pusiera sus manos sobre mí, él rápido tomó ambas manos y me las puso contra la pared haciendo que me quedará inmóvil y solo moviera de un lado hacía el otro mi cabeza para que Lucas no llegará a entrar aquella pastilla en mi boca pero como siempre, termino por atrapar mis mejillas y empezar a meter sus dedos en ellas provocando que abriera la boca de una manera dolorosa, ni siquiera pude detenerlo cuando de pronto dejó ir la pastilla e inclino mi cabeza hacia arriba para que me la tragara, apenas llegué a retenerla unos segundos cuando ya no pude más y termine por tragármela.

—No te resistas, Kiara. Que ya sabes que no estoy para juegos. —Lucas y Juliet se levantaron para luego marcharse juntos y dejarme sola.

Solo esperé unos minutos para dejar de escuchar sus pasos para luego intentar sacarme aquella pastilla del estómago; tuve que meterme dos dedos en mi boca para provocar que mi estómago se resolviera y pronto me entrará ganas de vomitar. Y así fue, unos segundos fueron los que funcionaron para después yo empezar a vomitar lo poco que quedaba de mi estómago, regularme uno llega a vomitar la comida pero yo no sacaba nada de eso ahora, de mí apenas salía un líquido transparente que pronto hizo que apareciera la pastilla. Tuve que toser varias veces de manera no tan ruidosa para que Lucas no sospechara de lo que estaba haciendo, si lo hacía, estaba claro que pronto llegaría y de nuevo intentaría que me tragara la pastilla.

Después de haber hecho esa horrorosidad, sentí como mi cuerpo empezaba de nuevo a debilitarse, tomé la pastilla y la puse a mi lado hasta golpearla un par de veces con las cadenas hasta que se hiciera polvo. Cuando esto sucedió solo dejé ir un soplido para que el polvo del medicamento se esparciera por cualquier dirección de donde me encontraba.

Estaba segura que Lucas me medicaría día tras día, pero no debía permitírselo, no ahora cuando mi cuerpo aún puede resistir.

***

2° semana

Dejé ir un grito ahogado cuando Lucas me inyecto un líquido amarillo cerca de mi vena, apenas el medicamento entro por mi cuerpo cuando mi vista empezó a ser borrosa y mi cabeza empezó a dar vueltas que casi que no pude concentrarme en no ver el reflejo de todas las cosas de mi alrededor moverse de un lado hacía el otro provocándome náuseas e irritables dolores de cuerpo. Miré mis manos y estas ya se encontraban sudando y a la vez, temblando como si tuviera frío.

— ¿Seguro que eso no la matará?—la voz femenina de Avery apenas la pude llegar a comprender.

—Solo es una droga, mantengo siempre el cuidado de darle la dosis correcta—esta vez me confundí en las voces de Lucas o de Juliet.

— ¿Sabes lo que haces?

—Sí, recuerden que después de que despierte hay que esperar seis horas para sedarla.

— ¿No crees que son muchas inyecciones en un día?

— ¡Cállense! ¡Sé lo que hago! Para eso estudié medicina y química, si yo quisiera, ya la hubiera asesinado... pero nuestro único propósito es...

Al final mi cabeza ya no pudo dejar entrar todas aquellas voces que estaban invadiendo mí alrededor; apenas llegué a mantener unos segundos más abiertos mis ojos cuando mi mundo volvió a ser oscuro y de nuevo caí en un profundo sueño del cual por lo menos sentí que ese momento no sentiría dolor de ningún tipo.

(...)

Mis ojos se abrieron con pesadez en el momento en que sentía que había dormido muchas horas de las cuales debía de estar pendiente de mí misma para que Lucas no le hiciera nada a mi cuerpo; dejé de apoyarme en la pared para sentir un terrible dolor de espalda y cuello por haberme quedado dormida de una manera sentada; mire y brazo y encontré una curita encima de mi vena. Con despreció pero a la vez, con cuidado la fui quitando de mi piel haciendo de que quedará una marca y también visualizara un punto pequeño donde había llegado a entrar la aguja.

Me toque el rostro y con cansancio como si no hubiera llegado a dormir bien, de mi boca salieron varios bostezos que provocaron un estreñimiento en la parte de una de mis costillas, ese pequeño dolor que parecía haber sido como el de un pellizco hizo que me quedará quieta y pronto levantará la camisa blanca hasta ver una enorme mancha morada, me parecía demasiado extraño ver aquel moretón porque sinceramente no recordaba si Lucas me había llegado a golpear esa parte de mi cuerpo.

De nuevo al escuchar unos pasos aproximarse, bajé de inmediato mi camisa para que nadie viera el nuevo moretón que había aparecido en mi cuerpo. Me quedé y soñolienta hasta ver a Lucas y a Avery acercarse a mí.

— ¿Cómo te sientes?

Me había acostumbrado a no contestar las estúpidas preguntas de Lucas porque sabía que solo perdería mi tiempo en contestarle mi verdadero estado cuando mi rostro ya lo esta demostrando, además para que darle una respuesta coherente cuando él mismo me ha estado drogando como si fuera su experimento o me utilizará como su conejillo de indias. Solo le di una mirada neutra y me acaricié el brazo el cual me empezaba a doler; quizás si dejaba de pensar en eso, pronto el dolor se marcharía.

—Quiero que me respondas a una pregunta. —Suspiré.

—Que no sea otra pregunta estúpida de tu parte porque estoy aburrida de que disimules mi salud cuando sabes que tu mismo me has estado medicando—le comenté.

—Bien. ¿Dónde esta la llave que Xavier te regalo?—Intente no hacer un gesto de sorpresa.

—No se de que me hablas—endureció la mirada.

—Te lo repetiré una vez más. ¿Dónde esta la llave que Xavier te regalo exactamente en tu cumpleaños?

Pensar en dónde había dejado la llave era una fatiga más para mi cerebro, diariamente intento no ejercitar mucho mi mente por el hecho, de que hace aproximadamente una semana me es difícil recordar ciertas cosas que me han sucedido últimamente y a la vez, pensar me ha provocado irritables dolores de cabeza.

—He olvidado donde está—le fui sincera.

— ¡Recuerda!—su grito retumbo en mis oídos.

—No sé, no sé dónde está—me tomó del cabello.

— ¡Tendrás que recordar si no quieres que haga yo sea quien te recuerde!

No pretendía decirle la verdad aunque recordará, si le decía donde había quedado esa llave es para que ahora Xavier este en peligro; aunque sentía como cada vez agarraba más fuerte mi cabello como si intentará arrancármelo de la cabeza, así que no dejé que mis palabras salieran por si solas de mi boca, sin que me diera cuenta.

— ¿Ya recordaste?—preguntó gruñendo.

—No. Y por más que yo recordará, no te lo llegaría a decir.

Pronto un golpe exactamente en cerca de mi abdomen hizo que chillara y me acostara en el suelo retorciéndome del dolor; aguanté de manera condicional las ganas de llorar al haber recibido aquel fuerte y desprevenido golpe que me sacó hasta el último suspiro.

—Te lo advertí y te digo desde ahora que comiences a recordar dónde dejaste esa llave; sino tomaré medidas más drásticas contigo. —Casi termina por escupirme las palabras.

—No podrás conmigo, Lucas. —No terminaría por dejarme vencer fácilmente.

—Pues comenzarás a dejar ese lado duró en ti, Kiara. Sino quieres ver sufrir de la misma manera a tu familia. —Abrí mis ojos sorprendida.

— ¿Qué?—Mi voz salió entrecortada.

—Sí Kiara. Tu familia esta aquí mismo, a unos metros de distancia de ti. Así que no pretendas llevártela de listilla conmigo; porque sabes, con la primera que comenzaré será con tu hermana. —Mi corazón empezó a latir rápido.

—No Lucas, no le hagas eso a mi hermana... ella solo es una niña...—encogió los hombros con indiferencia.

—No me interesa si tengo que matar a un niño o a un adulto. De todas formas, no perderé nada, sino quien perderá serás tú—sonrió de la manera más cruel que he visto de una persona.

Termine por agarrarme de la cabeza hasta luego empezar a sentir como una tristeza trataba de embriagarme; estaba perdida, si no era Xavier... era mi familia... ¿qué podía hacer ahora?

***

3° semana

He empezado a sentirme cada vez más peor, ahora ya no sé si son por los medicamentos o solo es la depresión en la cual vivo teniendo en cuenta que si sigo de esta misma manera pronto habrá un día que me duerma y ya no llegaré a abrir mis ojos; me agarró el jeans y lo estiró hacía un lado dándome cuenta que ahora he perdido un par de kilos, ya que tanto los jeans como la camisa, me quedan mucho más flojas de lo que ya eran cuando llegué aquí.

Hay días en los cuales ya no despierto de una manera normal, ahora la única manera que hace que despierte es escuchando las voces de Lucas o de Cooper quien es el único que sigue siendo amable conmigo aunque mis condiciones empiecen a empeorar y por supuesto, a veces vuelvo a tener pesadillas escalofriantes en las que yo misma me veo muerta... esas son las únicas opciones de las cuales me puedo despertar sola, pero ya en otras veces, solo queda la primera opción.

—Despierta hermosa, bueno... ya no lo eres con ese aspecto—entreabrí los ojos y me di cuenta como Juliet se empezaba a burlar de mí—. Lucas quiere que desayunes bien, tienes que comértelo todo sino quieres meterte en problemas—rodé los ojos.

Juliet dejó la bandeja de comida en el suelo y espero a que yo agarrara comida pero de nuevo desistí la oferta en ver como la comida tenía buen aspecto pero eso solo era otra ilusión más de mis ojos porque sabía que dentro de cada comida había una dosis de droga.

— ¿Qué no vas a comer?—solo cerré los ojos y me permití descansar de nuevo.

Apenas le mantuve alejada de la comida cuando sentí como Juliet me grito en el oído hasta tomarme del brazo y lanzarme a la bandeja donde estaba la comida, mi cuerpo pronto se resbaló y termine por llenarme la ropa de varios colores entre ellos amarillo, café, blanco, naranja y crema. Antes de poder levantarme, Juliet puso su pie en mi espalda haciendo que de nuevo cayera encima del plato y mi rostro se llenará del huevo con vegetales.

—Detente Juliet—Cooper se acercó a mí.

—Tengo ordenes de que ella desayune—habló Juliet.

—Y yo tengo ordenes de que no le hagas daño—Cooper achinó sus ojos.

—Solo porque conozcas más a Lucas no quiera decir que deba obedecerte—Juliet empezó a aplastarme más contra la bandeja de comida.

—Odedecé. —Ordenó Cooper. —Ahora.

—No. —Se negó.

Sin esperarlo, observé como Cooper sacó un arma detrás de su espalda, haciendo que pronto apuntara hasta Juliet y esperará que él se quitara para no disparar.

—Te lo advierto. —Empezó a tocar el gatillo.

—No te tengo miedo. —Siguió retándolo Juliet.

Pronto el sonido de un disparo hizo que me cubriera los oídos y cerrará los ojos para no descubrir si en verdad, Cooper había asesinado a Juliet; pero al no escuchar un grito de dolor o de que el cuerpo cayera al suelo, dirigí mi mirada hacia arriba y me di cuenta como Juliet se había quedado petrificado y de como unas gotas de sudor empezaban a salir por su frente.

—A la próxima no fallaré. Vete de aquí. —Le dijo Cooper a Juliet.

Juliet sin decir nada, obedeció a la orden de Cooper. Levantó su pie de mi espalda y nada más camino con pasos temblorosos hacia otro lugar, pero antes dio un par de miradas hacia atrás hasta que desapareció.

— ¿Estás bien?—Cooper me tomó del brazo y me ayudo a levantarme.

—No, no estoy bien—no era grave lo que había sucedido pero ya estaba tan lastimada por dentro que golpes inofensivos solo eran como meterme una espina en el dedo.

—Hablaré con Lucas para ver si te das un baño, estás muy mal. —Hice una mueca.

—No lo necesito, de todas formas. Eso no mejorará mi condición—sacudí mis manos para que dejarán de estar manchadas de crema y frijoles.

—Lamento todo esto, Kiara. —Sus ojos mostraban ese arrepentimiento que solo él mostraba.

—No lo lamentes, tú no has sido el culpable de todo esto—le aseguré.

—Quisiera... poder decirle a Xavier donde estas pero, eso solo me condenaría a que mi familia muera—le di una sonrisa torcida.

—No te preocupes, estaré bien—di un gemido de dolor.

Si no hubiera sido por Cooper, mi cuerpo hubiera caído al suelo con facilidad; era difícil poder sostenerme y a la vez, mantener un equilibrio con mis pies y manos; pero ahora lo único que quedaba de mí, era la esperanza de poder seguir sobreviviendo sin sentir como cada droga no me lastimada.

—Tienes fiebre y puedo ver como cada vez más estás pálida.

Dejé ir otro gemido más fuerte, el dolor aumentaba en la parte de mis pulmones, es como si a ellos, les costará cada vez más dejar entrar el aire y aunque inhalara rápido cada partícula de aire, parecía que al final podía terminar ahogándome.

— ¡Kiara! ¡Kiara! ¿Qué te sucede?—Preguntó Cooper preocupado.

—No puedo respirar. —Empecé a toser.

Cooper dejó de estar a mi lado para salir corriendo hasta la misma dirección en donde Juliet había desaparecido. Intentaba cada segundo poder seguir respirando, pero se me dificultaba que mis pulmones les entrará aire; antes de poder cerrar los ojos, cuando caí al suelo por el inmenso dolor y miedo de no poder respirar; por última vez, pude ver el reflejo del rostro de Lucas encima de mí hasta que de nuevo mis ojos empezaron a cerrarse y mi mente se quedó en blanco donde solo caí en ese mundo llenó de oscuridad.

(...)

Me desperté asustada y de nuevo en el mismo lugar, solo que esta vez llevaba otra ropa puesta y sentía como mi cuerpo se encontraba en una condición limpia. Tenía miedo de haberme imaginado lo peor de que alguien de todos los hombres que había este lugar, me haya hecho algo mientras dormía, no quería imaginarme cualquier cosa y más que llegarán a ver mi cuerpo desnudo. Mi piel termino por erizarse pero mi paz de estar sola dejó de estarlo cuando Lucas llegó.

—Un minuto más y ahora mismo ya estuvieras junto con todos los muertos—mencionó Lucas—. No puedo perder más tiempo contigo, todos empiezan a dudar de mí, así que... si no me dices donde esta esa llave, verás como yo mismo termino con la vida de alguien de tu familia.

Torcí un gesto de desesperación y sin hablar, solo negué con la cabeza. No sabía donde estaba esa llave, si sabía que estaba en mi habitación pero no me recordaba en donde, así que con una cara suplicante, mire a Lucas, quien solo achinó sus ojos y pronto me levantó hasta quitarme las cadenas con una fuerza increíble que hizo que estas me rasparan las muñecas y luego notara como habían quedado unas marcas rosas en todo su alrededor.

—Entonces, no me queda de otra que mostrarte con tus propios ojos, lo que en verdad es sufrir.

Me llevó arrastrada por varios pasillos de aquel enorme lugar, todo estaba iluminado pero entre más intentaba caminar, mis piernas se tropezaban con facilidad haciendo que no llegase a concentrarme en mis propios movimientos; él del bolsillo de su pantalón, sacó una tarjeta de la cual pronto, la paso por un código de la puerta hasta que esta se abrió y escuché varias voces de las cuales reconocí con facilidad.

Unos metros de mí se encontraba mis padres, mis hermanos y mi primo; todos en las mismas condiciones que yo, solo que su aspecto de salud, estaba mucho mejor que la mía. Cuando todos se dieron cuenta de mi presencia, mi madre fue la primera en levantarse y querer tomarme en sus brazos pero las cadenas no le permitieron llegar a mi distancia, mi padre empezó a maldecir a Lucas, diciendo que me dejará en paz mientras que mi hermano y mi primo intentaban zafarse de las cadenas para poder ayudarme. Pero en quien me concentré más fue en Sofía, su pequeño cuerpo no se movía, apenas podía ver su cuerpo débil y dándome la espalda, su respiración era lenta y lo decía porque al ver su espalda, no mantenía esa respiración normal que todo ser humano tenía, sino que parecía como si fueran sus últimos momentos de vida.

— ¡¿Qué le hiciste a mi hermana?!—Le grite a Lucas.

—Parece que se comió una nuez. Pobre de ella, no sabía que el pollo de la mañana contenía nueces.

Lucas me hizo un gesto de tristeza mientras lo cambiaba por una sonrisa maliciosa, de la cual me hizo hervir la sangre hasta golpearlo con las últimas fuerzas que me quedaban, pero todo fue en vano, pronto me tomó la mano haciendo que la alejara y me torciera el brazo provocando otro dolor en una nueva parte de mi cuerpo. Mientras que mi mano se mantenía en mi espalda y él me daba la vuelta para ver a mi hermana, se acercó más a mí y cerca de mi oído me dijo unas palabras que hicieron que sintiera como mi mundo empezaba a destrozarse.

—Mírala, solo le quedan minutos para morir. ¿No crees que fuiste lo demasiado cruel con ella? Hay Kiara, si me hubieras dicho dónde estaba la llave, hubiéramos evitado esto y más, la muerte de una inocente niña.

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas hasta que no lo pude evitar y caí al suelo, esta vez, Lucas no me detuvo y mucho menos me impidió acercarme a mi hermana, quien su cuerpo ahora se encontraba entre rosado y morada, de como sus labios se encontraban hinchados y de como abría su boca para poder respirar.

— ¿Kiara...?—Apenas pudo pronunciar mi nombre.

—Shhh, aquí estoy pequeña. —Le quite varios mechones de cabello de la cara.

Intente que no hablara, si decía otra palabra, estaba segura que me derrumbaría y no quería que sus últimos minutos fueran más dolorosos de lo que ya eran; tomé su pequeña mano y empecé a besar casa uno de sus dedos, nudillos, palma y dorso de la mano; ella empezó a sacar un par de lágrimas y sus ojos empezaban a achinarse.

—Estoy cansada—susurró.

—Cierra los ojos cariño y descansa.

—Y ¿si no despierto?

—Despertaras, pero en un lugar mejor—se me hizo un nudo en la garganta.

—Te quiero, hermana.

—Yo más Sof, yo mucho más.

Acaricié su cabello mientras ella empezó a cerrar sus ojos, su respiración dejó de estar en movimiento y dejé de sentir los latidos de su corazón encima de mi mano. Fue en ese momento en que mire a mis padres y al verme llorar, se dieron cuenta de la verdad, mi madre cayó al suelo, mi padre se quedó petrificado mientras que mi hermano mayor, se mantuvo callado y adentro sus dedos en su cabello castaño y mi primo, solo bajo la mirada y empezó a sollozar.

Tragué una y otra y otra vez, cada nudo que se hacía en mi garganta, no quería llorar pero las lágrimas salían por si solas y por más que guardará todo aquel dolor, solo lo liberé con un grito, del cual sabía que nadie además del resto de mi familia, de Lucas y yo, llegamos a escuchar. Acurruqué el cuerpo de mi hermana, sobre mi pecho mientras pensaba que todo esto solo era otra más de mis pesadillas pero cuando más quería estar junto a ella, alguien me tomó del brazo y fue Lucas quien empezó a alejarme de mi hermana.

— ¡¿Qué haces?! ¡Debo de estar con ella!—Lo empuje para alejarme y volver a estar con mi hermana pero lo evito agarrándome de nuevo y tirándome hacía la puerta.

—Caminas o te hago caminar—hice mis manos unos puños.

—Eres un maldito bastardo—él encogió los hombros y me sacó de aquel lugar.

En todo el camino, algo cambio en mí... todo un vació se propago en mi cuerpo, sentía que las cosas ya no tenían un sentido para mí. Sabía que de este lugar no saldría, condené a mi propia familia a morir y no solo eso, yo misma maté a mi hermana...

4° semana

— ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta, Kiara!

Abrí mis ojos y de nuevo ese eco y esa voz hizo que pronto resonará en mi oído de una manera muy escandalosa, me tuve que permitir mirar hacía en frente, donde se encontraba Avery con los brazos cruzados y con un rostro muy desanimado; era de esas pocas veces de las cuales podía observarla con un rostro que no se tratará de rabia y venganza pero de igual manera, no podía confiarme en que solo este aquí por lastima y luego quiera torturarme como Lucas.

—No has comido—comentó.

Mire el plato de comida que seguía aún en frente de mí. Si antes no comía por pensar que la comida estaba envenenada por pastillas, esta vez mi opinión no estaba abarcando eso, sino que era el hecho de que había perdido el hambre desde el día que vi morir a mi hermana; no tenía cabeza en pensar en dónde estaría y si se sentía mejor andar en ese mundo donde mamá dicen que es recibido por los ángeles.

—No la atormentes, Olivia. —Escuché la voz de Cooper. —Perdió a su hermana, ¿cómo crees que ella se sentirá ahora sabiendo que nosotros somos los primeros culpables de su desgracias?—Dejé caer una lágrima pensando que él es primero en que no tiene nada que ver con ello.

—No somos responsables de nada, Cooper. Yo tampoco sabía que era lo que Lucas planeaba hacerle a la niña. Sé que soy mala, pero tampoco matar a un inocente es parte de mí—respondió Avery.

— ¿Por qué no me matan de una vez?—Les dije a ambos. —Ya no puedo con esto, solo háganlo y ya. —Dije con desprecio.

—No nos corresponde a nosotros hacer eso, Kiara—mencionó Avery.

—Entonces, díganle a Lucas que lo haga ya. Porque en verdad, al final la llave nunca se la daré. —Respondí a lo que ellos se quedaron callados.

Ninguno volvió a decir otra palabra, solo se dieron la vuelta y se marcharon para dejarme sola. Mire hacía el techo y dejé ir un suspiro cuando me di cuenta de lo mucho que mi cuerpo había resistido las últimas semanas. Medicamentos, golpes, drogas, sufrimientos... ya no podía controlar mi cuerpo, cada minuto que pasaba era el poco tiempo en que seguiría manteniendo los ojos abiertos... sabía que pronto, ya no estaría aquí y más, si Lucas llega a enterarse que de mí, no llegará a sacar nada.

***

— ¡Demonios despierta!

Una sacudida eléctrica hizo que me levantará y abriera los ojos de golpe; pero eso no hizo que mi cuerpo reaccionará del todo, simplemente, solo fue un pequeño estímulo que provocó que siguiera estando inconsciente.

—Santo cielo, Kiara... abre los ojos... no los cierres.

Las dulces palmadas que Stephene me daba en mis mejillas para que yo llegase a despertar, solo fueron unas suaves caricias que hacían que de nuevo cerrara los ojos y al final, llegase a descansar.

—Kiara por favor.

—Creo que no podré mantener los ojos abiertos una noche más, Stephene.

—No digas eso Kiara, lucha. Mi hermano te necesita.

—No puedo, mi cuerpo ya no resiste. Tengo moretones, partes de mi cuerpo están fracturadas y presiento que cada latido de mi corazón, ya esta contado—mis ojos empezaron a empañarse.

—No puedes morirte Kiara, prometiste cuidar de mi hermano...

—Y lo hice Stephene. Lucas nunca obtendrá esa llave, solo espero que Xavier entienda algún momento porque lo hice... espero que me perdone.

Sin pensarlo, Stephene tomó mi mano y me dio un poco de su fuerza; mientras que unas lágrimas fueron brotando de sus ojos.

—Resiste un poco más, pediré ayuda.

— ¿Cómo? Si la única que puede verte y escucharte soy yo. —Ella negó.

—Solo no cierres los ojos, yo... buscaré la manera en como ayudarte. Pero prométeme que no cerraras tus ojos.

No sabía cuanto tiempo me quedaba pero solo llegue a asentir con la esperanza de que por lo menos alguien me ayude en el último momento.

—Despierta. Yo iré en busca de ayuda.

***

En el momento en que desperté me di cuenta que no me encontraba en el mismo lugar de siempre, sino que esta vez, estaba amarrada contra una silla de manos y pies; intente liberarme como siempre pero el intento fue en vano cuando la soga empezó a raspar mi piel.

En frente de mí, se encontraba una cámara, la cual me estaba focalizando y aunque no sabía si estaba encendida o no; solo busque la manera en como acercarme a ella para ver si tenía una conexión con alguna máquina de algún lugar de Nueva Erlanwood.

— ¿Dónde vas?—Lucas se puso en frente de mí.

— ¿Me estás grabando?—le pregunté furiosa.

—Unas cuantas tomas hay en esa cámara. Quizás a Xavier le guste verlas después—me quedé congelada ante esa idea.

—No lo harías.

—Claro que lo haré. Te dije desde un principio que tú serías mi comodín para atraer a Xavier aquí. Además, ya paso demasiado tiempo, le dará gusto saber de ti—me guiñó el ojo.

—No permitiré que él venga hacía ti, Lucas—le reté.

—No será necesario que tengas que argumentarle a él para que no llegué hacia a ti. Él lo terminará haciendo. —Encendió la cámara. —Comencemos. —Sonrió.

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Continuará...

Últimos capítulos

Nota 2: Bueno, a partir de aquí ya cada vez más se va acercando el final y como pequeña sorpresa, en los dos próximos capítulos, en vez de Kiara, narrará Xavier. Así que espero que les guste la noticia.

Nos vemos el fin de semana.

X. Isabel Moz

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