Capítulo 14
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—No crees que deberíamos irnos ya. —Le dije a Xavier en el momento en que seguíamos caminando por el jardín de lugar en donde nos encontrábamos.
—No seas aburrida, apenas acabamos de caminar—rió al ver mi rostro cansado.
—Eso dices, ya llevamos un par de horas así y no me has mostrado la sorpresa—eleve mis ojos hacía el para verlo.
—Espera un poco más—titubeó.
Llegamos hasta un lugar en donde no había casas, ni pavimento y apenas se podía ver cómo había una gran parte de grama en todo nuestro alrededor, espere a que me dijera algo pero solo seguimos caminando por los alrededores sin ningún sentido; me estaba sintiendo agotada y a la vez un poco preocupada. No sabía porque esa sensación de ser perseguidos por alguien, me erizaba la piel o del porque no nos deteníamos a observar algo con más paciencia.
Nos detuvimos de golpe en el momento en que alguien apareció en frente de nosotros, antes no había mirado muy bien la silueta pero luego la luz de algún faro empezó a iluminar la esbelta figura de una persona; tuve que retroceder y agarrarme fuerte el brazo de Xavier en el momento en que mirábamos a Lucas con un arma de fuego en sus manos, podía ver como mantenía una sonrisa larga formada por sus labios y de cómo nos apuntaba a uno de los dos y se quedaba concentrada mirándonos sin decir ni una palabra.
—Xavier...—apenas pude susurrar por el miedo.
— ¡Alto ahí! Ninguno irá a ningún lado si yo no lo digo—movió el arma.
— ¿Qué es lo que haces, Lucas?—pregunto Xavier poniendo de intercepto sus manos para evitar que ambos nos sucediera algo.
—Lo que más he deseado...
Solo dejó ir una carcajada en el momento en que se escuchaba el sonido fuerte del gatillo y luego de la bala. Me había quedado tan asustada que solo había cubierto mis oídos con mis manos y también termine por cerrar los ojos. No sentía ni un dolor agonizante que hiciera que cayera al suelo y empezará a morirme del dolor en que la bala haya profundizado mi cuerpo pero en realidad, mi pregunta se enfocaba en que sí la bala había terminado por caer en alguien o solo había sido un susto más que Lucas nos quería dar.
—Kiara...
Abrí mis ojos y mire a Xavier, tenía una cara de horror que parecía estar viendo lo peor del mundo, tuve que bajar la mirada lentamente hasta ver como se tocaba el estómago, donde al quitarse las manos, me di cuenta de la sangre que cubría parte de su piel y pronto varias gotas empezaban a caer en el suelo.
— ¡Xavier!—grite y me acerqué a él quien pronto se derrumbó en el suelo.
Lo tome del rostro pero él en ningún momento tuvo contacto conmigo, solo se miraba en la parte de la herida y de cómo la sangre brotaba sin detenerse. Mi corazón empezó a latir rápido, mis lágrimas picaban por salir y no hacía nada más que ver como Xavier empezaba a entrecerrar los ojos y a tener una respiración entrecortada como si tratase de poder seguir respirando.
—Ya vez, Kiara. —Se burló Lucas—Tú lo mataste.
Fue en el momento en que Xavier dejó de moverse y se quedó con la boca abierta mientras sus ojos se fueron cerrando lentamente. Grite su nombre varias veces pero en ninguna respondió, lloré a mares y quise golpear o hacerle daño a Lucas en ese momento pero solo me concentraba en intentar revivir a Xavier y aunque fuera inútil, solo sentí un profundo miedo que me aterrorizaba la idea que todo fuera real.
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Desperté asustada, todo mí alrededor estaba en oscuras y solo las pocas luces de afuera, iluminaban la ventana a través de la cortina verde musgo, me toque la cabeza y esta, estaba cubierta de sudor, mientras que mi corazón seguía palpitando rápido y mis ojos mantenían unas cuantas lágrimas.
— ¿Estás bien?—escuché la voz de alguien.
Mire a mi lado y me encontré a un Xavier, soñoliento y con sus ojos entreabiertos; dejé ir un suspiró al ver que se encontraba bien y que seguía vivo.
Todo había sido una simple pesadilla, no tenía por qué preocuparme más. Xavier está a mi lado y se encuentra mejor de lo que había pensado.
—Sí, una simple pesadilla—musite.
—Ven aquí. —Me hizo un pequeño espacio para que yo me acostara a su lado.
Sin pensar más en la terrible pesadilla que para mí había sido casi un sueño hecho realidad, me volví a acostar en la pequeña cama para luego ser envuelta por los brazos de Xavier; no tarde mucho tiempo en abrazarlo y dejar ir unos pequeños sollozos que me los tragaba al ponerme cerca de su camisa mientras inhalaba su aroma. Comenzó a acariciar mi cabello de manera lenta hasta posicionar su boca en mi frente mientras que su nariz aspiraba el olor de mi cabello, me sentía mucho mejor tenerlo cerca que distanciarnos aunque sea por unas horas.
Después del día del paseo, mi propio infierno apenas había empezado, desde ese día, he tenido pesadillas y no solo de que Lucas ha lastimado a Xavier sino que a mi familia, a mis amigos y de cierto modo a mí. Me encontraba en esa situación de no poder hacer nada y más de sentirme indefensa al saber que media cosa que haga y sea contradictorio para Lucas o Avery, eso significará que estaré arriesgando la vida de una persona inocente.
Desde luego, Ashley había empezado a darse cuenta que me despertaba a media noche asustada y llorando, haciendo que eso fuera un motivo para que se lo mencionara a Neil y él se lo dijera a Xavier. Ambos han intentado hacer que olvide la muerte del soldado Rocher, pero el problema no equivale en la muerte de esa persona que me salvó la vida, sino que el conflicto es que yo necesito dar un respiro y sentir que Lucas no me está vigilando las veinticuatro horas del día, esperando a volver a atacar a alguien que llegué en mi defensa y luego, hacerme sentir culpable.
Todo es un mar de confusión que solo parezco darle cada vez más vueltas al asunto, sin llegar a una conclusión exacta. Lo peor de ello, es que ya ni en mis propios sueños estoy tranquila y eso es lo que me irrita más porque, por culpa de Lucas mi miedo crece cada día más y la presión que siento en que falta poco para que la competencia termine y Xavier de una respuesta, eso hace que me sienta más estresada en hacer lo más pronto posible un plan para desenmascarar a Lucas y a Avery.
La parte increíble de ello, es que Xavier se ha propuesto en dormir conmigo unos ciertos días de la semana para yo no sentir que estoy insegura estando sola. Y aunque el problema, tiene un poco de aceptación por su parte, también me preocupo por la seguridad de Xavier. Porque está muy claro que esto no lo sabe su padre y si lo llega a saber, estamos los dos condenados a tener un castigo.
—No intentes recordar lo que sucedió ¿ok?—asentí ante lo que Xavier me decía.
Si se diera cuenta que mis pesadillas no tratan de la muerte del soldado Rocher sino de que su propio primo, lo asesina mientras yo lo veo morir, eso sería preocuparlo más de la cuenta y también, buscar respuestas sobre porque Lucas intenta dañarlo. Sería fácil si yo llegase a tener esas respuestas pero estoy en el mismo lugar de siempre sin dar otro paso a la investigación. A estas horas, Stephene se habrá dado cuenta de la anormalidad con la que duermo y me compadezco un poco en ella porque sé que no me ha llamado porque sabe lo angustiada que me encuentro, por lo tanto, ella no me puede brindar ese apoyo moral del cual necesito y creería que solo ella llegaría a dármelo, ya que solo ambas sabemos los pocos secretos que han guardado Avery y Lucas.
—Xavier...—Le llamé entre la oscuridad.
—Mjum—hizo un ruidito para que me diera cuenta que seguía despierto.
—Sí... llegase a pasarme algo...—Él se levantó de golpe de la cama.
— ¿A qué te refieres? Kiara, ha pasado dos semanas y media desde la muerte de Hal, ¿no crees que sería hora de olvidarlo?—fui la siguiente en levantarme para quedar sentada en la cama, como él lo estaba.
—El problema es que quien quiera hacerme dañó, no dormira tranquilo hasta conseguir verme herida o muerta, por si así lo quiere—baje el rostro, ocultando ese sentimiento de miedo que me causa al pensar lo último.
—Kiara, sé que tu seguridad ahora es importante pero no pienses que esa persona buscará la manera de herirte siempre que encuentre una ocasión. —Explicó.
—No es eso, simplemente no se detendrá y a veces pienso que... puede ser que también a ti y a los que quiero les hagan daño—mis ojos empezaron a arder.
Se mantuvo en silencio durante un par de segundos, necesitaba ver su rostro y saber cuál es su expresión en este instante, pero me daba la impresión de que él debe de estar analizando cada vez más mis palabras.
— ¿Tienes algún enemigo?—preguntó.
¿De qué si tenía? Claro y muchos por los cuales he descartaron de la lista porque sé qué a pesar que le odian de cabeza a pies, no tienen los recursos necesarios para mandarme a asesinar.
—Sí pero no me preguntes quien puede ser el que más me odié para querer verme muerta—susurré.
Otro suspiro fue que escuchó y pensé que yo misma me estaba aislando en el problema que lo único que buscaba Xavier es ayudarme pero yo siempre termino por cortar su propia investigación. Por una parte es bueno pero por otra, a veces me dan ganas de decirle la verdad y contarle que su primo es quien está haciendo todo esto para asustarme y hacer que me detenga en conseguir mi propósito de conocerlo más profundo a él y a Avery; pero si le llegase a decir, Xavier no aguantaría tan solo un segundo en ir a buscar a Lucas y vengarse de él por todo lo que me ha hecho.
—Haré lo que tenga en mis manos para que no te vuelva a pasar algo así—tomó mis manos y beso cada uno de mis nudillos.
—No me preocupa lo que me pasé a mí, sino que lo que les suceda a ustedes—mencioné desesperada.
Dejó de estar lejos de mí para acercarse y empezar a acariciar mi rostro mientras quitaba con su pulgar una lágrima que se deslizó por mi mejilla, escuché como su corazón latía rápido y de cómo su respiración se volvía un poco ligera, suponiendo que mis palabras cada vez le hacían dudar de la seguridad de ambos y no solo eso, temía que de nuevo me sucediera algo y que al final, mis pesadillas se hicieran realidad, terminando de verlo yo con una herida de bala en alguna parte de su cuerpo mientras lo veía morir sin poder yo hacer algo por él.
Me afectaba verlo así porque quien más sufre de estrés en su vida y en su trabajo, es él y ahora con esto, es como ponerle otro peso encima con el cual lo llevará el resto de sus días. No podía hacerle esto a él y a nadie más, no quería que se siguieran preocupando por mi bienestar porque en total, quien se termina preocupando por los demás en vez de sí misma soy yo; en realidad, nunca me he preocupado por mí misma y está claro, que con otra muerte que no sea la mía hará que siga culpándome el resto de mis días, por no haber hecho algo para evitarlo.
—Encontraremos una solución, ¿ok?—le di una mirada.
—Eso espero—trataba de ser positiva.
Me dio un pequeño beso en la frente para después atraerme a su cuerpo y yo recibir su abrazo, puse mis brazos alrededor de su espalda mientras que mi cabeza descansaba en su hombro.
Por un momento llegué a pensar que no sabía que sería lo peor si a uno de los dos nos llegase a pasar algo. Si sería doloroso extrañar algún momento sus abrazos si yo terminaba siendo muriendo o tener que vivir pensando en que jamás podré abrazarlo de nuevo si el terminaba siendo el que muriera en vez de mí.
Me trague varios sollozos como también aguante la respiración para no sacar más lágrimas, no quería que me siguiera viendo llorar y no solo eso, no quería que él se diera cuenta de todo lo que le ocultaba, porque si se llegaba a enterar que Lucas es quien está detrás de todo esto, no habrá vuelta hacia atrás para detener las consecuencias que se llegaran a acercar luego.
—Será mejor que duermas—se separó de mí para de nuevo acomodarse en la cama y ser yo quien terminara a su lado.
Me acerqué más a él para poder sentirme más segura a su lado y poder dejar de pensar por un momento en todo lo que estaba cargando mi consciencia. Mi cabeza quedó encima en su pecho y sentí como mis ojos empezaron a cerrarse con solo escuchar el ritmo pausado de respiración junto con los latidos lentos de su corazón.
—Te prometo que no te sucederá nada, Kiara—le escuché decir—. Si tengo que entregar mi vida solo para que tu sigas viviendo, lo haré—solo dejé ir un gruñido—no dejare que nadie te haga daño, porque el día que no cumpla mi promesa, juro que esa vez si me arrodillare ante ti para pedirte perdón. —Intente hablar, ya que el sueño empezaba a ganarme.
—Eso nunca sucederá, tú dijiste que la única vez que te arrodillarías sería para pedirle matrimonio a tu futura esposa—bostecé.
—Tienes razón. —lanzó una pequeña risa llena de tristeza. —Esperemos que nunca suceda.
Esperemos que sea así... porque si algo te sucede también a ti, me culparía toda la vida por no haber hecho lo posible para evitar ese daño y también he de haber incumplido mi promesa con tu madre y con tu hermana.
(...)
Me permití darme un pequeño descanso por la mañana, desde lo sucedido, el rey no me ha dejado mucho trabajo como las otras veces, bueno, supongo que también a Avery aunque no estoy muy segura de ello; por lo contrario, apenas me dejan salir a dar un paseo, pero ahora no puedo hacerlo sola, debo de estar acompañada por unos cinco a siete soldados quienes cuidaran de mi espalda mientras que yo vaya donde quiera ir, ellos me seguirán como un par de mosquitos. No me puedo quejar de ello, sabía que esto debía de suceder por mi seguridad pero seguía sin acostumbrarme la idea de que casi pisaban mis talones o de que algunas veces llegaba a sentir su respiración en mi cuello; normalmente ellos se mantenían a una distancia de un metro y medio pero para mí parecía que estaban casi a centímetros de mi cuerpo.
—Nos estamos alejando, señorita Kiara—escuché la voz preocupante a Gavril.
—Solo nos hemos alejado unas calles—intente calmarlo.
—No traemos mucha guardia hoy, será mejor que regresemos y que tome el auto para ir donde usted desea—suspiré.
—Será más incómodo tenerlos a todos rodeándome en el auto que apenas sentir su presencia detrás de mí—acorteje.
Él hizo una mueca ante mi comentario, Gavril me conocía muy bien y sabía que lo que menos me agradaba era ser seguida por una cuartada de vigilantes con armas de fuego mientras esperaban atacar a cualquiera que se viera sospechoso de querer hacerme daño.
—Lo siento señorita Kiara pero son órdenes del rey y del príncipe—maldije.
—Lo sé pero por lo menos intenten ser invisibles para mí unos minutos, no quiero que a cualquier persona fulminen con su mirada solo porque me observa—asintió comprendiendo lo que le decía.
—Intentaré hacer lo posible—dejé ir una sonrisa corta.
—Y Gavril...—de nuevo se dio la vuelta para verme—gracias por esto, sé que no te lo digo a menudo pero te agradezco todo lo que estás haciendo por mí para protegerme. —Dejo ir una sonrisa.
—Lo hago con gusto señorita Kiara, mi deber es cuidarla y eso haré hasta el día en que usted ya no me necesite—reí.
—Eso no depende de mí y lo sabes—asintió.
—Pero eso no quiera decir que no dudo que me seguirá necesitando otros años más—rodé los ojos.
—No deberías sacar conclusiones aún. —Le advertí.
—Tengo muchas justificaciones para creer que sucederá. —Dejé ir un gruñido.
—No dejes que Lou te siga llenando la cabeza de ilusiones—ambos reímos.
—Y si esas ilusiones, llegan a ser ciertas al final ¿no debería creerle?—suspiré.
—Son tal para cual.
De nuevo volví a caminar mientras dejaba de sentir algunas pisadas, no sé cómo lograrían los cinco guardias en convertirse unos fantasmas para que dejara de sentirlos, pero de una u otra forma sabía que siempre estarían detrás de mí.
Al recorrer unas calles más, llegamos a un pequeño parque, de la ciudad Climb Sky, del lado Norte de la clase pobre; es extraño que se vea por estos lados la naturaleza, ya que parte de las tierras del lado Norte y Este son utilizadas para la agricultura.
Gavril parecía estar tenso en el momento en que observo que camine dentro del parque, sabía que un lugar como este, sería más fácil que hubiera un ataque pero tenía la esperanza que no me sucedería nada y más por tener a cinco soldados bien armados detrás de mí. Todos ellos armaron un escándalo parecían apuntarle a todo árbol, arbusto, pájaro y roca que se encontraba en el camino; me sentía avergonzada y más por lo raro que miraba muchas personas que caminaban, corrían o se encontraban sentadas en el parque.
Me aleje un poco de ellos cada vez más que encontraba una oportunidad, estaba muy segura que por la noche que Xavier llegará a mi habitación se llevaría un buen reproche de mi parte y no solo eso, se llevaría la sorpresa de que haré que sus guardias me pierdan de vista.
Antes de poder correr y alejarme de cada uno de ellos, agarre una piedra que me encontré en el camino para después tirarla en un lugar oscuro hasta yo dar un grito de miedo que casi se escuchó por todo el bosque provocando a su vez, un eco.
— ¿Qué sucede?—pregunto Gavril.
—Observé algo por allá, salió corriendo y no lo alcancé a ver bien—señale una parte boscosa.
—Vengan, registremos el parque. —Dio órdenes Gavril. —Bennett, quédate con la señorita Kiara.
Mis ojos estuvieron a punto de salirse de su lugar cuando me di cuenta que mi plan no termino como quería; Gavril y otros tres guardias más entraron a la parte oscura del bosque dejándome a solas con un guardia joven, él no quitaba sus ojos en mí y aunque a veces le daba una mirada al lugar, no se movió de su posición. Estaba segura que cuando Gavril no encontrará nada sospechoso, él vendría con los demás al lugar en donde seguía, yo no quería que eso sucediera y además sería haber hecho un plan que terminara en fracaso.
Mire de reojo al chico y al ver que él se quedaba observando el camino en donde habíamos recorrido hasta ahora, fui dando varios pasos hacia atrás y al ver la oportunidad de correr, lo hice. Corrí y corrí sin mirar hacia atrás, no sabía dónde ir pero estaba consciente que empezaba a perderme y la voz de aquel chico comenzaba a alejarse.
Dejé de correr cuando el aire empezó a faltarme, me encogí y puse mis manos en mis rodillas para empezar a tomar aire y relajar mi cuerpo. No sabía cuantos metros había corrido pero ahora sabía que si no me alejaba cada vez más, Gavril y los demás guardias me encontrarían rápido.
Camine varias parte del bosque sin saber dónde iba, solo tomaba varios caminos pensando que me llevarían a la salida o a la entrada del bosque, pero cada vez todo se volvía oscuro y suponía que era porque el sol empezaba a bajar; me detuve en un momento y me senté en una banca esperando a que el calor que propagaba mi cuerpo bajará para poder seguir con mi caminata.
Antes de poder levantarme, escuché un ruido extraño, como el crujir de una rama así que despacio me volví a levantar y sin mirar a los lados, de nuevo empecé a correr pero esta vez con menos velocidad de la que antes podía hacerlo; estaba cansada, sedienta y el aire cada vez faltaba en mis pulmones. Tuve que detenerme, empecé a caminar con los pies temblorosos y al ver hacía atrás no encontré a nadie así que pensé que pudo haber sido un animal el que se encontraba en aquel lugar. Pero en el momento de querer darme la vuelta, sentí como alguien ponía en exactamente entre mi nariz y mi boca un pañuelo blanco, el olor se me hacía conocido... tanto que el recuerdo vino a mi mente y fue aquella vez que me secuestro aquel hombre para violarme y hacer un sacrificio conmigo como con la demás chicas.
Cloroformo...
Intente quitar aquella persona que tenía encima pero mi cabeza empezó a perder el sentido como también mi cuerpo no respondía, mis ojos dejaron de ver con nitidez para ver todo borroso hasta que los cerré y creí haber caído en un profundo sueño.
(...)
Me sentía un poco mareada en el momento en que empecé a reaccionar después de recordar que solo sentí como el cloroformo había provocado en mí una sensación de inconsciencia hasta ver todo negro y sentir como si estuviera durmiendo.
Mis ojos apenas llegaron a adaptarse a la pequeña lámpara de luz amarilla que estaba colgada encima de mi cabeza, antes de poder moverme, me di cuenta como mis brazos estaban amarrados en mi espalda y contra la silla, como también mis tobillos se encontraban con una soga naranja que estaba segura que si intentaba moverme o por lo menos zafar alguno de mis dos pies, estos se empezarían a dañar.
Era inútil que intentará gritar, parecía como si estuviera en una bodega subterránea, ya que a mí alrededor además de oler a tierra húmeda, se escuchaba el sonido de varios goteros; no había mucho que decir de aquel lugar, todo se encontraba oscuro, excepto unas partes que apenas se encontraban iluminadas por la única lámpara haciendo que observara algunos trozos de madera y unas cajas grandes de cartón.
—Lamento que te hayamos buscado de esta manera, Kiara—levanté el rostro para ver quien me hablaba.
— ¿Lo lamentas? ¡Esto es secuestro!—dije molesta.
Intente desatarme las manos pero era inútil, eso solo provoco que me balanceara a los lados con la silla, haciendo que casi me cayera al suelo.
— ¡¿Quién eres?! ¡Suéltame ahora!—grite con brusquedad.
—Kiara, si te quedas quieta todo será fácil—analicé mejor esa voz... la conocía pero no recordaba muy bien.
— ¿Fácil? Estoy atada de manos y pies—intente moverme.
—Está bien, te soltaré y hablaremos ¿ok?—gruñí.
— ¿En serio? ¿De qué quieres que hablemos?—dije con sarcasmo.
—De lo que tú necesitas para descubrir la verdad. —Enarque mi ceja. —Habló de Avery.
Fue en ese momento en que la persona se dejó ver y fue que me di cuenta que se trataba de Holliday, ella se encontraba diferente, su voz ya no era la misma de antes, había tenido un tono más ronco aunque siempre utilizaba el mismo lenguaje de expresión, mantenía un par de pocas ojeras, su piel se encontraba muy pálida y había pintado su cabello de un color rojizo.
—Lo sé, estoy diferente pero he venido a hablar no a dejar que me observaras mientras te quedas callada y asombrada por mi cambio. —Le di unas vueltas a mi cabeza.
—Tienes razón, pero necesito que me quites estás cuerdas, mi sangre no puede fluir con normalidad—ella empezó a reír.
—Sí, ahorita—miro hacia atrás—Cedat, Terrence... desátenla—dijo ella llamando a dos hombres.
Observe como dos guardias fornidos se acercaban a mí y con cuidado quitaban las sogas de mis manos y mis tobillos, cuando pude moverme con libertad, me levante de la silla y mire ambos hombres con molestia, realmente me sentía incomoda en esta situación pero deberé esperar para que Holliday me de su propia explicación ante lo que acaba de suceder.
—Ven conmigo, te explicaré todo—dejé ir un bufido.
—Por favor, lo necesito—dije yendo detrás de ella.
Camine detrás de ella y llegamos hasta una zona escondida en donde solo se encontraba una pequeña sala con muebles un poco desgastados y polvosos, me parecía extraño estar en aquel lugar más al lado de una princesa, pero en realidad, no me quedaba de otra que solo escuchar todo lo que me dijera Holliday sobre Avery.
— ¿Por qué hacer parecer todo esto un secuestro?—Le pregunte.
—Me enteré que te quieren matar así que la persona que esté detrás de esto, mejor que se entere que te secuestraron antes de que yo he sido la que te he buscado.
Me parecía una buena idea, si Lucas se llega a enterar que Holliday me ha buscado para hablar conmigo, estoy segura que no se tardará en provocar algún que otro ataque contra mí.
—Antes de comenzar, quiero pedirte disculpas...—la interrumpí.
—No tienes por qué disculparte, sé que tú no fuiste quien me enveneno—le comenté.
— ¿Qué? ¿Cómo sabes que no fui yo?—me miro con extrañez.
—He descubierto ciertas cosas sobre ella, entre ellas el diario—abrió sus ojos sorprendida.
— ¿Lo tienes en mano?—negué.
—Tengo unas copias—respondí.
— ¿Haz descubierto algo?—suspiré.
—Solo sobre ella y su pasado. —Intente omitir lo de Lucas.
— ¿Solo eso?—asentí— ¿Segura?—me moví incomoda—Bien. Se lo de Lucas. —Abrí la boca.
— ¿Sabes que son amantes?—dije balbuceando.
—Sí, desde hace años—cerré los ojos y parpadee varias veces.
— ¿Hace años?
—Sí, ellos se conocen desde hace más de cuatro años—me quedé sorprendida.
¿Más de cuatro años? Esto debe de ser una locura, como es que Lucas y Avery se conocen desde hace mucho tiempo, ¿cómo, cuándo y dónde se conocieron? Todo esto parecía ser un torbellino de varias emociones que no podía llegar a responder con claridad a todo lo que empezaba a escuchar por parte de Holliday.
— ¿Cómo se conocieron?—dije desesperada.
—No comprendí bien esa parte... pero por lo que entendí, se conocieron en un entierro de una chica llamada... Emily... creo.
Si no hubiera encontrado sentada, estaba segura que me hubiera desmayado o mis pies hubieran perdido el equilibrio. Todo se estaba volviendo confuso una y otra vez, ahora ¿qué hacía Avery en el entierro de Emily? o ¿Cómo es que Lucas estaba ahí también? o ¡¿De dónde encaja Emily en todo esto?! Evite dejar entrar más dudas en mi cabeza para poder acariciar mis sien y seguir escuchando todo lo que tenía que decirme Holliday.
— ¿Estás segura de ello?—repetí despacio.
—No estoy cien por ciento segura pero... es lo que recuerdo—dijo con calma.
Me acaricié mi cuello y dejé de verla para poder entrar esa información en mi mente, tenía que guardar calma de todo lo que me contará Holliday sobre Avery porque sabía que lo que vendría ahora sería la revelación de varias cosas que Avery guardaba más allá de un simple diario.
— ¿Tú fuiste la que me dejo una nota debajo de mi habitación?—Ella enarco su ceja. —Decía, «Ellos la mataron» La encontré días después de que te marcharas. —Bajo la mirada.
—Prometes no decir nada hasta que encuentres el momento indicado para confesar todo esto. —Antes de contestar, lo pensé por un momento pero, al final asentí.
Ella irguió la espalda y su postura se puso tensa cuando empezó a contar lo que más necesitaba.
»Avery y Lucas, quieren la corona de Xavier. Su plan es matarlo junto con el resto de su familia para que no haya más herederos y el rey no dejé su corona a otra persona que no sea a su pariente más cercano. El cual es Lucas. Ellos desde un principio tramaron en que Avery ingresara a la competencia para ser quien terminara conquistando a Xavier y terminase por casarse con él; la mejor forma para que ella quedará fue amenazando a Cooper. Lucas le dijo que eligiera a Avery como participante de la clase media, si no lo hacía, lo mataría a él y al resto de su familia. Cooper siempre ha sido sumiso y conociendo a Lucas, no permitiría que su familia le pasara algo. Así que... fue lo que él hizo. Avery quedó como competidora y ahí fue donde empezó todo.
Ellos lo tenían muy planeado, como manipular a Xavier, como hacer para que él se enamorara de ella y de cómo eliminar cada una de nosotras de la competencia. Lo que no se esperaban de la competencia era tu llegada. Tu llegada cambio todo. Sus planes, su venganza y su futuro. Xavier quedó perdidamente enamorado de ti, él no tiene ojos para otra mujer que no seas tú. Eso hizo que Lucas se molestara y que forma de averiguar lo que sucedía, llegando un día al palacio. Te conoció de lejos y se dio cuenta de tus cualidades y de tu belleza, estaba claro que Avery tenía una gran rival por la cual deshacerse.
Fue entonces, que ideo lo del plan de hacer que Samantha se cayera de las escaleras mientras que Cindy aparentara ser quien había sido testigo de lo que habías hecho.
Pero como dicen, a Avery y a Lucas, les salió el tiro por la culata cuando alguien llegó de testigo y le mencionó al rey, de que tú no habías cometido tal fechoría. Y fue cuando Avery amenazó a Cindy y Samantha, le dijo que intentaran culparse y hacer que ellas mencionaran que la habían agregado a ella no como un cómplice sino como un anzuelo más de su plan.
Por supuesto, expulsaron a Cindy y a Samantha. Lucas y Avery sabían que Wayberly no sería un obstáculo por su enfermedad y por haberse enamorado de tu tutor. Pero yo era su siguiente objetivo, intentaba no hacer enojar a Avery pero muchas veces me provocaba por sus palabras que no me quedaba de otra que defenderme; noches pensaba en lo que había hecho y en las consecuencias que podía traer mis acciones y palabras.
Lucas sabía que si no se deshacía de ti, Xavier siempre te mantendría en primera posición. Por eso, es que llegó a Nueva Erlanwood, él sería quien intentara separar a Xavier de ti y que ambos crearan una desconfianza hasta hacer que Xavier se aburriera de ti y te eliminará. Pero eso no sucedió, eso solo fortaleció más su relación e hizo que Xavier se sintiera más seguro en dejarte como finalista.
Wayberly se marchó y solo quedamos nosotras tres. Lucas sabía que Xavier no te eliminaría, así que yo sería la siguiente. Pero antes que sucediera todo eso, para esos días todo se volvió un caos, la reina se enfermó de manera extraña y cayó en cama. Hasta que, murió. Nadie sabía cómo y cuándo había sucedido todo eso, no había pistas, no había sospechosos, no había testigos. Declararon la muerte de la reina como una enfermedad viral. Y fue entonces que se cerró el caso.
¿Quién más que Lucas y Avery sabía lo que le había sucedido en realidad a la reina Valentina?
Está más claro que el agua. Ellos la mataron.
¿Cómo? Dentro del té de la reina, ponían polvo de ricino. Comenzaron con sobredosis pequeñas meses antes pero parecía ser que la reina no se enfermaba y seguía saludable, así que aumentaron el doble de la sobredosis y luego el triple. Hasta que un día la reina dejo de poder moverse y hablar.
Todos creen que murió, cerrando sus ojos y quedándose dormida en un profundo sueño del cual no se despertaría nunca más. Pero no fue así.
Lucas entró a su habitación cuando nadie ni el rey se encontraba cerca, abrió la puerta de la habitación de su tía, aquella tía del cual él, la despreciaba, la odia y deseaba asesinarla pagando pecados que solo su propia madre había creado en la cabeza de él. Agarro una almohada, sin pensarlo dos veces, se la puso encima y la ahogo, la reina no tuvo fuerzas para detenerlo. Sus últimos momentos fueron ver el rostro de su sobrino, le pidió clemencia de que no la matara pero él le dio la espalda y termino cumpliendo el deseo de su madre.
No sé si sintió culpa o miedo al haber asesinado a una persona que lo quería tanto a pesar de cometer errores profundos, pero él solo hizo lo que debía de hacer.
Dejo todo como si la reina se hubiera muerto de manera natural, había usado guantes en ese entonces y por eso no quedaron huellas dactilares de él. Y al final se salió con la suya.
¿Qué más faltaba para que las cosas terminaran?
Sacándome de la competencia y terminar por eliminarte también. Pero Avery pensó que dejando unas semillas de ricino en tu jugo sería el último juego de su carta para dar victoria.
No sé cómo sobreviviste pero sucedió, Avery se sintió frustrada que pensó en un plan para culpar a alguien y ella salir con las manos limpias. Y fui yo quien cayó en su trampa como un ratón cuando es atrapado por un pedazo de queso.
Encontraron ricino en mis maletas y en tu vaso había ricino. No me pude defender porque estaban muy claras las evidencias que yo había sido la culpable de tu presunto asesinato del cual no sucedió.
El rey y Xavier me expulsaron, quería hablar con Xavier pero él no me lo permitió. La única persona que quizás me llegaría a creer que no había sido yo, pensé que eras tú. Tenía la esperanza que algún momento te darías cuenta de la verdad y por eso dejé la nota debajo de tu habitación para que las dudas empezaran a aparecer en ti y buscaras la verdad de todo. Y hasta ahora veo que no me equivoqué en mis propios pensamientos.
Me quedé callada ante toda la historia que Holliday me había contado, todo era un solo relato que ha tenido un inicio y pronto tendrá un fin. Lucas y Avery siempre han sido parte de todo, desde el comienzo de la competencia hasta lo que están provocando hoy. Sabía que la muerte de la reina no había sido natural pero saber que Lucas había matado a su propia tía me había erizado mil veces la piel al solo descubrir que él y Avery habían empezado a envenenarla poco a poco hasta conseguir su objetivo. Ambos son unos desgraciados que no se merecen vivir, además de matarme, asesinaron a la madre de Xavier de una manera tan cruel que ni a mi propio enemigo se lo desearía. Temía que Lucas vuelva a hacer lo mismo con el rey o con Xavier, está claro que no se rendirá hasta alcanzar lo que quiere. La corona, el trono y el poder de Nueva Erlanwood.
— ¿Cómo sabes todo esto?—le pregunte a ella, atónita.
—Avery me confió todo que cuando vio la hora de deshacerse de mí... lo hizo. Amenazas de parte de ella y Lucas para que nunca dijera la verdad, siempre hubo, pero algún día me dije que no me quedaría callada para siempre y he confiado en ti porque sé que tú serás quien haga justicia de todo esto. —Me explicó.
—Lamento que todo haya terminado así. —Dije avergonzada.
—No lamento nada, Kiara. Pero necesito que cuando digas todo esto, no permitas hacerte para atrás. Por culpa de esos malditos, estoy a un paso de ser desheredada al trono y condenada a prisión por toda la vida que me queda. Mi pueblo me odia y me observa con ojos de muerte. Quiero que ellos sepan que no hice lo que ellos han llegado a conocer, por eso al momento de decir la verdad, tienes que aclarar todo, solo así yo, Cindy y Samantha podremos ser libres de toda esta opresión que nos hemos ganado por un simple plan de dos engendros mal nacidos. —Ella empezó a llorar.
Me acerqué a ella sin esperar que reaccionara bien o mal a mi abrazo, pero ella no se lo tomó mal, me abrazo y empezó a llorar y a sollozar tragándose varias veces sus gemidos de dolor. La comprendía, es difícil guardar todos aquellos secretos y luego ser traicionada para ver como tu destino se destruye en poco tiempo. Odiaba cada vez más a Avery y Lucas, ellos condenaron a tres chicas a vivir en la miseria sin importarles lo mucho que les afectaría su vida. Pero estaba segura que no me quedaría de brazos cruzados. Haría justicia, de alguna u otra manera.
—Te prometo, que esto no se quedará atrás. Avery y Lucas pagaran todo lo que han hecho y no me importara si pagan con sangre y lágrimas todos sus delitos. Pero de que se descubrirá toda la verdad, se sabrá. —Lo juré desde el fondo de mi corazón.
—Confió en ti, Kiara. Yo y las demás confiamos en ti y nos tienes para lo que necesitas. —Dijo más calmada.
—Gracias.
(...)
Llegué al parque en menos de una hora, Cedar y Terrence me dejaron en la entrada del parque sin que nadie se diera cuenta de que estaba bajando de un auto de unos desconocidos, estaba segura que todos me deben de estar buscando y por si fuera poco, creería que Gavril no se haber quedado callado y le haber contado a Xavier sobre mi desaparición de hace más de cinco horas.
Camine por el mismo camino del que había recorrido con Gavril y los demás guardias hace unas horas, antes de poder detenerme, encontré a muchas personas en aquel parque, varios de ellos son agentes policiales, guardias de seguridad, guardias del bosque, perros entrenados y soldados del castillo; todos parecían estarme buscando y como me imagine desde un principio; en el lugar donde había desaparecido se encontraba Xavier y el rey Arturo.
Los perros comenzaron a ladrar al sentir mi aroma y todos dejaron de conversar para verme, nadie dijo ninguna palabra, nadie se movió y parecía que nadie parpadeo. Me comencé a asustar tanto que hasta yo hice lo mismo, pero al ver que una figura masculina empezaba a caminar hasta mí, supe que se trataba de Xavier, cerré los ojos y mi corazón empezó a latir rápido al creer que vendría con una maldición o grito de histeria al no encontrarme en aquel lugar; escuché cada vez más sus pasos hasta que las piedras que se escuchaban crujir debajo de sus zapatos dejaron de hacer ruidos. Trague fuerte y pensé escuchar hasta mis propios latidos de mi corazón pero al final solo recibí un abrazo. Un fuerte abrazó que hizo que abriera los ojos y me quedará sin palabras al ver que él no hacía nada más que abrazarme y casi escuchar sus sollozos que los retenía al respirar hondo.
— ¿Estas bien?—Asentí nerviosa. —Dios, Kiara... pensé... pensé que te había sucedido algo. —No dije ni una palabra porque sabía que no entendía nada de lo que decía y si hablaba podía meter la pata. —Pero te encuentras bien. —Acarició todo el contorno de mi rostro.
Me quedé callada y solo espere a que llegará el momento indicado para hablar.
—Gavril encontró a uno de los sospechosos que intento hacerte daño—abrí los ojos ante lo que mis oídos empezaban a escuchar.
— ¿Cómo?—apenas fue lo que salió de mi boca.
—Sí, Gavril y los demás encontraron un sospechoso, lamentablemente Bennett no sobrevivió a la herida de bala que obtuvo en su pecho—no, otra vez no.
— ¿Qué es lo que dices?—mis ojos empezaron a empañarse de lágrimas.
—Sé que hizo lo que pudo para protegerte—menciono—pero huiste y no sé cómo encontraste al final el camino porque el bosque tiene tantos caminos que te puedes perder sola pero... me alegro que estés bien, el otro sospechoso que quiso hacerte daño, ha desaparecido, trataremos de encontrarlo con la investigación que se le hará a este que atrapo Gavril. —Me quedé callada.
Respiraba rápido, aquel chico joven murió... y sin llegar a protegerme... pero ¿cómo? Si no había hecho nada contra Lucas o Avery.
—Debemos marcharnos, ven acá. —Xavier me tomó de la cintura e hizo que caminara y entrara hasta un auto grande y blindado.
En todo el camino no dije tan solo una palabra, estaba atónita, nerviosa y llena de muchas emociones, había descubierto una gran parte de la verdad, ahora solo necesitaba recolectar más pruebas para culpar a Avery y Lucas, debía de hacer las cosas lo más antes posible antes que haya otro asesinato. Y no solo eso, antes que Lucas llegué a lastimar al rey Arturo o a Xavier.
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Continuará...
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