Capítulo 10

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Antes de poder llamar a Stephene, me quedé viendo unos segundos el panorama oscuro que mostraba mi sueño, parecía ser de noche pero estaba segura que en ninguno de los otros reencuentros que he tenido con la hermana de Xavier, he podido diferenciar la noche con el día, ya que el cielo solo se torna oscuro cuando sucede algo, mientras solo suele ser despejado.

—Es hora, mañana tendrás que buscar ese diario. —Ella apareció detrás de mí.

—¿Mañana? Pero si no tengo ni un plan. —Le expliqué.

—No nos queda tiempo. Con o sin plan lo debes de hacer. —Dijo.

—Como no eres tú la que estará en riesgo. —Le contradije.

—No es tiempo de pelear. Te enseñaré la clave de la llave, solo así podrás entrar usando una horquilla. —Mencionó.

—Bien, enséñame...

Me enseño un par de giros, los tres primeros a la izquierda, uno a la derecha, de vuelta a la izquierda y un par de veces a la derecha.

—No te tardes en buscarlo, sino ella te podrá encontrar. Saldrá de su habitación a las nueve, tú tendrás que estar ahí tipo diez, esperaremos una hora por cualquier cosa. —Asentí a su indicación.

—¿Segura que tardará en llegar?—le pregunte.

—Si, con eso no te preocupes. Pero aún así, no te fíes de mis palabras ¿ok?—Suspiré.

—Ok.

—Es momento, tenemos que descubrir quien es realmente Avery y que es lo que planea contra ti y la competencia. —Se despidió antes de ver todo borroso y empezar a despertarme.

~~~

—¿En serio no quieres salir a dar un paseo?—Negué.

—Estaré bien, no te preocupes por mí. —Suspiró.

—Esa es la parte que me preocupa, cuando quieres que te dejé sola es porque planeas algo. —Reí.

—Confía en mí, además no quiero dar problemas. —Rodó los ojos.

—Esta bien, nos vemos luego. Si necesitas algo, solo llámame ¿ok?—Le hice un gesto de aprobación.

Neil se marchó de mi habitación para yo quedarme sola y contemplar la bonita habitación del hotel en donde nos estábamos quedado. Debía de comenzar con el plan y más porque Avery se había marchado hace una hora y Stephene menciono que no volvería pronto.

Su habitación se encontraba al otro lado de la mía, agradecía que la de ambas no estuviera cerca sino estaba hecho que tendríamos muchos más conflictos de lo que ya se han creado en ambas.

Abro la puerta y observó si no hay nadie caminando por el pasillo, con cuidado cierro la puerta y pronto comienzo a dirigirme a la habitación de Avery, no tardo mucho en llegar ya que la diferencia se encuentra en que ella esta un nivel menos que el mío de la habitación. De mi cabello saco una horquilla y la ajusto en el agujero donde se entra la llave de la puerta. Con unos giros que me mostró Stephene en el sueño, empiezo a girar la horquilla de un lado hacia el otro hasta que el clic de la puerta de escuchó en mis oídos y pronto la puerta se abrió.
Cuando entre a su habitación, me sentí insegura si seguir en ese lugar o no. Realmente no tenía un plan de donde encontrar ese diario o de por lo menos buscar el lugar indicado para huir si ella me encontraba. Estaba en lugar peligroso con la persona equivocada, si Avery fue capaz de envenenarme, no sabía si encontrar su diario al final me ocasionará la muerte; me preocupaba la idea de no encontrar ese pequeño cuaderno del cual ya conocía un poco su contenido.

Mire por toda la habitación y registré aquellos lugares en donde podía esconder ella el diario, la habitación no era tan amplia así que no costaría en buscar en el ropero, en la cama y en las gavetas de algunos muebles como las mesitas de noche.

Primero busqué en el ropero pero mi sorpresa fue que cuando abrí la puerta, no encontré nada dentro, ni siquiera la ropa de Avery, eso hizo que quedará atónita al preguntarme porque no había dejado su ropa, colgada dentro de espacioso ropero, además estaba seguro que aún no nos íbamos del hotel.

Como fue el primer lugar que supuse que encontraría algo, al final ignore la idea de que aquel mueble de madera podía tener una puerta o una abertura secreta donde ella podía guardar el diario, tuve que cerrar la puerta y correr hasta la cama, donde además de tirar las almohadas y desordenar todas las sábanas para ver si debajo del colchón se encontraba el diario, no encontré en realidad lo que quería, solo termine por encontrar un par de recibos de cuentas vencidas de otras personas y de una par de chicles pegados debajo de la madera de la cama, gruñí de fastidio, al ver que tampoco no había nada por lo bajo, quizás solo los zapatos de Avery y un poco de polvo y telarañas.

Me levanté del suelo para registrar en los cajones del resto de los muebles pero no había muchas cosas importantes. Me estaba estresando y molestando porque el tiempo estaba pasando rápido y yo seguía sin encontrar alguna pista.

De un momento a otro, mi mirada cayó en la maleta de Avery, podía ver como se encontraba detrás de una puerta como si tratarse de ocultarla, me pareció algo sospechoso y a la vez intuí de que si su ropa no se encontraba en el ropero y quizás si en la maleta, debía de haber una explicación de todo. Dude en un principio en abrirla, pero me dije que debía de continuar con mi plan antes de que ella llegará.

Camine hasta la maleta color crema y la tome sintiendo como pesaba más de lo que yo me esperaba, la puse en la cama y termine por abrirla.

En la maleta de Avery, hay tanta ropa que parece que ya no cabe. Tuve que memorizar como se encontraban sus cosas antes de sacarlas, para así no tener ni un problema al devolverlas en su lugar. Y cuando ya me sentía preparada para comenzar el plan, empecé a quitar casa camisa, falda, vestido, maquillaje que se encontraba en aquel diminuto espacio que parecía entrar todo el contenido de ropa y maquillaje. A pesar que fui quitando cada vez más la ropa, no encontraba ni el diario o alguna cosa que identificara a Avery como sospechosa, me empezaba a desanimar con la idea de que quizás todo ha sido un fracaso y el diario se encuentre en el castillo; las esperanzas se iban disminuyendo de mi cabeza cuando sentí que mis nudillos tocaron alguna cosa dura que no parecía ser parte de la suavidad de la ropa.

Saqué la ropa que me impedía ver el paso de aquel objeto y entre unas bufandas y ropa gruesa se encontraba el diario de Avery. Estaba como la última vez que lo vi, su empastado seguía siendo viejo y descosido, el color café empezaba a verse color crema y las páginas empezaban a tonarse color amarillas. Me parecía tan extraño que el diario pareciera viejo cuando la escritura era actual.

Antes de poder abrir por completo el diario, un objeto cayó al suelo, antes de poder recogerlo, puse mi dedo índice como interceptó entre la página de donde había salido aquel pequeño objeto blanco, en el momento en que empecé a recoger el objeto me di cuenta de una cosa que hizo que mi piel se erizara.

Tome la prueba de embarazo y no dude en darme cuenta que la prueba ya había sido hecha y en ella ya tenía un resultado, el cual daba positivo y a su vez marcaba las semanas de gestación en las cuales se encontraba embarazada Avery. Observe como el número uno estaba en la diminuta pantalla de la prueba. Del asombro, no tardé en caer sentada en la cama y tocar mi cabeza, no podía quitarle los ojos encima a aquel objeto que confirmaba mis dudas pasadas, pero eso no fue el motivo que me alerto a pensar más allá de lo esperado.

Dejé al lado la prueba y aunque me sintiera mal por leer el diario de una persona, quizás podía confirmar mis otras sospechas en esos minutos que para mí se convirtieron eternos, como si el tiempo se hubiera congelado.

"El momento en que menos pensaba que me sucedería, pasó.

Hace semanas había comenzado a sentirme mal, pensé que solo sería malestares del viaje, el estrés del plan que tengo para ganar la competencia y los miles de favores que le debo a él. Pero nada de eso fue lo que yo pensaba. Antes de llegar a la clase media, mis síntomas empezaban a delatarme, ya no podía cubrir las náuseas que me provocaban los olores de algunas comidas o de las fatigas que tenía al retener las ganas de vomitar. Todo era cuestión de tiempo para  que mis miedos se cumplieran.

Anoche fui a comprar una prueba de embarazo y por más que le suplique a todos los santos del mundo para que la respuesta de la prueba saliera negativa, eso no sucedió.

Ahora me encuentro llorando y lamentándome; estoy más que asustada. Antes solo tenía un solo problema que cumplir y ese era, destruir a K.L. hubiera hecho lo posible para que ella muriera y me hubiera dejado desde hace meses el camino más fácil. Ahora parece todo, ponerse en mi contra, si lo llega a saber él, esta claro que no tardará en decirme que aborte pero en lo que mi cabeza ronda en este momento es si ¿yo quiero eso?

Todo debería de ser como yo quiero pero mi mundo empieza a caer. No podré conseguir lo que él quiere pero debo de hacer lo posible para cumplir sus deseos, sino ¿qué será de mí? Le quiero pero es notable que él no siente lo mismo por mí a pesar que mi amor hacía él haya sido muy confirmado desde que empecé a ayudarlo en su plan.

Lo que ambos no tomamos en cuenta es de que esto sucedería. De que la corona no es fácil de conseguir y de que eliminar a ciertas personas, empieza a ser más complicado de lo esperado.

Por ahora mantendré el secreto del embarazo oculto, solo yo y otra persona lo sabrá. Mientras tanto, solo me queda pensar en como convencerlo para que acepte al bebé o por lo menos de qué hacer con la criatura."

Las siguientes páginas se encontraban en blanco. Ahora me daba cuenta como es que no comprendía anteriormente quien era la persona que escribía el diario. Avery es lo demasiada discreta para revelar nombres, fechas y sucesos.

Lo que no dejaba en pensar es que ella piensa eliminarme y no necesariamente de la competencia sino que de este planeta; eso confirmaba que ella había sido la del plan de asesinarme y no solo eso, por lo que me imagino ella esta unida con Lucas en un plan, el cual trata de robarle la corona a Xavier.

No comprendía muchas cosas y cada vez que leía sus escritos solo me dejaba pensando en porque me odia tanto y la razón no necesariamente es porque Xavier me quiere a mí y no a ella, porque en total, ella al parecer esta enamorada de este tal "Él" que posiblemente sea Lucas. Otra cosa que no encaja en esto es porque Avery trata de ayudarle a Lucas a robarle la corona a Xavier, es extraño porque si Avery también odia a Xavier ¿cuál será su motivo? Todo es una ola de dudas que no podré responder si no sigo averiguando la vida de ella.

Sus escritos han aumentado desde la última vez que leí el último; por lo menos sabía la mitad de su historia pero el resto que me faltaba quizás es dónde comprenda más el porqué esta haciendo todo esto. Lucas es solo un pequeño motivo de todo esto, aún falta el resto del problema con su historia.

Tenía la idea de llevarme su diario pero es imposible de que ella no se vaya a dar cuenta de su ausencia. Debe de haber una manera de como obtener el resto de las páginas, las únicas manera que se me vienen a la cabeza es tomarle foto a cada una de las hojas y lo segundo sacarles una fotocopia, pero la última opción esta demasiado lejana, ya que debería salir del hotel e ir a la ciudad para ir un café/internet donde saque fotocopias. Y la cámara, creería de que Neil tiene una pero no sé donde la debe de tener, solo que... Me llevé el diario unos minutos mientras buscó a Neil y le pida la cámara prestada.

Antes de elegir la primera opción, empiezo a tomar la ropa y volver a ponerla en su lugar pero me doy cuenta que también al lado de la maleta se encuentra unas fotografías, los dedos de mis manos empiezan a jugar entre sí, mientras que me muerdo el labio inferior y me pregunto si debería seguir indagando, mi curiosidad gana y tomo las fotografías para ver de que se tratan.

Varias de ellas parecen ser de Avery cuando era una niña pero a su lado se encuentra otra niña un poco más mayor que ella, quizás de unos, dos o tres años más.

Ambas sonríen en la fotografía, pero existe una diferencia en ambas, Avery mantenía una compostura mucho más abierta que la otra. En otra fotografía, aparecían dos personas mayores de las cuales supuse que serían sus padres, Avery se parecía más a su padre que a su madre, pero en esa fotografía identifiqué una cosa, ambos padres parecían estar más unidos a su otra hija que Avery, ya que ambos abrazaban y derramarle besos a la mayor mientras que a Avery la dejaban a un lado.

En las siguientes fotografías que observé, mi corazón empezó a latir rápido a medida que fui pasando foto tras foto, me di cuenta que Avery sentía cierto odio, por lo que creía ser su hermana. Las fotografías estaban tachadas y manchadas con marcadores negros, en otras se podía ver como el cuerpo y rostro de la chica le habían traspasado lo que quizás eran lapiceros o tijeras, mientras que en otras fotos, solo habían palabras grotescas. Al principio, pensaba que quizás ella solo extrañaba a su familia, pero a medida que pasaba las fotos, las cosas dieron un giro a mi panorama.

Ahora me preguntaba si en realidad, Avery se encontraba bien. Todo lo que estaba viendo con mis propios ojos solo es un efecto más de una vida pasada que estaba siendo explotada por odio, rencor e ira.

Dejé las fotografías donde estaban para seguir ordenando la ropa y ponerla en la maleta. Después de eso, puse la maleta en su lugar y en el momento en que iba a salir por la puerta, escuché esa voz que menos pensaba ver en ese instante.

—¿Estás segura?

—Sí, dio positivo. Ahora no sé que voy a hacer.

—¡Nos asesinara! Debían de haber sido más precavidos en eso.

—¿Tú crees que yo quería esto?

—Pues lo hubieras pensado antes de haberte acostado con él. ¿Tú crees que seguimos sin estar en peligro? Dentro de dos semanas les harán otra prueba de virginidad y esta vez no se me ocurre como engañar al médico.

—Tenemos que pensar en algo, si descubren que estas embarazada, el plan estará acabado y de seguro, nuestras cabezas ya estarán cortadas en la guillotina.

Antes de que llegará a correr, la perilla de la puerta empezó a girar haciendo que mi corazón latiera cada segundo más rápido, no encontraba en donde esconderme así que solo mire el ropero vacío para correr y esconderme dentro.

Por un agujero que tenía la puerta del ropero, observé como Avery y Cooper entraban a la habitación, ambos seguían hablando sin darse cuenta de mi presencia que se encontraba en aquel ropero. Me cubrí la boca con la mano para que mi respiración no sé escuchará, tenía demasiado miedo y más si me descubrían, por el simple hecho de haber tomado un objeto que no me pertenecía y a la vez, escuchar una conversación ajena.

—¿Has pensado en...?

—No quiero pensar en eso ahora, tenemos que pensar en un plan para que Kiara no gané el siguiente reto.

—Y ¿cómo? Si no sabemos de lo que tratará el otro reto.

—Debes de buscar una manera de averiguar, eres amigo también de Xavier...

—Como Neil también lo es. Es mentira que me diría a mí mientras traiciona a su mejor amigo de la vida.

Seguía escuchando como construían su propio plan para que la siguiente vez perdiera el reto; no era mi problema que Avery no hiciera bien las cosas para no ganar los retos y ahora quiera que yo sea la perdedora mientras ella celebra victoria ajena.

El ropero hacía que no entrara mucho aire y sintiera como mis pulmones me pedían más de lo que ya respiraba. No era una persona claustrofóbica, pero el calor que emanaba el pequeño lugar donde me encontraba hacía que no tolerará más cada segundo que pasaba. Temía de que me tuviera que quedar toda la noche aquí sin que Avery se moviera, pero lo que quizás me preocupaba más era de que ella se diera cuenta lo más rápido que podía que su diario no se encontraba y que lo buscará en todas partes hasta en el ropero. Que buena sorpresa nos llevaríamos ambas.

—¿Qué sucedió aquí?—Me hice más atrás del ropero.

—¿Qué pasa, Avery?

—No... No... No... Mi diario no esta.

Mire el diario que se encontraba oculto en mi chaqueta, intenté no moverme mientras que mi frente empezaba a sacar pequeñas gotas de sudor por el miedo que me esta provocando ser descubierta en algún momento.

—¿Diario? ¿Qué contiene ese diario?—La voz de Cooper sonó preocupada.

—¡Mis secretos! Si alguien lo lee... Estaremos muertos no solo tú y yo... sino que Lucas.

¿Debería emocionarme a pesar que este en peligro? Si esté diario contiene todas mis respuestas, eso significa que quizás aquí este la verdad se quién asesinó a la reina.

—¿Quién pudo haberlo tomado?

—Maldita pobre, ella lo haber tomado mientras salimos.

—¿Quién? ¿Kiara?

—Y de quién más estamos hablando inútil. Obvio que Kiara.

—¿Sería capaz de delatarnos?

—Ni lo dudo, tengo la certeza que no se quedará callada.

—Por un demonio. Tú y Lucas me están condenando a morir. Debemos encontrar ese diario ya.

Un portazo fue lo primero que se escuchó pero al ver por el agujero de la puerta me di cuenta que Avery seguía ahí maldiciendo y buscando el diario por toda la habitación. Mi corazón y la sangre que corría por mis venas cada vez se agilizaba; escuché como sus zapatos iban de un lado hacía el otro, tratando de encontrar el diario y cuando se detuvo, eso hizo que mirará de nuevo en el agujero y me diera cuenta que observaba el ropero donde poco a poco se fue acercando hasta estar a punto de tocar las manecillas de la puerta.

—¿Por qué te quedáis? ¡Vamos! Quizás este en su habitación.

Ella se detuvo y no le quedó tiempo en revisar el ropero porque se dio la vuelta y se marchó yendo detrás de Cooper.

Dejé ir un suspiro en el momento en que se fueron, a recosté mi cabeza en la madera del mueble para poder calmar mis nervios y así salir de aquel lugar.

Pensé que si salía por la puerta posiblemente ellos podrían estar afuera o me los llegaría a encontrar, así que, tuve que abrir el ventanal del balcón para salir de la habitación de Avery, antes de poder idearme un plan para escapar, lo primero que me encontré fue un árbol que se encontraba en frente, no sería ni un problema tener que trepar el árbol y luego bajarme, de todas formas, tengo pocas alternativas para huir de aquel lugar.

Pongo el libro en mi boca para después quitarme los zapatos y terminarlos por lanzar desde lo alto del hotel; me subí en la delgada tabla de la baranda del balcón para comenzar a calcular el saltó que debía de dar, el árbol no se encontraba muy lejos pero debía de ser precavida, porque un mal paso que diera, tenía una muerte muy segura. Trague hondo al ver la altura en donde me encontraba... unos 15 o 20 metros... ¿podré salir viva o solo terminaré por romperme un par de huesos?

—¡¿Señorita?! ¡¿Qué hace ahí?! ¡Deténgase!

Mire hacía atrás... bueno hacía arriba en el otro piso y me encontré a un hombre quien parecía asustado al verme, que estaba a punto de tirarme, pero él creía que del piso, no hacía el árbol.

—No se preocupe... solo estoy jugando. —Reí de una forma tonta.

—Esperé un momento, no se suicidé. —Evite sacar una carcajada.

—Lamento señor, pero no tengo tiempo de explicaciones.

Cogí aire y di un enorme saltó que hizo que cayera exactamente en una rama gruesa, el grito del hombre hizo que llamará la atención de muchos, pero aún así, yo debía de escapar antes de que otros se dieran cuenta de mi presencia en el árbol.

Camine hasta el tronco del árbol y luego me fui deslizando hasta abajo, conseguí un par de astillas, un raspón y nos arañazos pero eso no me detuvo en llegar hasta el suelo, recoger los zapatos y correr.

—¿Señorita Kiara?—Escuché detrás de mí.

—Gavril. —Me detuve a verlo al tener una idea.

—¿Qué sucede? ¿Por qué corre?—No tenía tiempo de dar otras explicaciones.

—Me puedes hacer un favor de vida o muerte. —Le rogué.

—Lo que usted quiera. —Tome varias bocanadas de aire.

—Quiero que vayas a un café/internet y le saques una fotocopia a cada una de estás páginas de este diario ¿puedes?—Le di de manera oculta el diario.

—Claro pero...—Hice que ocultara el diario entre todo su uniforme.

—Por el dinero no te preocupes, yo luego te lo daré pero se cauteloso, nadie tiene que verte y menos sacar las páginas de ese diario ¿sí?—Su cara me decía que no comprendía aún algunas cosas.

—Esta bien señorita Kiara. —Asintió.

Ambos tomamos rumbos diferentes y mientras que yo caminaba al hotel intentando ponerme los zapatos de tacón, reconocí otra voz.

—Sí ella fue la que saltó del árbol.

En frente de mí se encontraba el rey Arturo y Xavier con un par de guardias y empleados de servicio del hotel. Las primeras dos personas me asesinaban con la mirada, sabía que estaba en problemas y no solo eso, debía de dar ahora una respuesta ante mi loco plan de saltar desde una altura alta para lograr trepar un árbol.

—Gracias por decirnos. —Le contesto el rey a aquel señor con una sonrisa.

—De nada majestad.

—Señorita Leaky, pasé a mi oficina. —Dejé ir un gruñido.

—Como ordene su majestad.

(...)

—Solo... Quería escapar... no me gusta que me estén custodiando a toda hora y en todo lugar. —Él rey seguía analizando mis palabras.

—¿Qué habría sido de usted si se hubiera caído del árbol o deslizado desde el barandal del balcón?—No quería pensar en eso.

Me quedé callada mientras miraba la cara molesta de Xavier, sabía que después de esto, me vendría su sermón y no estaba muy preparada para escuchar más de lo que ya sé. Sabía que había sido una locura lo que había hecho pero eso no es nada para mí, he tenido peores accidentes y caídas en mi vida, además cuantas veces no tuve que trepar un árbol para bajar frutas y ganarme unas cuantas monedas.

—Es una tontería, lo peor de ello es que no puedo imponerle un castigo, no sería lo correcto más al estar ahora con los retos. —Siguió diciendo el rey Arturo. —Bueno, su castigo será quedarse en su habitación y no presentarse a comer con nosotros.

Sonreí al escuchar eso y aunque al rey le pareció extraño mi resultado, al fin y al caso, eso me ayudaría a leer el diario de Avery el resto de la noche que me quedaba.

—No sé preocupe, no le daré otro problema más. —Xavier enarcó la ceja.

—Puede retirarse. —Mencionó el rey.

Les di a ambos una reverencia para después marcharme de la oficina e ir a mi habitación, camine hasta el pasillo donde se encontraba mi habitación para ir a descansar un momento antes de que llegará Gavril, pero me detuve de golpe a ver que Avery y Cooper estaban fuera de mi habitación, con una cara de los mil demonios y con los brazos cruzados. Eso significaba mucho para mí, pero ahora debía actuar antes de que sospecharan de que yo robé el diario.

—¿Qué hacéis aquí?—Me acerqué a la puerta de mi habitación.

—No te hagas la mosquita muerta Leaky, devuélveme lo que me robaste. —Hice una cara de extrañes.

—¿A qué te refieres? Yo no te he robado nada. —Le dije.

—No intentes acabar la última gota de paciencia que tengo contigo Kiara. —Encogí los hombros.

—No sé que es lo que buscas de mí, Avery. Además yo no tengo nada tuyo. —Cuando quise entrar ella empujo la puerta haciendo que de nuevo se cerrará.

—¿Dónde has estado estas últimas horas?—La mire seria.

—Que te importa, no es tu asunto saber a dónde voy y con quién voy. —Cooper le dio una mirada a Avery.

—No bromeo Kiara, devuélveme mi diario. —enarqué la ceja.

—¿Diario? ¿Qué diario?—Ella me tomo de los brazos y empezó a agitarme.

—¡Devuélveme mi diario maldita! ¡O sino te mataré! ¡Juró que lo haré!—Quise alejarla de mí pero no podía.

—¡Suéltame!—Intente empujarla.

—¡Déjala Avery! ¡No sabe nada!

Cooper agarró a Avery y la separó de mí para ponerse de intercepto entre los dos, no sabía si mis palabras habían sido creíbles o no, pero temía de que ella descubriera que todo lo que decía solo era mentira tras mentira.

—Vámonos, ella no sabe nada. —Cooper intento llevársela.

—Y ¿quién más lo puede tener? Solo ella es la sospechosa. —Los seguí mirando.

—¿Qué contiene ese diario para que estés así?—Pregunte con curiosidad.

—Que te importa. Solo olvídalo. —Ella empezó a caminar alejándose de mí.

Cuando desapareció de mi vista, entre a mi habitación y solo me puse a pensar en que tipo de problema me estoy metiendo y más si ella se llega a enterar de lo que he hecho, esta vez si no tendré su piedad. Debo de ser cautelosa en todo momento sino esta vez, Avery no esperará a que el ricino entre hasta el último hueco de carne o sangre de mi cuerpo.

(...)

No sabia como devolvería el diario de Avery sin que ella se diera cuenta de que yo lo tenía, en mis manos tengo las copias de la historia de Avery, había salido casi como un libro pero eso no me desánimo a no querer leer cada parte y encontrar la verdad. Algo en mí decía que había una esperanza a que todo esto pronto daría a su fin pero por otro lugar, estaba entrando a un terreno pantanoso y sin salida.

Me levanté de la silla y puse de nuevo el diario adentro de mi chaqueta, antes de salir, observe si nadie se encontraba en el pasillo y al no haber nadie excepto yo; camine por todo pasillo buscando un lugar perfecto en donde dejar el diario como si a alguien se le hubiera caído. Antes de poder dejarlo cerca del cuarto de servicio, alguien me tomo del brazo e hizo que girará.

Tuve miedo en un momento pensando que podía ser Avery o Cooper pero al tener en frente a Xavier pude respirar con más tranquilidad.

—Me asustaste.

—¿Asustarte?—Aún podía presenciar la dureza de sus palabras al mostrarse enojado conmigo.

—¿Qué haces aquí?—Le pregunté.

—Eso mismo iba a decirte. —Suspiré.

—Solo quería caminar. —Me excusé.

Se mantuvo en silencio unos minutos sin decir nada, solo me observaba de arriba hacía abajo pero, él pareció encontrar un raspón en mi brazo, al habérmelo hecho al deslizarme en el árbol.

—Demonios Kiara, ¿qué demonios te pasaba por la cabeza al tirarte desde un barandal al árbol? ¡Podías haberte matado a una altura alta!—Asentí sin necesidad de dar más explicaciones.

—Estoy bien, esto no es nada. —Sus ojos se tornaron fríos.

—¿Lo dices en serio? ¿Qué hubiera pasado si esa herida hubiera terminando por ser una hemorragia? ¿Dirías lo mismo?—Puse los ojos en blanco.

—No seas dramático, siempre buscas que me asuste pero no lo harás. —Su cara empezó a endurecer con mis palabras.

—¿Es difícil pedirte que no hagas una locura un solo día? ¡Algún día me mataras!—Evite reírme porque sabía que no lo decía con broma.

—Ya te dije, Xavier. Estoy aburrida que me vigilen y cuiden de mi espalda como si yo no puedo cuidarme. —Gruñó.

—No puedes, no entiendes que ser parte de la competencia tiene sus riesgos. —Baje la mirada y resoplé.

—Pues no, no entiendo. Sabes que obedezco a ciertas cosas porque no tengo elección pero es que siento que me sobreprotegen tanto que no puedo ser yo tan solo un segundo sin que pueda pensar que...—Preferí callarme.

—¿El qué?—Intento que siguiera hablando.

—Nada. —Dije.

—Kiara...—Volvió a gruñir.

—Solo olvídalo. —Ignoré su mirada.

—¡Dime la verdad!—se molestó.

—¡Siento que me cuidan como si ya fuera una princesa!—Grite casi como un desahogo.

Note como Xavier cerró lo ojos duramente, se paso la mano por todo su cabello y maldijo en palabras bajas ciertas cosas que no llegué a escuchar.

—Es para lo que estás siendo preparada, debes de comportarte con madurez, estás en la última fase, no en la primera. Es momento que pienses lo que realmente quieres. —Se me hizo un nudo en el estómago.

—Es difícil, Xavier. No puedo ser alguien de un día para otro mientras me presionan ante una decisión que no sé si lo cumpliré como se deba. —Sé acarició las sienes.

—Es que nunca sabes lo quieres, ese es el problema. —Comenzó a caminar.

Me quedé con la boca abierta al ver que cada vez se molestaba al ver que no me decidía por si seguir en la competencia o mejor volver a mi vida de antes. El problema no consistía en él, es en mí; en poco tiempo no sé como actuar como una princesa, hay detalles que siguen siendo de mí y lo que yo menos quiero es que esas cosas desaparezcan de mi ser.

—Solo compréndeme, Xavier. —Le rogué. —Esto no estaba planificado en mi vida.

—Como yo también no estaba planificado para tu futuro. —Me petrifique al escuchar sus palabras.

—Pero es que eres tonto o ¿qué? Yo te quiero, tu no eres ese factor que interviene en mi decisión, por mí, no importaría si a estas alturas me pides matrimonio y ambos formamos una familia. —Empecé a decir. —El problema es que no sé si yo soy suficiente para ti ¿entiendes? A estás alturas aunque este en la final de la competencia, no quiere decir que si en un futuro seré una buena princesa y reina. —Suspiró.

—El problema es que tú nunca crees en ti. Esa es tu debilidad. Y si no puedes con eso, no creo que puedas en un matrimonio. —Fue un buen golpe.

—¿A qué te refieres?—me acerqué a él.

—Prometimos ser sinceros uno al otro, entonces ¿por qué me ocultas ese libro que esta debajo de ti?—Se me fue el alma al escucharlo.

—Yo... yo...—Me mordí la lengua.

—Eso es de lo que habló, Kiara. Si me quieres tanto y crees que eres capaz de poder casarte conmigo y construir una familia, ¿por qué ocultar la verdad?—Baje la guardia ante sus palabras.

Si supiera que le ocultó más cosas ¿qué pensaría de mí? Ya era suficiente con todo lo que me sucedía a diario para que ahora yo haga un conflicto más grande, comentándole lo que sé de Avery, de Lucas y Cooper. No soy justa con él pero debo de mantenerme callada antes de que suceda algo y me llegué a arrepentir. Mi vida no es de mucha importancia, pero la de Xavier es importante ante todo, es el príncipe, el futuro rey de Nueva Erlanwood; no puede morir o sufrir un daño. Eso significaría que Lucas se quedaría con su trono y el país estaría acabado con el nuevo rey.

—Sabes, a veces me pregunto si esto realmente funcionará. —Abrí los ojos y lo mire preocupada. —No puedo creer en ti, si tú no crees en mí. Primero piensa en eso, Kiara. Te quiero pero no puedo convertirte en alguien que no deseas y más si no eres sincera y confiada en ti misma. O ¿me dirás que realmente contiene es ese libro?—enarcó su ceja.

—Te diría pero...—Negó.

—Es suficiente, solo eso quería saber. —Se dio la vuelta y se marchó.

Evite correr detrás de él e intentar remediar las cosas pero el problema radicaba en que mi cuerpo insistía que no lo hiciera mientras que mi corazón mencionaba que le dijera toda la verdad. Pero debía de pensar con razonamiento, esta vez tengo que hacer bien las cosas, confió en que Stephene tiene un buen plan para desenmascarar a Avery y Lucas. Por ahora solo debo concentrarme en hacer bien las cosas, si hago algo mal, pueda ser que todo esto se venga abajo.

(...)

Tire el libro en uno de los basureros del hotel, sabía que cada mañana pasaban recogiendo la basura, los empleados. Alguno de ellos, se darían cuenta del diario y se la llegarían a entregar a su dueña, ya que me imagino que Avery ya les haber dicho a los del personal de servicio que si encontraban el diario, que se lo devolvieran lo más rápido que podía.

Al llegar a mi habitación, guarde las copias del diario entre toda mi ropa, de todos modos sabía que el día de mañana, Ashley tomaría la ropa de arriba así que no creo que toque lo de abajo.

Me doy un baño, me pongo la pijama y por último entro a la cama; estoy tan cansada que mis ojos empiezan a cerrarse rápido, pero en mi cabeza me persigue aún la idea de las palabras que me dijo Xavier. Me doy la vuelta y me doy cuenta que estoy poniendo en peligro muchas cosas y entre ellas, no sé decir en que fin terminarán. Esperaba que Xavier no siguiera descubriendo más cosas de las que no quiero, sino esta vez, esta claro que no me perdonará.

(...)

Dejo ir un bostezo en el momento en que esperamos a Avery y a Cooper en la salida del hotel; debemos de marcharnos ya para Western City, pero ambas personas que esperamos no llegan rápido y veo como el rey se desespera por su tardanza. Veo como él esta a punto de ir a ver que pasaba entre tutor y competidora cuando ambos aparecen y le piden disculpas por su retraso al rey.

Él con un gruñido, se va hasta donde esta su hijo para ver como ambos entran y son los primeros en marcharse; antes de que yo pueda dar un paso para caminar hasta el auto, Avery me toma del brazo para girarme y luego fulminarme con la mirada.

—A la próxima, evita tocar mis cosas porque sino esta vez no tendré piedad de ti. —le di un mirada corta mientras me libraba de su brazo.

—Y tú a la próxima evita tocarme o hacerme daño, porque sino, tampoco tendré piedad de ti. —Camine hasta el auto.

Creería que mis palabras habían sonado como una confirmación de que yo sabía de su diario, ahora no me preocupaba eso sino que lo que ella haría conmigo al saber que yo sé y tengo sus propios secretos. De todas formas, pronto le daría justicia a la reina y no solo eso, destruiré el propósito que Lucas tiene con Xavier, quitarle la corona a su propio primo.

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Continuará...

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