Capítulo 2

La madre de Diana y Briana se dirige hacia el cobertizo a paso rápido, los perros rodean algo que parece asustarles.

Perro: -Ladra-

Diana: Espero que no sea una serpiente, madre.

Briana: ¡Deja de empujar Diana! Cielos ¡eres insoportable! -observa con los ojos como platos la escena que tiene delante- ¿eso es...un cordero, madre?

Madre: Por supuesto que lo es hija.

Diana: (¿Un codero? Que bonito, padre nunca trae a casa los corderos que tiene que sacrificar, madre nunca nos dejaría tenerlos como mascotas)

Briana: ¿Y qué le pasa?

Los perros están muy nerviosos, ladran y gruñen mientras el cordero come del cuenco que hay en el suelo, el cordero levanta la cabeza y bala como intentando ladrarles.

Madre: Por todos lo cielos -dice sorprendida por lo que está viendo-

Perro: -Ladra-

Briana: Madre, hay algo raro en ese cordero.

Madre: Está maldito, eso es lo que pasa.

Briana: Quizá lo ha enviado alguien para atormentarnos madre.

Madre: Sí, esa envidiosa mujer del panadero, que no admite que yo hago los mejores cruasanes que ella.

Briana: O el granjero que nos hace la competencia, que quiere maldecir la carnicería de padre.

Diana: O quizás es un cordero perdido que se ha criado con perros... ¡miradlo! es precioso.

Su madre y Briana miran a Diana incrédulas.

Madre: No seas ridícula Diana, presiento que está maldito, no cuestiones a tu madre, solo podemos hacer una cosa.

Dando un paso adelante, la madre agarra con fuerza al cordero del pescuezo, haciendo que deje de "ladrar", con la otra mano empieza a golpearlo.

Cordero: ¡Beee!

Perro: -Ladra-

Briana: Bien, puede que así salga la magia negra que tiene dentro, siempre se te han dado bien esas cosas madre.

Madre: Acabaré con la maldición de esta cosa o lo mataré ¡pero así no se queda!

Perro: -Ladra-

Cordero: ¡Bee! ¡bee!

Diana: ¡Madre, detente! -se lanza hacia las dos, intentando arrebatarle el cordero a su madre, pero no puede liberarlo-

Madre: ¿Qué crees que estas haciendo? ¡no te entrometas! Aparta.

El cordero intenta liberarse y le bala a Diana con tristeza.

Diana: ¡No madre, por favor! Solo es un bebé ¡déjalo en paz!

Madre: Eres insufrible Diana, vale lo dejaré en el granero, tu padre y yo decidiremos qué hacer con él más tarde....

Briana: -Mira enfadada a su hermana- estaba intentando deshacerse de la maldición ¿Por qué siempre te entrometes?

Diana: No puedes deshacer ninguna maldición si no existe. (esperaré a que mi madre salga del cobertizo e iré a ver cómo está el cordero)

Madre: Allí en el granero estará lejos, vuestro padre se ocupará de él cuando vuelva, vamos niñas ¡hay que volver al trabajo!

Cuando su madre y hermana llegan a la casa, Diana se acerca sigilosamente al granero.

Diana: (Espero que el pobrecito no esté demasiado dolorido.)

El cordero está atado a un poste en mitad del granero, Diana corre hacia él y lo toma en brazos.

Diana: Oh pobrecito, lo siento mucho ¿estás herido?

Cordero: ¡Bee! -lame la cara de la chica-

Diana: ¡Deja de lamerme! Eres como un perro ¿verdad?

El cordero sigue intentando saltar sobre la chica y lamerle la mejilla.

Diana: Siéntate, venga, eres precioso, qué mala suerte que hayas acabado aquí con mi familia.

Cordero: -Se queda mirando a la chica-

Diana: -Le acaricia la cabeza y suspira profundamente- puede que no sepa mucho del mundo, pero estoy segura de que no tienes nada malvado dentro, eres tan puro como la nieve.

Cordero: Bee

Diana: Por favor, perdona a mi familia, no saben lo que hacen, intentaré que entren en razón, no te preocupes.

El cordero le acaricia la mano con su nariz aterciopelada, como intentando animarla, el cordero bala cuando Diana se levanta y se sacude el polvo de la ropa.

Cordero: ¡Bee! -bala triste-

Diana: No te preocupes, volveré antes de lo que te imaginas.

Vuelve a la cocina y escucha las voces de su madre y Briana en la cocina, al entrar en la cocina, dispuesta a sacar el tema ve a su padre que ya ha vuelto del trabajo sentado en la mesa y disfrutando de una taza de té.

Diana: ¡Padre!

Padre: Ah, aquí estás -dice con una sonrisa al verla-

Diana: -Se apresura a darle un beso en la mejilla- padre, hay algo que me gustaría hablarte.

Madre: Déjalo en paz Diana, tu padre ha pasado un duro día en el trabajo y necesita descansar.

Padre: No pasa nada Elith, deja que hable.

Diana: Padre, hay un corderito......-es interrumpida por su madre-

Madre: Diana ya hemos informado a tu padre sobre el cordero maldito, ahora has algo útil y pela las zanahorias.

Diana: Es la cosa más dulce que he visto nunca, padre.

Padre: Si es verdad lo que dijo tu madre...-es interrumpido por su esposa-

Madre: Por supuesto que lo es ¿alguna vez has visto a un cordero ladrar?

Padre: Hay algo siniestro en ese cordero y necesitamos tomar las cartas en el asunto.

Diana: (¿Tomar cartas? ¡no!) -ignora las órdenes de su madre de pelar las zanahorias y se mantiene firme- padre por favor te lo ruego, el cordero no está maldito.

Padre: ¿Cómo lo sabes querida?

Madre: En serio Patrick, no sé lo que le pasa a esta niña últimamente.

Padre: Por favor Elith, deja que escuche lo que tiene que decir.

Diana: El cordero tiene un alma pura e inocente, es solo que se ha criado de una forma diferente a la que estamos acostumbrados.

Padre: -Reflexiona sobre sus palabras y sonríe- quizás, te has visto reflejada en él Diana.

Diana: Padre, no, el cordero actúa de forma extraña porque posiblemente se haya criado con perros, no está maldito...... es solo que piensa y actúa como un perro, piénsalo.

Padre: Ya veo.

Madre: Esa bestia la ha enviado uno de nuestros rivales y quienquiera que haya intentado darnos mala suerte no debe salirse con la suya.

Padre: -Suspira, arrugando la nariz mientras cierra los ojos-

Diana: Padre, hay algo más que quería preguntarte.

Padre: ¿Sí Diana?

Diana: Me gustaría que me dieras permiso para ir al Festival de la Primavera.

De repente se produce tal silencio que podría escucharse el vuelo de una mosca, incluso parece que la sopa haya dejado de hervir.

Padre: Bueno... ¿has hablado con tu madre al respecto?

Madre: Por supuesto que lo ha hecho y la repuesta ha sido no, a eso me refería Patrick, está rebelde y fuera de control, deberías disciplinarla como padre.

Padre: Diana, deberías centrarte en tus estudios.

Briana: Oh padre ¿no te lo ha dicho madre? Solo hay suficiente dinero para que una de nosotras vaya a estudiar a la ciudad.... y no será Diana.

Diana: Yo... ¿qué?

Briana: Sí...me temo que te espera un futuro lleno de tareas domésticas y trabajo en la carnicería.

Padre: ¡Briana! Ya basta -dice mirando enojado a su hija mayor-

Los ojos de Diana empiezan a llenarse de lágrimas mientras su padre habla con ella.

Padre: La verdad es que me vendría muy bien la ayuda, además la carnicería es un negocio próspero y se te repetiría por tus habilidades, hay mucho que aprender allí querida.

Diana: Pero padre, no es lo que quiero hacer con mi vida.

Su madre sacude la cabeza y sale de la cocina enojada, su padre suspira y sale tras ella.

Briana: Bueno, muchas gracias por enojar a mama y a papa a la vez -dice enfadada-

Diana: Siempre te portas mal conmigo Briana y no lo merezco ¿Qué es lo que te he hecho yo a tu hermana?

Briana: Venga no pongas esa cara, sólo me gustaría que te dieras cuenta de que tengo mucho más talento y belleza que tú, ni siquiera has besado nunca a un chico y nunca te adaptarías en la ciudad.

Diana: -Mira enojada a Briana- todo el mundo sabe que el único motivo por el que los chicos hablan contigo es porque eres bonita y fácil Briana.

Briana: -La mira incrédula y después da un paso adelante y le da una bofetada- ¿Cómo te atreves? -por si no fuera suficiente también le da un empujón, haciendo que Diana pierda el equilibrio y se golpea la cabeza contra la chimenea que tiene detrás-

Diana: (Ay mi cabeza) -su cuerpo se debilita y se precipita hacia el suelo cuando su madre entra en la cocina-

Madre: ¿Qué esta pasando aquí? -ve a Diana en el suelo y se apresura a arrodillarse a su lado- ¡Diana! ¿Por qué estás en el suelo hija? Y mira como tienes la cara, estás roja.

Antes de poder responder a su madre, Briana se entromete.

Briana: Oh ¡madre! ¡menos mal que has venido! Diana me ha amenazado, le han podido los celos y ha intentado atacarme, he tenido que defenderme y empujarla madre.

Diana: Me ha abofeteado y después me ha empujado hacia la chimenea madre.

Briana: ¿Cómo pudiste mentirle a madre Diana? ¿disfrutaste con ello?

Madre: Si Briana te ha abofeteado, seguro que tenía algún motivo ¿Y bien, Diana?

Briana: Madre, me ha llamado cosas espantosas que ni siquiera puedo repetir, ha mentido y me ha acusado de hacer cosas horribles que yo nunca haría.

Diana: Los chicos de la aldea discreparían estoy segura, qué hipócrita, no sé cómo los chicos pueden soportarla.

Madre: La envidia es muy fea Diana.

La madre de las dos chicas mira a Briana que esta ruborizada, Briana empieza a tartamudear en busca de las palabras adecuadas para salir de una situación tan delicada.

Madre: ¡Ya basta! Diana ya se me ha acabado la paciencia, no me queda más opción que castigarte severamente.

Diana: ¿Castigarme?

Madre: Además de tus tareas habituales, deberás limpiar la pocilga y barrer el patio tú sola durante los dos próximos meses.

Diana: Madre....

Madre: Una palabra más y añadiré la colada de tu hermana a tu lista de tareas.

Diana: Sí, madre....

Briana y su madre salen juntas de la cocina, Diana todavía está en el suelo apoyada contra la pared cuando empieza a ser consciente de todo.

Diana: (No tiene remedio ninguno, adiós a mi sueño de ir a estudiar a la ciudad, el corderito está encerrado en el granero esperando su fatal destino y Briana me atormentará durante toda la eternidad.) -se levanta del suelo de la cocina, llena una alforja con lo básico para sobrevivir y se dirige a la puerta trasera- (necesito escapar de aquí)

El corazón roto de Diana la guía hasta el árbol el cual Ana y ella vieron la lluvia de estrellas.

Diana: (Es mi lugar feliz, un lugar en el que mi mente está en paz) -cuando se sienta debajo del árbol, empieza a divagar- (la verdad es que no he reflexionado mucho sobre esto, pero seguro que encuentro el camino a seguir, podría dirigirme a la ciudad, trabajar en algún sitio y pagarme los estudios yo sola) - se abraza a si misma y apoya la barbilla sobre las rodillas- (duele muchísimo pensar que mi familia se ha puesto en mi contra ¿Qué es lo que he hecho yo para merecer que me traten así?) -las lágrimas empiezan a cubrir su rostro-

De repente, el sonido de unas pisadas la distrae de sus pensamientos, mira hacia arriba directamente a los ojos de un atractivo desconocido.

???: Lo siento señorita, no era mi intención asustarla.

Diana: Yo....

???: Pasaba por aquí y no tengo malas intenciones.

Los dos se miran el uno al otro y la chica no sabe qué decir.

Diana: (Mirarle a los ojos es como observar la encrucijada del tiempo) -sus ojos recorren el cuerpo musculado y la forma en la que su mandíbula enmarca el rostro del muchacho- Yo...no me he asustado señor.

????: -Se acerca a ella y le ofrece un pañuelo- no es mi intención entrometerme, pero no he podido evitar ver que parece.... Un poco disgustada.

Avanza hacia Diana lentamente y ella acepta el pañuelo que le ofrece.

Diana: Gracias, amable señor.

???: Por favor, no es necesario que me llame señor -dice con una amable sonrisa mientras observa cómo la chica se limpia las mejillas con el pañuelo- el árbol da una sombra estupenda.... Y el día ha sido largo ¿le importa si me siento a su lado?

Diana: (De repente soy consciente de mi poca experiencia, igual Briana tenía razón, puede que sea cierto que soy ingenua y no tengo remedio) -hace un gesto en dirección al suelo junto a ella- ha sido amable conmigo, por favor siéntese.

El desconocido asiente y se arrodilla, descansa el codo sobre una de las rodillas, su presencia le infunde a Diana una mezcla de calma y nerviosismo.

Diana: (Huele a almizcle, lavanda y también a cuero desgastado)

El desconocido observa los campos que se extienden frente a ellos, mientras Diana vuelve a mirar de reojo su rostro.

???: -Se vuelve hacia la chica sonriente y la mira con ternura y emoción- disculpe mis modales, me llamo Rune.

Diana acepta su mano esperando un ligero apretón, por el contrario, él le da la vuelta a la mano de la chica y se la acerca a sus labios durante un breve segundo, eso le provoca a Diana unos agradables escalofríos.

Diana. Es...es un placer conocerte -su corazón se acelera y aparta la mirada antes de que sus ojos revelen sus pensamientos más ocultos-

Rune: ¿Qué hace una dama como usted sola en el campo?

Diana: -Se sonroja- no soy una dama.

Rune: ¿No? Perdóneme, pero su belleza me ha hecho creer que era noble.

Diana: (¿Puede ser más perfecto?) Soy una simple granjera.

Rune: Entonces es la granjera más bonita que he conocido.

Diana intenta mantener el contacto visual con Rune pero la intensidad con la que le mira es demasiado para ella.

Diana: -Vuelve a hablar- No le he visto nunca por aquí ¿es nuevo en la aldea o está solo de paso?

Rune: -Rompe una ramita de hierba y de nuevo observa el horizonte como si sus pensamientos estuvieran de repente a millones de kilómetros- buena pregunta...digamos que...estoy aquí en una importante misión.




CONTINUARA....... 

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