Capítulo 11

Eric: ¡Sálvase quién pueda!

Rune saca su espada y Diana se sienta, paralizada, después de caerse dentro de la cabaña, Eric se pone de pie y se apresura para esgrimir su arma, que había dejado dentro.

Eric: ¡Ese ese cambiaformas o un oso sediento de sangre o algo parecido! -agarra su oxidada espada y Diana ve cómo la hoja tiembla entre sus manos-

Rune: Cálmate, Eric -se acerca a la puerta principal y su rostro es la personificación de la concentración-

Diana: (Si Rune tiene miedo, no lo parece en absoluto, mira con qué seguridad sostiene la espada, cada músculo de su cuerpo está listo para la acción, su coraje es admirable)

Rune: Quedaos quieta, Diana, ¡no os levantéis!

Diana: (Creo que, aunque quisiera, no podría, odio admitirlo, pero estoy tan asustada como Eric)

Eric: ¿Deberíamos atacar o esperar a que venga él?

Rune: Esperar.

Eric: So vos lo decís.

Cada célula del cuerpo de Diana está en alerta máxima cuando la grotesca imagen de una sombra se proyecta sobre las paredes de la cabaña...pero de repente no puede creer lo que ve.

Cordero: ¡Beee!

Diana: ¿Laya? ¿¡pero cómo es posible?!

Laya: -Derriba al atónito Eric y empieza a lamerle la cara-

Eric: ¿Qué diantres pasa?

Rune: ¿Conocéis a esta criatura?

Diana: Se llama Laya y es la cosa más dulce que he conocido nunca.

Al oír la voz de Diana, Laya corre hacia ella, Diana acaricia su lanudo amigo y se le escapa una lágrima por la emoción.

Diana: No me lo puedo creer.

Laya: ¡Beee!

Eric: ¿De qué conoces a este animal, damisela?

Diana: Laya entró a nuestro patio, mi madre creía que estaba maldito, pero no era así, Ana y yo lo salvamos antes de que mis padres pudieran matarlo.

Laya: ¡Beee!

Diana: Ana fue tan valiente, lo llevó al patio de Bety la loca, me... ¡me alegra tanto que estés aquí, Laya! (oh, me gustaría que Ana estuviera aquí para ver a nuestro pequeño amigo)

Eric: Ya entiendo por qué tus padres creían que estaba maldito, ¡su comportamiento es un poco raro!

Laya: ¡Beee!

Rune: Maldito o no, deberíamos dormir un poco, el día de mañana será muy largo y necesitamos llegar a la Piedra de los Dioses para salvar a Ana.

Eric: Tenéis razón, caballero, ups...Rune, ¡mañana salvaremos a mi amada!

Laya: -Corre hacia Eric y se acurruca a su lado-

Rune: Parece que has encontrado a alguien quien te mantenga calentito esta noche.

Eric: Sin duda, caballero.

Eric mira al corderito, se rinde ante su ternura y le acaricia la cabeza, Laya le responde con un lametón en la cara.

Eric: ¡Este cordero se cree que es un perro!

Diana: (¿Cómo diablos me has encontrado, Laya?)

Mientras tanto en otro sitio...

Keres: No podemos perder más tiempo, Ryder, tampoco es momento para cometer errores.

Diana: (Oh no...estoy otra vez en esa maldita pesadilla, espero, al menos, que sea un sueño)

Ryder: Sí, Keres.

Diana: (Es el cambiaformas, ¡el miserable que ha raptado a Ana! Keres parece peligrosa, lo último que me gustaría hacer es llamar su atención)

Keres: La profecía predijo que sería en la séptima noche después de la lluvia de estrellas.

Ryder: -Se acerca-

Diana: (¿Séptima noche? ¿profecía? ¿de qué están hablando?)

Keres: No hace falta que me lo recuerdes, Ryder, soy muy consciente de ello.

Ryder: Ha sido impertinente por mi parte, discúlpeme.

Keres: Debes seguir las instrucciones que te di, el hecho de que culmines con éxito es de suma importancia, ¿entendido?

Ryder: Tiene mi corazón, Keres, todo lo que hago es por vos.

Keres: Si fallas, querré tu cabeza en lugar de tu corazón.

Ryder: Por supuesto.

Keres: -Mira las llamas del cuenco de latón- ¡está aquí!

Al amaneces Diana y los chicos se dirigen a la Piedra de los Dioses, pero la mente de Diana está agotada por el sueño.

Diana: (Parecía tan real, como si hubiese estado a su lado, si los sueños predijeran e futuro de verdad, ¿Qué significado tendría este?)

Rune: ¿Habéis dormido bien?

Diana: He...he descansado, gracias (¿Cómo podría explicar mis confusos pensamientos a Rune? Creeré que estoy loca)

Rune: Nos preocupéis por el cazador, en cuanto nos aseguremos de que Ana está bien, me encargaré de él.

Eric: ¡Estaré a vuestro lado!

Diana: (Hace lo que puede por mantener sus nervios a raya, ¡es tan dulce! Pero no puede ayudarme con mis pensamientos, he oído hablar sobre experiencias sobrenaturales antes, pero si eso es cierto, ¿quiere decir que Keres existe de verdad...?) Rune, ¿sabéis algo sobre sueños o visiones?

Eric: Qué pregunta más extraña, damisela.

Rune: Me temo que no mucho.

Eric: Los caballeros no se entretienen con fantasías, ¿estoy en lo cierto, Rune?

Rune: ¿Por qué lo preguntáis, Diana?

Diana: He tenido un sueño un poco raro.

Eric: Mi padre dice que, si comes mucha carne antes de dormir, tendrás pesadillas.

Diana: (Supongo que es otra posible explicación, sinceramente, aceptaré cualquier excusa antes de considerarlo como algo...real)

Rune: ¿Algo que queréis compartir con nosotros?

Diana: Emm...no, está bien.

Eric: No habrás soñado con algún caballero, ¿verdad?

Diana: ¡Eric!

Rune: Ha dicho sueño perturbador, Eric, quizás haya soñado con chicos muy pesados del pueblo.

Eric: Touche, caballero.

El corderito les sigue el ritmo y para la sorpresa de Diana parece que Eric le ha gustado más de lo esperado.

Diana: (Sabía que tenía que haberme callado sobre el tema)

Rune: Como podéis ver, Diana, no creo que Eric y yo seamos buenos descifrando sueños.

Diana: Ya veo.

Llegan a la Piedra de los Dioses y deciden descansar al pie de los tres pilares de piedra, Diana mira con curiosidad las inscripciones talladas sobre la superficie.

Rune: Esperemos aquí al cazador.

Eric: ¿Por qué estos tres pilares se llaman la Piedra de los Dioses?

Rune: Su nombre viene de la Antigüedad, los que creen en los dioses dicen que las almas de los tres reyes sabios viven en estos pilares.

Laya corre alegre hacia uno de los grandes pilares y comienza a comerse la hierba que crece en su base.

Eric: ¿Es la hierba lo que mantiene el cordero tan feliz y tranquilo? Quizás debería comer yo también un poco.

Diana: ¿Tan nervioso estás?

Eric: Solo era una observación.

Diana: Ajá.

Rune: ¡En guardia!

Ryder: Bueno, bueno, mira quién ha decidido aparecer por fin -aparece detrás del pilar-

Eric: Que los dioses nos asistan.

Rune: ¿Qué es lo que quieres de una simple chica de pueblo, cazador?

Ryder: ¡Lo mismo que tú, caballero!

Rune: -Le mira con sospecha- antes de seguir, muéstranos a Ana.

Diana: -Se sorprende por la tranquilidad de Rune-

Rune: Si no nos muestras a Ana, se acabó nuestra conversación.

Ryder: ¿Crees que eso me importa lo más mínimo, caballero?

Rune: Quizás no me hayas entendido -deja la mano sobre la empuñadura de su espada-

El cazador duda y desparece tras el pilar de piedra, a los pocos segundos, arrastra a Ana ante los tres.

Diana: ¡Ana!

Eric: Por todos los dioses...

Ana: -Está atada con cuerdas y no puede moverse- ¡Diana! Oh, cuánto me alegro de verte, pensé que jamás volvería a verte ni a nadie de nuestro pueblo, diantres, incluso echo de menos a tu madre y a Briana...

Eric: ¿Y a mí?

Ana: Incluso a ti, Eric.

Eric: Me has alegrado el día.

Ryder: Muy bonito todo.

Diana: Oh, Ana... (me alegra tanto verla, pero si sigue hablando del tema, Rune sabrá que le mentí sobre mi apellido, acaba de mencionar a Briana) ¡Ana, shhhh!

Ana: ¿Por qué?

Diana: No nos gustaría poner nervioso al loco este, vete a saber qué podría hacernos.

Ryder: ¿A quién llamas loco?

Ana: Si este va a ser el último día de mi vida, por lo menos me gustaría que valiese para algo.

Rune: Quedaos atrás, Diana, no os acerquéis más al cazador.

Diana: (Me mata no poder salir corriendo hacia ella, pero Rune tiene razón)

Ana: He pensado en tantas cosas, en nuestro árbol, en Laya e incluso en cosas tan simples como tu padre pasando sus días en la carnicería, que locura ¿verdad?

Diana: (¿Cuánto tiempo más voy a vivir en esta mentira?)

Rune: ¿La carnicería? Creía que vuestro padre era fabricante de cubos.

Ana: No, su padre es Patrick Ashdown, el mejor carnicero que este reino ha visto jamás.

Diana: (Todo es culpa mía, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo)

Rune: ¿Sois Diana Ashdown? ¿la hija de Patrick y Elith Asdown?

Diana: Sí, lo siento, Rune.

Rune: Esperad... ¿me habéis mentido?

Ryder: Pareces sorprendido, caballero -se ríe con desprecio- ya te dije que buscamos lo mismo y es a Diana.

Eric: ¡Por todos los demonios! Esto es demasiado para mí.

Diana: ¿Qué has querido decir con eso?

Ryder: Pronto lo sabrás.

Diana: ¡Contéstame!

Ryder: ¡No tengo tiempo para eso! ¡ya habéis visto a Ana! ¡acabemos con esto de una vez!

Rune: -Mira a Diana incrédulo, olvidándose del cazador- sabíais que os estaba buscando.

Diana: Por favor, no era mi-

Ana: ¡Cuidado, Diana!

El cazador aprovecha el momento y se acerca todavía más a Diana.

Ryder: ¡Tú te vienes conmigo!

Sorprendiéndose por su ágil y rápida reacción, Diana da un salto hacia un lado y escapa del cazador, ella retrocede mientras Rune y el cazador se enzarzan en una batalla, Eric se queda quieto a un lado, boquiabierto por la conmoción, el cazador es un consumado espadachín y hace retroceder a Rune varios pasos, hasta que pierde el equilibrio al tropezarse con una piedra.

Rune: ¡Ups! -consigue esquivar la espada del cazador antes de que le golpee en el pecho-

Diana: (¡No!)

Eric: -Vuelve en sí y se mete de lleno en la encarnizada lucha- ¡tú! ¡maldito cambiaformas! ¡loco! ¡prepárate a morir!

Ana: Eric...tu valor me sorprende.

El cazador mira a su alrededor con expresión molesta, esquiva el ataque de Eric con gran facilidad, como si estuviera espantando a una mosca, Eric no retrocede, pero la destreza del cazador es demasiado para él y cae al suelo.

Diana: (Si Eric sobrevive a esto, será un milagro)

Ryder: ¡Se acabaron los jueguecitos, muchachos! Es hora de acabar con esto.

Diana cierra los ojos, segura de que Eric va a recibir el golpe final, sin embargo, cuando vuelve a abrir los ojos, ve que el cazador se transforma en... ¡otro Rune!

Eric: Madre mía...

Diana: (¡no! Tengo que saber quién es el verdadero Rune)

Ana: ¡Mira los movimientos de Rune, Diana!

Diana: (¡Ana, eres un genio!)

Se hace una nota mental: el verdadero Rune hace un círculo hacia la izquierda con la espada antes de lanzarse, como si quisiera provocar a su oponente, Eric mira anonadado mientras los dos Runes se enzarzan en un combate a vida a muerte, ya no sabe quién es quién.

Eric: Lo siento, caballero, disculpadme.

Ana: No todo está perdido, Eric.

Diana: Eric, el verdadero Rune hace algo con la espada antes de lanzarse al ataque.

Eric: ¿Qué hace, damisela?

Diana: El verdadero Rune hace un círculo con la espada hacia la derecha.

Eric: -Asiente agradecido y se lanza al ataque- ¡prepárate para morir!

Diana: (¡Oh no! Me he equivocado, ¡el verdadero Rune hace un círculo hacia la izquierda!)

Rune: -Esquiva el ataque de Eric- ¡apártate, imbécil!

Los dos Runes continúan combatiendo hasta que parece que se quedan sin aliento.

Rune: ¡Uf!

Diana: (Ya no se quién es quién, si no hacemos algo ya, ¡Rune podría morir!)

Esa idea hace que se ponga triste, cierra los ojos...y de repente, una nueva sensación se apodera de ella, nunca había sentido este tipo de energía, todas las dudas, la tristeza y el arrepentimiento, una abrumadora sensación se apodera de ella.

Diana: (¿Qué me está pasando? Me siento...rara)

Cuando abre los ojos, todos la miran asombrados, los dos Runes han dejado de luchar y bajando sus espadas, Diana ve como las tres figuras de la Piedra de los Dioses comienzan a brillar y cómo las inscripciones cobran vida, por alguna extraña razón, cada célula de su cuerpo puede sentir su energía.

Laya: ¡Beee!

Su lanudo amigo le mira a los ojos.

Diana: (P...puedo oír los pensamientos del corderito, ¿Cómo es posible? Gracias Laya, sí, tienes razón, puedo llamar a mis amigos del bosque para que me ayuden)

La Piedra de los Dioses proyecta una brillante luz que traspasa el cuerpo de Diana.

Diana: (Y estoy...flotando) -extiende sus brazos mientras levita a una altura considerable-

Ana: ¡Diana! ¿¡Qu...qué te está pasando?!

Eric: ¡Por la tumba de mi abuela!

Rune: Solo aquellos de sangre real pueden hacer uso del poder de la Piedra de los Dioses, es imposible negar las señales.

Eric: ¿Señales de qué? ¡qué alguien me pellizque! ¡Diana está flotando en el aire!

Rune: Esto es uno de los poderes más desconocidos...que solo se enseña en la corte.

Eric: ¿Poderes de qué?

Uno de los Runes se agacha e hinca la rodilla.

Rune: Princesa Liana.

Despacio Diana flota por encima de ellos para entender la enormidad de lo que está sucediendo.

Eric: Eh... ¿en serio? ¿Princesa Liana?

Ana: Diana...

Eric: -También hinca la rodilla y baja la cabeza- mi espada es vuestra... ¡Su Alteza!

Diana: (No...esto no puede ser)

El cuerpo de Diana se imbuye de un tremendo poder...y siente cómo conecta con cada criatura a su alrededor.

Ana: ¡Cuidado!

Uno de los Runes está a punto de atacar al que está de rodillas.

Diana: (¡No! ¡Rune no puede morir!) -cierra los ojos, levanta los brazos y mentalmente llama a sus amigos del bosque para que los ayuden-

Un águila solitaria aparece por encima de Diana y su llamada resuena por el cielo.

Diana: (Dice que no me preocupe, que la ayuda ya está en camino)

Eric: ¡Mirad qué águila más majestuosa!

Ana: ¡Es increíble!

El águila se lanza hacia abajo, esquivando a los dos Runes, que ya están de pie, una manda de lobos aúlla cerca de ellos, el líder de la manada se acerca a Briana, enseñando los dientes y gruñendo.

Diana: (Dice que es un honor servirme y que puede oler la magia negra en el ambiente, gracias, fiel amigo)

El lobo se da la vuelta, huele el aire y se abalanza sobre uno de los Runes, Diana aguanta la respiración, el cazador cambiaformas vuelve a su forma real.

Ryder: ¡Aaah! ¡apártate, bestia salvaje!

Eric y Rune aprovechan el momento y atacan al cazador juntos.

Rune: ¡Hop!

Eric: ¡Toma! ¡hala! ¡chúpate esa!

Mientras Diana observa el combate, con Eric y Rune ganando terreno, siente la firmeza de la tierra bajo los pies.

Diana: (Ya no estoy levitando y la Piedra de los Dioses ha dejado de brillar)

Despacio, la manada de lobos se retira y vuelve por donde ha venido, Diana mira a los ojos del líder.

Diana: (Gracias, valiente, estoy en deuda contigo)

Ana: ¡Esto ha sido...increíble, Diana!

El golpe solo ha enfadado más al cazador, que ataca a Eric haciendo que se caiga al suelo.

Eric: ¡Ah!

Después hace retroceder a Rune hasta una de las columnas de la Piedra de los Dioses, un momento más tarde la espada de Rune cae al suelo.

Diana: (¡No! ¡no puedo dejar que muera!) ¡déjale en paz, Ryder!

Ryder: -Se da la vuelta para enfrentarse a Diana- ¿sabes mi nombre?

Diana: Sí y es lo único que sé, saluda a tu amada de mi parte.

Ryder: ¿Mi...? ¿Cómo lo sabes?

Diana: Sea cuál sea tu misión, nunca lo conseguirás.

Ryder: ¡No sabes con quién estás metiendo hablando, niñata!

Diana: ¡No! ¡ no sabes con quién estás hablando!

Ana: ¡Díselo, Diana!

Diana: (¡Uf! ¡nunca había tenido tanta confianza en mí misma!)

Luego, sin hacer ningún gesto, el aire alrededor de Ryder se transforma en un oscuro torbellino, una fuerza invisible le rodea, despacio, levanta las manos, señalado en la dirección donde esta Diana.

Ana: ¡No! ¡Diana, te va a hacer daño!

Eric se acerca a Ana y corta las cuerdas con la espada de su padre, el cazador lanza a Diana un rayo, justo antes de que la alcance, Ana da un salto y se interpone entre el rayo y Diana.

Ana: ¡Ay!

Diana: ¡Ana!

Eric: ¡No, mi amada!

Ana: -Cae a los pies de Diana y respira con dificultad-

Ryder: Tu amiga está loca por defenderte, ¡ha dado su vida para nada!

Diana: ¡Lo ha hecho por amor! ¿Por qué luchas tú?

Ryder: Por lo mismo.

Diana: ¡Mentira! Defiendes el mal.

Ryder: ¡Lucho por honor!

Diana: ¡Sigue mintiéndote así!

Ryder: Suerte con salvar la vida de tu amiga -ríe antes de desparecer en el torbellino que lo envuelve, como si fuera un portal que se lo traga al abrirse-

Diana: -Se agacha y levanta la cabeza de Ana- ¡Ana! ¡háblame!

Los ojos de Ana se agitan con debilidad.

Eric: ¡Mi amor! No está muerta, ¿verdad?

Rune: Necesita ayuda.

Diana: Haré lo que sea.

Rune: Esto es magia negra, no podemos hacer nada para ayudarla.

Eric: Si para salvarla hay que ir al fin del mundo, ¡lo haré! ¡haré lo que sea!

Rune: Quizás sea la única solución, necesitamos a alguien versado en el arte de la curación...y que tenga conocimientos de magia negra.

El milagro que había vivido Diana en la Piedra de los Dioses se borra de su mente, está centrada en ayudar a Ana.

Diana: (La oscuridad que vio Mara...ella sabía que esto iba a suceder) no hace falta ir al fin del mundo.

Rune: ¿No?

Diana: La anciana del herbolario...

Eric: ¿La Sabia?

Diana: Sí, en algún lugar de esa tienda suya tiene que haber algún remedio para Ana.

Eric: Tienes razón, ¡de lo contrario no es merecedora de ese título!

Rune: Creo que es la mejor opción y la más cercana.

Diana: Decidido entonces, ¡nos llevamos a Ana a la tienda de La Sabia!




CONTINUARA....

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top