¡Que Regrese a Mí!

Un mes ha pasado desde que Édolas fue liberado. Ahora Natsu y parte de su ejercito regresaban a Fiore.

Jude: Así que Gajeel y Gray se quedarón. Interesante.

Natsu: Lo sé majestad pero ellos tienen motivos nobles para establecerse en Édolas.

Jude: Claro, claro, ayudar a restaurar el reino, por supuesto.

Natsu: Bueno... Creo que quieren ganarse el corazón de la soberana y su hermana.

Jude: Cuando uno es jóven hace lo imposible por conquistar el corazón de la amada. Por ejemplo, cuando andaba conquistando a Layla, le mandaba cada noche un ramo de lirios, eran sus flores favoritas.

Natsu: Su esposa estubo encantada me imagino.

Jude: En realidad no, decía que ella solo era un capricho mío y que la dejaría. Se hizo la díficil un tiempo pero cuando un día fui directamente hacia su padre a pedir su mano sin ni siquiera ser novios, ella entendió que la quería de verdad.

Natsu: ¿Y se enojo porqué fue directo con su padre?

Jude: Se molestó mucho pero a la vez me dió el sí. Te lo digo enamorado uno comete unas locuras, ese hombre me pudo matar, se supone que las princesas ya tienen prometido desde que son pequeñas y pues yo era un intruso practicamente.

Natsu: ¿Las princesas tienen prometido?

Natsu trató de disimular su decepción.

Jude: Sí claro, despues de que cumple la mayoría de edad se presentan formalmente y se les da un periodo de un año para conocerse y luego casarse.

Natsu: Quiere decir que el prometido de la princesa vendrá pronto ¿no es así?

Jude sonrió divertido.

Jude: Pues... Sí Lucy tiene su prometido, elegido por Layla.

Natsu: ¿En serio?

Jude: Sí, mi esposa eligió a un muchacho que en verdad a mi no me gustaba pero cambie de opinión.

Natsu: Espero la haga feliz y su reino próspere mucho más, Majestad.

Jude: Sabes creo que ya va siendo hora que lo presente.

El corazón de Natsu se encogió y sintió un nudo en la garganta enorme.

Natsu: ¡Que bien majestad! Creo que eso le ayudará mucho a Lu... Perdón, a la princesa con sus memorias. Asumó que su esposa le habrá contado a ella como era su prometido.

Jude: Lucy no lo sabe pero ya esta noche lo presentaré.

Natsu: ¿Él viene en camino?

Jude: Ya está aquí, esta noche haré el anuncio. Ahora sí quieres puedes ir a ver a Lucy, está con Virgo en el jardín principal.

Natsu se acercó poco a poco donde estaba Lucy, que estaba leyendo un cuento. El corazón de Natsu se aceleró al ver ese libro, era el cuento que ella le leyó cuando eran niños; quizas así ella al verlo y tener ese libro en manos recuperaría la memoria.

Virgo: Buenos días General Dragneel.

Lucy miró en dirección a Natsu pero al parecer no lo reconoció.

Natsu: Buenos días Virgo, buenos días Majestad.

Lucy miró a Virgo confundida.

Lucy: ¿Porqué todos me llaman majestad? A mi no me gusta.

Virgo: Mi lady, no sea descortes y salude al General del ejercito de su padre.

Lucy miró a Natsu apenada.

Lucy: Buenos días General.

Sus palabras eran frías, su mirada estaba pérdida y tan pronto como saludo, se concentró de nuevo en el libro.

Natsu: ¿Ella no me recordó?

¿Cómo era posible que no lo recordará? ¿acaso el no significaba algo para ella? Virgo notó la angustia en la mirada de Natsu.

Virgo: Jóven Dragneel, lo siento. Esperaba que al verlo, ella lo recordaría, usted sabe por la vez que la cuidó de niña pero al parecer necesita algo más para recordar, dele tiempo.

Natsu: ¿Algo más para recordar? Virgo, lleva a Lucy a su habitación y que nos lleven agua caliente, tengo una idea.

Ella se apresuró para cumplir lo que Natsu le había pedido. Llegarón a la habitación de Lucy. El cuarto parecía como cuando ella era una niña. Tonos rosados por todos lados y ahí estaba el árbol que daba a la ventana de Lucy.

Lucy: ¿Porqué estamos aquí? Y ¿quién es él, Virgo?

Virgo: Mi lady, sí se lo acabo de presentar, es el General Dragneel ¿recuerda?

Lucy: No, para nada.

Natsu se quedó en silencio, pensando que pasaría si su plan fallaba. No podía permitir eso, él recuperaría sus memorias, para que al menos se case conciente de quien es su esposo.

El corazón de Natsu se destrozó al recordar que esa noche presentarían al que será esposo de Lucy.

Natsu: Su majestad, ¿le gustaría un poco de té? Dicen que las hojas de este espléndido árbol son muy buenas para tonificar la piel.

Lucy: ¿En serio? ¿Es eso verdad, Virgo?

Virgo: Por supuesto mi lady, el General Dragneel es un gran conocedor, ya verá que le ayudará.

Sin esperar más, Natsu le sirvió a Lucy y a Virgo.

Natsu: Su sabor es peculiar pero los resultados son mejor.

Ambas beberión un sorbo y sus rostroa reflejarón repulsión, Natsu igual bebió rápidamente.

Lucy: Esto es feo... Espero que en verdad funcione.

Natsu: Sí, es horrible, lo sé pero no se defraudará.

Lucy se lo bebió todo, Natsu y Virgo estaban espectantes pero nada.

Natsu: ¿Lucy, puedes recordar algo?

Lucy: ¿Algo? ¿qué tendría yo que recordar?

Eso rompió el corazón de Natsu; su princesa no lo recordó, todo el mundo esperaba que ella al ver a Natsu recordaría algo.

Natsu: Nada majestad, será mejor que las dejé para que se preparen para el baile.

Durante el baile, Jude andaba presentando a Natsu a todos los invitados, como su nuevo General, lo que él estaba más curioso por saber quién es el prometido de Lucy. Tenía unas ganas de amenazarlo, con que sí no la hacía feliz se las vería con él.

Jude: ¿Qué te ha parecido todo muchacho?

Natsu: Bien, majestad.

Jude: Me alegro espero Lucy este por bajar. Estaba un poco renuente antes del baile, así que decidí posponer la presentación de su prometido.

Natsu: ¿En serio?

Y las ganas que Natsu tenía de conocerlo y amenazarlo.

Un lacayo se acercó a Jude, diciendole algo al oído.

Jude: ¡No puede ser!

Natsu: ¿Algún problema, majestad?

Jude: Sí, Lucy no quiere bajar. ¿Qué puedo hacer? Bueno... Iré a buscarla.

Natsu iba a preguntar sí lo podía acompañar pero era muy inapropiado meterse en los asuntos familiares.

Sin animos de celebrar se fue al jardín a caminar y pensar. Había pasado tiempo de que se había enamorado de Lucy y otros años más "odiandola", cuando al final resulto ser una farza y por ese enrollo su princesa no recordaba nada, además tiene un prometido ¡Perfecto!

Lo peor era que tenían muchas cosas que hablar, especialmente de cuando estubierón a punto de ser uno solo. Se le erizaba la piel de recordar esa noche; aunque pudo haber sido mutilado, él hubiese querido entregarse por completo a ella pero no sabía si ella en realidad sentía algo por él.

Natsu miró hacia el cielo, viendo una estrella fugaz, pidió un deseo.

Natsu: ¡Deseo que regrese a mí!

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