Capítulo 6


Camino pegada a la pared del castillo, sintiendo en la palma de mi mano las ásperas piedras de la fachada. Sigo a Edén lo más rápido que puedo, hasta que observo que ya casi vamos a abandonar los límites del lugar. 

Cuando percibe que ya no le sigo, se frena y me mira con gesto interrogante, entrecerrando los ojos para poder apreciarme mejor entre la oscuridad que nos envuelve. Supongo que imagina que me he echado para atrás y que ya no deseo continuar. 

— ¿No viene nadie más con nosotros? —le pregunto. 

—No, vamos solos —me contesta con prisa—. Cuántas menos personas se pongan en peligro, mejor. 

Mi cuerpo se estremece, deseando que el precio a pagar por una futura libertad no sea demasiado grande. Deseando que las cadenas que ahora me atan no me sigan pesando incluso después de ser retiradas. Anhelando que no sea demasiado tarde para recuperar algo de mí. Mi esencia se pierde entre la oscuridad que poco a poco se va depositando en mi interior. Como un reloj de arena, que se va llenando hasta que llega un punto en el que se acaba el tiempo. 

Escucho relinchar a un caballo que se encuentra atado en uno de los postes cercanos al muro que delimita los confines del castillo de Qamar. Edén se aproxima a él para calmarlo y me insta a acompañarlo. 

—¿Dónde está mi caballo? —le pregunto mientras doy una vuelta sobre mí misma para tener mejor visión. 

—Aquí lo tienes, princesa —me dice mientras me hace una reverencia forzada—, ¿Esperabas un carruaje? Siento que te tengas que conformar con nosotros dos —dice señalando al caballo y a él mismo—No, peor aún, siento que te tengas que conformar con ir pegada a mí mientras cabalgamos. Porque eso es lo que va a pasar.

Puedo distinguir unos dientes blancos en lo oscuro de la noche. Una media sonrisa ladeada acompaña a su rostro. Es casual, apenas ejerce esfuerzo en la expresión de sus facciones. Me está probando. Pero no sabe que yo tengo mucha experiencia en jugar al juego de poner y quitarse máscaras, hasta que ya no sabes cuál es el rostro verdadero. 

Esta vez opto por quedarme callada, debo guardarme, oculta entre las sombras hasta que sea el momento adecuado, tal y como llevo haciendo hasta ahora. 

Camino hasta el caballo acariciando suavemente su crin antes de agarrarme a ella para subir. Edén me sigue cuando ve que ya me he colocado. Coloca sus pantorrillas sobre el animal y pasa sus manos a mi alrededor para poder llevar las riendas. Aunque desearía apartarle para tener el control, no sé a dónde vamos y no conozco este lugar, por lo que tengo que dejar que me guíe. 

Cabalgamos entre la oscuridad, sorteando la naturaleza que poco a poco va apareciendo in crescendo. Me doy cuenta de lo bien que mi acompañante se conoce la zona, adentrándose en el bosque como quien busca el aire para respirar. 

No hablamos durante el trayecto, tan solo se perciben nuestras respiraciones entrecortadas por la velocidad a la que vamos. Nuestra pequeña guerra se ha quedado en tregua por un breve periodo de tiempo. Ambos nos resguardamos en las trincheras para cobijarnos de lo que nos espera. Una decisión, que presiento que ninguno quería en el fondo. 

Edén es como un rompecabezas que no hace más que desmoronarse, un castillo de naipes que se reinventa en cada caída y no te deja tiempo para admirar sus cartas. Hay algo poderoso que le obliga a unirse a mí a través de un ritual que no tiene vuelta atrás. Soy una extraña para él, una intrusa a la que ha confesado que él no quería comprometerse. Efecto colateral lo llamó, pero, ¿De qué? ¿Cuál es la causa principal? 

Siento que busca dejarme lejos, apartada, limitándome a cumplir el papel a ojos de los demás. Desafiándome cara a cara y ahuyentándome cuerpo a cuerpo. 

¿De qué se supone que me está protegiendo? ¿Qué amenaza tan grande se cierne sobre él? Parece que la corte de mentiras y secretos ha despertado. No es Tauro el único que despista con sus acciones. 

Encajo mi vista por encima del hombro de Edén, queriendo captar todos los detalles. Detiene al caballo y se baja para posteriormente atar las riendas en el tronco más cercano. 

—El camino que queda lo deberemos hacer a pie —me dice. 

Estrujo la capa contra mí mientras continuamos andando. Al poco tiempo, vislumbro una especie de templo resguardado entre la espesura de los árboles. Está recubierto de columnas y antorchas de fuego azul, fuego fatuo, señal de que nos encontramos en un lugar en el que la magia es practicada y hay una mayor conexión con la energía que nos rodea.

—Vamos, es por ahí —me susurra Edén. 

Ralentizo mis pasos todo lo que puedo, observando la luna llena que se impone encima de nuestras cabezas, rezando porque el caos no se vuelva a formar dentro de mí. Ahora mismo estoy jugando sobre arenas movedizas, un solo paso en falso, y el castillo de naipes se destruirá.

El descontrol es mucho peor en las noches de luna llena, si tan solo a mi llegada al castillo ya volví a sufrir un ataque, no me quiero ni imaginar lo que podría pasar hoy. 

Nos colamos entre las columnas y Edén se baja la capucha de la capa, dejando al descubierto su rostro.

El lugar no tiene puerta como tal, por lo que nos disponemos a atravesar el arco principal cuando una mujer se interpone entre nosotros y nos frena.

— ¿Qué creéis que estáis haciendo? —nos dice.

—Libra nos está esperando —le responde Edén.

—Ya sé que os está esperando —añade ella mientras ejerce mayor presión con la lanza sobre el cuello del guerrero.

—Me refiero a las armas —continúa hablando sin bajar la lanza del cuello de mi acompañante—. Está prohibido que entréis con ellas en nuestro templo. Y eso tú ya lo sabías, Edén Lightmoon.

Acompañado de un gruñido y una fuerte respiración, Edén se deshace de la capa, dejando al descubierto la espada que llevaba oculta y la arroja al suelo. Se dispone a pasar cuando la mujer le vuelve a frenar.

—Todavía no hemos terminado —dice.

—¿Qué quieres, que me quede en pelotas para comprobar que ya no voy armado? —dice algo exasperado.

Ella pasa de su ácido comentario y posa su vista en mí.

—No lo decía por ti, sino por ella.

Ahora la lanza ha buscado un nuevo objetivo en el que clavarse.

—¿Selena? —pregunta extrañado— ¿Qué tiene que ver ella en esto?

La mujer está perdiendo la paciencia cada vez más rápido.

—Si no queréis que os patee el culo de vuelta no me hagáis volver a repetirlo. Armas fuera.

Indignada, lentamente saco de mi bota el pequeño cuchillo que me había guardado mientras almorzaba. Me encojo de hombros mientras lo hago; tenía que estar preparada.

Hermana, hazlos pasar —una voz proveniente del fondo del pasillo se dirige a la mujer que nos tenía retenidos.

Esta se lleva nuestras armas y desaparece de nuestra vista.

Me quedo petrificada cuando distingo a la persona que ha hablado. Es la misma sacerdotisa que ofició el día de nuestra unión frente al Rey Tauro.

—Bienvenidos, acompañadme.

La sacerdotisa se pone la primera a la fila para que la sigamos.

—No puedo creerlo —me dice Edén mientras menea la cabeza de un lado para otro— ¿Te llevaste el cuchillo por si nos íbamos de banquete y no teníamos?

A pesar de su burla, noto que lo dice asombrado, por primera vez desde que le conozco, aunque sea mínimamente, muestra algo que se siente verdadero. Fascinado por ver la posibilidad de que he pensado en mi propia protección.

—¿No estás acostumbrado a que alguien no necesite de tu protección y sepa defenderse solo? —le digo.

—Siendo sincero, nunca he sido de los que les gusta rescatar damiselas en apuros, así que me alegro de no tener que hacer ese papel.

El resto del trayecto continúa en silencio. El lugar apenas está iluminado por antorchas en distintos puntos estratégicos, buscando ocultar lo que aquí ocurre. Supongo que las sacerdotisas emplean este lugar como refugio de las restricciones de Allashay. Ellas aún son necesarias para el bienestar del reino, oficiando las uniones y usando sus conocimientos curativos para sanar a la gente. Sin embargo, ahí se acaba su poder. 

Tauro las manipula para su beneficio y las impide conectar con la energía en todo su esplendor, racionando su acceso al conocimiento. Ya que sabe que las sacerdotisas pueden ser muy poderosas y tiene miedo de no poder controlar todas las variables. El soberano busca guardar la magia bajo llave con el pretexto de que las personas que tienen el don se acaban convirtiendo en seres malignos incapaces de controlarlo, y por eso, deben ser erradicados. La intolerancia que hay en el reino de Allashay crece a pasos agigantados, al igual que sus castigos y restricciones.

Solo algunos nacen con el don de comunicarse con los elementos naturales de una forma especial y poder emplear esa conexión para hacer magia. En el reino de Allashay, esas personas son consideradas escoria, relegadas a prácticamente limpiar la basura del resto. Teniendo incluso que sentirse agradecidas con el monarca por permitirles habitar los confines del reino. 

Las trampas y entresijos que se desarrollan en Allashay provienen de la corte. Sus prohibiciones son mucho más duras para los habitantes mágicos, aprovechando cualquier oportunidad para encarcelarlos o, incluso, quemarlos en la hoguera. Por esa razón, muchos han emigrado a Nisf, el reino sin trono, el territorio sin rey. El lugar al que acuden y se refugian las personas que no encajan en ninguna de las otras dos naciones. 

Mientras caminamos, el resto de mujeres del templo nos observa con recelo. Libra, la que supongo que es una especie de regente del lugar, las calma con la mirada, instándolas a volver a sus quehaceres.  Pero tienen razón, somos extraños a los que han abierto algo más que su casa. Hemos entrado en el refugio en el que se pueden dejar ser sin leyes que las limiten. 

Además, a pesar de la tenue luz, es posible que hayan reconocido a Edén. Sus miradas cargadas de incomodidad hacia él me lo indican. Creo que hace mucho que no me siento tan acompañada en el sentimiento por personas con las que no he hablado en la vida. 

El guerrero es consciente de ello. Sabe que ser el protector del rey no causa buena impresión entre personas que llevan la magia corriendo por sus venas. 

—El lugar se encuentra tras las escleras —nos dice la sacerdotisa—. Iré bajando. 

Nos dedica una mirada rápida y se pierde escaleras abajo. Supongo que buscando darnos un momento de intimidad que no va a llegar. 

Ambos nos quedamos en silencio, esperando a ver quién es el primero que abre la boca para decir que todo esto ha sido un error. 

Pero yo ha he decidido. 

Avanzo ligeramente, colocando mi pie en el borde de la escalera.

—Vas a tener que agacharte —me dice Edén. 

Al principio le miro confusa, con mirada interrogante, ¿Qué acaba de decir? 

Me observa y parece darse cuenta de ello, ya que agarra una de las antorchas que dan luz al lugar e ilumina el pasadizo. Las escaleras cada vez se van estrechando más y el techo cada vez es más bajo, hasta que llega un punto en el que parece que prácticamente hay que arrastrarse por el suelo. 

Me arremango la capa y suspiro, arrodillándome en el suelo para poder bajar. Le miro desde abajo, él aún está de pie, sosteniendo la antorcha para iluminarme el camino. Su figura domina, cautiva y se muestra imponente ante el resto del mundo. Puede que la tierra tiemble, pero él se mantiene firme.

Es hora de que le quede claro que yo no soy de las que se echa para atrás una vez dada su palabra. Si esperaba que fuera a implorarle acabar con todo esto, estaba muy equivocado.

—De rodillas puedo hacer muchas cosas, pero suplicar no es una de ellas. Para que te vayas haciendo a la idea. 

Su risa gutural es lo único que escucho de fondo mientras me cuelo por el pasadizo que cada vez se estrecha más y más.

Me gustaría finalizar este capítulo dando las GRACIAS en mayúsculas a estas tres personitas tan maravillosas y que tanto me han ayudado. Ellas son: 

@Luuwtp un millón de gracias preciosa por la reseña tan linda que me hiciste. Os animo mucho a que la sigáis en insta, hace reseñas súper cuidadas y también dinámicas divertidas, con premios y que ayudan a dar a conocer tu historia. Si llegáis a tiempo ahora está haciendo una de personajes y promete mucho.

@maria_velas conocida en TikTok como @Wattpad_escritora8 es una auténtica pasada. Me hizo un Tiktok para mi historia realmente increíble y no puede gustarme más, es perfecto:  https://vm.tiktok.com/ZM87Nxrr3/ Es una genia sabiendo estrategias para que la historia llegue a más gente y creedme que si conseguís que os promocione alguna historia, vais a flipar <3

@Eliana-aaa me hizo una reseña preciosa en su cuenta de insta. Y por si fuera poco, me declaro abiertamente fan de sus historias. Si llegáis a comenzar a leer alguna de ellas, no vais a poder parar. Avisados quedáis jeje (Sip, lo digo por experiencia propia). 

Este capítulo va dedicado a estas tres preciosas, las tres maravillosas. No puedo sentirme más agradecida de habérmelas encontrado y esto es lo mínimo que puedo hacer para hacérselo saber <3


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