Capítulo 5


Los labios se me han quedado resecos del tiempo que llevan en contacto con el agua salada de la bañera. La realización del ritual de conexión lleva implícitos una serie de procedimientos que hay que seguir. Me permito disfrutar de mis últimos momentos a solas mientras llevo a cabo uno de los pasos previos a la ceremonia.

La sal marina es empleada para purificar el cuerpo de la persona, aumentando las posibilidades de que el ritual tenga éxito. Es un vago recuerdo, pero cuando era pequeña solía disfrutar de baños recurrentes en el mar para limpiar y regenerar el aura. Tiene propiedades que sanan, curan, y te recargan con energía. 

Pedí expresamente que se me trajera  agua marina para poder sumergirme y empaparme de ella. Es uno de los pocos requisitos que podía exigir para realizar el ritual. Si se iba a hacer, se iba a hacer bien. Sin embargo, no es lo mismo. No hay viento que ondee mi melena ni olas bravas que me obliguen a recuperar el equilibrio. Tan solo existe una profunda calma en medio del torbellino que son mis pensamientos.

El reino de Allashay es profundamente conocido por oponerse y castigar todo aquello relacionado con el mundo de la magia. Se basa en culturas paganas que ensombrecen y demonizan todo lo que se salga fuera del cauce normal y esperable de la vida. No dudan en apagar a aquellas personas que son capaces de dominar el don que ellos tanto temen. 

La rueda de pensamientos se frena en el momento en el que veo que está atardeciendo. Salgo tan rápido de la bañera que parte del agua salada que esta albergaba es esparcida por el suelo de la habitación. 

Camino con cuidado de no pisar los charcos y comienzo a vestirme junto al biombo que me han preparado. La túnica es sencilla y se pega a mí como una segunda piel, transparentándose en determinadas zonas, abriéndose en medio del pecho para acabar rodeando mi cuello. 

Escucho unos ligeros pasos entrando en el cuarto por lo que supongo que mi doncella viene a ayudarme y avisarme de que me queda poco tiempo. 

— Mi vestido negro —sonrío para mí—. Acorde con mis sentimientos.

 —No entiendo el concepto de esta túnica, si es parecido a ir desnuda —le digo mientras me encojo de hombros—. Podrían haberse ahorrado la tela —refuto.

Como veo que no dice nada, sigo desenredando el pelo entre mis dedos.

— ¿Podrías acercarme el cepillo? Con el pelo mojado es más difícil peinarse y ya me he entretenido demasiado, no creo que quede mucho tiempo.

Después de lo que a mi parecer es una eternidad, me pasa el objeto por uno de los laterales del biombo. Nuestras manos se rozan y estas son demasiado grandes. Ya sé lo que me voy a encontrar antes de escucharlo:

—Efectivamente, no nos queda mucho tiempo.

Me tomo un segundo antes de sacar mi cabeza por el lateral del biombo y observar a Edén cubierto por una capa. Guarda recogida una similar, de tamaño algo más pequeño, en uno de sus brazos. 

Hoy más que nunca me siento desnuda y desprotegida ante él, pero mantengo la cabeza en alto y prolongo el contacto visual hasta que lo considero necesario. No será mi pieza la que sea derribada esta vez. Hasta los polos más helados pueden derretirse si se ejerce el calor adecuado.

—Vengo a darte la opción de que elijas —me dice—. Ya que eso es lo que me has demandado antes— alza una ceja en mi dirección.

Las cosas en esta vida no suceden así sin más. 

—¿Qué es lo que debo pagar a cambio? —le respondo.

—Si decides no hacer el ritual, nuestra unión deberá romperse para siempre y podrás marcharte.

—No sabes lo que dices —le contesto indignada.

—En ningún momento te obligué a unirte a mí. Podría haber encontrado a otra persona.

Percibo algo en su voz que no sé identificar qué es. 

—Lo dices como quien se encuentra margaritas por la calle —defiendo—. Y yo, guerrero, soy un trébol de cuatro hojas.

Comienzo a andar indignada hacia la puerta cuando su voz me frena.

—No entraba en mis planes comprometerme. Ha sido un efecto colateral, princesa.

Un efecto colateral. Creo que nunca me habían llamado así, punto para él por su originalidad.

—Ahí tienes lo que querías, tu alternativa. Ahora es decisión tuya cómo continuar.

Ahí tengo lo que he querido. Pero no es tan sencillo. Nunca lo ha sido. ¿Realmente tengo alternativa? Me comprometí con Edén por una razón y ahora no puedo echarlo todo a perder cuando estoy tan cerca de lo que deseo alcanzar. 

Hay muchas cuestiones que no encajan en el rompecabezas. Apenas un par de personas además de nosotros conocen en el castillo que vamos a realizar el ritual de conexión. El evento se ha ido desarrollando como si fuera un secreto cerrado bajo llave.

Edén oculta muchos secretos y yo apenas he comenzado a descubrirlos. Uno de los protectores y mejores guerreros del rey de Allashay está dispuesto a emplear la magia en tierra de incrédulos. No tiene sentido que un soldado que persigue y castiga el culto por lo mágico vaya en contra de sus principios desafiando al mismísimo gobernante.

Tiene que haber una razón muy poderosa detrás de todo ello. Tanto, como para arriesgarse a traicionar a su reino y a su monarca. 

Debo hacerlo, no puedo echarme atrás. Me tengo que ganar su confianza para que crea que soy la compañera devota que nunca seré.

—Tengo una condición —le digo finalmente.

Me mira esperando a que continúe.

—Si voy a unirme a ti hasta el punto de que tu dolor se convertirá en mi dolor, necesito saber por qué —intento descubrir qué hay más allá de su mirada.

Aunque la pared invisible sigue entre nosotros, no es tan opaca como para que no pueda distinguir que en estos momentos hay una guerra librándose en su cabeza. 

—Es la única forma en la que podré asegurarme de protegerte. Y mi condición es que nunca más preguntes de qué—duda si continuar o no, claramente desconfía profundamente de mí—. Si lo haces, no recibirás respuesta.

Hace una breve pausa antes de seguir hablando.

—Lo único que te puedo garantizar es que soy un guerrero de palabra y si alguien está bajo mi cuidado, nadie se atreverá a ponerle un dedo encima. No mientras yo siga con vida. 

Hay tanta determinación en sus palabras que presiento que no solamente está hablando por mí.

Decido hacer voto de silencio y coger la otra capa que sostiene en el brazo, entendiendo que es para mí. Es lo suficientemente oscura como para camuflarnos en el espesor de la noche. Me la anudo y cubro mi cuerpo con ella, tal y como él ha hecho. 

Le sigo por los pasadizos del castillo con cuidado de que nadie nos observe salir. Llega un momento en el que me agarra por los hombros para girarme en la dirección contraria que seguían nuestros pasos. Me insta a escabullirme del castillo por una ventana que queda oculta del resto de moradores del lugar. 

Me dispongo a encaramarme a ella para abrirla y subirme cuando mi acompañante me frena. 

—Espera —me dice mientras me agarra del brazo. 

A continuación hace algo que me desconcierta. Se acerca lentamente a mí observándome directamente a los ojos. Muchas emociones veo reflejadas, el miedo danzando entre sus pupilas, dilatándose y contrayéndose. Es apenas imperceptible y él  rechaza la emoción  para que yo no sea consciente de que incluso los que luchan en el campo de batalla tienen monstruos acechándoles.

En el mejor de los casos. No sea que ellos mismos sean el propio monstruo del que intentan escapar.

Posa sus manos a ambos lados de mi cuello y tantea a su alrededor hasta que encuentra el borde de la capucha de la capa y me la sube, cubriendo mi cabeza. Se toma unos segundos en tapar los mechones rebeldes de mi melena que no se han escondido. 

—Así no podrán reconocernos. 

Me ofrece sus manos para que suba sobre ellas y llegue a saltar por la ventana. Me río por su acción y, antes de que le dé tiempo a dar un solo paso, me encaramo a la pared y escalo por las irregularidades que encuentro en ella, agarrándome. 

Paso una de mis piernas sobre la ventana, sentándome a horcajadas sobre el muro.

—Te veo abajo —le digo para a continuación saltar. 

Un pensamiento no deja de rondar mi cabeza desde que comenzamos nuestro escape del castillo.

Ahora sí que estaremos unidos a fuego en esta vida y en las que vengan. Es conveniente no olvidar que los asuntos de la magia son complejos y a menudo involucran consecuencias inesperadas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top