Extra
*1 año después*
Me quedé observando a Sam dormir, estaba dormido pecho abajo, podía observar cómo sus músculos estaban totalmente relajados ya que no traía camisa. La sabana le cubría la parte de abajo.
Podía observar sus ojos cerrados y sus pestañas largas haciéndolo ver sumamente atractivo, no podía creer que lleváramos un año de casados. Comencé a acariciarle el cabello, me encantaba hacer eso.
Volteé a ver el reloj y vi que eran las 2:40 de la mañana. <<Era tiempo>>, pensé con una sonrisa maliciosa. Lo moví suavemente mientras lo llamaba por su nombre.
—Sam, despierta.
Él tardó un par de segundos en abrir los ojos, abrió un ojo, me vio y después lo volvió a cerrar.
Esto me hizo sonreír, así que me puse arriba, le comencé a dar besos en la mejilla. Esta vez si que abrió los ojos intrigados.
—¿Qué pasa? —Me preguntó adormilado. — Aunque bueno no me quejo porque me despiertes a las tres de la mañana por algo de sexo...
Solté una risa ante el comentario.
—Ni que tuvieras tanta suerte.
—Mmmm... Entonces volveré a dormir. —Dijo cerrando los ojos.
No pude evitarle y le di un golpe en el hombro, haciendo que él abriera los ojos y en un movimiento rápido me tomó de las muñecas para ponerme debajo de él.
—No creo que sea lindo despertar a tu esposo a las tres de la mañana y golpearlo... —Dijo viéndome a los ojos.
Me dio un beso en la boca, enrolle mis piernas sobre su cintura, tome su nuca para intensificar el beso, él comenzó a descender besando mi cuello y bajando hasta la clavícula, con sus manos acariciaba mis piernas desnudas, haciendo que quisiera terminar lo que estaba iniciando, pero tenía que ser fuerte, lo había despertado para algo.
—Sam. —Dije entre jadeos. — Basta...
Esto pareció sorprenderlo, al oír esto, se quitó para sentarse a un lado mío, me senté junto a él.
—¿Qué pasa? —Me preguntó preocupado.
—Es que... Mmmm... No puedo dormir.
Él me miro extrañado, me dio una sonrisita que conocía a la perfección.
—Bien, ahora que yo estoy despierto, podemos hacer muchas cosas interesantes.
Me tomó de la cintura para pegarme a él, mi cuerpo se erizó completamente. ¡Concéntrate, Alexa!
—O... Podemos ir a nuestro árbol. —Le dije con una sonrisa tierna.
Esto pareció dejarlo sumamente confundido, extendió su brazo para prender la lampara, iluminando la habitación. Inmediatamente tape mi desnudez con la sabana.
—¿Al árbol?, ¿A las tres de la mañana?, ¿Estás segura? —Dijo entrecerrando los ojos.
Yo solo asentí con la cabeza, tomó mi mano y le di un suave beso, antes de levantarse y comenzar a vestirse, yo hice lo mismo, aunque solo me puse la camisa de Sam y mis pantalones.
—Vamos, mi reina. —Dijo Sam extendiendo la mano.
Tomé su mano y salimos de la habitación como si fuéramos unos delincuentes, caminamos en silencio para que nadie nos viera, bajamos las escaleras con cuidado, llegamos a la puerta de cristal y Sam la deslizó, la fría noche nos recibió, deseando haber traído un abrigo.
Salimos al patio, mi esposo cerró la puerta. Caminamos como dos chiquillos a punto de hacer una travesura. Íbamos a llegar al bosque cuando un guardia nos detuvo.
—¡Alto! —Gritó fuertemente.
Los dos nos congelamos y volteamos, él al vernos se puso pálido.
—Lo siento Rey Samuel, Reina Alexa... No los reconocí... Sigan, por favor.
Asentimos con la cabeza, nos adentramos al bosque, íbamos con cuidado de no tropezar con alguna rama. Llegamos hasta nuestro árbol. En nuestro segundo aniversario convertimos ese árbol en una casa de árbol, a veces veníamos simplemente a pasar el rato aquí. Este árbol era demasiado importante para ambos.
La casa era pequeña, pero cabíamos a la perfección e inclusive había puesto una escalera para no tener que escalar. Yo fui la primera en subir, al llegar al fondo, abrí la puerta y entré a la casita.
Me acerqué hacia la ventana y me quedé ahí observando el reino, Sam me abrazó por atrás, haciéndome sonreír.
—Sam...
—¿Sí? —Me preguntó poniéndose a un lado mío.
Me sentía sumamente nerviosa, traté de no jugar con mis manos para que él no lo notará, me quedé ahí observándolo en la oscuridad, me encantaba como se veía bajo la luz de la luna.
—Bueno... Quise traerte aquí porque es un lugar muy importante para nosotros, desde que éramos niños, veníamos aquí a tener conversaciones profundas e inclusive aquí fue nuestro primer beso... Este árbol es como si hubiera sido el inicio de nuestra relación... Y esta lleno de momentos que jamás olvidaré... Así que quiero agregar otro momento más...
Sam parecía sumamente confundido ante todo eso que estaba diciendo. Me acerqué hacía la ventana donde estaba la cajita decorada con papel de regalo azul, se la puse en las manos.
—Ábrelo, por favor...
Él pareció confundido, pero siguió las indicaciones, rompió el papel que cayó al suelo, después abrió la cajita de madera, al percatarse de lo que era, abrió mucho los ojos y el sueño desapareció completamente de su cuerpo.
—Es... —Dijo emocionado.
—Es una prueba de embarazo. —Terminé por él.
Se quedó unos segundos viendo la prueba de embarazo, entonces me vio y sus ojos bajaron hacía mi abdomen.
—¿Estás...?
—Embarazada... Estoy embarazada, tengo 5 semanas...
Él se acercó a mí y puso sus manos sobre mis mejillas para darme un beso, después de eso me cargo, mientras yo soltaba una risa.
—¡Vamos a ser papás!, ¡Vamos a tener un hijo! —Me dijo dándome vueltas.
No pude evitarlo y solté unas lagrimitas, me había enterado hace una semana, pero quería planearle una manera bonita de decirle.
—¡Sí! —Dije entre risas.
Él me bajo y se separo de mí, se paso la mano sobre el cabello con una felicidad que jamás había visto. Tenía miedo de su reacción, pero había sido mejor de lo que esperaba.
—Yo... Quise traerte aquí a esta hora... Porque cuando tenía doce años, tú me trajiste aquí y a las 3 de la mañana me diste mi primer beso... Así que...
Pude ver como se le llenaba sus ojos de lágrimas, entonces también me hizo llorar, me acerqué a él para abrazarlo. ¡Íbamos a ser padres!, joder no podría ser más feliz.
—Te amo Alexa, te amo tanto que no sabes cuanto me alegra que seas la madre de mis hijos. —Susurró a mi oído.
—Yo te amo más Sam y es un honor tener un hijo contigo. —Dije dándole un beso en los labios.
*1 año y medio después*
Me levanté furiosa de la mesa y di un manotazo sobre la mesa para callar a todos los hombres que estaban a mi alrededor gritando.
—¡Guarden silencio!, que si seguimos gritando jamás llegaremos a un acuerdo. —Dije sumamente molesta. — Ahora, todos van a tomar sus lugares y me escucharán.
Uno se rio abiertamente haciendo que me hirviera la sangre.
—No tenemos que obedecerte, solo eres la esposa del rey.
Esto ya lo había pasado muchas veces, cuando Sam no estaba presente como ahora, dudaban de mi autoridad. Todos los demás al ver que estaba a punto de reventar tomaron sus lugares.
—Exacto, soy la jodida reina y aunque mi esposo no esta presente, tengo la misma autoridad que él, así que te sientas y te callas, porque me debes respeto.
Esto pareció asustarlo bastante así que me hizo caso y se sentó enrojecido de la vergüenza, yo me quedé de pie viendo a los diez hombres que tenía en frente de mí.
—Esto va para todos, no se duda de mi autoridad, jamás. Soy su reina que no se les olvide, aunque mi esposo no este presente yo puedo tomar las decisiones, así que, si les digo que esa ley no va a continuar, no va a continuar. Porque esa estúpida ley va a perjudicar al pueblo...
Todos me miraban con miedo, sentía que iba a explotar en cualquier momento, además esta reunión no iba para ningún lado.
—Esta reunión termina aquí, para la otra junta quiero otra alternativa, porque la que propusieron el día de hoy, no la vamos a aceptar, ¿Entendido?
—Entendido. —Dijeron casi como un susurro.
—¡No escuche!, ¡¿Entendido?! —Les grité fuertemente.
—¡ENTENDIDO!
Esbocé una pequeña sonrisa, solté un respiro antes de hablar.
—Muy bien, la sesión se da por terminada, pueden retirarse, que pasen buenas noches. —Dije amablemente, aunque interiormente se las quería rayar.
—Muchas gracias, su majestad. —Dijeron todos al mismo tiempo, hicieron una reverencia y salieron del salón.
Tomé el vaso de agua que estaba en la mesa y le di un trago, ahora entendía porque Sam me había mandado a la junta, esos hombres eran insoportables. Dejé el vaso en la mesa y salí de la sala. Caminé por los pasillos hasta llegar a mi habitación, abrí la puerta y vi a Sam con nuestro hijo: Josué.
Me acerqué para verlo mejor, tenía el cabello castaño claro, mientras que sus ojos eran azules, pero tenía ligeros toques verdes. Al verme me dio una leve sonrisa.
—¿Aún tiene temperatura? —Pregunté preocupada.
—Sí, le acabo de dar el medicamento, el doctor dijo que, sino mejoraba mañana, lo lleváramos al hospital.
Le acaricié el cabello a mi hijo, haciendo que me sonriera de nuevo. Sam me lo dio para que lo cargará, mientras él se estiraba sobre la cama. Nuestro hijo había nacido prematuro, pero al final resultó estar saludable, ahorita solo tenía una gripe, pero sentía como si tuviera algo más grave.
—Perfecto, se recuperará, él es demasiado fuerte...
Sam solo asintió con el cabeza cansado, nos habíamos desvelado toda la noche cuidándolo, aunque yo funcionaba mejor sin dormir, por eso decidimos que él se quedará cuidándolo y yo fuera a resolver ese asunto.
—¿Y a ti?, ¿Cómo te fue con los buitres?
Solté una ligera sonrisa, vi como Josué se metía un puño a la boca, sus ojos brillaron al verme sonreír.
—Lo de siempre, les dije que no impondríamos esa ley, que se fueran al diablo...
La irá nuevamente recorría mi cuerpo, aunque me relajé al instante cuando sentí que Sam me tomaba del hombro.
—Tienes que relajarte, le hará mal al bebe.
Hace una semana nos habíamos enterado de que íbamos a ser padres por segunda ocasión, lo cual nos provocaba mucho miedo, había sido muy difícil con Josué, pero con el apoyo de nuestros padres lo estábamos haciendo bien.
—Lo sé, pero es inevitable no querer golpearlos cuando se portan como idiotas...
Pude ver como Sam sonreía, volteé hacia abajo para ver que Josué se había quedado dormido, toqué su frente y pude ver que ya no se sentía tan caliente, con ayuda de su padre le tomamos la temperatura que había bajado notoriamente. Puse a nuestro hijo en la cuna, mientras ambos nos acurrucábamos en la cama.
—¿Sabes?, me hubiese gustado estar ahí, viendo como pones a esos sujetos en su lugar.
—Si hubieras estado ahí, no hubiera habido pelea. —Dije con una sonrisa cansada.
—Lamento no haber estado ahí, no me gusta que te hagan menos...
Acaricie con cuidado su rostro, me encantaba la manera en la que me protegía.
—No te preocupes, sé que habrá ocasiones futuras, tú estarás ahí...
—Siempre lo estaré. —Me dijo dándome un beso corto en los labios.
N/A
WUENOOOOO con esto terminamos oficialmente la trilogía de Princesa Ellie :'v, como lo mencione en los dos primeros libros, estos los escribí cuando tenía 16 años, son unos libros a los cuales les tengo mucho cariño, porque PE, fue el primero que escribí :3
Desde el año pasado quería editarlos, pero por uno u otro motivo lo terminaba posponiendo, pero finalmente lo he logrado, los tres libros han sido editados uwu, he agregado y quitado escenas :) Also si ven un error gramático o de ortografía, lo siento no soy perfecta ToT
Quiero aclarar ciertas cosas que dejé abiertas:
1)La primera vez de Sam y Alexa fue en la casa del árbol uwu
2)Solo tuvieron dos hijos: Josué y Michelle uwu.
Pero bueno... Simplemente quiero decirle muchas gracias, por darle una oportunidad a esta trilogía, por enamorarse, encariñarse u odiar a los personajes.
Con esto, me despido de los personajes una vez más. Siempre los amaré y estaré agradecida por todo lo que me han enseñado, por abrirme esta oportunidad... Gracias por todo.
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