Capítulo 16
Llegamos después de un largo rato, nos fuimos en dos carros, mis primos y Fabiola se fueron en uno, mientras que Sam y yo en otro. Los dos estábamos callados, me quedé observando hacía fuera, aunque durante el transcurso los parpados me comenzaron a pesar, así que me quedé profundamente dormida.
El carro se detuvo abruptamente y caí al suelo. Me levanté asustada por el golpe.
— ¿Qué paso?, ¿Atropellamos a alguien? —Dije asustada.
El chofer volteo hacia nosotros.
—Lo lamento tanto, es que un animal salió corriendo de la nada.
—Oh, está bien... ¿El animal está bien?
—Sí
—Entonces todo está bien.
Me acosté nuevamente, cuando el sonido de encender el carro, no me dejo, ya que no encendía por más que trataba.
— ¿Qué pasa ahora? —Dijo Sam.
—Se descompuso el caro, lo checaré ahora mismo.
El chofer se bajó del carro y abrió el capo, Sam y yo nos bajamos. Esperando que nos dijera que todo estaba bien, pero fue todo lo contrario.
—Bueno creo que estaremos aquí... Lo lamento tanto sus majestades.
—No te preocupes. —Dije con una sonrisa para no hacerlo sentir mal y que se tomará el tiempo que necesitará para arreglarlo.
—Ven, vamos a explorar. —Dijo Sam.
Me tomo de la mano, para caminar por la carretera. Fruncí el ceño y le contesté rudamente.
—No soy Dora la exploradora, para explorar.
—Sabes que no me importa, pero te voy a llevar a un lugar, que jamás he llevado a alguien.
Me quedé en silencio ante lo que acaba de decir, el enojo comenzó a disminuir notoriamente.
— ¿Entonces será como nuestro lugar especial o me llevas ahí para matarme?
Comencé levantando las cejas.
—Será nuestro lugar especial, ni siquiera se lo he enseñado a Charlie, así que no le digas a nadie.
—No lo haré, si tú no lo haces.
—Prometo no enseñarle este lugar a alguien más. —Dijo formando una cruz en su corazón.
—Lo juro.
Comenzamos a caminar, hasta que logramos llegar a un lugar lleno de árboles, había una reja que decía: "Prohibido el paso"
Iba a decirle algo, cuando el levantó la reja, pasamos con gran dificultad, después entramos.
Logramos llegar a un lugar hermoso, lleno de flora, había un hermoso e inmenso lago con una cascada.
—Esto es hermoso. —Dije.
La verdad que lo era, las flores eran de diferentes colores que hacía que le diera un toque especial, el lago era un azul muy vivo.
Me comencé a quitar la ropa, Sam me vio asustado como si estuviera loca y trato de taparme.
— ¿Qué haces? —Dijo sumamente rojo.
—Ves un lago hermoso y ¿No te dan ganas de nadar?
—Sí, pero no sabes que creaturas hay....
—El agua es cristalina veremos si hay un tiburón o cocodrilo, aunque lo dudo ya que es demasiado pequeño.
—No, prefiero no arriesgarme. —Dijo con miedo, puse los ojos en blanco como respuesta.
—Pues yo si quiero arriesgarme.
Me quité mi blusa y el pantalón quedando solo en ropa interior, después corrí y salte antes de que Sam pudiera detenerme.
Solté un pequeño gritó mientras caía, cuando agua helada hizo contacto con mi piel, salí inmediatamente soltando un gran respiro, después comencé a quejarme y moverme lentamente hasta llegar a la orilla.
Sam bajó hasta llegar donde estaba.
—Creo que debí decirte que estaba helada.
Lo miré enojada. Me sentí agradecida de que no tuviera un cuchillo, sino se lo hubiera clavado.
—Sí, creo que me debiste decir.
Comencé a temblar como loca, así que decidí nadar, ya estaba mojada lo mejor sería disfrutar.
Nadaba de un lado a otro como pez.
La verdad amaba nadar, era algo que me encantaba, de hecho, había tratado de convencer a mi mamá de que pusiera una piscina, pero ella dice que es un gasto innecesario.
Cuando notaba como mis piernas dolían y ya no aguantaba mucho, nadé hasta donde estaba Sam observándome, extendí mi brazo para que me pudiera ayudar, cuando me sujetó la mano le sonreí diabólicamente, él entendió perfectamente porque, con todas mis fuerzas lo tiré al lago helado.
Me reí satisfecha de haberlo mojado, ya que era la venganza perfecta. Él salió sumamente enojado, yo lo seguí y me acosté sobre el pasto.
Respiraba con mucha dificultad, mi pecho subía y bajaba con mucha intensidad.
—Nadaste 1 hora...
¿1 hora?, pensé que solo había nadado como 10 minutos.
—Es mucho, la verdad sabes que amo nadar, así que, aunque esta helada lo he disfrutado mucho.
Sam tomo su chaqueta y me la puso como si fuera una cobija. Él debía de tener igual de frío que yo, pero se me hizo el gesto más lindo que me la pusiera sobre mis hombros.
Me senté y me puse la chaqueta, comencé a temblar como gelatina, la verdad es que el aire no ayudaba en nada.
—Te quería preguntar sobre Jake. —Dijo dudoso.
—Pregunta.
Sus ojos bajaran al césped, mientras con su mano arrancaba el pasto.
— ¿Te gusta?
Solté una carcajada que se debió de haber escuchado hasta el castillo. Espera, ¿Hablaba en serio?, por eso había eso todo ese show de celos.
—No, es solo mi amigo.
— ¿Segura?
—Segura.
"A mí el único que me gusta eres tú, pero si te lo dijera de seguro me dirías que solo me quieres como amigo, después todo sería raro y perdería tu amistad"
Quise decir eso, pero no pude.
Simplemente hay palabras que son muy difíciles de decir, que muchas veces las palabras pueden cambiarlo todo.
—Qué bueno, pensé que te gustaba.
—No, es solo que él es especial desde el primer momento hicimos clic, no esa clase de clic, si no el clic de amistad, que puedes confiar en esa persona, aunque la hayas conocido en una hora.... De hecho, él me dijo algo que hizo que me abriera con él, deberías de tratarlo de seguro se harán amigos.
—No, no creo que sea mi clase de amigos.
Lo miré entrecerrando mis ojos.
—¿Por eso enloqueciste?...
Una parte de mí solo quería que me dijera que sí, que él me amaba y estaba celoso todo este tiempo.
—Enloquecí porque no quería te lastimara, me comporté de una manera muy tóxica... Lo siento... No debí decirte nada de eso...
—Acepto tus disculpas, si prometes no volver a celarme...
—Lo prometo.
Después de ello, me puse mi ropa y caminamos hasta el carro para irnos a casa.
El carro ya estaba arreglado, así que solo nos subimos y yo nuevamente me quedé dormida en el carro.
Sam me movió.
—Alex, ya llegamos.
Vi el castillo. Abrí la puerta y el chofer me ayudó a sacar mis maletas.
—Muchas gracias. —Le dije.
Sam se bajó y me dio un fuerte abrazo.
—Adiós Alexa, nos vemos luego. —Después me dio un beso en la mano.
—Adiós Sam, gracias por invitarme a este viaje tan loco.
—A ti por acompañarme.
Le sonreí, después mi padre salió y saludó a Sam, después me despedí y entramos al castillo. Abracé a mi papá, solo había pasado una semana afuera, pero fue como si hubieran pasado años.
—Te extrañe mucha hija.
—Y yo a ti papá.
— ¿Estás mojada? —Me preguntó.
Yo le solté una risita.
—Es una larga historia, me iré a bañar.
—Sí, porque no quiero que te enfermes.
—Te amo.
—Yo más. —Me dijo.
Subí las escaleras de dos en dos, hasta que llegué a mi cuarto, saqué mi pijama y ropa interior, la dejé en mi cama, después entre al baño, donde me di una caliente ducha.
Después de eso salí y me puse mi pijama, me quedé sentada pensando en todo lo que había pasado en estos días.
Una sonrisa se formó en mi rostro.
Como hubiera querido quedarme ahí para siempre, donde estoy con Sam, con Jake y sin Charlotte.
Después de eso me quedé profundamente dormida.
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