Capítulo 11

Abrí mis ojos y vi a Fabiola en la cama leyendo un libro. La cabeza me dolía mucho, mi estómago estaba muy revuelto y sentía una resequedad en mi boca.

—Mi cabeza. —Dije tocándomela.

—Creo que ayer te has pasado con la bebida.

—Ni que lo digas, no quiero volver a emborracharme en mi vida.

Ella se paró y me trajo un vaso grande.

— ¿Qué es? —Dije.

—Es agua.

Me senté en la cama y me tomé todo el líquido del vaso. Al acabar tuvo que rellenar el vaso porque ya me había otro. Tenía demasiada sed como si hubiera corrido un maratón.

—Me iré a bañar. —Dije.

Alisté mi ropa y me tomé una pastilla para el dolor de cabeza, después de ducharme me arreglé y desayunamos, traía unos lentes oscuros ya que la luz me molestaba demasiado.

—Esto es delicioso. —Dije.

—Lo sé.

— ¿Qué paso ayer?, ¿Cómo llegué al cuarto?

—Bueno no sé en qué momento te emborrachaste, pero estabas bailando arriba de una mesa con un joven de pelo azul... Después él te empujó de la mesa y tú caíste en los brazos de Sam, por último, él te trajo al cuarto.

Al recordar a Jake una sonrisa se esbozó en mi rostro, me cayó muy bien, lastima que no pude pedirle su número o algo para contactarme con él.

—Debo de agradecerle a Sam por traerme y eso...

—Sí.

Seguimos comiendo, hasta que llegaron los chicos. Sam se sentó junto a mí y me susurró al oído.

— ¿Recuerdas algo de ayer? —Me dijo.

Trate de pensar, pero ningún recuerdo lo incluía a él, ni siquiera recuerdo cuando caí en sus brazos o me trajo al hotel. Definitivamente la última vez que bebía de esa manera.

—No. —Le dije. —Fabiola me contó que me has salvado así que muchas gracias.

Él sonrió despreocupado, como si le hubieran quitado un peso de encima.

— ¿Está todo bien? —Cuestioné, si había dicho algo hiriente quería pedirle disculpas.

—Sí. —Dijo él. —Perfecto.

— ¿Ya comieron? —Le pregunté a Sam y a mis primos.

—Sí, gracias.

—Bueno recuerden llevar traje de baño, los llevaré a un lugar muy genial.... Maravilloso...—Dijo Sam.

—Bien, entonces déjame me cambió.

Estaba en el baño, cuando Fabiola entró, me asustó tanto que di un salto pegándome con el lavabo.

—Bien te vengo a ayudar.

— ¿A qué? ¿A cambiarme? —Dije en tono de sarcasmo.

Ella solo puso los ojos en blanco mientras se acercaba a los trajes de baños que tenía ahí en el baño.

—A ayudarte a escoger un traje de baño... Enséñame el traje de baño que vas a usar.

—Este.

Ella lo miró con horror.

—Tienes que estar de broma... —Dijo haciendo una pausa.

— ¿Por qué?, no tiene nada de malo.

—Digamos que estamos en plan "Tratando de conquistar a Sam", tienes que lucir... Sexy y no creo que esta blusa de flores y un calzón de flores ayude mucho... Por favor dime que traes otro.

—Mi madre me dio este.... Pero creo que es demasiado provocador así que pensaba no usarlo.

Saqué de la maleta un traje de baño de dos piezas que era de color morado y rosa.

—Ponte ese.

Mi amiga salió al decir eso. Me puse el traje de baño y efectivamente me veía sexy. Al terminar de observarme me puse un short de mezclilla, una blusa azul de tirantes y un tenis. Me puse bloqueador solar y salí del baño.

Agarré el sombrero y lo coloqué en mi cabeza, después me puse los lentes de sol. Tomé mi bolsa y salimos de ahí.

Nos fuimos caminando por en medio de toda la selva... No sabía a dónde íbamos, pero el paisaje era hermoso, había plantas por doquier, árboles y digamos que ir con amigos hacía que la situación mejorará.

Íbamos cantando una canción, hasta que Sam se detuvo por completo.

—Es aquí.

Me quedé admirando el paisaje, había mar enfrente de nosotros.

Jamás había visto una playa en mi vida, siempre la había visto en fotos, películas, pero jamás había estado en una. Era mejor de lo que pensaba el olor a sal inundó mis fosas nasales e inclusive el sonido del mar chocando contra la arena me pareció sorprendente.

Me quité los tenis y corrí por toda la playa.

La arena era suave y caliente, comencé a dar saltitos hasta llegar a la arena húmeda. Me quedé parada y el agua llegó a mis pies, hizo que me diera escalofríos ya que estaba helada.

Sam corrió y se lanzó al mar, pero me quedé embobada mirando sus perfectos y marcados abdominales. Tuve que tragar saliva para poder controlarme un poco.

—Cierra la boca que hay muchas moscas. —Dijo Fabiola de manera burlona.

Vi como todos mis amigos se metían al mar. Así que los seguí, me quité la blusa y el short. Caminé lentamente hasta alcanzar a mis amigos, hasta que una ola llegó e hizo que me mojará toda, en esa primera ola se me metió el agua por la nariz y en los ojos.

Alguien me cargó y me puso en los hombros, gracias a ello pude pasarme la mano para quitarme el agua. Pude ver que Sam era él que me estaba cargando.

—Sam bájame. —Dije.

—No, eres tan pequeña que casi te lleva la ola.

—Eres un idiota. —Dije entre risas.

—Oh, aunque sea un idiota sé que me amas.

Si Sam, te amo. Ese era el maldito problema.

—Así o más arrogante.

—Que te puedo decir... Tú sabes como soy.

—Lo sé, te conozco desde que somos niños y siempre has sido muy arrogante, pero aun así te amo.

—Yo también te amo amiga.

Y todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí. Él me soltó y caí en el agua. Salí y lo golpeé en el hombro, por tirarme tan abruptamente al agua.

—Oye ven.

Me cargó y me llevó hasta una roca, que debía medir muchos metros, no entendía porque me traía aquí.

—Sube.

— ¿Qué? —Dije.

—Hazlo.

Comencé a escalar la larga roca hasta que llegué a la cima. Había sido sumamente difícil y al llegar a la cima estaba roja de hacer ese ejercicio y sino estuviera mojada, de seguro se notaría más mi sudor.

Cuando llegué logré ver todo, veía como el mar y el cielo se juntaba. Era una hermosa vista. Me senté mientras veía a mis primos y a Fabiola nadando en el mar.

Sam se subió y se sentó junto a mí.

— ¿Qué tienes tú con las alturas? —Dije recordando el árbol.

—No tengo nada con las alturas, pero es que tan solo ve la vista...Es espectacular.

—Lo sé... Sam tengo miedo.

No sé de donde había venido, quizás era porque esta vista me había puesto demasiado sentimental.

— ¿Miedo de qué?

—Del futuro.

Él me miró un poco sorprendido.

—No te entiendo.

—Bueno tú ya tienes toda la vida planeada, disfrutarás de la vida después serás un gran rey, te casarás con Charlotte, tendrán muchos hijos, después nietos, después serás recordado como uno de los mejores reyes... En cambió... Yo no sé qué haré con mi vida, no soy reina, los príncipes se fijan en otras personas...

—Shhh... —Dijo poniendo sus dedos en mi boca. —Las cosas pasan por algo, verás que algún futuro dirás: Oh por dios con que esto me dictaba el destino... —Esto dijo haciendo la voz aguda, tratando de imitar mi voz. —Las cosas se irán acomodando ya verás.

—Tengo miedo, porque en el futuro diré eso, pero ahora estoy tan confundida, siempre estoy pensando en el futuro...

—Pues creo que haces mal, tienes que vivir en el presente, porque después dirás —Dijo imitando mi voz. —"Debí de disfrutar esto", además eres Alexa Wood Andrade la chica más fuerte, inteligente, leal y hermosa.

—Eres el mejor.

—Lo sé.

Puse los ojos en blanco, que a este hombre le faltaba un poco de humildad.

—Ven. —Extendió su mano.

— ¿Qué vamos a hacer?

—Ya lo verás.

Le di la mano y me ayudó a parar.

—Es momento de que comiences a vivir. Así que nos vamos a lanzar de aquí.

— ¿No es peligroso?

—No.

—Yo primero —Dije.

Me quedé en la orilla, estaba demasiado alto.

Respiré y me lancé, comencé a gritar como loca sentía como el viento movía todo mi pelo, además que sentía algo extraño en el estómago.

Caí en el agua y con dificultad salí, comencé a reír, nade hasta donde estaban mis amigos, voltee con Sam y le levanté los dos pulgares en señal de que estaba bien.

Después de ello Sam se lanzó, pero me preocupé cuando no salía me moví, cuando alguien me agarró y me cargó.

Era Sam.

—Me has asustado. —Dije.

—Tranquila soy el mejor nadador del mundo.

—Lo sé.

Esa tarde fue asombrosa, dejé de tener miedo al futuro, porque al final de todo se fue acomodando tal y como lo había dicho Sam.

Aún recuerdo como mi madre me contó conoció a mi padre, alguien le rompió el corazón y eso hizo que ella se fuera, en ese viaje conoció a mi padre, el amor de su vida, ahora ellos dos son muy felices, ayudan a mucha gente en el pueblo, ellos siempre están en el pueblo viendo las necesidades de la gente.

Yo quiero ser como ellos y sé que algún día lo lograré.

Ayudaré a muchas personas, viajaré y espero que algún día Sam se enamoré de mí, si no es así pues era su puto problema. Que por un hombre no iba a detener mi vida. 


N/A

Hey, solo quiero decir que estoy viva :3, lamento no haber subido capítulo desde hace mucho tiempo, pero ya prometí subir un cap por semana :3


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