Capítulo 4

- Cariño, debes prometerme que pase lo que pase, serás fuerte... no importa que - Mi madre coloca un mechón de cabello tras mi oreja.

- Lo prometo, madre - Dije segura y firme.

- Reina, están aquí - Un caballero ensangrentado entra a la habitación agitadamente.

- Escóndete - Me dice mi madre. Yo fui tras unas telas como cortinas y desde ahí veía como a la habitación entraban unos hombre y mujeres matando al caballero y rodeando a mi madre.

- Danise... Que gusto verte - Un hombre entra en el circulo que han armado aquellos caballeros a los que les ha lavado el cerebro y hecho que crean en falsedades.

- Deja a mi reino y a mi familia en paz Nicolás. Acepta el hecho de que no voy y nunca voy a amarte - Dijo mi madre.

- Si, eso me quedó claro cuando elegiste a mi mejor amigo en mi lugar -

Nicolás agarra a mi madre del cuello. Reprimí mis ganas de querer ayudarla, pero era consciente de que solo la molestaría.

- Por eso me darás a tu querida hija Thea, te haré pagar el haberme hecho esto -

Mi madre le quita la espada de su funda a Nicolás y lo agarra por el cuello.

- Si quieres a mi hija, vas a tener que matarme ¡Jamás te la entregaré! -

- Yo no haría nada si fuera ... dulce Danise -

Los ojos de Nicolás se posan en mi, sorprendiéndome. Retrocedo pero sentí que chocaba con alguien que me agarra de los brazos y el cuello.

- ¡Thea! -

- ¡Madre! -

El hombre que me sujeta coloca una espada en mi cuello. Apreté los dientes y los puños con fuerza, con cada movimiento que hacía para liberarme, el hombre apretaba la espada aún más contra mi cuello.

- ¿Quieres soltarme... querida Denise? - Habla Nicolás sonriendo.

Mi madre maldice y me mira con tristeza. Suelta la espada y agacha la cabeza.

Cuando el caballero que me sujeta, me quita la espada del cuello, yo lo golpeo con mi codo en sus costillas haciendo que se retuerza de dolor.

Cuando algunos quisieron ayudarlo, yo fui atrás suyo y lo pateé para empujarlo contra ellos haciendo que cayeran al suelo.

Fui hacia mi madre y agarrando su brazo la saqué de allí.

Más caballeros aparecieron. Mi madre y yo corrimos para salir del castillo y buscar a mi padre, pero antes de poder hacerlo, los caballeros nos bloquean el paso y en un instante estamos rodeadas por muchos más.

- Me impresionas querida. No creía que una niña pudiera hacer eso - Nicolás aplaude sarcásticamente acercándose a nosotras.

Mi madre me agarra la mano con fuerza y me coloca tras de ella pero yo decido salir y ponerme frente suya.

- No tocarás a mi madre, maldito bastardo - Dije firme.

- Oh ¿En serio? - Dice Nicolás y luego me agarra a mi del cuello - Pero si ya no necesito a tu madre -

- ¡Déjala! - Mi madre intenta acercarse pero los caballeros la sujetan.

Otros caballeros me encadenan las manos atrás de mi espalda para evitar algún truco más.

- Desde ahora, tu llevarás mi apellido por el resto de tu vida. Serás parte de la familia a partir de ahora en adelante, querida... -

- ¡No me jodas con esa mierda, jamás portaré tu apellido! ¡Nunca! - Dije con furia y tratando de liberarme.

- Te guste o no, ahora lo serás. Así que no seas necia... - Me sonríe de una manera tan asquerosa - Han perdido... -

Quería separarme, pero me agarra de la cintura sujetándome más fuerte.

- ¡Déjala ahora Nicolás! - Mi madre intentaba safárce pero los caballeros la agarraban con más fuerza.

Nicolás me mira y sonríe. Yo quería llorar por la ira e impotencia pero no lo iba a permitir.

- Te odio - Murmuré. Él se ríe entre dientes y luego se gira a ver a los caballeros.

- Hemos ganado -

***

***

- Cariño, huye, tienes que huir, no permitiré que sigas pasando por esto -

- Madre... estoy bien... puedo... soportarlo - Dije intentando levantarme pero las heridas en mis costillas me hicieron volver a sentarme.

- No, no puedes. Y no voy a seguir tolerándolo -

Nicolás aparece como todos los días para llevarme.

- Nicolás... Te lo ruego, déjala... La vas a matar - Dice mi madre sin intenciones de soltarme separarme de su abrazo.

- ¿Y eso me importa? -

- No querías tenerla para siempre. Bueno, no la tendrás más si la matas - Dice mi madre - Y de esa manera no podrás torturarnos más ni a mi, ni a George - Dijo.

Él se quedó pensativo.

- Tienes razón. Es mejor torturarlos de esta forma tan placentera -

Cerré mis ojos y escondí mi rostro en el pecho de mi madre evitando soltar lágrimas.

- Le daré una semana para recuperarse. Así no morirá tan fácil -

***

***

- Madre no puedo... no quiero dejarlos - Dije llorando.

- No hay tiempo ni elección... Tienes que hacerlo. Ahora que te has recuperado un poco... -

- No quiero que les hagan daño -

- Tranquila... no nos pasará nada. Ve a buscar ayuda o nunca más vuelvas. No quiero que sigas aquí de esta forma -

- Pero... -

- No hay tiempo, vete ya -

Me hace subir al caballo.

- Ven conmigo -

- No puedo. Tu debes irte, confío en que encontraras ayuda -

Golpea al caballo para que comience a correr haciéndome sobresaltar pero agarro rápidamente las riendas como puedo y mantengo el equilibrio mientras el caballo corre.

Miré hacia atrás y vi como unos guardias comenzaban a gritar y a sostenerla. Otros comenzaban a seguirme.

Lloraba mientras el caballo corría.

Conseguimos salir del reino antes de que cerraran las puertas, pero los caballeros seguían tras de mi...

***

***

¿Por qué recuerdo esto justo ahora... ?

Sentía mis ojos pocar por aquello pero rápidamente me recompuso y seguí a este grupo de cambia formas... espero que consigan ayudarnos, quiero salvar a mi familia y a mi reino cuanto antes...

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