Capítulo 22

Narra Thea

Las puertas se abren dejándome pasar hacia el salón donde estaban todos los invitados de Nicolás.

- ¡Thea! - Miré al costado y ahí estaba mi madre, encadenada.

- ¡Silencio! - Le ordena un guardia mientras le da un golpe en el estómago.

Yo la miré con una sonrisa para calmarla pero los guardias a mis costados me estiraron las cadenas haciendo que vuelva a caminar.

El corazón me iba a mil y tuve que suspirar para calmarme un poco, toqué el mango de la daga con mis dedos y lo preparé para agarrarlo.

- Si intenta algo, tenemos la orden de matar a su madre - Murmura el guardia a mi derecha haciéndome abrir los ojos de par en par.

Volví a colocar bien la daga en el ramo para que no cayera ni se viera y gruñí por lo bajo.

Mi madre estaba al frente, en las primeras filas, me miraba con tristeza y culpa. Yo tuve que entregar el ramo a una de las mucamas. Necesitaba una distracción y rápido.


Escuché a un cuervo y cuando lo vi, este voló hacia el hombro de la bruja encadenada en una esquina.

Sabia que ese cuervo estaba vigilandome, era como los ojos de esa bruja.

Nicolás comenzó a decir unas palabras. Yo intentaba idear un plan para salvar a mi madre y sacarla de aquí...

- Junten sus manos - Dice Nicolás.

Me hicieron levantar las mías y Leandro las agarra.

Todos nos asustamos al escuchar un estruendo afuera del castillo, Leandro me suelta las manos y saca su espada cuando un caballero ensangrentado entra volando y cae frente a mi en los peldaños.

- ¡¿Y ahora que?! - Grita frustrado Leandro.

Yo aproveché para golpear a los Guardias a mi lado, quitarme con facilidad las cadenas y agarrar la daga. Apunté y la lancé hacia el guardia que sostenía a mi madre.

- ¡Sujetenlas! - Ordena Nicolás.

Mi madre se libera de las cadenas.

- Saquenla de aquí - Le dije a Roxanna y otras mucamas. Ellas asienten.

Sin esperarlo, quité la espada de Nicolás de su funda y fui hacia mi madre, unos guardias la iban a matar cuando yo me interpuse y bloqueé la espada.

- Thea... -

- Mamá, vete, iré tras de ti - Dije.

Empujé al caballero y le enterre la espada en el pecho la saque rápido y golpeé la espada de otro, me di la vuelta y bloquee a los demás.

- Te volviste muy fuerte hija mía - Dice mi madre antes de salir de la habitación y las mucamas cierran la puesta tras de ella.

Sonreí.

Pateé a un caballero más haciendo que caiga sobre otros.

- Fue suficiente - Recibí un golpe en la mejilla, golpearon mi mano en la cual tenía la espada haciendo que esta caiga al suelo.

Me agarran los brazos y me llevan de nuevo hacia el altar, hacen que me arrodille frente a Nicolás y Leandro.

- No más trucos - Dice Nicolás - Esto debe continuar -

- Siento interrumpir esta sagrada unión... - Todos volteamos hacia la puerta y vemos a un guardia con una espada atravesada en el pecho.

Este mismo cae y deja ver a Kaelan. Sonreí y en mis ojos se acumularon las lágrimas.


- Pero vengo a robarme a la novia -

- ¡Mátenlo! - Grita Leandro.

Kaelan saca su espada y ataca a los caballeros.

Yo golpeo las piernas de los guardias que me sujetan y me levanto. Pateo a Leandro por la espalda mandándolo lejos y cuando Nicolás agarra una espada para clavarmela, yo logro esquivarlo y empujarlo haciendo que su cabeza golpee contra una silla.

- Princesa... - Kaelan aparece a mi lado con una mano en su espalda y la extendida hacia mi como en forma de respeto.

- Caballero... - Sonreí y tomé su mano.

Me jala y me carga en brazos.

- Tu madre está a salvo - Dice.

- Me alegro -

- ¡¿Qué esperan?! ¡Matenlos a ambos! - Grita Nicolás cuando se intenta levantar.

Más caballeros corren hacia nosotros pero Kaelan salta y los pasa a todos hasta llegar a la puerta.

Serán poderes sobrenaturales supongo.

Comienza a correr rápidamente para encontrar a los demás.

- Gracias... Kaelan - Dije apoyando mi cabeza en su pecho.

- Dilo otra vez - Dice sonriendo.

- ¿Gracias? -

- No, lo otro -

Me reí.

- Kaelan -

- Perfecto... -

Sigue corriendo hasta llegar donde estaban todos y allí me baja.

- Thea - Kitana me mira sonriendo.

- ¿Estás bien? - Pregunta Ivy.

- Esperen - Dije y rompí mi vestido y la parte de atrás - Ahora si, me estaba sofocando -

Ellas se ríen.

- Eh, princesita - Miré hacia Jinx justo a tiempo para atrapar la espada que había conseguido - Que bueno que estés bien -

Asentí agradecida hacia Jinx.

- Lo mismo digo -

Miré hacia el cielo cuando un caballero grita al caer y estrellarse contra el suelo.

Adam aterriza frente a mi.

- Hola -

- Hola... ¿Qué hacen todos aquí? - Pregunté.

Pensé que nuestro trato se había roto, pensé que al recuperar sus recuerdos me odiarían.

- ¿Que más podría ser? - Dice Owen al volver a su forma humana.

- Te hicimos una promesa ¿No? - Sigue James rodeado de serpientes.

- Y sin importar nada, lo cumpliremos - Dice Kaelan.

- Gracias... -

- ¿Pueden atender a la batalla? - Dice Jinx mientras rasguña el rostro de unos caballeros.

Asentí, me di la vuelta justo a tiempo para bloquear el ataque de un caballero y luego empujarlo hacia Kaelan quien lo agarra del cuello con una mano y entierra sus garras en él.

Liberaré a mi reino cueste lo que me cueste.

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