8
El amor lo supera el tiempo, o era al revés, quien sabe, las horas pasaban, entre fechas, tiempo perdido, besos encontrados, caricias dulces y sexo duro ambos se habían olvidado del momento que llegaría, Yeonjun cada día estaba más feliz, envuelto en la dulzura del amor que tanto añoraba, Soobin en un sueño del que nunca quería despertar, dormían juntos, pasaban el tiempo que podían pegados al otro, ya fuera jugando, riendo, o simplemente comiéndose entre sí, la dulzura de amar envolvía cada parte de su ser sin pensar en horas, fechas o siquiera el tiempo que debían dedicar a algo más.
Los exámenes de fin de periodo llegaron, los estudios estaban matando a Soobin, mantener una beca no era sencillo y menos con las exigencias cada vez mas altas, el primer día solo fueron cuatro horas de estudio hasta que Yeonjun llegara en la noche, los siguientes aumentaron hasta que ya no podía hacer más que dedicarse a estudiar como un condenado porque no podía perder su beca y en todo el periodo se olvidó casi por completo de estudiar bien.
—Soobin estoy aburrido ven a dormir— murmuró Yeonjun haciendo berrinche.
—Tengo que estudiar Yeonjun
—Hazlo mañana
—Mañana voy a tutorías con un profesor de física toda la mañana
—¡Pero no puedes desocupar la tarde!
—En la tarde tengo las clases Yeonjun—dijo Soobin dándose la vuelta, había olvidado lo caprichoso que era su novio.
Yeonjun miró a la ventana molesto, Soobin se negaba a pasar con él su noche, nunca había hecho eso, sumado a que en la mañana lo vio hablando con una tipa toda fea, no lo era pero Yeonjun estaba celoso de ver como ella le coqueteaba indiscretamente, Soobin siguió con lo suyo anotando lo que su compañera le había prestado.
Su nombre era Dahyun, sería compañera suya en las próximas clases porque estudiaba lo mismo así que se ofreció a prestarle sus apuntes para que pudiera estudiar bien, a pesar de ser de una familia prominente como todos los demás allí, Dahyun había tratado muy bien a Soobin y lo respetaba como a un igual, a diferencia de los demás idiotas del campus que solo se preocupaban por hacerle sentirse miserable.
—¡Soobin no me vas a hacer caso! —gruñó Yeonjun molesto.
—te estoy escuchando amor
—¡No me digas amor para hacer que me calme!
—Y como quieres que te diga? —dijo Soobin volteando con una sonrisa— zorrito hermoso con manos de ángel?
Yeonjun rodó los ojos y se acercó a ver que estudiaba Soobin, el pelinegro aprovechó y lo sentó sobre sus piernas así que el mas bajo rodeo su cuello con sus brazos mientras recostaba su cabeza en el hombro de Soobin jugando con su camisa.
Soobin era feliz de tener a Yeonjun más tranquilo, al menos ya no estaba gritando, no quería tener que pelearse con el chico por eso, besó su frente suavemente y lo dejó pegarse más a él mientras repasaba la estúpida función de la computación cuántica, no le gustaba mucho pero era lo que tenía, Yeonjun mientras tanto jugaba con los botones de su camisa encontrando su piel suave y tersa tan divertida como un juego de cartas, no era mucho pero tampoco quería molestar a Soobin sabiendo que necesitaba estudiar, quizá si era egoísta pero no con su novio, no sería tan malo con él.
Dos toques a la puerta los distrajeron de lo que hacían, Soobin dejó a Yeonjun sobre la silla mientras el castaño veía tratando de ver quien estaba tras la puerta, cuando Soobin abrió una sonrisa amable se dibujó en su rostro inmediatamente, Yeonjun quería saber la razón de esa sonrisa.
—¡Soobin oppa!
Ugh, la mugrienta esa, rodó los ojos molesto por ello.
—Hola Dahyun ¿necesitas tus apuntes no? —dijo Soobin— voy por ellos.
Soobin se dio la vuelta viendo a un Yeonjun con los brazos cruzados, la chica sonrió saludando pero lo primero que hizo Yeonjun fue mostrarle el dedo medio molesto y con una expresión de pocos amigos, Soobin le bajó la mano serio.
—¿Qué crees que haces?
—Definiendo nuestra relación— le dijo Yeonjun viéndolo con la boca en una línea recta muestra de su molestia.
Soobin suspiró y le llevó los cuadernos a Dahyun.
—Lo siento si molesté a tu novio—dijo ella.
—No es mi novio—dijo Soobin— solo estamos estudiando juntos.
—Si gustas podemos estudiar juntos, ya sabes para reforzar conocimientos— dijo ella dulcemente.
—Suena bien, podemos estudiar para lógica de computación porque es muy cansado
—Oh, entonces... ¿Quieres salir al cine en vacaciones? Cuando los exámenes terminen ya sabes podemos salir —dijo ella.
—Claro, estem... lo pensaré un poco porque tengo algunos asuntos pero está bien—dijo Soobin— yo te aviso.
—Nos vemos Soobin oppa, ¡suerte!
Dahyun se fue y Soobin cerró la puerta suspirando, la chica era muy comprensiva y amable, miró de nuevo a su escritorio y tragó con fuerza al ver a Yeonjun con una expresión no muy alegre, cruzado de brazos pestañeaba lentamente y lo veía con atención, sin embargo no decía nada.
—¿No somos nada? —dijo Yeonjun con un tono severo.
—Sabes que no le puedo decir que somos novios o el rumor se irá corriendo en la universidad.
—¿Y qué hay de la cita? ¿Los rumores también se correrán si no sales con ella?
—Yeonjun eso... le dije que lo pensaría
—No, ¡tú le afirmaste que lo harías!
—Claro que no
Yeonjun se puso de pie de su silla, tomó sus cosas molesto cuando Soobin le tomó de la muñeca evitando que se moviera, una mirada suplicante se formó en sus ojitos oscuros pero Yeonjun estaba demasiado molesto para siquiera tratar de tomar un poco de piedad por ellos y simplemente se soltó saliendo de allí hecho un tornado de ira.
Maldito Soobin, maldita Dahyun, malditos todos los imbéciles, estaba molesto, demasiado, por ello ni siquiera lo pensó antes de tomar su motocicleta e irse a un bar.
Aun era temprano, no eran más de las nueve, si bebía hasta las once podría volver en su motocicleta, entró al viejo bar de aspecto antiguo, las bebidas se servían frías, mezcladas siempre unas con otras, amaba el sabor tropical mezclado con el vaso de tequila que llenaba sus sentidos haciendo que el recuerdo del dolor se fuera de su sistema como un río fluyendo en sus memorias cayendo a un oscuro hueco en su interior.
Sin embargo la sensación de su pecho quemando no se iba, lloró, lloró y lloró en la barra molesto, furioso, cansado y celoso, odiaba su cabeza por darle ideas que no eran reales, solo imaginar a Soobin con alguien más, solo pensarlo al lado de una persona ajena a él le dolía, pero solo era por ella, ¿por qué con nadie más se sentía así? ¿por qué no le molestaba cuando otros le hablaban? ¿era porque Dahyun era linda? ¿Por qué seria el tipo de chica que alguna vez soñó Soobin? ¿Por esa sonrisa que le regaló?
La música resonaba en la vieja vitrola, el sonido era lejano, su cabeza yacía sobre la mesa del bar mientras veía el borde del vaso, había perdido la cuenta de cuantos vasos llevaba, ya ni importaba, su visión borrosa apenas enfocaba los bordes del vaso, su cerebro no respondía bien, lo amaba tanto, le dolía, ni siquiera le había mentido pero su orgullo era mucho, no podía simplemente pensar que Soobin dejaría todo por él, eso no era real, conocía su amor pero también conocía la realidad, quizá a él si le gustaba la chica, mucho más de lo que le gustaba Yeonjun, ¿por qué le sonrió? ¿La amaba?
—Maldito infeliz—murmuró con la lengua trabada.
Un hombre de traje gris contempló a la pequeña criatura, Yeonjun se veía pequeñito y destrozado, quizá pequeño por el dolor que cargaba siendo más enorme, destrozado porque su corazón así estaba, dolía, tenía miedo, aquello se resumía simplemente a su miedo, miedo de no ser suficiente, miedo de no ser lo mejor, miedo de que de nuevo el mundo fuera justo con él, de nuevo lo dejaban de lado porque no cumplía las expectativas, de nuevo quedaba a un lado porque Yeonjun solo era amado por un momento, porque el odio hacia él era más grande.
—Oye niño, ¿estás bien?
—Bien? No...—murmuró con la lengua pesada por el alcohol— no soy suficiente... nunca lo seré... me odiará commo todossssssssss
Sin saber como, Yeonjun fue cargado por el hombre, su cuerpo era liviano, aquellas manos no se sentían como las de Soobin, no eran cálidas, no eran dulces, no dejaban una estela de caricias, no lo sostenían con emoción, simplemente se encargaban de llevarlo a un viejo auto, cayó en el asiento de atrás sintiendo el frío entrar por las ventanas, el sabor del alcohol todavía estaba presente en sus papilas gustativas, el suave sabor tropical mezclado con el picante del tequila y una pizca de chile en polvo, sus ojos se cerraban cansados.
Los te amo volvían, a su cabecita cansada llegaban los momentos que pasaban juntos, Soobin lo amaba tanto, tanto... no quería perderlo, sus besos, cada caricia dulcemente dada, sus risas, los juegos, cosquillas, empujones, besos de escondidas, dulces embestidas en sus puntos mas sensibles, toques en su cuerpo, marcas en su piel, palabras a sus oídos, momentos en sus brazos, miradas furtivas, pequeños guiños en secreto, coqueteos sutiles, cada instante, lo amaba, él amaba a Soobin, lo supo de nuevo en aquel auto, sobre los asientos tapizados de material su cuerpo yacía mientras su mente estaba con su amado.
Su cuerpo decayó sobre una cama, comenzó a desvestirlo, no, ni siquiera alcanzaba a moverse, no eran sus manos, no era su amor, no era él, no lo amaba, ¿o si? Dolía, dolía demasiado para su pobre corazón, sus ojitos oscuros suplicaban por ayuda.
—Estarás bien, no pasa nada, solo te quito los zapatos cálmate—dijo el hombre.
Yeonjun ni siquiera distinguía su rostro, su voz parecía profunda, lejana, eso hasta que sus ojos se cerraron en un lento sonido seco, el silencio por fin llegaba a su cuerpo cansado, ¿por qué el alcohol no servía? Aun dolía en lo más profundo de su pecho, sus lagrimas se escapaban a pesar de sus ojos cerrados, pesaba demasiado hasta que no pudo más y cayó en el profundo sueño que tanto suplicaba su cuerpo.
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Soobin repasaba por milésima vez aquella misma hoja, no tenía sentido alguno, ni siquiera le importaba nada de lo que decía sobre la maldita lógica de la computación, Dahyun hablaba pero no le importaba, nada de lo que pasaba a su alrededor le importaba, Yeonjun no se había cruzado con él en dos días y medio, como si en serio hubiera desaparecido de su vida, se puso de pie y miró a su alrededor en la biblioteca, no estaba allí.
—Soobin oppa?
—Tengo algo que hacer, tu sigue yo... iré a hacer algo—le dijo a la chica antes de irse.
Caminó hacia las canchas de tenis apresuradamente, recordaba que a veces jugaba solo en ese lugar, sus pasos eran rápidos y un poco desesperados, no podía estudiar bien si seguía con Yeonjun rondando en su cabeza a cada instante, perdería todo, porque lo perdería a él.
Y allí estaba, la maquina lanzaba las pelotas y él se encargaba de pegar con la raqueta contra estas, su mirada completamente centrada en el acto, el cabello le caía en la frente húmeda por el sudor, sus pies se movían ágilmente sobre el suelo de un lado a otro, sus piernas largas se mecían a la orden de su mente que buscaba desesperadamente ahogar aquello que a cada segundo retumbaba en su interior, el oscuro sonido de una suplica, sabía lo que necesitaba pero se negaba a ello, no podía hacerlo, su orgullo podía más.
—Yeonjun—dijo Soobin.
Apenas estuvo en su campo de visión el castaño perdió el ritmo y la maquina le lanzó una pelota haciendo que cayera al suelo, Soobin corrió a apagar la máquina y luego volvió con Yeonjun agachándose a su nivel pero recibiendo un empujón del contrario.
—¡no me toques maldito estúpido!
—Yeonjun
—Maldito muerto de hambre—gritó Yeonjun en rabia, sus pies caminaron por la cancha alejándose y dejando a un Soobin con el corazón roto.
El recuerdo de los primeros días volvió a su cabeza, dolía ser inferior a ellos pero no permitiría que Yeonjun se fuera, no decía aquello en serio, era por la rabia, lo sabía, caminó y le tomó del brazo viendo que no había nadie alrededor, Yeonjun intentó soltarse pero no lo permitió.
—Dilo de nuevo Choi Yeonjun—dijo seriamente
—¡Suéltame mentiroso!
—¡Yo no te mentí!
Yeonjun bajó la mirada quedándose quieto.
—Mírame a los ojos y atrévete a dudar de mi amor Yeonjun.
—¿Soy suficiente? —preguntó Yeonjun con la voz quebrada.
—Eres más que suficiente Yeonjun
—¿Y por qué no me buscaste? —susurró levantando la mirada— ¿Por qué no me buscaste cuando pensaba que dejarías de amarme? ¿Por qué no me buscaste sabiendo que estaba mal? ¿Por estar con ella? ¿Te agrada más que yo no es así?
—Yeonjun Dahyun solo es una compañera, tú eres mi novio.
—No me duele eso, me duele que a ella le sonrías de una manera que no haces conmigo... me dolió pensar que las cosas con ella irían perfectamente bien, incluso te cae bien, a mi lado solo tienes secretos y amor a escondidas ¿por qué no puedo ser suficiente? ¿Por qué tengo que ocultarme?
—Yeonjun—dijo tomando sus mejillas— a tu lado soy feliz, contigo tengo el amor que toda mi vida necesité, amo hacer todo lo que hago si es contigo, contigo puedo pasar horas y horas estudiando mientras tu duermes en mi pecho, puedo pelear porque no nos gusta que metan tantos libros a la universidad, contigo puedo recibir besos, no todo el tiempo pero cuando más los necesito, ¿no ves que eres lo que quiero? No eres suficiente, eres lo perfecto para mí.
—Estúpido—dijo Yeonjun viendo a otro lado.
—¿Quieres pelear mm?
—Quiero reclamarte por ir a estudiar con ella y sin mi presente—dijo Yeonjun viéndolo.
—¿Quieres venir?
—No, que asco—dijo con sus mejillas apretadas— ya suéltame la cara que se me entumece.
Soobin apretó más sus mejillas pero cuando se iba a quejar lo besó suavemente así que se dejó hacer a pesar de que después sus mejillas dolieran, Soobin se separó y juntó sus frentes acariciando su mentón suavemente.
—Tonto
—Idiota
—Estúpido
—Infiel
—Caprichoso
—Malnacido
—Mandón
—¡Soobin yo no soy mandón!
Llevo pocos dias en la uni así que les dejo esto que hace tiempo tenía y solo me faltaba terminar intentaré actualizar lo mas seguido que pueda por cierto ¿cómo va su 2025?
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