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–Yeonjun mgh ~~
Sus caderas se movían con fuerza contra su interior, la chica arqueaba su espalda gustosamente ante cada estocada, abrió sus ojos al sentir su máximo placer llegar, Yeonjun fingió hacerlo también y luego se fue al otro baño.
Odiaba cada vez que lo hacía pero no podía dejarlo, quitó el condón y luego se quedó sentado dentro de la regadera, odiaba el olor, la sensación, ni siquiera sentía que aquello le llenaba, pero lo necesitaba, necesitaba olvidarlo, necesitaba dejar de lado a Soobin, sin embargo no podía, un abrazo era su recuerdo, una sonrisa, solo verlo desde lejos, con esa sonrisa, sentía que se moría por ir a sus brazos, ansiaba volver a sentirse seguro.
–Yeonjun–murmuró ella– eso fue increíble.
No hubo respuesta.
–¿Yeonjun?
–Si claro–dijo volviendo en sí, le regaló una sonrisa– eres buena princesa.
La chica se arregló su faldita de porrista y sonrió, dejó un beso en sus labios y luego se colocó las bragas, salió de allí como si nada mientras Yeonjun se quedaba sentado, abrió la regadera y dejó que el agua cayera como si pudiera lavar sus pensamientos, pero ya nada podía ayudarle en nada y nunca lo lograría, porque por más que lo negara, estaba enamorado.
Al llegar en la noche a su habitación se lanzó a su cama, Beomgyu le envió un mensaje diciéndole que lo esperaban en la fiesta, suspiró y se preparó para salir, un conjunto que le hacía destacar, aunque a decir verdad Yeonjun podría verse bien con cualquier cosa sin siquiera intentarlo, salió con el cabello desordenado y la frente en alto, tomó su motocicleta y condujo hasta la casa de Jeon.
La música resonaba, muchos bailaban en el jardín, otros conversaban en la entrada con un vaso en mano, entró siendo recibido por todos, saludando aquí y allá, sonrisas, abrazos, las chicas que le hablaban, sus compañeros que celebraban que había llegado, notó a Huening hablando con una chica, simplemente pasó y palmeó su hombro, Beomgyu al parecer no estaba pero eso era porque seguramente ya había subido con alguien a tener sexo, la casa de Jeon era enorme, no era de extrañar que en el segundo piso muchos estuvieran entre besos y caricias, abajo bailaban y celebraban al ritmo de la música que se reproducía desde la cabina de un dj.
–¿Divirtiéndote Choi? –preguntó Jungkook con una sonrisa.
–Un poco, recién llego–le contestó dándole una palmada en el hombro.
–Pues toma, el alcohol siempre ayuda a relajarse, solo diviértete esta noche.
Yeonjun asintió y recibió el vaso que Jungkook le entregó, un vaso, luego otro, se fue a bailar en la pista, siguiendo el ritmo que lo llevaba, otro vaso, una ronda más, perdía la noción del tiempo, entre las luces lo vio, lo miraba seriamente, caminó entre la gente buscándolo hasta que una chica rodeó su cuello con los brazos, intentó zafarse pero para cuando volteó de nuevo hacia donde estaba Soobin ya no había nadie, la chica comenzó a besar su cuello pero la apartó.
Se mezcló entre las personas, no estaba en ningún lado, las luces comenzaban a ser molestas, el alcohol en su sistema ya hacía estragos, salió de la casa buscándolo, miró hacia adentro de nuevo pero decidió irse, su recuerdo volvía.
¿Por qué no lo abrazaba?
¿Por qué no estaba allí?
Su cabeza daba vueltas, su mente se perdía y en menos de lo que planeaba estaba llorando mientras caminaba, era patético pero llorar era su única respuesta, mientras caminaba algunos se quedaban viéndolo pero los ignoraba, levantó la cabeza notando que había regresado a la universidad ¿cuándo? ¿tanto había caminado?, sonrió y caminó con una idea que a su cabeza ebria le pareció increíble.
La mejor solución era encontrar al dueño de sus pensamientos.
Subió las escaleras cayendo al menos cinco veces, se recostó contra la pared y suspiró viendo las luces que se veían enormes y un poco borrosas.
–¡Soobin! ¡Soobin!
Se levantó y caminó hasta el piso en el que recordaba estaba, caminó y golpeó la pared, a su vista era la puerta debido a lo borroso que veía, golpeó y golpeó pero no había respuesta, cerró sus ojos pesadamente, estaba desesperado, le pesaba el cuerpo, sus hombros se recargaron en la pared y volvió a golpear.
–¡Soobin! Abre... la puerta ¡Soobin!
–¿Qué haces? –preguntó el pelinegro al verlo tocando la pared de la puerta de al lado.
Al verlo Yeonjun sonrió y se lanzó a sus brazos con una sonrisa tonta.
–¿Qué mierda crees que haces? Hueles horrible.
–Te amoouu–murmuró con una sonrisa contra su pecho pero Soobin lo apartó tomándolo de los hombros.
–Deja de mentir y vete.
–Puero... yo quiero estuar contuigo–dijo mareado y con la lengua enrollada.
Soobin suspiró y lo metió a su habitación, lo cargó y lo metió a la ducha mojando su cuerpo para quitar los efectos del alcohol, Yeonjun parecía dormido, dio un grito al sentir el agua fría sobre su cuerpo pero el pelinegro ignoró sus suplicas para que la quitara, una vez mojado lo sacó y lo sentó sobre la tapa del inodoro, tiritaba de frío así que fue por algo de su ropa.
–S-soobin–dijo Yeonjun temblando– t-tengo fr-i-io.
Soobin le quitó la ropa y luego le colocó un pantalón y una camiseta de su armario, odiaba a su cabeza por recordarle que a Yeonjun le gustaba usar su ropa, que sus prendas llevaba su olor impregnado aún, se odiaba porque, aunque estaba más que molesto con Yeonjun no podía dejar de cuidarlo envolviéndolo en sus sabanas para que tomara calor.
Se sentó en su silla frente al escritorio para seguir con sus estudios de química cuando sintió un tirón en la manga de su camisa, al voltear lo vio con las mejillas coloradas y la sabana cubriendo sus hombros, sus castaños cabellos desordenados y una carita suplicante, se derretía de ternura con solo esa hermosa imagen.
–Vuen a duormir conmigo –pidió en tono suave aun con la lengua enredada.
–Yeonjun suéltame–dijo en tono seco.
–Soobin–pidió con los ojitos llenos de lágrimas.
–Primero te vas y luego vienes a fingir que no pasa nada ¿me crees tu juguete?
Yeonjun bajó la mirada apretando los labios para no llorar.
–Contesta.
No hubo respuesta.
–¿Crees que puedes venir y mentir diciendo que me amas y luego solo hacerme a un lado? ¡Te parece divertido! – Yeonjun dio un brinco ante su grito y luego lo miró a los ojos– ¿sabes que es lo peor? Que te creí... fui un imbécil y creí que no jugarías y que en serio podría haber algo... ¡Yo te amo maldita sea!
–¡Yo también! –dijo llorando.
–¿¡Entonces por qué haces todo esto!?
–¡Porque no puedo fallar!
Soobin suspiró y se pasó las manos por el cabello.
–Debo ser el mejor y... no puedo hacerlo si te amo... quería matarlo y acabar con eso.
–Si te va a importar más tu imagen entonces quédate con eso y vete...
–¿Qué?
–Vete Yeonjun.
–¡No lo haré! te amo Soobin y quiero quedarme contigo... no puedo dejarte por más que lo trate.
–Júralo.
–Lo hago–dijo el castañito.
Soobin podría ser un idiota, a pesar de que su mente le dijera que no lo hiciera simplemente lo cargó y besó sus mejillas envolviéndolo entre sus brazos, su corazón estaba feliz por volver a tener a su lindo castaño entre sus brazos, lo había extrañado tanto que ni siquiera podía pasar un día sin que Yeonjun pasara cerca, que aunque no estuviera su memoria siguiera allí, cada beso, cada caricia, Yeonjun estaba impregnado en su cuerpo.
–Bin... podemos...–murmuró Yeonjun viéndolo a los ojos.
Soobin sonrió y dejó suaves besos en sus labios, tiró de estos suavemente mientras sus manos lo envolvían, Yeonjun se olvidó del frío con solo sus toques, sus cuerpo al calor de su amor, sus manos viajaron por su piel apretando su cintura, sus piernas, dio besos en su cuello, sus clavículas, lo acomodó sobre la cama con cuidado subiendo por su barriga dejando un camino de besos, subió su camisa notando una marca en su pecho.
–Esto no lo hice yo Yeonjun–le dijo viéndolo a los ojos.
–Lo siento –fue lo único que pudo decir.
–Lo pagarás pequeño príncipe.
Soobin mordió su marca suavemente, subió por su barriga hasta sus pezones erizándolos, con una mano tomó el derecho y sus labios succionaron el izquierdo, su cuerpo arqueándose era la respuesta que necesitaba, sus gemidos suaves mientras meneaba sus caderas contra su erección formada solo hacían que Soobin disfrutase ese momento, bajó sus pantalones notando su erección, Yeonjun se encogió un poco pero sonrió y abrió sus piernas.
–Me gusta verte necesitado Yeonjun.
Yeonjun soltó un gemido ahogado cuando Soobin introdujo la punta húmeda y rojiza entre sus labios, se mordió el labio hundiendo sus dedos en su cabellera negra, Soobin lamió y chupó su polla suavemente, llevó la mitad entre sus labios comenzando los movimientos hasta llevarlo por completo a su boca.
~~Soobin~~gimió Yeonjun perdido en las estimulaciones.
El pelinegro tocó sus puntos mas débiles abriendo sus piernas mientras Yeonjun se removía gimiendo su nombre entre labios, la sensación lo volvía loco y le encantaba, sus manos se hundieron en su cabello azabache, Soobin hizo un sonido suave contra su miembro enviando una vibración que hizo mucho mejor las estimulaciones, el castaño movió sus caderas contra su boca provocando que chocara contra su garganta pero logró controlar las arcadas.
~~Mgh me voy a correr Soobin~~
El pelinegro sintió a Yeonjun apartarlo, el castaño lo miró con los ojos llorosos por el placer y tomó sus labios besándolo, el pelinegro apretó sus caderas con fuerza mientras se acomodaba entre sus piernas, soltó sus caderas y le dio la vuelta, Yeonjun abrió sus ojos sorprendido ante la acción repentina pero Soobin apretó su erección contra su trasero desnudo y mordió suavemente su hombro.
–Vas a pagar por ese suceso–le susurró al oído.
Yeonjun soltó un chillido al sentir que Soobin colocaba un poco de lubricante frío contra su cuerpo ahora caliente, el pelinegro sonrió agradeciendo haberse quedado al menos con ese frasco por tanto tiempo, hundió su dedo húmedo en su interior cálido, soltó un gruñido mordiéndose el labio al escuchar sus gemidos, su dedo comenzó a moverse en su interior, luego un segundo dedo abriendo espacio en su interior escuchando los gemidos placenteros de Yeonjun que a pesar de no estar del todo consciente debido al alcohol disfrutaba de sus acciones.
Una vez listo llenó su miembro de lubricante para entrar con más facilidad, Yeonjun se quejó con un gemido necesitado debido al vacío, pero mordió las sábanas bajo su cuerpo al sentir las embestidas del pelinegro, se mordió el labio tratando de contenerse sin lograrlo.
~~Soobin ah mgh
Soobin sonrió al escucharlo, aseguró sus caderas apretando y dejando marcas rojizas en su piel lechosa, tomó su cabello y comenzó a besarlo desordenadamente mientras embestía su cuerpo sin piedad, apretó su pecho contra su espalda mientras Yeonjun gemía contra sus labios debido a las estocadas, mordió sus labios, chupó los mismos mientras sentía como Soobin se hundía por completo contra su interior.
El pelinegro soltó sus labios elevando más sus caderas y bajando su pecho contra el colchón, Yeonjun soltó un chillido al sentir que tocaba su próstata, sus piernas temblaban dejándose llevar por las manos de Soobin que sostuvieron sus caderas asegurando que no se moviera demasiado, su interior se apretó contra su miembro, el pelinegro tomó su miembro provocando gemidos en el castaño que se deshacía bajo su cuerpo mientras era fuertemente golpeado por las olas de placer que recorrían su cuerpo por completo.
Soobin sentía que su cuerpo estaba al máximo de nuevo, consumándose con quien más añoraba estar, porque, aunque lo negaba no podía vivir sin Yeonjun, lo amaba al punto en que le enojaba verlo fingir estar bien cuando sabía que ambos se morían por estar con el otro, al punto en que por más molesto que estuviera jamás hizo ninguna estupidez, al punto en que adoraba tenerlo de nuevo entre sus brazos sin importar si su relación era inestable, si ni siquiera sabían lo que vendría.
Yeonjun se tomaba con fuerza de las sábanas, Soobin daba en su punto exacto llevando su ser al máximo, mientras el pelinegro besaba su piel cálidamente y embestía con fuerza contra su punto más débil el castaño solo podía perderse en medio del abismo de placer que los inundaba, Soobin sentía su orgasmo acercarse, Yeonjun bajo su cuerpo recibió la atención necesaria en su propia longitud sintiendo que alcanzaba las estrellas.
No sabía si era por el alcohol, por lo mucho que había extrañado a Soobin, o simplemente cada vez que lo hacía con el pelinegro era única y especial por más que lo repitieran, el pelinegro tomó sus labios de nuevo mientras llegaba a su límite ahogando un gemido largo y gustoso contra sus labios, Yeonjun se apretó contra su cuerpo llegando a su orgasmo al mismo tiempo apretando las manos en sus caderas con gusto, cerró sus ojos y se desplomó temblando sobre el colchón.
Soobin se recargó en un brazo y luego se acomodó a su lado envolviendo a Yeonjun entre sus brazos, el castañito lo miró con una sonrisa tonta en la cara a lo que Soobin le dio la vuelta con una sonrisa fingiéndose molesto, Yeonjun intentaba darse la vuelta entre risitas hasta que Soobin se lo permitió y dejó un beso en su frente.
–Eres un idiota–murmuró Soobin seriamente.
–Puero tue gusta–dijo Yeonjun con una sonrisa boba y la lengua un poco atorada.
–Ven–dijo Soobin cargándolo en sus brazos.
–¡Sui sexo en el buaño! –gritó Yeonjun emocionado levantando las manos con una sonrisa infantil.
–No, te voy a quitar esa borrachera que te cargas–le dijo Soobin, Yeonjun lo miró y pestañeó un par de veces – con agua fría.
–¡No!
Soobin soltó una risa mientras el castaño entre sus brazos gritaba por auxilio ante el segundo baño de la noche, recibió el agua fría comenzando a llorar, ahora sabía que Yeonjun ebrio era el doble de dramático, el doble de llorón y el doble de feliz, todo un caso, sus lloriqueos pasaron todo el baño, miraba a Soobin con una expresión de pocos amigos que se veía mas de ternura que de miedo, como un pequeño que solo sabía hacer berrinche, Soobin sonrió y dejó un beso en su frente después de lavarlo, se colocó una toalla en la cintura y cargó a Yeonjun cubriéndolo también.
–No es justo... tengo frío–dijo Yeonjun temblando.
Soobin le colocó una camisa de sus pijamas y un pantalón de tela calientita que consiguió recuperar un poco de calor, luego de cambiar las sábanas lo acomodó como una bolita entre las sábanas y lo abrazó, Yeonjun se estiraba tratando de sacar sus manos de entre el montón de sábanas pero no lo conseguía, molesto hizo un puchero, ya no tenía fuerzas por el sueño que se apoderaba de su sistema.
–Soobin–dijo medio dormido.
–¿Qué?
–Quiero...abrázame...
Soobin sonrió al verlo quedarse dormido, lo sacó de entre las sábanas siendo su cálido cuerpo rodeándolo la ultima cosa que Yeonjun sintió antes de ceder ante el sueño, Soobin sonrió besando su frente y depositando un corto beso en su nariz.
Se dedicó a contar sus lunares, aunque solo era uno, lo acarició y dejó besos en sus mejillas, ver a Yeonjun tan frágil entre sus brazos, con una sonrisita tonta mientras dormía, sus mejillitas menos coloradas que antes, su respiración suave y relajada, acomodó sus cabellos y besó su frente de nuevo acercándolo a su pecho como si al escuchar su corazón supiera lo mucho que le encantaba estar a su lado.
Soobin estaba enamorado y eso era algo que no quería cambiar, estaba perdido por su lindo castañito de actitudes tan contrarias, a veces sentía que Yeonjun era otra persona a su lado, se volvía tan mimado y dulce, meloso y caliente, mientras que cuando se veían de lejos cualquiera pensaría que eran dos extraños cuando por dentro deseaban amarse sin límites, estaba enamorado de sus berrinches, de sus llantos, de cuando rodaba sus ojos molesto porque alguien no entendía su cabeza descolocada, cuando sonreía y sus ojitos se volvían lunas, cuando lo veía con ese brillo en sus ojitos oscuros, cuando lo abrazaba hundiendo su nariz en su espalda o en su pecho y fruncía sus labios como patito, adoraba cuando podían besarse sin límites, su lívido sin control y sus ocurrencias atrevidas ansiando experimentar hasta la última parte de sus placeres tan libremente.
Soobin estaba malditamente jodido, pero adoraba estarlo si era por Yeonjun.
A mi me encanta el relajo de esta wea :D
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