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A la mañana siguiente, cuando bajó a desayunar, ni su madre ni ningún otro Cullen comentó sobre la breve discusión de la noche anterior que presenciaron entre ella y Edward, lo que hizo que Prim se sintiera aliviada, ella recordaba perfectamente cada palabra, Pero eso solo quería decir que le gustaría un agujero para pasar el resto de la década, no que se arrepintiera. Se despertó sintiéndose terrible, pero valiente, fuerte y decidida.

Un suspiro escapó de ella cuando Edward bajó las escaleras, llevaba una camisa de malla azul claro con las mangas dobladas y un pantalón blanco, ropa normal que ahora hacían que se fijara en el contorno de los músculos o en cómo los pantalones hacían su trasero aún más lindo. Prim maldijo que fuera tan hermoso, sintió que su cabeza giraba con el efecto de la resaca y se masajeó la frente.

— Me gustaría hablar con todos ustedes— Dijo sentado en la mesa y la pelirroja se preparó para levantarse, entonces él tocó su mano y ella sintió el corazón acelerarse. — Por favor, Prim. Quédate—Ella volvió a sentarse teniendo la breve sensación de que se arrepentiría.

— Aquí, cariño— Alice le extendió una pastilla y un vaso de agua y Prim sonrió agradecida. — Deberías ponerte un sueter, hace frío afuera.

— ¿De qué quieres hablar, hijo?— Carlisle preguntó interesado, sentado en el borde de la mesa. Edward inició un largo discurso que Prim no quiso escuchar por completo, se limitó a la parte donde Edward contó que Bella había descubierto el secreto de los Cullens a través de Jake - Prim realmente consideró ir a patear el trasero de Jacob, No podía creer que le contara a Bella sobre leyendas que ni siquiera creía.

Edward aseguró enfáticamente que nunca dejaría que nada malo le sucediera a Prim o a Bella y que ambas siempre estarían seguras, aunque le costara la vida.

A Prim le pareció muy noble, pero una gran tontería.

¿En qué estaba pensando al arriesgar a toda la familia de esa manera? La respuesta era tan clara como el agua, él no estaba pensando mucho, estaba enamorado. Hasta los vampiros cometen estupideces cuando están enamorados.

Edward pidió la aprobación de cada miembro de la familia y ninguno, aparte de su madre, se atrevió a negar su petición de llevar a Bella a conocerlos oficialmente como su novia. Lo que sucederá muy pronto, por la forma en que Edward actuaba. Prim sintió la familiar sensación de contrariedad y decepción, por eso se limitó a asentir positivamente cuando Edward miró en su dirección y llegó su turno de hablar. Él parecía ansioso por su respuesta, ¿pero qué diría ella?

Claro, trae a tu novia aquí, ella es una chica muy agradable y sería genial si no estuviera interesada en ti, por quien, aparentemente, todavía tengo sentimientos desconocidos y confusos que me niego a aceptar. — ¡Eso sería algo maravilloso!

Había un lío de sentimientos dentro de ella y Prim seriamente se preguntaba si no estaba volviéndose loca. Había algo muy malo con ella, ¿cómo podía mirarlo y desear tocarlo? ¿Cómo podía sentir esa envidia de Bella que crecía como hierba mala? ¿Qué había de malo con su cerebro? Era absurda. Se negaba a creerlo, a aceptar cualquier cosa relacionada con eso. No quería y punto. Edward que fuera feliz con Bella mientras ellos vivieran.

Prim alejaría esas sensaciones, de alguna manera lo haría.

— Abuela, ¿puedo ir en tu coche hoy? — Cuestionó pellizcando un pedazo de la tortita y levantó la cara, viendo que todos la miraban intrigados, Prim había aprendido a conducir, pero realmente no confiaba en un volante sola, por eso no había si quiere aceptar el coche que sus padres le ofrecieron en el último cumpleaños. — Olvídenlo. sólo iba a pasar por un lugar antes.

— Sí que puedes...

— Puedo llevarte— Edward se ofreció, mirandola esperanzado, parecía esforzarse para acercarse nuevamente. Probablemente porque como ella, Edward odiaba cuando peleaban. No estaban acostumbrados a eso, era una experiencia nueva, después de todo, todo siempre fue fácil y correcto para ellos.

Pero eso fue cuando Prim era una niña. Es fácil adaptarse a un niño, necesitaba recordar que ahora las cosas eran diferentes.

— ¿No vas a ir a buscar a Bella? Los enamorados buscan a sus novias en casa, ya sabes— Comentó llevnado el vaso de leche a sus  labios. — Por cierto, mamá dijo que hubo un imprevisto en Port ángeles ayer. ¿Está bien?

— Por supuesto— Él respondió después de un momento, pareciendo confundido con su cordialidad. — Ella, Jessica y Angela fueron a ver vestidos para el baile y Bella se perdió del grupo.

— Oh— Prim apoyó su cara sobre sus manos, sonando pensativa, pero realmente solo trataba de ser desinteresada de Edward y Bella. - Bueno, de todos modos, vas a llegar tarde, Edward.


—Prim...

Ella se levantó, llevando el plato hasta el fregadero, aún bajo la mirada atenta de su familia.

— Puedes usar mi auto, querida— Esme lo dijo delicadamente y Prim sonrió amable a la abuela.

—Está bien abuela, voy con mis padres. no hay problema, no es nada urgente realmente.

Prim tomó la mochila sobre la silla, colocándola en la espalda y yendo hacia el exterior de la casa, su padre y madre la siguieron después de unos breves minutos y Prim saltó al asiento de atrás, fue cuestión de segundos hasta que Rosalie estaba en el asiento delantero, Observándola atentamente con sus ojos de madre vampira.

— ¿Estás bien, cariño? — Te lo preguntó tocando un mechón de tu cabello.

Prim quería llorar, odiaba cuando su madre la tocaba y hablaba de esa manera, porque siempre la hacía sentirse como una niña indefensa y lloróna. Pero esta vez hizo todo lo posible para mantenerse firme. La noche anterior dijo cosas de las que no se arrepentía y se dio cuenta de que nada de eso fue el efecto de la bebida, fue sólo ella y sus sentimientos siendo expresados.

¿Cómo pudo dejar que esto pasara?

— Genial, mamá— sonrió abiertamente. — sabes que la resaca hace daño a los humanos, pero estoy bien, me divertí mucho ayer.

Su madre sonrió contenta. — Lo siento por Edward, pero me contó sobre el vampiro desconocido— Rosalie la miró de forma preocupada y Prim se extrañó que su madre no le estuviera dando un sermón.

— No hizo nada malo, parecía un chico en una fiesta, mamá—Prim le sonrió a su mamá y oyó a Emmett gruñir. — Pero tendré cuidado, lo prometo. Bueno, ahora que ha visto a Edward, dudo que vuelva a acercarse.

— Eso espero— Habló Emmett. — O lo cazaré y lo castraré para que no pueda tener sexo nunca más.

Prim y Rosalie se rieron juntas y Prim pasó los brazos alrededor del cuello de su padre, aunque estaba en el asiento de atrás, lo abrazó besando su mejilla.

— Eso papá, defiende mi honor!

—Uh— Rosalie murmuró divertida. — No sé si quieres que defendamos tu honor, linda.

Prim y Rosalie se rieron cuando Emmett empezó a quejarse de que  no le gustaba que Prim tuviera novio y que pensaba que era absurdo que su hija saliera con alguien siendo tan joven. Algo sobre querer que esperara al menos 30 años para tener un novio.

Cuando llegaron a Forks High, Prim rápidamente se despidió de sus padres y fue hasta donde Lauren estaba sentada, la rubia llevaba gafas oscuras y la expresión no era de las más amistosas. Prim se tiró a su lado, mirando el cielo nublado de Forks y lamentando no haber podido quedarse en casa descansando de la fiesta del día anterior.

— Estas bromeando! — Lauren murmuró a su lado quitándose las gafas y Prim miró en la misma dirección curiosa con lo que había dejado a la rubia tan conmocionada.

Vio a Edward y Bella caminar de la mano por el estacionamiento. Edward claramente se divertía con toda la atención que recibía mientras Bella parecía casi desplazada a su lado, avergonzada por las miradas e insegura como Prim sabía que era una de sus características.

— ¿Tú.? — Lauren miró a Prim preocupada y la pelirroja sacudió la cabeza negándose a hablar del asunto. Lauren asintió, suspirando. — ¿Qué hay del guapo de ayer?

— Él besaba muy bien— Contó alejando de su mente la visión de la nueva pareja y sonrió recordando el vampiro misterioso. — Es una pena que mi hermano se interpusiera, realmente le hubiera dado a ese tipo lo que quisiera, había algo... magnético en él.

— Tu hermano es un gran idiota— Lauren se quejó estallando una burbuja de chicle y mirándola llena de interés. - ¿Y, vas a verl de nuevo? No todos los días un tipo nos hace esto.

— De hecho, no lo creo, ni siquiera sé el nombre del tipo— Se encogió de hombros y su voz sonó decepcionada hasta para ella misma.

Lauren parecía igualmente decepcionada y ambas coincidieron en que sería muy difícil que Prim lo encontrara por casualidad otra vez, y sólo Prim sabía que era muy común que los vampiros que andan solos desaparezcan demasiado rápido al encontrar un clan tan grande como el de su familia.

Es probable que Prim nunca lo vuelva a ver. Lo que era una pena, porque realmente tenía algo que la atraía.

Sus primeras clases fueron aburridas como siempre, Prim escuchó muchos susurros acerca de la relación de Edward y Bella, por lo que, molesta por cualquier información al respecto, pasó la mayor parte del tiempo con los auriculares escuchando su lista de reproducción de la tristeza. El intervalo no fue diferente, Edward y Bella se sentaron en una mesa separada y Prim decidió sentarse junto a su familia ese día, lo que fue una mala elección. Sus padres no parecían notar nada malo con ella, pero Alice y Jasper tenían sus miradas fijas sobre Prim como si ella realmente hubiera perdido una competencia.

— Paren esto ahora. No soy como Meredith Grey. - Se quejó a los dos, levantándose y tirando el resto de la comida a la basura. Pasó por las puertas del comedor sintiéndose irritable y molesta con todo y todos. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de la presencia calmante de Jasper detrás de ella.

— Excelente referencia— Siempre le pareció interesante cómo Jasper nunca había perdido los modales de soldado, incluso ahora, con la apariencia de un adolescente, cualquiera podría temerle más allá del vampirismo.

Prim sonrió ligeramente. — En serio, tío Jasper, estoy bien. No exageres, no es gran cosa. Yo sólo...

— El primer paso es siempre la aceptación y sabes que estaré aquí para conversar cuando quieras.

Prim miró a Jasper incrédula. — No hay nada que aceptar. - Ella suspiró finalmente, hundiendo sus hombros y echando un vistazo al rubio. — Es sólo una fase, los sentimientos confusos son comunes a mi edad, deberías saberlo.

Jasper arqueó sus cejas. — ¿En qué sitio de psicología leíste eso?

Antes de que Prim pudiera responder, los ruguidos del motor y las llantas de canto llamaron la atención de ambos, ella vio con curiosidad un jeep rojo y antiguo aparcar de mala manera. Se sorprendió cuando la persona que salió del coche fue el vampiro de la noche anterior y se veía aún más guapo, lo que era absurdo.

No hacía ninguna cuestión de mezclarse, llevaba botas de piel y estaba completamente de negro, los cabellos aún parecían rebeldes y Prim pensó que tal vez él estaba loco por aparecer llamando tanta atención de esa forma.

Sus brazos estaban afuera en una camiseta de regata y llevaba gafas de sol como si estuvieran en California, pero aún parecía una versión más cálida y tatuada de Dean Winchester.

Volvió a sentir que la arrastraban hacia él y dio dos pasos hacia él hasta que sintió que alguien le sostenía la muñeca. Jasper la mantenía en su lugar, mirando al vampiro con recelo.

Prim arqueó la ceja, mirándolo. — ¿Tío Jasper? ¿Puedes soltarme?

Él sacudió la cabeza negativamente. — No confío en él. Él hace algo extraño en ti.

—Tío Jasper!

Su tío la miró sin gracia. — Más de lo normal, ya sabes.


—Tío!

Él sacudió la cabeza y por fin soltó su muñeca, dejándola dar algunos pasos adelante, algunos estudiantes curiosos ya se enrollaban para volver a las clases y Prim lanzó miradas irritadas a quien pudo.

— Pareces llamar demasiado la atención de algunos vampiros— Se acercó tan cerca que Prim puede sentir el aliento frío golpeando su cara. Echó un vistazo a Jasper detrás de mí y sonrió malicioso. —¿Tendré que pelear por ti?

Prim sonrió, haciendo su expresión desinteresada. — No. Eso requeriría que estoy interesada en usted.

— Outch!— Él llevó su mano al corazón, sonando teatralmente ofendido. La sonrisa maliciosa no abandonando su rostro ni un segundo. — ¿Estás siendo sincera o cruel?

—Un poco de las dos.

El brazo fuerte rodeó su cintura y Prim jadeó sorpresa cuando él la jaló hacia sí, su cuerpo golpeó contra el pectoral duro y él arqueó la ceja, acercando el rostro al suyo.

— Creo que eres una mentirosa.

Prim sonrió satisfecha. — Tal vez. Tú no podría saberlo, después de todo.

Él la miró profundamente y Prim se sintió diferente en el momento en que subió las manos por su espalda causándole un escalofrío. — Me encantaría averiguarlo, cariño.

Un ruido llamó la atención de Prim y ella se sonrojó al ver a su tío y a su padre de brazos cruzados.

— ¿Sales con todos esos vampiros? —Preguntó inclinadose hacia ella y cruzó los brazos también. Prim controló la sonrisa y volteó los ojos, mirándolo incrédula. — Algunas chicas lo disfrutan. - Comentó displicentemente.

—Son mi familia.

Él la miró sorprendido por un momento. — ¿Familia? — Prim asintió en silencio e hizo una mueca graciosa. — Bien. Bien. Quién es el líder del clan?

Prim rodó los ojos, Emmett y Jasper se acercaron, su padre tirandola hacia su lado sin ningún pudor.

— ¿Qué quieres, vampiro?

El rubio levanta las manos de forma displicente. — De hecho, pretendo hacer residencia en la ciudad. No sabía que había vampiros aquí hasta que conocí al vampiro castaño de anoche.

— No permitimos cacerías en esta zona— Jasper lo dijo en serio, y solo entonces Prim se dio cuenta de que los ojos del desconocido eran igualmente dorados, se sintió realmente aliviada. Esperaba que no hubiera estado jugando a las bromas con un vampiro sanguinario.

— Yo no cazo humanos— respondió en serio. — y me gustaría hablar con el líder del clan. Mi residencia está al norte, sigan mi olor y me encontrarán—Miró a Prim una vez más. —A propósito, me llamo Rhage.

Prim sonrió. —Yo soy Primrose.

Especial navideño 1/3

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