Ya habían pasado varios minutos y el menor no había ido como le había prometió en el auditorio.

Le dijo que hablarían después de clases en la sala de arte, sin embargo Taehyung lo había dejado plantado.

Seguramente esa era su venganza.

Pensó que todo estaría bien con la presentación pero parecía que Taehyung tenía un corazón de piedra y ni eso lo había conmovido.

Se colgó su bolso a su muchila dispuesto a irse, no esperaría más tiempo.

Pero apenas dio unos pasos Taehyung apareció, agitado como si hubiera corrido un maratón.

—Perdona— le dijo —estaba hablando con el profesor porque se equivocó al ponerme la calificación.

—Ya... ya veo— hablo nervioso —¿Te gusto la presentación?— preguntó tímidamente —ya sé que no soy él mejor cantando ni bailando pero puse mi mayor esfuerzo y...

No pudo reaccionar a tiempo, tampoco lo había visto venir pero sabía que los labios de Taehyung sobre los suyos siempre serían lo mejor del mundo.

—Fue hermoso, parecías un ángel, precioso— le beso de nuevo más salvaje y apasionado y esta vez Hoseok pudo corresponder.