C4: Tiempo de algunas preguntas

Nota: Mashiro es el nombre
de la madre de Mafuyu.

𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝐼𝒱

Estaba seguro que el alma se le saldría en alguno de sus suspiros, todos en el estudio habían notado el extraño comportamiento de Uenoyama, bueno, el muchacho ya era extraño por naturaleza, pero en ese momento lo era aún más.

Aún con eso nadie tuvo el valor de preguntarle, su cara era aterradora.
A los ojos de su novio era una mezcla entra guapo y aterrador pero ese era otro tema.

Sólo habían dos cosas claras en ese instante de la vida del pelinegro.

La primera era que su habilidad con la guitarra era fantástica aún cuando su mente estaba hecha un completo desastre.

Y la otra era que tenía terror de conocer a la madre de su ahora pareja.

No iba a negarlo, sus palmas sudorosas lo delataban, ni siquiera entrelazó su mano con la de Mafuyu una vez que tomaron rumbo a la casa del castaño, aunque esto hizo enojar al más bajo. Pero no había de otra, no quería ser descubierto, sería demasiado vergonzoso y su papel de chico genial ante los ojos de Mafuyu caería patéticamente. —Aunque esto ya había ocurrido hace mucho tiempo sin que se diera cuenta.

—Uenoyama-kun, ¿Te ocurre algo? —Mafuyu inquirió tímido.

Uenoyama se sobresaltó.

—¿E-Eh? ¡No! Estoy bien, ¿Por qué preguntas?

—Bueno, te veías algo distraído.—Habló con una expresión preocupada, Uenoyama pensó que era lindo cuando fruncia el ceño e inconscientemente apretaba sus labios.

Le gustaba.

—¿Lo notaste?— Preguntó sorprendido, algo tonto teniendo en cuenta que su rostro pedía a gritos que notaran su desesperación.

—Claro, yo siempre estoy observándote.—Ladeó la cabeza para encontrarse con sus ojos, fue entonces que le sonrió.

Ritsuka apartó la mirada, comenzaba a sentir su cara arder. Era peligroso tenerlo cerca, pero era aún más peligroso lo que viviría en unos momentos más.

Si lo pensaba con calma, ¿A que le tenía miedo exactamente?

¿A no agradarle a su madre? ¿Qué sucedería si fuera así? ¿Les prohibirian salir? ¿Mafuyu obedecería? ¿Le tratarían mal? ¿No le permitiría verlo nunca más e incluso lo cambiarían de escuela pero al ser demasiado insistente en buscarlo finalmente su madre le obligaría a salir de la ciudad para así romper cualquier tipo de contacto con él y con eso su amor se tornaría completamente imposible y ambos pasarían el resto de su vida sufriendo por la ausencia del otro y lo inconclusa que fue su breve historia de amor?

Sea lo que sea, debía dejar de mirar tantos dramas con su hermana, hacía que su imaginación vaya más allá de lo debido.

Miró a Mafuyu de reojo, él se veía tan calmado, como siempre. ¿No estaba preocupado? ¿Tanta fe tenía puesta en él que estaba seguro de que su madre aceptaría su relación?

Tal vez estaba exagerando.


No estaba exagerando, lo afirmó una vez que se encontró de pie frente a la puerta del departamento en el que tantas veces estuvo, se preguntaba si la madre de Mafuyu sabía de eso también. Sería jodidamente bochornoso.

Ritsuka respiró profundamente cerrando los ojos, Mafuyu rio.

—¿Entonces sí estás nervioso?

Mafuyu le miró aguantando otra risita.

—¿Tú no lo estás?

—Has estado aquí antes.—Le intentó animar.—Sólo es mi mamá, todo irá bien.

Uenoyama parecía dudoso todavía, Mafuyu intentó darle un poco de apoyo tomando su mano y apretándola suavemente, eso siempre lo reconfortaba, esperaba que con su novio fuera igual. El corazón de Uenoyama comenzaba a acelerarse, quería abrazar ahí mismo al más bajo pero fueron sorprendidos por la madre de Sato.

—¿Cuánto tiempo han estado ahí? Cariño, ¿Olvidaste tus llaves? De todas formas estaba abierto. —Dijo con un tono amable, su mirada era igual.—Ya, entren de una vez.

La mujer se apartó con una sonrisa, dejándoles pasar.

—Con permiso.—Uenoyama intentó sonar firme pero sus piernas podían compararse a dos frágiles gelatinas que no paraban de temblar.

—Mamá, él es...

—¡Ah! ¡Entonces tú eres Uenoyama-kun!—Soltó entusiasmada, Uenoyama no pudo evitar sentirse apenado, era como ver una versión femenina de Mafuyu.

Su madre era una mujer hermosa y joven con grandes ojos brillantes; ya no tenía dudas del por qué del rostro bonito de su pareja.

—¡Eres muy guapo! ¡Mi mayor temor era que Mafuyu se consiguiera a un tipo nada encantador!—Soltó una risa escandalosa.—Cariño, tus gustos son los mejores.

—Mamá, estás muy emocionada.—Dijo Mafuyu notando la mirada nerviosa de Uenoyama.

—Oh, lo siento.—Respondió llevando una mano a su rostro, no había notado que se encontraba tan exaltada.

—Soy Uenoyama Ritsuka, es un gusto.—Uenoyama hizo una leve reverencia.

—¡No necesitas ser tan formal!—La madre de Mafuyu hizo un gesto restándole importancia—Vamos, ambos pasen a la sala.

Ambos muchachos compartieron una sonrisa cómplice, tal vez no estaría tan mal, su madre era bastante dulce y cálida.

Y eso era un arma de doble filo.

Uenoyama comenzaba a sentir remordimiento por cada paso que daba dentro del departamento, a donde sea que mirara, había un recuerdo de él y Mafuyu besuqueandose sin que su madre supiera, odiaba pensar en ello en momentos como esos. Pero odiaba aún más que Mafuyu se mantuviera tan sereno, ¿Acaso era el único que sentía vergüenza?

—Mafuyu, ¿Trajiste los fideos instantáneos? ¡Lamento no cocinar para ustedes! Apenas y pude conseguir un espacio en el trabajo para conocer a Uenoyama-kun.—Dijo preocupada.—¿Mafuyu?

—Oh, creo que lo olvidé.—Murmuró pensativo.

—¿Eh? Pasamos por al menos cuatro tiendas de conveniencia.

—Lo siento.

—Eres muy distraído.—Uenoyama le regañó y Mafuyu encogió los hombros con una sonrisa traviesa en el rostro.

Mashiro esbozó una pequeña sonrisa al notar la naturalidad con la que Uenoyama lo reprendia, se notaba lo cercanos que eran.

—Puedo ir a comprarlo ahora mismo.—Sugirió.

—Oh, ve Mafuyu, nosotros te esperaremos.—Respondió la mujer, ganándose una mirada confusa por parte de Uenoyama, ni siquiera le preguntó.

Mafuyu notó lo anterior y luego de un pequeño vistazo terminó por obedecer a su madre.

Los nervios de Uenoyama regresaban a él en todo su esplendor, tal vez la actitud amigable de su madre era una finta para no demostrar su verdadero ser, el cual sería una madre super protectora que no dejaría que un chico como él anduviera con su lindo y delicado hijo.

—No tienes que estar tan rígido.—La voz calmada de Mashiro irrumpió con las sospechas del pelinegro.—¿Quieres un poco de té Unoeyama-kun? ¡Lo he preparado antes de que llegarán!

—Oh, seguro.

—Acompáñame a la cocina, te serviré un poco.

Al ponerse de pie el pequeño Kedama corrió directamente hacia Uenoyama, saltando para apoyar sus patitas en las piernas del muchacho.

Ya se había vuelto costumbre en él llevarle algunos bocadillos al pequeño cachorro de Mafuyu cada vez que lo visitaba, por eso mismo se ganó rápidamente el cariño de Tama, sólo que en esa ocasión no le había llevado nada.

—Oh, veo que le agradas a Tama.—Comentó alegremente acariciando al pomerania.

—Sí, es muy amigable, lo conocí anteriormente. —Soltó sin percatarse de que se había delatado, sin embargo, la madre de Mafuyu no pareció tomarle importancia, se notaba algo triste mientras miraba a Kedama.

—Tama fue un regalo que me esmeré en buscar para Mafuyu.—Habló después de un largo silencio.—Esperaba que a Mafuyu lo animara pero fue un logro a medias.

—¿Por qué?

Mashiro suspiró pesadamente.

—Fue una temporada difícil, Mafuyu estaba muy triste por haber perdido a Yuki, fue muy inesperado.

Ese nombre hizo que el interior de Uenoyama se revolviera. Esperaba una conversación más simple, tal vez que le contarán anécdotas vergonzosas de cuando Mafuyu era pequeño, pero ese no fue el caso en lo absoluto.

—Oh, lo siento, debo estar confundiendote, ¿Mafuyu te ha hablado de esto?—Dijo avergonzada por su imprudencia.

—No mucho...—Mintió, en realidad nunca habían hablado claramente sobre ese tema.

—Fue una lástima.—Continuó hablando mientras servía un poco de té de Manzanilla.—Todo ocurrió de manera inesperada, ese niño nos sorprendió a todos.

Podía notarse cierta tristeza en su voz.

—Fue muy difícil para Saeko-chan, pasar por tanto dolor, bueno, es algo obvio pues era su madre. Ella y Mafuyu se entendían. Incluso le dejó esa guitarra que siempre está cargando.

La mujer extendió una de las tazas hacia Uenoyama, este agradeció en voz baja para no interrumpirle.

—¿Vives con tus padres, Uenoyama-kun?—Preguntó dando el primer sorbo a su té.

—Oh, sí. Vivo con mis padres y mi hermana.

—Vaya, incluso tienes una hermana.—Sonrió con la mirada baja.—Me hubiera encantado darle un hermano a Mafuyu, pero me enamoré de la persona equivocada y finalmente terminé siendo una madre soltera.

Uenoyama sintió como los sentimientos de la mujer comenzaban a consumirla, eso le entristeció.

—Creo que lo ha hecho excelente usted sola.—Le animó.—Mafuyu es un chico brillante y amable.

—Me gustaría creer lo mismo, pero ha sido difícil, lo he descuidado tanto que no logré que se abriera conmigo y me contara todo el dolor que había dentro de él.—Se detuvo, parecía pensar.—He hecho todo lo que he podido pero aún así no ha sido suficiente. Mafuyu siempre ha sido un niño tan solitario, sentía que debía protegerlo todo el tiempo, pero incluso si yo lo deseaba él no quería ser protegido, pensé que me odiaba por sacar a su padre de nuestras vidas, pero no tenía otra opción, no quería que lo continuaran lastimando.

Ritsuka pensó que mientras más hablaba, más se parecía a Mafuyu, ambos tenían la misma mirada que te amenazaba con echarse a llorar en cualquier momento, pero con una mirada tan dulce que te hacía perderte en ella.

Al mismo tiempo, se dio cuenta que habían muchas que aún no conocía de Mafuyu.

—¿Mafuyu le contó que estamos saliento?—Preguntó curioso.

Mashiro alzó la mirada, algo confundida.

—Oh, creí que lo sabías, Mafuyu no me lo dijo. —Hizo una pausa. —Me pregunto cuando pensaba decírmelo, si Hiiragi no me lo hubiera contado, nunca me habría enterado.

—¡¿Hiiragi?! —Exclamó Uenoyama irritado.

—Sí, el amigo de Mafuyu, ¿Se conocen, no es así?

—Lo conozco. —Un idiota, pensó Uenoyama.

Todo el tormento que estaba viviendo era obra de la gran boca chismosa de Hiiragi, ya podía sentir sus cabellos entre sus dedos, le arrancaría todo hasta dejarlo completamente calvo.

La castaña rio por la reacción del joven, era divertido para ella ver las interesantes expresiones del contrario, Uenoyama era una elección interesante para un chico tan calmado como su hijo.

Tan opuestos, pensó para sí misma.

—Me alegra que seas tú el que cuida de Mafuyu.—Habló.—Puedes ser el complemento perfecto para que pueda superar todo lo que ha pasado.

—Pero Mafuyu ya está completo, se basta él solo para continuar.—Aseguró con mirada seria.—Lo está haciendo bien, yo sólo estoy a su lado.

La seguridad con la que hablaba hizo enternecer a Mashiro.

—Me falta tanto por conocer de mi propio hijo. —Resopló.—por esa misma razón quería conocerte, no quiero cometer el mismo error dos veces. Necesitaba asegurarme de que seas alguien que pueda hacerlo feliz. Los últimos meses lo he visto sonreír en muchas ocasiones, incluso volvió a salir con sus viejos amigos de la infancia, eso me hizo tan feliz, era una señal de que todo comenzaba a mejorar, cuando Hiiragi me dijo que Mafuyu tenía un nuevo novio, eso me sorprendió mucho, estuve asustada al principio, creí que podría salir lastimado otra vez, pero luego de ver a Mafuyu y sus ojos brillando nuevamente me sentí tan aliviada de que él aún pudiera anhelar algo y seguir avanzando.

Ritsuka continuó escuchando atentamente, verla tan triste hizo que sus sentimientos llegaran tan profundamente hasta él.

—Uenoyama-kun.—Mashiro le llamó.—Pero yo quisiera saber...¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por él? ¿Tus sentimientos son pasajeros o lo suficientemente fuertes para estar a su lado por mucho tiempo? ¿Quizá para siempre? ¿Algunos años o mucho menos que eso?—Ella suspiró—¿Cómo es tu amor, Uenoyama-kun?—Sus ojos buscaban respuesta de algo que ni él mismo se había preguntado.

Pero no había ni una pizca de maldad en sus preguntas, era la preocupación de una madre y el temor de que lo único por lo que vivía terminara lastimado nuevamente.

¿Hasta donde estaría dispuesto a llegar por él? ¿Cómo era su amor?

Nunca lo había pensado hasta ese momento.


Capítulo corto pero importante.

PIDOPERDÓN.
Las cosas han sido difíciles últimamente, tengo mucho por hacer, por eso las actualizaciones son lentas, pero nada quedará inconcluso, por eso les agradecería que no me dejaran tantos comentarios presionándome, eso me hace sentir muy ansiosa :(

Por lo pronto les dejo el título del siguiente capítulo.


Advertencia de mucha pena ajena en el siguiente capítulo jajsjsjd, nuestros niños se ponen de calentones pero tal vez eso les cause muchos problemas. Este capítulo se publicará en una o dos semanas, así que la espera no será tan larga ❤️.

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