Capítulo Único

Hace mucho tiempo atrás existió un pequeño angelito llamado Atsushi Nakajima. El angelito no tenía nada, sus padres lo habían muerto, no tenía amigos y apenas podía sobrevivir en las calles.

Lo había perdido todo.

Hasta que un día encontró a alguien que lo ayudó a pesar de que estaba en la misma situación que él.

Su nombre era Ryunosuke Akutagawa, era un par de años mayor que él. Y vivía junto a su hermana menor Gin Akutagawa, en las calles.

En un pequeño callejón oscuro siendo iluminado solamente por la luz de las farolas.

Al principio no se llevaron bien, eran como el perro y el gato, siempre peleando por cosas absurdas.

Pero poco a poco fueron cogiendo confianza, aunque no faltaban alguna que otra pelea entre ellos, pero era ya la costumbre.

Fue muy difícil para el angelito acostumbrarse a su forma de vida, al principio no le parecía muy correcto el hecho de robar para comer.

Pero después entendió de que era una necesidad, y no una decisión de bien o mal.

Los días iban pasando y con ellos las semanas y los meses, se acercaba diciembre, una fecha muy llamativa dentro del calendario, la Navidad.

Atsushi conocía muy bien esas fechas, cada año las había celebrado con sus padres, pero este año no iba a poder ser así.

Ryunosuke y Gin no habían celebrado nunca la navidad. Les era muy complicado, sus padres los habían abandonado con apenas 3 años (Ryunosuke) y 8 meses (Gin).

Tuvieron suerte de que una anciana, que también vivía sola, en las calles, los acogiera y cuidara. Hasta que falleció cuando Ryunosuke tenía 9 años y Gin casi 7 años.

Después se les unió Atsushi dos años más tarde, eran como una pequeña y rara familia.

Atsushi Nakajima no era una persona de hacer las cosas por su cuenta, preferiría estar acompañado de alguien.

La noche antes de Navidad el angelito decidió salir mientras los hermanos dormían, para conseguirles un regalo por todo lo que habían hecho por él.

Se levantó y salió del callejón intentando no hacer ruido alguno, para no despertarlos.

Fue a una feria en donde solían vender varios dulces y objetos, no quedaba muy lejos por lo que no tuvo que caminar mucho.

Cuando llegó se dirigió hacia el puesto de dulces más cercano, cogió uno de los bizcochos empaquetados con mejor pinta, y se echó a correr lo más rápido posible.

Su corazón latía a mil por hora y escuchaba los pasos apresurados de él, aparte de los gritos del vendedor.

-Maldito mocoso ladrón - Le escuchó decir del vendedor a Atsushi.

-No te escaparas - Habló otra vez el dueño del puesto de dulces.

Pero Atsushi no paró de correr.

Sus piernas le empezaban a doler y se estaba cansando mucho.

Justo cuando pensó que iba a desfallecer una mano lo agarró de la muñeca arrastrándolo hacia un callejón oscuro. Despistando al vendedor en el acto.

No dijo nada, lo único que se escuchaba en el callejón eran sus respiraciones aceleradas. Lo escuchó soltar un par de maldiciones y luego marcharse con una caminata enfadada.

Miró hacia la persona que lo había arrastrado, no era una, sino dos.

Parecían dos adolescentes de no más de 15 años de edad, aunque uno era notablemente más alto que el otro.

No parecían personas con dinero y su vestimenta era muy básica para ser personas "normales", supuso que también vivían en las calles.

-¿Te encuentras bien? - Preguntó el más bajo.

Atsushi asintió todavía algo confundido.

-Yo soy Chuuya Nakahara y este que parece jirafa es Osamu Dazai - Se presentó, y su amigo pareció molesto por como lo había llamado.

-Oye - Se quejo Dazai. Y Chuuya le sacó la lengua.

-Yo soy Atsushi, Atsushi Nakajima - Habló por primera vez el angelito, presentándose.

-¿Necesitas ayuda para algo? ¿Parecías muy cansado mientras huías de ese vendedor enfadado, es la primera vez que veo a alguien tan pequeño robar algo - Dijo esta vez Dazai. Atsushi parecía estar algo avergonzado, y se tapó la cara con sus manos, para no mostrar el pequeño sonrojo que había aparecido en sus mejillas pálidas.

-No, yo solo... solo quería regalarle algo por Navidad a unas personas muy importantes para mí - Dijo aún avergonzado.

Dazai y Chuuya se miraron, enternecidos por el acto del menor.

-Si quieres podemos acompañarte, ese vendedor seguramente siga buscándote y probablemente haya llamado a la policía - Le propuso Chuuya y Atsushi asintió.

Caminaron cuidadosamente hacia el callejón en el que vivía, cuando llegó a la entrada de este miró al cielo, se estaba volviendo de un color anaranjado, y eso significaba que estaba amaneciendo.

Cuando entró vio a Ryunosuke y a Gin buscándolo por todos lados, y cuando lo vieron salieron corriendo a abrazarlo.

-Nos preocupaste tonto - Le dio un pequeño golpe en la frente Ryunosuke.

Y Atsushi les entregó el dulce.

-Esto es por todo lo que habéis hecho por mí, feliz Navidad chicos - Dijo y les dio una deslumbrante sonrisa Atsushi.

Ryunosuke y Gin se quedaron asombrados, tanto que soltaron un par de lágrimas, las cuales limpiaron rápidamente.

Miraron detrás de él y vieron dos caras desconocidas y se pusieron alerta, y eso Atsushi lo notó.

-Hey, tranquilos, tranquilos, ellos me ayudaron, se llaman Dazai y Chuuya - Los señaló.

Ellos aún estaban alerta, pero se relajaron un poco al escuchar que habían ayudado a Atsushi.

-Entonces ¿a que estamos esperando? Vamos a comer - Dijo Gin sonriendo - Ustedes también, en forma de agradecimiento por ayudar a nuestro angelito - Atsushi se avergonzó por el apodo.

Se sentaron a comer entre risas, chistes y alguna que otra pelea.

Esa había sido la mejor Navidad para todos sin duda alguna. Y esperaban repetirla al próximo año.

Fin

Hasta aquí el especial de Navidad espero que les haya gustado y nos vemos en otras historias.

Si encontráis alguna falta de ortografía decídmelo porfa.

El dibujo de la portada no es mío (la portada editada sí), pertenece a @cornko0105 en Twitter.

Les dejo esta hermosa imagen de estos cuatro que encontré en pinterest:

¡¡¡Feliz Navidad a todos por adelantado!!!🎉🎉

07/12/2022

1018 palabras.

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