CAPÍTULO XXIV. Karou

Me había separado de mi aliada gracias a que los profesionales comenzaron a perseguirnos, pero mientras corría pensaba en las palabras que Nafty dirigió hacia los tributos profesionales. De alguna forma ella tenía razón con respecto a que nosotros podríamos decidir nuestras acciones y mantener la paz sin necesidad del presidente y su juego de muerte, pero resulta que también Joshua tenía razón al respecto, ya que una vez que el presidente nos mete en esta maldita arena nos convertimos en insignificantes piezas de ajedrez que van muriendo moral y éticamente con cada persona que asesinamos.

Me siento terrible, de alguna forma no puedo quitarme de la cabeza las palabras de Joshua, yo no he asesinado a nadie pero mi hermano si lo hizo, y estoy segura que se sentía terrible por haber actuado tal y como lo deseaba el presidente. Recuerdo que cuando nos encontrábamos en los entrenamientos siempre nos fijamos en Naftaly e Isaac porque ellos eran diferentes a los demás tributos; Isaac había desafiado al capitolio y al presidente sin importarle que terminara muerto, sin olvidar mencionar que también se ofreció voluntario para proteger a un ser querido, cosa que hasta el momento solo él ha sido capaz de hacer. Naftaly es una chica fuerte y dulce y eso nos brindó la confianza y al fin tomar la decisión de escogerlos como nuestros aliados, pero en realidad la verdadera pregunta era ¿Por qué huimos, asesinamos y masacramos si no deseamos hacerlo? Fácil y sencillo, actuamos por instinto, de alguna forma me encuentro corriendo para tratar de salvar mi vida aunque lo más correcto es que me dejara asesinar ya que mi deseo es que Isaac y Naftaly ganen, y por lógica ellos no serían capaces de matarme porque nos hemos tomado cariño, cosa que a lo mejor el presidente jamás imagino.

Llevo minutos corriendo ya que en realidad no tengo idea del tiempo que ha transcurrido, lo único que si se es que le llevo una gran ventaja en cuestión de distancia a los tributos profesionales que vienen pisándome los talones. Comencé a observar a mí alrededor para buscar un lugar en el que pudiera esconderme o protegerme, al principio no había nada que me ayudara ya que los árboles eran demasiado lisos como para treparlos, sin en cambio logre percibir uno a unos cuantos metros de mí perfecto para que yo pudiera escalarlo rápidamente, mientras que para los profesionales sería algo que no podrían hacer ya que su complexión robusta no se los permitiría. Comencé a correr lo más rápido que me permitían mis piernas para llegar al árbol de mis esperanzas, y una vez ahí comencé a escalarlo rápidamente ya que si no lo hacía terminaría siendo una persona inútil que al final siempre ha necesitado de su hermano mayor, el cual no era mi objetivo debido a que mi deseo en estos momentos era buscar una forma de desafiar al capitolio tal y como lo hicieron mi padre y mi amado hermano.

Una vez en la cima del árbol me oculte lo mejor que pude entre las ramas y las hojas para pasar desapercibida por los profesionales, cosa que sirvió a la perfección ya que por lo que alcance a escuchar perdieron mi pista.

-Es mi oportunidad para acabar con estos tributos que impiden la victoria de Naftaly e Isaac -pensé mientras miraba de reojo a mis presas con la espada en mano.

Después de aquel pensamiento fije mi puntería en Damián, el tributo musculoso del distrito dos para que una vez lista lanzara mi espada desde las alturas a su cuerpo, la cual acertó y lo asesino al instante. Su aliada Lilian, la tributo del distrito cuatro comenzó a buscarme ya que era obvio que yo había lanzado aquella arma que le provocó la muerte a su camarada. Volví a esconderme, tenía miedo de mis acciones, pero también tenía terror de las acciones de aquella chica y más ahora que me encontraba desprotegida.

El cielo aún se mantenía nublado aunque empezaban a caer unas pequeñas gotas de agua que anunciaban que muy pronto comenzaría a llover, sin embargo cuando cayeron aquellas minúsculas gotas mi piel comenzó a irritarse.

-Es lluvia ácida -me dije en voz baja.

Tenía que moverme inmediatamente antes de que comenzara a llover más fuerte pero ¿cómo bajaría de este árbol sin que sea percibida por Lilian? No tenía idea, está atrapada y para mi infortuna ya había comenzado a caer en más grandes cantidades el agua que comenzaba a envenenar mi piel con su toxicidad. Lilian que estaba esperando a que saliera de mi escondite se estaba mojando bastante, lo cual provoco que su piel comenzara a ponerse roja gracias a la irritación que el agua acida le provocaba, sin en cambio al parecer eso no le importaba.

Nuevamente comencé a buscar una esperanza a mis alrededores, notando con ello que Isaac y Naftaly se acercaban rápidamente a nuestra posición lo cual me inquieto ya que al parecer Nafty se encontraba herida mientras que Isaac la llevaba en brazos, sin olvidar mencionar que ambos también comenzaban a mostrar irritación y enrojecimiento en la piel. Al verlos en dicho estado me arme de valor para descender del árbol utilizando como colchoneta a Lilian, provocando con ello que se desbalanceara y cayera al suelo mientras que yo comenzaba a correr hacia mis aliados.

Ellos al verme sonrieron ya que al parecer temían que hubiera muerto, sin embargo pisándome los talones se encontraba la chica del dos con su mirada de ira y desaprobación que exigían sangre y venganza. Isaac al ver tal acto recargo a Nafty en un roble, para inmediatamente dirigirse a protegerme con su espada; él era valiente de eso no tenía duda y eso lo sabía perfectamente bien mi hermano, él era un rebelde dispuesto a dar todo por un poco de conciencia

***

Karou se encontraba corriendo bajo la lluvia acida intentando escapar de la chica del distrito dos, así que cuando la vi correr con dirección hacia nosotros coloque a mi Nafty en un lugar seguro, tome mi espada y corrí con dirección hacia ella para defenderla de aquella psicópata. Una vez cerca mi instinto de protección comenzó a actuar, ya que coloque a Karou detrás de mi e inmediatamente de un solo golpe lance al suelo a nuestra enemiga. Ella me miraba con furia y enojo, era claro que no aprobaba mi acto y mucho menos que estuviera a punto de acabar con su vida; pise su tórax para que no intentara levantarse, sin en cambio ella actuó más ágilmente que yo ya que cuando estaba a punto de darle el tiro de gracia ella me ataco de la manera más despreciable que puede existir, suplicando.

-¡No me mates por favor! Tu novia hablo sobre la paz y de lo que hace el presidente con nosotros, Por favor no seas una marioneta -dijo aquella chica mientras su ira y furia iban desapareciendo de su rostro mientras aparecía su nueva mirada que pedía a gritos compasión.

-¡¿Por qué debería tener compasión de ti?! -respondí furioso mientras las gotas de lluvia caían por mi rostro, ya que estaba cien por ciento seguro que sus palabras eran simplemente para engañarme. -Tú estabas dispuesta en acabar con la vida de Karou y yo estoy dispuesto a hacer lo mismo contigo -dije mientras acercaba la punta de mi espada a su cuello pero aun si herirla.

-¡Por favor perdóname la vida! Estoy segura que podemos lograr que el presidente nos permita vivir -dijo mientras gritaba y lloraba por desesperación.

-¡Eso es imposible y lo sabes, así que no me vengas con tu cuento de niña indefensa y desprotegida! -respondí furiosamente ya que de alguna forma me molestaban sus palabras, por lo tanto estaba completamente dispuesto a asesinarla pero para mí mala suerte Karou intervino.

-Detente Isaac, creo que de alguna forma tiene razón, tal vez podamos encontrar la forma de que terminen estos juegos con más de un vencedor -Interrumpió Karou mientras se acercaba lentamente a la tributo del cuatro, quien se encontraba en el lodo que se había formado gracias a la lluvia que no paraba de empaparnos y de lastimas nuestra piel.

-Karou, ¿estas segura de lo que me estás diciendo? -pregunte seriamente mientras miraba de reojo a mi pequeña aliada.

-Estoy segura Isaac -respondió tiernamente.

Sinceramente no confiaba en aquella sabandija del capitolio pero no tenía opción, si Karou deseaba perdonar su vida estaba dispuesto a cumplirlo, así que aleje mi pie que la mantenía prisionera en el suelo e inmediatamente Karou le ofreció la mano a Lilian para ayudarla a levantarse, lo cual fue su peor error ya que en ese preciso instante dicha marioneta saco un cuchillo de alguna parte de su bota y se la clavo cruelmente a mi querida niña en el costado del hígado. Al ver tal acto actué de inmediato lleno de rabia y enojo. La compasión ahora sí que había desaparecido en mí, estaba harto de este absurdo juego, por lo tanto tome nuevamente mi espada y sin compasión alguna se la clave a Lilian directamente en el corazón.

Pasaron algunos segundos para que al fin ella cayera muerta y el cañonazo anunciara su muerte, de alguna forma estaba feliz por haber acabado con una mentirosa que traiciono nuestra confianza, pero al ver a Karou tirada en el lodo sangrando y prácticamente delirando me partió el corazón. Deseaba llorar, me sentía impotente por no haberla podido salvar, por no haber impedido la traición de aquella chica, por haberle brindado mi confianza a una chica que ni siquiera valía la pena. Tome la mano de Karou y comencé a mirar su rostro que aunque sentía dolor no dejaba de mostrarme una sonrisa, sin embargo ella al ver que mis ojos estaban a punto de dejar escapar todo mi dolor me dijo:

-No debes llorar por mí ya que muy pronto me reuniré con mi familia en el reino de caramelo... Te quiero mucho Isaac y en verdad agradezco que tú y Nafty me hayas protegido como si... fuera su hermana -dijo en un tono suave y con dificultad en sus palabras.

-Ya no hables Karou, por favor -respondí mientras dejaba escapar mis lágrimas que sin desearlo se combinaban con el agua acida que no dejaba de empaparnos.

-Isaac, cuéntame un cuento como los que solía contarme mi hermano - me pidió mientras veía y tocaba tiernamente mi rostro.

-No conozco ningún cuento, pero estoy seguro que Naftaly si, por favor aguanta un poco más, iré por ella -dije para inmediatamente proseguir en busca de mi tesoro para que se despidiera. En el camino como la venia cargando en brazos le explique rápidamente la situación de Karou, lo cual la destrozo porque para ella era más que una amiga.

Una vez en donde había dejado a Karou, Naftaly se acercó a ella con lágrimas en sus ojos y comenzó a hablarle con delicadeza y ternura.

-Gracias por ser una niña tan dulce con nosotros Karou, la verdad es que tú y Román ha sido unos grandes héroes en esta batalla cruel y hostil -dijo Naftaly con tristeza en su voz ya que el sentimiento de una perdida más estaba acabando con ella.

-Te quiero mucho Nafty y en verdad gracias por amarnos a mi hermano y a mí como... una hermana mayor, ahora mi último deseo para ambos es que ganen este juego y... logren ser felices -respondió mientras acariciaba ligeramente la mejilla de Nafty que gracias a la lluvia se encontraba roja e irritada.

-Gracias por el deseo Karou, y te prometo que haremos todo lo posible para que nos coronen vencedores a ambos -dijo mientras tomaba con fuerza y ternura la mano de nuestra pequeña aliada. - Había una vez, en un muy antiguo reino, unos reyes que tenían una hermosa hija llamada Ali, nombrada así por toda la luz que regocijaba el reino. Los árboles y la luz del sol y la luna eran todo un encanto para los habitantes del reino quienes siempre estaban bailando, cantando y celebrando.

Ali eran muy amable, bondadosa, hermosa y siempre estaba feliz. Todas las mañanas desayunaba en el jardín acompañada de su perro Siso disfrutando de la belleza de su reino, pensando en el día que se casaría con su príncipe y se convirtiera en reina, una buena reina. -Comenzó Nafty mientras que Karou escuchaba atenta y débilmente a la voz dulce y clara de mi pequeña, aunque para ser sincero ya no tardaría mucho en partir.

-Pero en un lugar escondido del bosque lleno de oscuridad y criaturas malignas existía una malvada bruja que era vanidosa y celosa de Ali que con cada día era consumida aún más por los celos, hasta que muy enfadada decidió atraerla a una cabaña en el bosque donde embrujó unas cerezas para borrarle la memoria.

La bruja consiguió su objetivo y la hermosa princesa comió las cerezas dadas por la bruja; no recordaba nada de su vida pensando que era una simple campesina, por lo cual la bruja se fijó en el reino y noto la desesperación por la desaparición de la princesa. Debido a eso aprovechó la tristeza de sus reyes para dominar el reino y volverlo oscuro y frio. Mientras tanto en el bosque, un hada que había visto todo lo ocurrido la cuidó como su propia hija.

Durante tres años Ali vivió sin recordar nada de su vida anterior en el castillo pensando que su padre había fallecido, mientras sin saberlo sus padres desesperados la buscaron por todas partes, pero no lograron encontrarla. -dijo mientras observaba como Karou comenzaba a desvanecerse lentamente, sin embargo continúo el cuento. -La buena hada llamada Sol busco la forma de volver todo a la normalidad después de haberla cuidado. Pasado ya un tiempo logró encontrar en un libro de magia un hechizo como el de la bruja. La cereza mágica le hizo recordar todo; al instante de haber recuperado la memoria las dos salieron corriendo hacia el palacio para detener a la bruja y el sufrimiento que había causado durante tanto tiempo, sin embargo en el camino se encontraron con un chico, era el príncipe del reino vecino al cual siempre había amado secretamente, sin en cambio Ali necesitaba ayuda así que opto por pedirle ayuda a su fiel caballero. -dijo tiernamente, sin embargo al concluir con el párrafo el sonido del caño anuncio su trágica muerte, lo que provoco que Nafty comenzara a llorar con más profundidad. Pasaron uno minutos hasta que nuevamente se calmó para terminar el cuento ya que imagino que a Karou le hubiera encantado escuchar el final.

-La bruja intentó evitar el retorno de la princesa al castillo, pero el príncipe y la bruja pelearon, ella era muy fuerte y cuando estaba a punto de derrotar al principie el hada Sol la distrajo lo suficiente para que el príncipe la sorprendiera y la derrotara.

Después de la implacable victoria Ali regresó al castillo, donde ella y el hada le contaron a sus padres todo lo que había ocurrido, pero ellos solo podían llorar de la felicidad por el regreso de su hermosa y amada hija.

Pasado ya un tiempo Ali se casó con el príncipe, y una vez cumpliendo la edad suficiente fue coronada reina y el príncipe rey y vivieron felices por... siempre -concluyo Naftaly mientras acariciaba tiernamente el cabello de Karou, pero aun sin dejar de llorar.

Al verla tan deprimida la abrace lo más fuerte que podía para indicarle que estaba con ella. Tomo mi mano ligeramente e inmediatamente me miro para indicarme que era hora de retirarnos, ya que era necesario que el aerodeslizador recogiera el cuerpo de Lilian, Damián y Karou. Yo asentí ligeramente la cabeza e inmediatamente la tome entre mis brazos para retirarnos de aquel lugar que seguía intoxicándonos con la lluvia.

Mientras caminaba sin rumbo con Nafty en brazos mi mente comenzó a analizar la situación, el juego estaba a punto de terminar debido a que los únicos sobrevivientes éramos la chica del distrito uno, Naftaly y yo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top