CAPÍTULO XVII. Ayumi Matsumotou
Mi nombre es Matsumotou Ayumi, tengo veinticinco años de edad, nací en el capitolio sin embargo jamás estuve completamente de acuerdo en las reglas que impusieron los políticos que dirigían Panem, por ello tome la decisión de convertirme en la mentora del distrito nueve, quienes estaban en bastante desventaja en este primer vasallaje de los veinticinco.
Naftaly e Isaac son jóvenes quienes tenían un futuro hermoso si no existieran estos malditos juegos del hambre. Sinceramente es incorrecto que yo, una chica que nació en las riquezas del capitolio diga tal barbarie sobre los juegos y lo injusta que es la vida, pero ante todo eso mi familia me educo con valores que me abrieron los ojos y me mostro la inhumanidad que existía en nuestra nación.
Me encuentro encerrada en la habitación de Isaac en el edificio de tributos esperando mi eminente muerte por haber desobedecido las reglas, las cuales fueron patrocinar a Isaac, no me arrepiento porque yo aprecio a ambos jóvenes que han luchado contra toda adversidad por amor, y mi deseo para ellos es que por primera vez en la vida dos jóvenes ganen los juegos del hambre y logren la felicidad que yo jamás tendré.
El presidente Frederick Snow antes de sentenciarme me pregunto el motivo por el cual patrocine a Isaac quien estaba a punto de la muerte, y yo simplemente respondí que las palabras que Isaac había dicho en sus entrevista no me afectaban porque yo no era como cualquier habitante del capitolio. El presidente me miro con desconcierto ante tal respuesta porque era claro que yo también era una rebelde, así que sin pensarlo dio la orden de que me arrestaran y que en unas cuantas horas me asesinaran, sin en cambio antes de que me llevaran a mi encierro en la que ahora me encuentro me dijo que estaba en grave error con la idea absurda que tenía porque gracias a ella ahora había perdido más de lo que hubiera deseado, sin embargo es algo que en absoluto no me interesa porque es completamente injusto que veintitrés jóvenes mueran sin motivo alguno cada año.
Estoy llena de rabia porque ya no podré salvar a mis tributos, pero sobre todo porque ya no podré ayudar a los pocos rebeldes que se han llegado a levantar en los distritos gracias a las acciones de valentía y esperanza que Nafty e Isaac han provocado. Sin embargo la gente aún tiene miedo de pelear por sus seres queridos porque están sumergidos en una red de mentiras, sin en cambio una chispa de esperanza provocada por dos jóvenes llenos de amor logro lo que yo creía imposible, comenzaron a luchar aunque es claro que las tienen todas las de perder porque los distritos aún siguen separados, además de que aún no ha llegado un líder que logre sacar a toda una nación de la oscuridad, además de que el presidente ha sabido controlar a la perfección los diversos levantamientos en los distritos nueve, seis, doce y siete ya que nuevamente está tratando de ahogar la chispa de esperanza que mis tributos provocaron y lamentablemente lo está logrando.
Ha pasado una hora y muy pronto terminara mi castigo con mi muerte; estaba sentada mirando hacia el piso mientras me despedía en silencio de mi familia, de mis amigos y de mis tributos hasta que de pronto vi una hoja de papel y una pluma. Los tome y comencé a escribirle a mis tributos con la esperanza de que cuando ganaran lo encontraran.
Mis niños, mi Isaac y mi Naftaly, les escribo con la esperanza de que cuando ganen encuentren esta carta que revela muchas cosas sobre Panem y lo que ha sucedido desde la noche de su entrevista en este primer vasallaje. Para empezar algunos distritos se levantaron gracias a su acto de valor, pero como se imaginaran el presidente no permitió que la chispa causara una llamarada y por lo tanto los distritos nuevamente han caído a la rutina. Lamentablemente temo decir que aún no es el momento indicado para que los distritos de Panem se unan en contra del poder del capitolio, sin embargo estoy orgullosa de ustedes y deseo de todo corazón que sean felices y que hayan hecho todo lo necesario para que ambos resultaran vencedores, ese es mi deseo para ustedes antes de morir, que ambos logren ganar los juegos aunque sea una única vez, será difícil lograr su victoria pero no es imposible y yo tengo fe en que lo habrán logrado. No olviden de que deben tener cuidado del presidente Frederick Snow y de sus sucesor porque ellos no perdonan a nadie.
Los quiero mucho mis niños y en verdad espero que jamás muera su esperanza porque yo partiré de este mundo orgullosa de mis actos y de ustedes.
Atte. Ayumi Matsumotou.
Termine de redactar la carta e inmediatamente la escondí en un lugar secreto en el que estaba segura que alguno de mis muchachos lo encontraría, ya que una vez que ganan los dejan andar libremente por el edificio de tributos hasta que llegara el momento de volver a su respectivo distrito.
Una vez que la oculte perfectamente llegaron por mi unos agentes de la paz para escoltarme con mi verdugo, quien estaba esperándome con un arma en la mano, al parecer me daría el tiro de gracia. Continúe caminando hasta donde me indicaron los agentes de la paz en donde inmediatamente me vendaron los ojos y amarraron pies y manos para que no intentara escapar. Ya lista me hincaron y en un segundo escuche el sonido del arma y todo desapareció para mí.
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