CAPÍTULO XIX. Sangre

Estaba preocupado, ahora sí Naftaly había acabado con la poca protección que podía brindarle con el acto de rebelión que provoque el día de la entrevista, esto simplemente supero todo lo que yo dije. Jamás la había visto tan molesta como el día de hoy, aunque era de comprenderse, pero ahora sí que no tenía idea de lo que podría hacer para salvarla del capitolio, estaba de acuerdo con ella con respecto a que Panem tendría todas las de ganar si se uniera, pero aun no es el momento adecuado para luchar porque estamos sumergidos en la oscuridad, además de que cada vez que intentamos salir de ella Snow se encarga de pisotearnos y apagar aquella luz.

Pasaron varios minutos, para entonces Nafty ya estaba más tranquila aunque aún seguía preocupada porque su deseo a mi parecer era salvarme pero también a los pequeños Román y Karou, quienes aunque yo no conocía deseaba protegerlos. Simplemente no tenía palabras para explicar lo que sentía en estos momentos, además de que aún no me encontraba completamente bien por lo cual comencé a sentirme débil.

-Nafty, me siento un poco fatigado y... bueno también me siento bastante hambriento –dije avergonzado ya que me sentía inútil de aun no poder hacer las cosas por mí mismo.

-No te preocupes, es normal que tengas hambre y que aún no soportes tu cuerpo, estuviste varios días inconsciente y pues lo que te daba de comer eran prácticamente puros líquidos, así que es justo. Recuéstate en tu bolsa de dormir y enseguida te daré algunas piezas de conejo –respondió gentilmente mientras embozando una gran sonrisa, para después de ello dirigirse a la fogata que nos mantenía calientes para proseguir a calentar mis alimentos.

Me sentía inútil pero debía admitir que me fascinaba que Nafty me atendiera con amor y amabilidad porque me hacía sentir fuerte y protegido, así que obedecí a su orden de recostarme en mi bolsa de dormir. Pasaron algunos minutos y ella se acercó a mí lentamente para darme tres piezas de conejo y un termo con agua tibia, para después sentarse a lado mío y acurrucarse en mi hombro mientras veía fijamente el exterior de la cueva.

-Tenemos que salir de esta cueva a primera hora de la mañana, es necesario que busquemos un lugar seguro. Recuerdo que en algún momento a lo lejos vi un bosque rojo y enseguida un bosque lleno de vida, para ser sincera no me da buena espina el bosque rojo pero debe haber otra camino para llegar al bosque que todos conocemos –dijo sin dejar de mirar el cielo nocturno que se podía contemplar desde el interior de la cueva.

-Tienes toda la razón en no confiar en el bosque rojo, se ve esplendido y maravilloso pero no es seguro, es completamente radioactivo además de que es una especie de laberinto del cual no puedes salir tan fácilmente. Pero apoyo la idea de buscar un camino distinto para llegar al bosque "normal" –Respondí para después de ello proceder a dar unos tragos de agua tibia y terminar con la pierna de conejo.  

-Isaac, creo que tuve que haberte dicho esto desde el primer de la cosecha, pero debes entender que tenía miedo además de que no podía dejar de pensar en lo que pasaría si uno de nosotros muere, y sinceramente aun sigo cuestionándome pero ya no puedo ocultar más estas emociones –dijo mientras se apartaba de mi hombro para después colocarse frente a mí. –Isaac yo te amo y en verdad que agradezco que tu correspondas a este absurdo sentimiento que me dejara morir feliz –continuo con un tono de nerviosismo, alegría y tristeza en su voz.

La mire fijamente ya que no podía creer lo que me estaba diciendo en aquellos momentos, sin embargo mi corazón no dejaba de latir tan rápido porque sencillamente estaba felizmente emocionado. Pasaron algunos segundos de silencio total hasta que de pronto ella  me pidió algo que realice sin preguntar el porqué.

-Cierra los ojos, quiero regalarte algo –dijo susurrante y con amabilidad en su voz.

Obedecí a su petición y mientras esperaba ella se acercó lentamente hasta que clavo sus labios en los míos con tanta ternura que en verdad no podía creer lo que estaba sucediendo, sin embargo no me aparte ya que era algo que deseaba desde que descubrí que estaba perdidamente enamorado de ella. Sin abrir los ojos correspondí su beso mientras tocaba con fragilidad su mentón.

Mientras la besaba me sentía en el paraíso, simplemente no deseaba sepárame de ella por nada del mundo porque ella era maravillosa, y ahora estaba mucho más decidido en mantenerla con vida. Pasaron varios minutos y sin desearlo tuve que sepárame de ella, aunque jamás deje de mirar su hermoso rostro.

-Tienes que descansar mi amor, aun sigues débil por la radiactividad además no olvides que partiremos apenas salga el sol –dijo mi tierna Naftaly mientras me acariciaba tiernamente la mejilla.

-Pero mi niña, ¿Qué pasara contigo? Recuerda que tú también necesitas descansar ya que tendremos un largo camino que recorrer en la mañana -respondí alterado y preocupado.

-No te preocupes Isaac, tú descansa mientras yo hago guardia, estaré bien.

-Duerme conmigo esta noche, estoy seguro que no sucederá nada, además estamos protegidos, tú lo dijiste  o no.

-Por supuesto que estamos completamente seguros en esta cueva, y creo que  te tomare la palabras porque si me siento bastante agotada y congelada, ven vamos a dormir –respondió mientras tomaba tiernamente mi mano para después de ello acostarse junto a mí en la bolsa de dormir.

Pasaron las horas y el amanecer se mostró tan radiante y esplendoroso, sin embargo había algo extraño en el que no me daba confianza, sin embargo teníamos un plan así que desperté a mi niña que estaba completamente dormida con un tierno beso. Al besarla ella reacciono con sorpresa ya que sin querer la había asustado.

-Buenos días Nafty, disculpa que te haya espantado pero ya amaneció y tenemos que movernos –dije tiernamente mientras miraba fijamente su rostro.

-Buenos días amor y tienes toda la razón, es hora de movernos enseguida, mientras despierto a los pequeños tu ve recogiendo las cosas –dijo tiernamente mientras se levantaba de la bolsa de dormir para inmediatamente acudir a despertar a nuestros aliados.

Mientras levantaba y empacaba las provisiones mi niña despertó a Karou y Román quienes inmediatamente la abrazaron con ternura para después proceder a ayudarme y conversar conmigo.

-Nos alegra que ya estés sano y salvo Isaac, sinceramente creímos que no lo lograrías y más cuando Nafty ya se había dado por vencida –dijo Román mientras se encargaba de guardar la bolsa de dormir en donde él y su hermana habían pasado la noche.

-La verdad es que yo creí que ya había sido mi fin, pero gracias a Ayumi y a los cuidados de mi niña estoy aquí, por cierto lamento mucho que estén aquí tan injustamente –respondí mientras ponía los termos al fuego para que se derritiese antes de abandonar la cueva.

-No hay nada que lamentar porque al fin y al cabo todos terminamos aquí por la injusticia del capitolio y de nuestros distritos, pero en fin. La verdad es que admiro tu valentía para enfrentar a los gobernantes de Panem y para arriesgar tu vida por el amor de una tierna niña como Naftaly, y en verdad me gustaría que ustedes pudieran ganar estos juegos y... bueno, regresaran a su distrito juntos para casarse y ser felices –respondió mientras me miraba seriamente pero con sinceridad en sus palabras.

-Gracias por tus deseos Román, aunque me encantaría que tú y Karou volvieran a su distrito para disfrutar la vida en caso de Nafty y yo no lográramos ganar.

-Sabes muy bien Isaac que mi hermana y yo no tenemos esperanza para ganar estos juegos, sino fuera por Nafty nosotros ya hubiéramos muerto desde un principio, le debemos mucho, pero bueno que los mejores ganen cuando sea el momento de romper nuestra alianza -respondió mientras me miraba fijamente para demostrarme valentía, confianza pero a la vez agradecimiento.

La conversación había terminado con un silencio profundo y un apretón de manos para después terminar de empacar todo en las mochilas. Una vez que estábamos todos listos tomamos cada uno nuestras armas para inmediatamente proceder a abandonar la cueva que nos había acogido y protegido durante días.

El cielo azul y la luz brillante que se reflejaba en la nieve y en nuestros ojos nos cegaba, sin embargo eso no nos detuvo ni por momento para proseguir caminando por nuestros sendero, aunque para no perdernos estábamos caminando a orillas del rio congelado, sin embargo mientras caminábamos cuidadosamente algo extraño comenzó a suceder; el rio comenzó a descongelarse de una manera extraña y fuera de lugar, además de que por alguna extraña razón el agua se estaba tornando roja como la sangre, sin olvidar mencionar que a lo lejos se distinguía una figura bastante peligrosa que a mí y a mis aliados nos puso los nervios y la piel helada por el temor, era un muto con forma lobuna que se confundía claramente con la blanca nieve. Al verlo tratamos de buscar otro camino pero era imposible porque aquella bestia ya había notado nuestro aroma y nuestra presencia, por lo cual  comenzamos a correr mientras este nos perseguía. Sinceramente parecíamos locos corriendo sin rumbo tratando de huir de una sola criatura que podía acabar con nuestras vida en cualquier momento, pero lo peor de todo es que aunque corríamos lo más rápido que podían nuestras piernas éste animal logro alcanzarnos con tanta facilidad que de un salto derrumbo a Román. Al ver tal acto Nafty, Karou y yo  tomamos nuestras armas para tratar de asesinar a aquel monstruo antes de que le diera fin a la vida de nuestro valiente aliado, aunque  en cierta forma no debería de preocuparme porque si el muto lo asesinaba ya no tendría de que preocuparme, simplemente no cargaría en mi conciencia con la muerte de una persona más, pero lamentablemente no soy de corazón duro para dejarlo morir de una manera tan ridícula y degradante, además de que si lo dejo morir solo porque a mí me conviene estaría actuando igual que el capitolio y eso no es lo mío. Continúe forcejeando cuerpo a cuerpo con la bestia para lograr apartar su pesada figura del de Román quien había quedado inconsciente gracias al golpe que recibió al caer, sin embargo este tenía bastante fuerza además de que parecía inmortal porque por más que le atravesábamos las espadas aun seguía vivo y con una impresionante sed de sangre fresca. Tenía que ocurrírseme algo inmediatamente ya que un movimiento en falso por parte mía y Román seria alimento para lobo.






     

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top