Capítulo 12 - Mipung II
Sun se quedó envuelta en las sábanas, no quería perder el olor que desprendía el lugar, quería quedarse allí para siempre.
- Te encargará de la seguridad del príncipe - Ordenó Runch Randa a Star, una punzada en su corazón.
Quería cachetearse, ¿Cómo miraría a Agust? A su amigo y príncipe, ella había acabado de cometer traición.
- ¿Has entendido? - Pregunto el capitán al no obtener respuesta, la soldado asintió y realizó una reverencia.
Camino hacia la habitación del príncipe, movía sus dedos nerviosa y con duda de tocar la puerta, suspiro, se armó de valor para alzar su mano en un puño.
La puerta se abrió mostrando un desorganizado Tae Toru - Star - Dijo con voz grave y sorprendida.
- Toru - Era inevitable no notar que el joven había dormido allí, estaba descalzo y parecía tener prisa - Me enviaron a cuidar a el príncipe - Dijo para justificar su presencia.
- Él está dormido - Dijo Toru, miró hacia la cama de Agust, de milagro estaba cubierto.
- Entiendo, lo esperaré acá afuera entonces - Dijo Star, sabía que al príncipe le incomodaba si su sueño era interrumpido, Toru cerró la puerta y comenzó a caminar hacia su habitación tratando de actuar natural - Toru, felicidades - El hombre miró sin ánimos a Star y le regaló una sonrisa falsa.
Star miró hacia arriba, apoyo su espalda contra la puerta, estar quieta en un solo lugar no era su actividad favorita.
Sintió los pasos apresurados de alguien, de lejos pudo detallar la figura de Mipung, iba a ser las 6:30 de la mañana, la hora que la reina se levantaba.
Hizo una reverencia para saludarla, la mujer le sonrió, se acercó - ¿Volvieron a escapar ayer? - Pregunto, Star la miro un poco asustada.
- Tenían la intención, pero decidí acompañarlas - Mipung asintió entendiendo la información.
- Mejor así - Colocó una mano sobre el hombro de Star - Gracias por cuidarlas - Le dijo con voz sincera, a la peliblanca le extrañaba sus palabras.
- Siempre lo haré Mipung - Dijo con voz firme.
- Lo sé, confiaré en ello - Le brindó una sonrisa, miro hacia la habitación de la reina - Debo de irme, hoy será un día muy largo - Dicho esto comenzó a caminar, Star hizo otra reverencia y vio cómo se marchaba.
Entro en la habitación de Lotus, un leve sonrojo apareció en Star al pensar en la forma que la castaña despertaría a la pelinegra, no podía mirarlas normal desde lo descubierto en Jangmi.
- ¿Por qué irte en la noche? - Para sorpresa de Mipung, la reina ya estaba levantada, sentada en su cama, un leve sentimiento de enojo se dibujaba en su rostro.
La castaña cerró la puerta con seguro, se sentó en la cama y beso a Lotus, quería suavizar su expresión - Tenía que organizar algo para Wind - Dijo con expresión de amargura.
- ¿No te gusta nada que se case? - Tomo el mentón de Mipung para que la mirara, ella negó con su cabeza.
- Es como ver nuestro pasado, hemos logrado sobrellevarlo, pero no sé si ella pueda ¿Dónde Toru no la ame? - Dijo con angustia.
La reina hizo una risa fingida - Ella será fuerte, es igual a ti, ya verás - Mipung miro los ojos confiados de Lotus, creía en sus palabras, pero el temor de su corazón era muy grande - Bien, ¿Qué hay que hacer? - La pelinegra se incorporó, se estiró para desaparecer toda la pereza que la recorría.
- ¿A qué te refieres? - Pregunto Mipung con ojos curiosos.
- Sí, apuesto que Wind necesita ayuda ¿En qué puedo ayudar? - No era la intención de Mipung, pero comenzó a reír, nunca había visto a Lotus querer ayudar en algo así - ¿Qué está tan gracioso? - La castaña trato de reprimir la risa apretando los labios y negando con su cabeza, la reina rodó los ojos, comenzó a caminar para sentarse en el regazo de la castaña - Claro que sí no quieres ayuda, podemos hacer otras cosas - Está vez Mipung no podía darse el lujo de perder el tiempo.
- Ahora que lo recuerdo debe necesitar ayuda con el vestido y sus accesorios - Dijo con rapidez, quitándose a la reina de encima, ella noto su nerviosismo, está vez fue Lotus la que comenzó a reír.
Unos minutos más tarde la reina estaba presentable, decidió acompañar a Mipung para acercarse a Wind, para su sorpresa ella había pasado la noche en la habitación de su hija.
Salieron del lugar, comenzaron a caminar, noto una distraída Dal Star mirando a la nada - Seguro aquella pared revelará los misterios de la vida- Bromeo con la soldado, ella parpadeo asombrada.
- Majestad - Hizo una reverencia como saludo, la reina paso su mano por su cabello blanco despeinándola un poco, en el fondo nunca dejó de verla como esa pequeña niña que llegó al castillo hace años.
Star no le molestaba que la tratase así.
La princesa Sun corría apresurada por el pasillo, creía llegar tarde, había olvidado por completo que ese día debía estar siempre con su prometido, un simple acto de etiqueta, logro asearse en tiempo récord, encontró a Lotus y Mipung por el camino, hizo una exagerada reverencia y siguió corriendo.
Sus pasos se detuvieron al ver a Star parada en la puerta, si olvidó que debía compartir el día con Agust, es obvio que olvidaría que Star lo cuidaba en los eventos importantes, era el futuro rey, necesitaba la mejor protección.
Star se dio cuenta de su presencia, de inmediato las dos sonrieron con un leve sonrojo en sus mejillas.
¿Quién les dijo que iba a ser fácil? Sus besos tan recientes, aún podía sentir el sabor en sus bocas, menos mal nadie observaba, son tan evidentes de sus sentimientos.
Agust abrió la puerta, encontrando la escena de miradas cómplices, ellas agacharon sus miradas de inmediato - Buenos días - Saludo con amabilidad a las dos chicas.
Menos mal Agust también estaba perdido en sus pensamientos, ese día solo pasaba por su cabeza que Tae Toru se casaba, sino, notaría esos rostros rojos - Buenos días - Dijeron al tiempo.
- ¿Cómo se encuentra Sun? - Se dirigió primero a su prometida con respeto, decidieron llamarse por su nombre hace mucho, para simular cercanía.
- Bien, ¿Usted? - Organizo el último detalle de su traje de príncipe.
- Bien - Está vez se dirigió a Star, la cual no quería mirarlo por nada del mundo - Star, ¿Es posible entrenar hoy? - El príncipe necesitaba con desesperación quitar los sentimientos que revolvía su ser.
- Claro, no hay problema - Dijo con seriedad, Agust junto sus cejas por su extraño comportamiento.
Intento ignorarlo para avanzar hacia el campo más cercano para entrenar.
Sun camino a su lado, unos pasos más atrás, observó de reojo a Star, sabía que se sentía mal, la verdad era bastante incómodo, el príncipe era su amigo y a ella nunca le hizo nada para engañarlo así.
Para una soldado como Star era como si el alma se le estrujara, todo su honor y lealtad estaban en duda, sin embargo, no se arrepentía, nunca había deseado algo como deseaba a la princesa Taeyang.
Era un conflicto, pero estaba segura de sus sentimientos.
Lotus entrecerró sus ojos, confirmo que Flower y Wind seguían dormidas, sonrió, fue a la ventana para dejar pasar la luz del sol, inmediatamente se cubrieron la cabeza, sabía que harían un berrinche.
Esto le recordaba cuando eran más pequeñas y dormían en su cama, siempre se cubrían, la única forma de despertarla era con pequeñas cosquillas.
Comenzó por Wind, sabía que era más sensible, la castaña se quejó y reía desenfrenadamente, Flower se levantó antes de que fuera su turno, saludo a su madre con un beso en la mejilla.
- Al fin despiertan - Tomo de las manos a Wind para hacerla parar - Tu madre se adelantó, en su habitación está el vestido - La castaña apretó las manos de su reina, era el día, ya no había vuelta atrás.
Asintió con la cabeza, la reina miro a su hija que estaba con su rostro agachado, se acercó y tocó su cabello, se le hacía raro que estuviera así, Flower le dio una suave sonrisa.
Momentos después llegaron donde Mipung, los últimos preparativos del vestido estaban listo, la castaña abrazo a su hija en señal de apoyo.
Flower se acercó silenciosamente al vestido, lo tocaba con las puntas de sus dedos, era hermoso no lo podía negar, color blanco, estaba segura que Wind se vería preciosa en él.
Lo único que le disgustaba es que no lo usaría para ella, trato de mantenerse firme, sabía que no cambiarían sus sentimientos, pero no podía evitar sentir celos, lo que Tae Toru viviría hoy es algo que ella deseaba.
Unirse de una forma simbólica con Wind.
- ¿Flower? - Wind tocó su mano que estaba en el vestido - ¿Estás bien? - La princesa la miro con una expresión de tristeza, deseaba tomarla en un beso como los que habían compartido anoche, quería hacerle saber que sus labios la marcarían, sin importar que hoy tuviera que besar a otro.
- Perfectamente - Forzó una sonrisa, Wind sabía que a ella le dolía, igual la entendía, ella solo quería estar con Flower.
El último arreglo estaba listo, tomo gran parte del día, pero la ceremonia estaba a punto de empezar.
Tae Toru miro su reflejo por la ventana, su cabello acomodado hacia atrás, lucia más elegante de lo normal, su padre estaba detrás de él, esperando impaciente que terminara con su atuendo.
- Vamos, no tenemos todo el día - Dijo Hyung con voz profunda.
Tae suspiro, asintió y salió sin decir una palabra, no lo necesitaba, podía escuchar a las personas murmurar, seguro había muchos, la boda era una unificación, era más tedioso de lo que imaginaba.
Llegó al salón donde se realizaría la ceremonia, sus ojos solo detallaron al príncipe, sus ropas estaban impecables, pero había un cierto tono rojo en su piel, sabía que era de ejercicio, lo conocía bien.
Las locuras pasaban por la cabeza del joven.
¿Qué pasaría si camina y besa al príncipe frente a todos? Sería un escándalo memorable, detendría la boda, pero seguro el rey haría volar su cabeza sin pensarlo dos veces.
Soltó una leve carcajada por su imaginación, miro el altar sabía que era el lugar donde debía dirigirse.
No podía evitar sentirse nervioso, muchas miradas sobre él, todas distintas y de diferentes reinos, era una pena que los reyes de Hae no podían asistir, pero algunos nobles estarían en su lugar.
Tae Toru respiro profundo cuando observó cómo Wind se acercaba al altar de la mano de su padre, no podía negar que se veía hermosa en el vestido, perfectamente colocado el blanco era un color que le quedaba bien, su cabello castaño caía ondulado por sus hombros, sus curvas resaltadas.
Tal vez en otras circunstancias él se hubiera enamorado de Wind, pero no hoy, sus ojos con disimulo seguían guiándolo hacia Agust.
Recibió a Wind con formalidad, quito el velo de su rostro, sonrieron para aliviar el ambiente.
En las primeras filas estaban ubicados los reyes, junto a las princesas y príncipe, los soldados en sus posiciones, los consejeros atrás de los reyes.
En cuanto a Flower, había decido no torturarse, pero su curiosidad fue más grande, decidió esconderse atrás de las columnas y observar de lejos todo el suceso.
El corazón de los hermanos Hwajae se oprimía por cada palabra, los dos sentían tanta envidia.
Hasta llegó ese momento, donde todos hacían silencio para escucharlos a ellos - Acepto - Toru fue el primero en pronunciar.
Flower apretó su vestido, era suficiente tortura se iría antes de... -Acepto- Era tarde, la dulce voz de Wind cerraba el trato, estaban casados y el último acto confirmaría todo.
Con inseguridad Tae Toru se acercó a Wind, la miro a los ojos y antes de besarla susurro "Lo siento", apenas y rozaron los labios.
Mipung noto las pisadas fuertes de la princesa Flower alejándose del lugar, se le hizo extraño su comportamiento, conocía bastante a la joven para saber qué algo no estaba bien, aprovecho el aplauso y apogeo de las personas para seguirla.
La alcanzó en la parte trasera del castillo, cerca de los jardines que ellos habían sembrado.
- Flower - Hablo atrás de ella, las manos de la pelinegra quitaban las pequeñas lágrimas que amenazaban con salir.
La princesa se giró para quedar frente a la castaña, intentaba formar una sonrisa.
Mipung solo la observo, pensando en sus próximas palabras, pero no eran necesarias, de alguna manera se veía reflejada en la hija de la reina.
Esa mirada, la tristeza de sus ojos, la forma en que temblaban sus labios.
Era la misma expresión que tenía cuando se casó Lotus.
"¿Cómo no me había dado cuenta?" Pensó en su interior, camino unos pasos para abrazar a su pequeña niña enamorada.
Flower no aguanto aquel acto, se agarró fuerte a la espalda de Mipung y colocó su frente en el hombro, dejó escapar todas las lágrimas.
"Después de todo, los Going-gi y los Namu siempre se atraen" Se dijo Mipung besando la cabeza de la pelinegra para darle consuelo.
- Majestad, el festejo está a punto de comenzar - Dijo Matthew en la puerta de la habitación del rey, lo miraba con ojos triunfantes.
- Ha hecho un excelente trabajo consejero - Felicito Ganghan al hombre, hoy se sentía extrañamente feliz, sabía que era un gran paso para el control de masas, si todos lo seguían serían más fácil.
- Gracias mi rey - Hizo una reverencia.
- Y no se preocupe, falta poco para que los pecadores paguen por sus actos- Dijo pasando por su lado, en ese momento Matthew dejó de respirar por un segundo, cerrando sus ojos.
"¿Estoy haciendo lo correcto?" Pensaba, con paso lento seguía al rey, con su espalda recta y marca de superioridad, llegaron al lugar de festejo, sus ojos se cruzaron con los de su hija, ella le brindó una sonrisa.
"No merezco su amabilidad" Matthew estaba tan confundido, si había algo que amaba en el mundo era a su esposa e hija, pero el amor se puede tornar tan confuso.
Se situó en el lugar para comer algo, junto al rey, acompañado de su hermosa reina que observaba con atención algo, Matthew siguió la mirada, era obvio que veía.
Mipung caminaba de la mano con la princesa Flower, Lotus quería dejar el lugar para correr con ellas y saber que ocurría, pero debía mantener la compostura, un par de horas más e iría con ellas.
Las personas pasaban por el lado de los recién casados, felicitando y deseando la mejor de las suertes, se tornaba más incómodo cada vez que un noble se acercaba.
Wind se sentía intimidada, sería el vino, sería los celos, la mirada de Agust era tan penetrante en ellos dos, la castaña pasaba saliva nerviosa - ¿Qué le pasa a Agust? - Susurro a Toru mientras agradecían otra felicitación.
El hombre miró al príncipe, quería evitar contacto, pero era imposible ignorar tales ojos - No lo sé -
Agust tomo un poco más del vino de su copa hasta terminarla todo, intento levantarse para obtener más pero su equilibrio fallo por un segundo.
- Es suficiente Agust - La reina tocó con suavidad la mano de su hijo, era increíble que ese simple acto ablandará el corazón del príncipe, no podía decirlo, pero necesitaba el calor de su madre para calmar el dolor que tenía.
En el fondo odiaba que seguir las dictaduras de su padre, extrañaba las noches que su madre lo besaba en la frente para dormir, lo abrazaba sin razón, debía rechazar ese contacto para ser un hombre, por ello el mínimo toque o cariño de su madre era tan especial.
Sujeto la mano de Lotus, aprovecho que el rey estaba distraído para dejar que el tacto de su madre lo consolara en silencio.
Su madre soltó su mano, el rey le pedía su compañía en un baile, Agust miró fijo el centro del lugar donde varias parejas estaban disfrutando de la fiesta, luego miro a su prometida que prácticamente lo ignoraba ese día, perdida en sus pensamientos.
Debería pedirle bailar, pero no se sentía en la mejor condición, ni le apetecía - Tomaré algo de aire - Sun lo miro y asintió con la cabeza.
Star al ver al príncipe salir lo siguió, sus órdenes eran claras, estar con Agust siempre.
El pelinegro llegó a la puerta del castillo, salió para sentarse en las escalas, sentía el mareo en su cabeza, sin embargo, alzó para apreciar las estrellas.
- ¿Por qué no te sientas conmigo? No es necesario que actúes como una militar ahora - Star lo miro por unos segundos, con titubeó hizo caso, se sentó al lado del príncipe, en completo silencio, Agust nunca fue de muchas palabras, no era un problema para Star, los dos se acostumbraban al silencio con facilidad.
La peliblanca sabía que algo pasaba, el príncipe se controlaba con el vino, pero hoy solo lo tomaba como agua, sus ojos no dejaban de ver a la pareja en el altar.
Su mente imagino que algo le molestaba, por un segundo pensó que se enteró de ella y Sun, pero ese no es el caso, el príncipe era alguien que no dejaba pasar las situaciones, la enfrentaría.
Agust bajo su mirada para encontrarse con la confundida de Star, sonrió por su expresión.
Al notar los ojos del príncipe en ella, movió la cabeza, aún no se sentía tan valiente para mirarlo de frente, paso saliva nerviosa.
- ¿Qué te sucede Star? - Pregunto, la peliblanca no sabía que decir, "¿Sería prudente confesarlo?" - Hoy has estado evitando la mirada, incluso en el entrenamiento - Siguió hablando después de no escuchar respuesta.
Star tenía su cabeza agachada, las manos unidas, sus dedos se movían - No es nada - Dijo, decidió cambiar el tema - Y a usted príncipe, ¿Le sucede algo? - Pregunto, sorprendiendo a Agust.
De inmediato las imágenes de Toru llegaron a su cabeza solo deseaba que pasará rápido ese día para reunirse con él de nuevo - Supongo que no me pasa nada - Si Star no pensaba contarle, él no le adelantaría nada - Así que, si no nos pasa nada, no te molestará acompañarme está noche en este lugar - La peliblanca lo miro y asintió.
- ¿Por qué pasar toda la noche aquí? - Pregunto Star.
- Yo... Simplemente no quiero estar solo está noche - Era obvio que Star no entendía los sentimientos de Agust, pero si su príncipe la necesitaba, haría todo lo posible para ayudarlo.
- Lo haré, pero no prometo ser la mejor compañía - Dijo Star, el príncipe soltó una carcajada.
- ¿Qué dices? Para mí lo eres - Dijo Agust, apoyo sus codos en una escala atrás de él para volver a apreciar el cielo - También eres una de las personas en las que más confío - Star apretó sus manos, miró a su príncipe para sonreír con falsedad, se sentía fatal.
La respiración de Sun estaba irregular, había buscado a la soldado por el castillo, cuando la encontró decidió detener su cometido, las últimas palabras dichas por Agust habían recorrido su ser.
Estaba siendo egoísta, de nuevo quería probar los dulces labios de la peliblanca sin pensar en las consecuencias, entendía la posición en la que estaba la soldado, su príncipe se abría a ella.
Se ocultó atrás de la puerta del castillo al notar que Star volteó curiosa, había escuchado pasos.
- ¿Pasa algo? - Pregunto Agust, la peliblanca miraba la puerta del castillo.
- Escuché a alguien, iré a mirar - Dijo incorporándose, saco su espada para estar en guardia, dio uno pasos adentro del castillo, encontrando a la princesa.
Se miraron por varios segundos, Star no tardó en entender que Sun la buscaba.
La princesa se veía asustada, con las manos en pecho - ¿Pasa algo? - Pregunto el príncipe intentando ponerse de pie, pero el alcohol no le ayudaba.
Star bajo su cabeza, evitó la mirada de la princesa y devolvió sus pasos - No es nada príncipe - Volvió al lado de Agust, lo ayudo a que sentará, se veía mareado, de reojo observó cómo la princesa corría al interior del castillo, cerró sus ojos por la frustración.
No entendía porque lo que acababa de hacer le dolía más que su traición.
La princesa entro en su habitación, se sumergió en las sábanas, en ese momento extrañaba las duras y poco suaves sábanas de la cama de Star, al menos olían a ella, se acurrucó, no sabía que significaba lo que acabo de pasar.
Star pudo decir que estaba allí, pero decidió callar, ¿La culpa y la amargura la estaban consumiendo? La princesa se regañaba mil veces en su mente, porque solo desear a esa soldado y no a su prometido.
- Juro que si escuchó a alguien más decir "Felicidades" lo golpeare - Wind comenzó a reír por el comentario de Toru, estaban caminando por el pasillo, el joven tenía las manos en su cabeza, estaban exhaustos por el largo día.
- Al menos terminamos el día - Tae miró a Wind de reojo, estaba aliviada, pero a la vez nerviosa.
- Suenas resignada, ¿Tan malo es casarse conmigo? - Le reprochó a su ahora esposa, Wind abrió los ojos, negó con sus manos avergonzada - Es broma, los dos fuimos obligados - Bajo las manos de su cabeza, habían llegado a una puerta, el rey les había asignado una habitación.
Tae fue el primero en abrirla, era mucho más grande de la que habitaban antes, con una gran cama doble y una vista expendida a los jardines, en una mesa había vino, una pequeña nota de "Felicidades" que suponía era del rey.
Wind lo miro con burla - Tendrás que golpear al rey - Dijo sin aguantar reírse, Toru rodó los ojos, la acompañó riendo.
Toru comenzó quitar prendas de cuerpo, sentía su cuerpo cansado por estar tan formal aquel día, logro divisar que sus ropas, al igual que las de Wind estaban allí - Pensaron en todo - Dijo.
La castaña estaba entretenida quitando el velo de su cabello, miró a Toru para ver a qué se refería - Seguramente mi madre ayudo - Le informó.
El joven asintió, tomo algunas prendas - Me cambiaré en el baño, puedes cambiarte aquí si gustas - Wind asintió.
Se conocían hace años, pero nunca habían vivido un momento tan incómodo.
Wind se cambió rápido, doblando el hermoso vestido para no dañarlo, se sentó en la cama cruzando sus piernas, suspiro con angustia, estaba tan nerviosa por ese momento, la famosa noche de bodas, donde el esposo toma a su mujer.
Tae Toru salió del baño, se sentó en el borde de la cama, frotó su rostro, observó a Wind de reojo, sabía que estaba asustada, los dos sabían que seguía, por suerte el joven ya había pensado en ello.
- Tranquila, no haremos nada - Wind lo miro sorprendida, pero a la vez agradecida - No haré nada que no quieras y tampoco me interesa hacerlo - Continuó para justificar.
- ¿Y si preguntan? - Pregunto alarmada.
- Mentiremos - Dijo con alivio - Dices que soy un león en la cama - Wind rodó los ojos.
- ¿Nos creerán? - Toru se encogió de hombros.
- No lo sé, pero no pretendo incomodarte - Dijo, miró por toda la habitación detallándola mejor - Solo cuando estés listas - Susurro, realmente no le apetecía estar con una mujer, pero como esposos debían cumplir con su deber.
- Creo que nunca estaré lista - Toru volvió a mirar a sus esposa, le sonrió.
- Entonces nunca lo haremos - Dijo guiñando un ojo.
Los dos se sentían aliviados esa noche, por fortuna tenían la misma idea de no cruzar la raya, ya se sentían bastante mal por no dormir esa noche con sus respectivos amantes.
Cada uno se acostó a un lado de la cama, sin tocarse en absoluto, intentando conciliar el sueño, aunque era difícil porque su cuerpo extrañaba el calor humano de alguien.
Lotus toca la puerta con golpes suaves, a los segundos Mipung le abrió, sonrieron al verse de nuevo, la castaña la invitó a pasar - Está durmiendo - Dijo en un susurro.
- ¿Esta bien? - Pregunto mientras se acercaba a la cama de Flower, se acostó a su lado apoyada en un costado.
Mipung cerró la puerta, fue al otro lado de la cama para imitar las acciones de Lotus - No lo sé, ha llorado por un buen rato - Dijo, observó cómo la reina acariciaba el rostro de su hija con ternura.
- ¿Qué le pasó? - Pregunto preocupada.
Mipung tomo la mano de Lotus, la entrelazo con la suya - Tu hija se enamoró de mi hija - Abrió sus ojos por la sorpresa, no esperaba la noticia en absoluto, a veces la reina olvidaba la conexión tan fuerte que tenía sus familias.
Después de la boda todo mejoró para los reinos, tanto Jangmi, Hae y Him compartían su economía con tranquilidad, los ataques entre pueblos bajaron considerablemente, las personas solo necesitaban festejos y vinos para renovar sus mentes.
El rey Ganghan estaba feliz, si los pueblos continuaban así, pronto podría declarar otra guerra y conquistar, solo debía ser un poco más pacientes para que la boda del príncipe y la princesa se efectuará.
Sin embargo, había temas que lo atormentaban, un tema que justo pasaba por los pasillos a altas horas de la noche.
Going-gi Mipung.
Camino por los pasillos con cuidado, detuvo sus pasos al ver una puerta abrirse, se escondió en una de las columnas para no ser vista, era su hija, junto a Tae Toru, los dos salían de la habitación y tomaban caminos diferentes.
Después de su boda decidieron hacer lo que quisieran, la única condición era no hacer preguntas entre ellos, situación aceptable para los dos.
Mipung suspiro al ver sus acciones, no podía decir nada, ella hacia exactamente lo mismo con la reina, pero hoy no iría allí.
Salió del castillo por la puerta trasera, se dirigió a los establos, en el fondo había un pequeño cuarto donde la esperaba Dal Byul - Hola - Dijo al entrar al lugar.
- Al fin llegas - Dijo, la abrazo con cariño.
- Sí, perdón el retraso - Observó la cantidad de recipiente que estaban en el lugar - ¿Qué son? - Pregunto, todos tenían diferentes líquidos.
- Son los venenos que hemos inventado hasta ahora, con su respectivo antídoto - Dijo Byul - Extiende tu mano por favor - Mipung obedeció sin dejar de mirar los venenos.
Byul comenzó a extraer sangre de ella - Es bueno tener el antídoto - Dijo Mipung.
- No es tan fácil, al comienzo se prueba la efectividad del veneno, luego se procede a hacer el antídoto, mi padre es muy cuidadoso en ello desde que ayudantes han muerto por colocar sus manos donde no debían - La castaña asintió.
- Nunca he visto a tu padre - Mipung dijo con curiosidad.
- Y nunca lo verás, no sale de su laboratorio a las afueras del castillo- Sostuvo un recipiente con la sangre de la Going-gi - La verdad, yo lo veo porque voy a visitarlo, pero no somos la familia más unida - Byul hizo una mueca de disgusto - Ha funcionado muy bien, ya no hay muestra de Agmong - Dijo.
- ¿Agmong? - Preguntó Mipung sin entender.
- Es el nombre del veneno que tenías - Dijo con una sonrisa - Me alegra que ya no esté.
Mipung tragó nerviosa - ¿Qué hacía el veneno? - Preguntó temiendo por la respuesta.
Byul la miró con preocupación, dudo en responder, pues el veneno no era exactamente el más amigable - Ataca los órganos internos, además del cerebro, da la sensación de pesadilla en los últimos momentos, terminando con demencia - Mipung se tensó en su lugar, por un momento imaginaba aquellos síntomas, si no fuera por la madre de Star probablemente no se salvaría.
- Gracias Byul - Dijo en tono sincero.
- No me lo agradezcas a mí, mi padre apenas había logrado crear el antídoto, siendo solo dos se nos es difícil el trabajo - Habló restándole importancia, guardaba los frascos con cuidado.
- ¿Por qué no tienen más ayuda? - Preguntó, Byul le sonrió recordando a su padre testarudo.
- Porque no quiere enseñarle a alguien que no sea de su familia, donde se enteré que le enseñe a la reina Hwido seguro me "castigará" - Hizo comillas con sus dedos.
- Debe ser difícil ser hija única - Dijo Mipung, Byul la miro confundida.
- No soy hija única, tengo un hermano - Contaba los frascos mientras iba guardando uno a uno - De hecho, lo conoces, es una larga historia, pero él se alejó de nuestra familia hace mucho - Mipung recorrió en su mente las personas que conocía, ninguna tenía un parecido a la mujer que estaba frente a ella.
- ¿Lo conozco? - Pregunto para confirmar su identidad.
- Sí, es Hyung, el consejero - Mipung abrió los ojos incrédula - Aunque realmente somos medio hermanos - Concluyó.
- No lo creo, ustedes se tratan como desconocidos - Dijo.
- Es que es un secreto - Dijo llevando un dedo a su boca - Pero es divertido al fin decirlo, mi padre me pidió que lo tratará así, ni siquiera mi esposo lo sabe - Miro a Mipung con una sonrisa falsa - Aunque a veces me gustaría contárselo a Tae Toru, conozco un poco a Hyung para saber que es un padre estricto - Suspiro dejando que los recuerdos entrarán a ella - Bien, cambiando de tema, al fin estás libre del veneno y tu organismo es totalmente inmune a él - Una sonrisa amplia apareció en la castaña, un poco del temor que guardaba en su corazón todos esos días disminuyó.
- ¡Gracias! ¡Gracias! - Decía con emoción mientras abrazaba con entusiasmo a la mujer, la cual se reía por el comportamiento de Mipung.
Las dos salieron del lugar, Byul regresaba a su hogar por medio del bosque, le pesaba un poco no saludar a su hija, pero debía ocultar sus visitas a ese lugar por el bien de Mipung.
La castaña entró alegre al castillo, no lo pensó mucho y fue corriendo a la habitación de la reina, estaba dormida, pero esta vez no le importo que se despertará con los pequeños besos que daba en su rostro.
Lotus no despertó, en acto inconsciente agarró a la mujer y la abrazo, terminaron acurrucadas en la cama, Mipung no le molesto, de hecho, se acomodó mejor para dormir al lado de su amada.
Esa noche durmió en paz.
Ganghan estaba sentado en su trono observando cómo alguien se quejaba de sus cultivos, odiaba a los aldeanos que hacían un gran problema de pocas cosas en las audiencias.
Miraba con impaciencia que aquella persona terminara de hablar -Necesitamos solucionarlo antes de que el invierno sea más fuerte- Concluyó.
Lotus miró al rey, notaba que no prestaba atención, suspiro con cansancio -Puede llevar dos militares, si lo que necesita es mano de obra - Dijo la reina para dar una solución.
El hombre agradeció la solución, realizó una reverencia y se fue del lugar.
El rey se levantó del trono sin decir palabra alguna, estaba estresado por todas las habladurías de la gente, quería descansar su mente.
Camino por los pasillos solo, llegando a la última habitación que era la suya, aislada.
Un soldado esperaba en la puerta - Majestad - Saludo haciendo una reverencia, Ganghan solo miró con seriedad.
El militar busco algo en su bolsillo, le entrego al rey un pequeño recipiente de un líquido negro, el monarca lo observó por unos segundos - ¿Es todo? - Pregunto con voz grave.
- Dijo que es experimental, pero que eso será suficiente - Respondió con rapidez el soldado - Si no necesita algo más mi rey, me retiro - Hizo una reverencia.
- De hecho... Si hay algo más - El soldado recibió las órdenes del rey.
Ganghan entro en su habitación, que a la vez era su despacho, un lugar que no tenía la fortuna de visitar.
Sostuvo el frasco en su mano, se sentó para meditar, suspiro, estaba dispuesto hacer lo que sea.
¿El amor que le tenía a Lotus era tan grande?
La noche cayó ese día, un año había pasado desde que el compromiso de Agust y Sun había sido anunciado.
Star regresaba a su habitación después de un largo día de entrenamiento con el príncipe, había mejorado considerablemente.
La peliblanca abrió la puerta, sonrió al sentir que no tenía seguro, la abrió despacio - Hola - Hablo Sun con un tono coqueto, se mordía el labio.
La soldado negaba con su cabeza, una sonrisa en su rostro, se acercó a la princesa que estaba en su cama sentada contra la cabecera - Hola princesa - Dijo cerca de su rostro, Sun la rodeo con sus brazos, sellando sus labios en un beso, lo esperaban todo el día.
Lo intentaron, seguro lo hicieron, pero no lograron resistir la atracción.
Después de unos minutos se separaron - Bien, este es tu beso diario, ya me iré - Dijo Sun dando un beso en su nariz.
Star cerró sus ojos, luego se acomodó en el regazo de la princesa apoyando su cabeza allí - Quédate un poco más - Le suplico, Sun acarició su cabello con cuidado.
- Está bien, solo unos minutos más - Dijo, sabía que jugaban con la suerte, pero a la vez les gustaba ese juego peligroso.
La princesa no desaprovechaba oportunidad, cuando la veía sola la acorralaba para robarle un beso, había puntos donde notaba que Star subía de tono el beso, en algunas ocasiones la soldado soltaba un pequeño gemido bajo entre besos.
Sun tampoco era inocente, ella también hacia aquellos sonidos, pero nunca lo iba a admitir; recuerda que en una ocasión Star perdió un poco el control, como si no pesará nada la sentó en una mesa, se ubicó entre sus piernas y comenzó a besarla con desenfreno.
La princesa se sentía confusa, más cuando sintió como las manos de Star invadía debajo de su vestido tocando sus muslos, el ruido que se escuchaba afuera las hizo detenerse.
"¿Qué hubiera pasado si no paraba?" Pensó, mentiría si decía que no ha pensado en ir más allá, especialmente después de ese acontecimiento que la había dejado en las nubes.
Star logro retenerla solo unos minutos hasta que fue consciente de la situación, con dolor en el alma la dejo ir de su habitación, se despidieron con un último beso.
La princesa prácticamente corrió por los pasillos, no era muy tarde, pero era mejor regresar lo antes posible.
Sus pasos se hicieron lento al observar al rey de Him a lo lejos, era extraño verlo merodeando por pasillos cerca de la servidumbre - Majestad - Hizo una reverencia al estar cerca de él.
Ganghan movió su cabeza en modo de saludo, Sun camino un poco lento observando cómo el hombre seguía caminando.
Frunció el ceño, continuó rumbo a su habitación.
Mipung agradeció a los últimos de la servidumbre antes de se marcharán, siendo la última de la cocina, observó todo, daba constancia que todo estaba organizado y limpio.
Decidió que era hora de irse, sonrió al saber que la reina la esperaba en su cama.
Giró hacia la entrada, abrió los ojos con sorpresa, el rey se encontraba parado allí, un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo.
- Rey - Hizo una reverencia, juraría que era la primera vez que el rey visita ese lugar.
Intento no darle importancia, con rapidez camino hacia el pasillo para continuar con sus planes, el rey la detuvo sosteniendo su brazo con algo de presión - Necesito que me acompañe Going-gi - Su voz era tan seria, el escalofrío se convirtió en temor.
- Como ordene - Dijo, el rey la soltó y emprendió camino, la mujer lo siguió en silencio, presentía donde iban, el ala opuesta de la reina.
El rey abrió la puerta de su habitación, hizo una seña con su mano para que Mipung pasará primero, ella lo miró con duda, pero accedió, entro.
La habitación era más fría de lo que imaginaba, estaba situada en una de las partes altas del castillo, oscura y, a su parecer, siniestra.
La castaña se quedó quieta en la mitad del lugar, el rey tomo una copa de vino - ¿Desea tomar? - Mipung negó con rapidez, Ganghan comenzó a reír - Tranquila, no está envenenado - Dijo con voz de burla.
La Going-gi tenso la mandíbula ante sus palabras, ya no había duda alguna era él.
El monarca disfrutaba su vino con burla, se sentó en la silla frente a su gran escritorio, miraba a la mujer desde ese lugar.
- ¿Qué es lo que desea? - La voz de Mipung se escuchaba irritada.
- No olvides que hablas con el rey - Reprendió, movió sus dedos encima del objeto de madera causando un ruido por los pequeños golpes - Tengo curiosidad, ¿Cómo logro quitar el veneno? - Pregunto, bajando la máscara de falsedad.
- Eso no es asunto suyo - El rey alzó sus cejas sorprendido por la respuesta.
Comenzó a reír - Puedo cortar su cabeza solo por esas palabras - Dijo con una sonrisa en su rostro.
- Si fuera el caso, ya lo hubiera hecho - Contesto Mipung con enojo, no sabía qué hacía allí, tampoco era su idea aguantar las tonterías del rey.
- En eso tiene razón, he esperado mucho tiempo - Abrió un cajón y coloco el recipiente pequeño sobre el escritorio - Pero cometí errores, deje que otros hicieran mi trabajo, ahora me encargaré - Se levantó para rodear el escrito - ¿Sabe que es eso? - Señaló el objeto con su dedo.
Mipung observó, el líquido negro era reconocible, parecidos a los que Byul le había mostrado - Un veneno - Dijo, el rey comenzó a aplaudir.
Se acercó a Mipung por su lado derecho - Exacto, el que tomarás hoy - Dijo cerca de su oído.
Mipung lo miro con sus cejas juntas - ¿Por qué tomarse tantas molestias para matar a una simple sirvienta? - Dijo con voz firme.
- Podría cortar su cabeza, pero la gente de Jangmi se revelaría - Dijo sosteniendo la mirada de la mujer - Y la razón, bueno... - Sonrió con maldad - Simplemente quitaré lo que impide que Lotus me ame - Está vez fue Mipung la que sonrió.
- ¿Por qué cree que tomaré el veneno? - La castaña pregunto con burla.
El rey empezó a caminar hacia la ventana - Su hija nació aquí, así que no es tan importante en Jangmi como usted - Observó fuera de está - Se ve muy feliz desde acá, sería una pena que el soldado a su lado perdiera el control e hiciera algo horrible - Hablo con sarcasmo, el soldado que hace horas entrego el veneno estaba cerca de Wind.
Mipung se acercó con rapidez para confirmar lo que decía Ganghan, para su desgracia era cierto, cerró sus ojos, sentía un vacío inexplicable en su corazón.
"¿Hoy será mi último día?" Se preguntó mientras miraba a su hija, sabía que el soldado solo necesitaba una seña y actuaría.
- Algo más Going-gi - La miró apoyando su espalda contra la ventana - Es un nuevo veneno, no hay antídoto, serás la primera en probarlo - Mipung miró el recipiente aceptando su destino - Pero no debe preocuparse, no le hará tanto daño como el Agmong - La castaña apretó sus manos en un puño.
Comenzó a acercase al escritorio, tomo el recipiente entre su mano, miró al rey con furia.
El hombre se situó al lado del escritorio, la palma de sus manos estaba contra esté, quería observar el momento exacto que tomará el veneno.
Mipung quito el pequeño tapón, su mano temblaba, acercó el recipiente a su boca y tomo el líquido con rapidez con los ojos cerrados.
Abrió los ojos encontrándose con la mirada del rey, sonreía con victoria, pensando en que al fin había ganado.
La castaña imitó la posición del rey, se acercó a su rostro, lo miraba fijamente - Puede matarme, formar mil guerras, ir al mismo infierno, pero le aseguro que ella nunca amara una bestia como usted - Dijo con rabia para luego cachetearlo.
El rey tocó su mejilla que ardía, observó cómo la mujer se marchaba con rapidez de su habitación.
No había sonrisa en Ganghan en ese momento, las palabras de Mipung fueron tan puntiagudas que solo causaba rabia, golpeó con fuerza el escritorio con las palmas de sus manos - Maldita mujer - Susurro con furia.
Mipung sentía ganas de llorar, gritar, explotar.
¿Qué debería hacer ahora? No sabía cuánto le quedaba de vida, tenía la opción de contarle a su reina, pero no, no quería miradas de compasión ante ella.
Si sería sus últimas horas la viviría como quería.
Respiro varias veces antes de entrar a la habitación de la reina, Lotus arreglaba su cabello para dormir, al ver llegar a Mipung le sonrió.
El vacío crecía más, la castaña solo podía pensar en que no volvería a ver esa sonrisa - ¿Por qué tan tarde? - Pregunto.
Mipung no la dejo hablar, se acercó a ella y empezó a besarla, Lotus no se resistió, dejo que sus labios se encontrarán.
¿Si fuera el último día de su vida que haría?
Mipung lo había decidido, desnudo a la reina con rapidez al igual que ella, la llevo a su cama, la acostó espalda a está, se situó encima de Lotus y comenzó a acariciar su rostro con lentitud.
No tenía ni idea dónde iría después de fallecer, lo único seguro es que quería guardar cada recuerdo de su amada en su alma, su cuerpo suave, sus ojos brillantes, sus labios carnosos, su sonrisa encantadora, su cabello negro ondulado, quería que todo el amor que le tenía la acompañará eternamente.
Lotus no hizo ninguna pregunta esa noche, inocente pensaba en que su amada tenía un ataque de locura amorosa.
Se sentían tan completas al hacer el amor así, sus cuerpos no se despegaron en ningún segundo, se fundieron como si fuera uno solo, recorriendo cada espacio, llegando a orgasmos que llenaban su ser.
La reina gemía con fuerza, estaba situada en encima de Mipung, tomo el rostro de la castaña para besarla mientras era penetrada, su cuerpo temblaba ante el último éxtasis de la noche.
Mipung sonrió contagiando una sonrisa en la reina, se miraron unos segundos para fundirse en otro beso, se separaron al sentir que no podían respirar.
Lotus se acostó a un lado de Mipung, exhausta por tan movida noche, la sonrisa no se borraba en ella, miraba a su amada con ojos que brillaban.
- Te amo - Por un segundo la castaña había olvidado todo, extrañamente esas palabras la devolvían a la realidad.
Se acomodó en el hombro de Lotus, la abrazo por la cintura apretándola con fuerza - Te amo - Se felicitó porque su voz no sonó entrecortada - Deberíamos pasar el día con las niñas - Propuso, no tenía alguna idea para estar con ellas sin ser sospechosa.
Lotus la miró extrañada - ¿Por qué tan de repente? - Mipung se ocultó en el hueco de su cuello causando leves cosquillas.
- Desde que sé lo de ellas quiero apoyarlas más - No era del todo mentira, nunca lo hablaban, pero la reina y Mipung le gustaba que sus hijas estuvieran juntas de esa manera.
No negaría algo que ellas han disfrutado en su vida - Claro, mañana iremos a despertarlas - Dijo Lotus sonriente, Mipung asintió de acuerdo con la idea - ¿Estás bien? - La reina se atrevió a preguntar, aunque habían tenido una de sus mejores noches sabía que algo preocupada a su amada.
Mipung apretó a Lotus con su abrazo por inercia - Lo estoy, solo tengo sueño - Dijo para evitar más preguntas, cerró sus ojos para tratar de dormir.
La reina no estaba muy segura de creer sus palabras, pero accedió a dormir al mismo tiempo que ella - Te amo - Dijo dando un beso en su cabeza.
Unas horas más tarde la luz del sol acompañó la habitación iluminándola, los rayos de sol despertaron a Mipung, se levantó deprisa, miró hacia todos los lados, todo estaba igual que cuando se quedó dormida, tenía la leve esperanza de que fuera un mal sueño.
Miró a Lotus que estaba a su lado, acarició su rostro con sus dedos, quito unos cuantos cabellos que cubrían su cara - Lo siento - Dijo con un nudo en su garganta, ya no podía aguantar más, las lágrimas salían mientras observaba a su amada.
Sabía que estaba siendo egoísta, pensando en cuanto iba a extrañarlas, pero olvidaba que ellas también lo harían.
Limpio sus lágrimas con rapidez, dio pequeños golpes en sus cachetes con la palma de sus manos, se obligaría a no llorar el resto del día.
Se levantó con ánimos renovados, se acomodó en el regazo de su amante ubicando cada pierna en su costado, besó su cuello para despertarla, la reina se quejaba con risas de por medio, lo había logrado.
Disfrutaron el baño, entrando las dos en la bañera abrazadas, Mipung contra la bañera y Lotus a espaldas de la castaña, duraron así un buen rato, disfrutando de su compañía.
Se vistieron, procedieron a ir a la habitación de Flower, pero antes compartieron más dulces besos.
Mipung insertó la llave en la puerta, la abrió y encontraron a sus hijas muy cerca a punto de besarse - ¡Mamá! - Gritaron al mismo tiempo por la sorpresa, las mayores empezaron a reírse, sus hijas cubrían sus rostros con las sábanas por la vergüenza.
Se aclararon a cada costado de su cama e intentaron quitar las sábanas.
Las levantaron a la fuerza - ¿Qué hacen aquí? Todavía queríamos dormir - Reprochó Wind con un puchero, las mujeres seguían riendo.
- Vayan a bañarse, pasaremos el día juntas - Ordenó Lotus, con pasos perezosos obedecieron.
Mipung sonría en sus adentros, no es que no hicieran estos planes a menudo, pero le alegraba saber que estarían juntas ese día.
Se dirigieron a los jardines para comer, la castaña sonrió al encontrarse con Star y Agust entrenando, a un lado estaban las hermanas Taeyang observando junto a Tae Toru, curiosamente pensaba que la suerte la acompañaba compartiendo el día con ellos.
La reina alzó su mano para saludarlo, el príncipe se acercó para realizar una reverencia a su madre, invitó a que se estuvieran con todos.
La Going-gi sentía tantas emociones chocando en su interior, le gustaba observar el panorama, Star molestaba a Sun como de costumbre, Tae Toru hablaban de temas ambiguos, su hija compartía miradas cómplices con Flower, la nostalgia la invadía, saber que era la última vez que vería todo ello la destrozaba.
Agachó su cabeza, las lágrimas querían salir, Lotus tomo su mano con fuerza - ¿Estás bien? - Le pregunto cerca de su oído.
Mipung la miró, sonrió, aún en este momento el calor de Lotus seguía abrazando su corazón, siempre le ayudaba estar mejor - Estoy muy bien - Dijo con toda la voz firme que pudo.
El día transcurría como quería, por fortuna fue soleado, permitiendo estar todo el tiempo a las afueras del castillo, entre sí se extrañaban por Mipung, en ese punto ya se hubiera marchado para continuar su deber.
Nadie lo menciono, les gustaba que estuviera todo el día con ellos.
Lotus y Mipung reía al mirar a cuatro chicas que jugaban cosas tontas, a veces solían ser algo infantiles, después de correr por un rato Wind se acercó por un poco de agua que estaba al lado de su madre.
- Me gusta que estés todo el día con nosotras mamá - Dijo Wind, se sentó a su lado, Mipung rodeo sus hombros con una mano para abrazarla y besar su cabeza.
- Me gusta estar con todos - Dijo con una sonrisa, la cual devolvió su hija, hizo que Wind la mirada - Wind, puedes prometerme algo - La castaña aún estaba preocupada, quería asegurarse que su hija estuviera bien.
Wind la miró extrañada - Claro mamá - Dijo con curiosidad.
Mipung se acomodó mejor, tomo las manos de su hija - Prométeme que serás muy fuerte y pelearas por el amor que sientes - Wind miró a Flower, se le hacía raro que su madre lo pidiera, pero le gustaba saber que la apoyaba.
- Lo prometo mamá - Mipung sonrió y la abrazo con fuerza.
- Gracias, siempre te cuidare sin importar que - Eso último asustó mucho a Wind, iba a hablar, pero un trueno cubrió el cielo, de repente el cielo despejado fue cubierto por nubes negras, una lluvia descontrolada comenzó.
Todos se refugiaron en el castillo, Mipung levantó su mano para sentir el agua en la palma de su mano.
https://youtu.be/U_dpIqCDcZk
- ¿Vienes? - Pregunto Lotus, ya había comenzado a entrar al castillo, Mipung asintió.
Dio dos pasos, se vio forzada apoyar su mano contra la pared, un leve mareo y dolor de cabeza la atacó de repente.
La reina se acercó rápido a ella - Mipung, ¿Qué sucede? ¿Está bien? - Dijo alarmada, la castaña estaba de rodillas, no sentía fuerza para levantarse - ¿Dónde está el médico? - Pregunto a los chicos que se devolvieron al ver la situación.
Mipung tomo como pudo la mano de Lotus - Estoy bien, solo necesito descansar - Dijo, no quería pasar sus últimas horas en revisiones.
- Te llevaré a mi habitación - La reina incorporó a la castaña, con pasos lentos comenzaron a avanzar, el sol se ocultó rápido ese día.
Los muchachos acompañaban desde cerca por si algo pasaba, la reina llamaba la atención de la servidumbre por el pasillo era raro verla en esa situación, Star se ofreció a llevarla, pero la reina se negó, quería ser ella la que acompañará a Mipung.
Lotus acomodo a Mipung en su cama, la mujer estaba sudando, leves temblores en su cuerpo - Iré por médico - Dijo la reina, con un poco de esfuerzo sostuvo el vestido.
- No, quédate por favor - Le dijo, Lotus la miró, lo medito por varios segundos, se sentó en el borde de la cama y sostuvo sus manos.
- ¿Qué tienes? - Pregunto preocupada.
- Ya se pasará, ven a mi lado - Dijo Mipung, Lotus se acostó a su lado abrazándola por la cintura.
Sus hijas entraron a los segundos, con algunos paños y agua, fueron al otro extremo de la cama, colocaron uno en su frente, su temperatura era alta, necesitaban bajarla.
Con cuidado Wind colocaba uno a uno los paños, escurriendo a cada momento por exceso de agua, Mipung respiraba con dificultad, se miraban entre ellas esperando que mejorará, querían ir por ayuda, pero la castaña le exigía que no lo hicieran.
Star, Sun, Eirene, Toru y Agust se mantenían a fuera de habitación, todos estaban sorprendidos por el cambio de salud de Mipung.
Se quedaron callados mientras todo transcurría dentro de la habitación, las horas pasaban y los párpados de todas comenzaban a pesar.
Flower y Wind se acomodaron a un lado de la cama, la castaña quedó al lado de su madre, quito algunos cabellos de su rostro, besó su cachete para luego cerrar sus ojos, acompañada por Flower que sostenía la mano de Mipung.
Lotus luchaba por no dormir, quería estar pendiente de la recuperación de Mipung, aunque sus ojos la traicionaban.
- Lotus - Hablo Mipung con voz débil, la reina levantó su cabeza para mirarla - Estoy agradecida, soy muy afortunada porque me amarás y feliz por amarte - Lotus se asustó.
Su corazón se aceleró por sus palabras - Tonterías, yo debería decirte eso, te amo con toda mi vida Mipung - Mipung le sonrió con ternura, Lotus se levantó un poco, confirmo que sus hijas dormían, luego sello sus labios con cuidado, compartiendo un beso cálido.
Las dos cerraron sus ojos para caer en un sueño.
Star estaba apoyada contra la puerta de la habitación, el resto estaba sentados apoyados en sus rodillas durmiendo, Sun era la única que medio abría los ojos, pero faltaba poco para que cayera en un sueño.
La Dal suspiraba, nunca había visto que los síntomas de una enfermedad atacarán así, excepto si eran provocados, sospechando de los venenos que su madre fabricaba para las guerras.
Comenzó a caminar en círculos nerviosa - ¿Por qué no tomas asiento? - Dijo Sun al ver sus movimientos, de repente Star se quedó quieta mirando fijo la puerta - ¿Star? - Sun se asustó por su comportamiento.
La peliblanca abrió un poco su boca, los Dal tenían algunas habilidades desarrolladas, por ejemplo, escuchar desde lejos, pero en ese momento Star odiaría esa habilidad.
No lo quería creer, no quería aceptar, sus oídos escucharon el segundo exacto que el corazón de Going-gi Mipung dejó de latir.
Star entro apresurada a la habitación, Lotus se despertó al sentir el estruendo, miro el rostro de confuso de Star, con temor volteo a mirar a Mipung, su cuerpo estaba frío.
Esa noche en la habitación de la reina se escucharon los llantos desenfrenados de las mujeres que estaban allí.
Ese día las flores de Jangmi no fueron acariciadas por el viento.
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¡Hola!
Aquí está su escritora que está sensible.
El capítulo fue tan largo que lo dividí en dos, así que sorpresa doble actualización.
Lamento mucho tardar tanto, me encanta escribir está historia pero mis obligaciones me consumen tanto.
Y bien... En este capítulo se fue un personaje que aprecio mucho, Lotus y Mipung son literalmente un reflejo de Hwasa y Wheein, pero su impacto es tan fuerte que dará un buen giro a la historia.
Muchas gracias por leer y su paciencia.
Por cierto, mi linda Wheein saco una canción hace poco con una temática lésbica, no se para ustedes, pero como parte de la comunidad esto significa mucho.
https://youtu.be/U_dpIqCDcZk
(Si es la misma que agregué para que llorarán)
Por último, vean esta belleza.
https://youtu.be/m5iFHJECQWU
Idol revelado:
Tae Toru: Kim Taehyung - BTS.
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