Día dieciocho, diecinueve y veinte: Llanto, amamantar y pañal
—"Enhorabuena por tu alumbramiento, amigo Rogers!"
La voz de Thor fue lo suficientemente estruendosa como para despertar de un susto a su pequeño James, quien solo pudo llorar como cualquier bebé lo hacia cuando algo lo aquejaba. Había sido difícil hacer que durmiera al menos un poco, su llanto era bastante más fuerte que un bebé recién nacido normal y no era por su oído de super soldado que lo hacía escuchar con más claridad las cosas, no tenía nada que ver. Su pequeño James tenía pulmones de acero, pero no por eso debía dejarlo llorar por mucho tiempo, ya que un bebé se estresaba al no ser atendido, se enderezó en su camilla, aún se encontraba en el hospital pues había estado inconsciente durante tres días después del parto, Tony mesia al pequeño en sus brazos, se veía tan bien así, no sabía cómo había podido pensar en dejarlos, peor aún. Aceptar el hecho de morir y dejarlos en abandono, no podría irse de ninguna manera, renunciar a verlo crecer, dar sus primeros pasos, graduarse de la universidad y sabía que su pequeño retoño sería un genio al igual que su prometido.
—Thor, por favor no hables tan alto, asustaste a James—.El reclamo del castaño fue evidente, paseó por la habitación. El pequeño castaño dejo de llorar luego de un rato, quedándose despierto escuchando a los mayores hablar, aunque sus sentidos aún no se desarrollaban al ser solo un recién nacido. Thor se retiró poco después luego de que un cuervo se parara en el marco de la ventana de la habitación, al parecer. Su padre Odin requería su presencia de nueva cuenta en Asgard, no quizo decir el porque y solo salió de la habitación con algo de prisa.
—Tony tiene algo de razón, solo no hablen tan fuerte. Yo sé que su emoción es algo incontrolable, pero les agradecería mucho que bajaran el volumen de su voz—.Extendio los brazos hacia Tony, quien entendió que lo que quería era cargar a James. Se acercó y con sumo cuidado lo dejo entre los brazos del rubio, quien lo recibió gustoso.
—¿Quieres seguir leyendo las cartas de tus admiradores, Steve?.
—Hmmm... No—.La sonrisa de Sam lo hizo negar levemente con la cabeza.
Sabía que era una especie de broma considerando que llevaban mucho tiempo leyendo cartas de admiradores, aunque también había algunas anónimas que le deseaban la muerte o lo maldecian por "maricon". Cartas que eran descartadas por sus dos filtros a los que llamaba amigos, incluso Tony había estado leyendo la evidente admiración impresa en las palabras de algunas cartas, hubo dibujos y un par paquetes que tuvieron que ser revisados fuera del hospital antes de pasar a posesión del rubio, pues su casi esposó no quería que nadie atentará contra la vida de sus dos tesoros, así que los paquetes grandes tenían que ser analizados de manera minuciosa. Para evitar toparse con la desagradable sorpresa de una bomba empaquetada, sería algo bastante esperado por parte de algún loco, una prueba era que alguien le había puesto agujas a las galletas que habían sido dirigidas como regalo para Steve, algo que lo había puesto en alerta. Incluso si Tony no se lo quiso decir, él mismo se enteró gracias a su audición mejorada. En el hospital tenía una dieta que seguir, así que también este tipo de alimentos no serían permitidos, pero tenía por amiga a una espía experta y a un agente, era sencillo para ellos filtrar cualquier alimento o antojo del rubio. James llamó la atención del grupo dentro de la habitación, su llanto inundó la habitación nuevamente y parecía que solo lo hacía por aburrimiento, pues muchos bebés lo hacían si se aburrían o simplemente porque se sentían solos, pero esas opciones quedaban si es que no era un pañal sucio, hambre, frío o cansancio. Lo arrullo entre sus brazos, no era un pañal sucio y tampoco era cansancio, mucho menos frío, así que la opción de esos momentos sería el hambre. No hace más de dos horas había comido, pero al parecer volvía a tener hambre, era entendible pues un recién nacido tomaba leche hasta doce veces al día, sin contar la noche.
—Eres un glotón ¿Verdad que eres un glotón?—.Mimo mientras se acomodaba en la camilla para quedar de lado, acomodo a su pequeño a su costado y bajo lo más que pudo la bata médica, para descubrir uno de sus pectorales hinchados y guíar el pezón a la boca del bebé, con el brazo de apoyo en la espalda de James. Posicionando su cabeza para que pudiera mamar sin complicaciones, no pasó muchas tiempo para que su bebé comenzará a chupar, lo único que salía era calostro ya que al ser su primer bebé la leche tardaba en producirse. Así que solo era cuestión de días para que la leche llegará a sustituir el líquido amarillo con el que su bebé se alimentaba, hasta el momento la posición más efectiva que había encontrado era esa y mas porque podía estar cómodo, mientras James no sufría complicaciones para alimentarse.
—No me sorprende, después de todo el padre es Tony.
—Ey! no fui el único glotón durante todos estos meses, Steve ganó en ese campo—.La pelirroja rio por el pequeño berrinche del castaño, Steve solamente nego entretenido, bajo la vista. Vigilando que su pequeño estuviera comiendo bien, tocaron la puerta de la habitación. Era de esperarse que fuera una enfermera, pues era hora de la comida para el rubio.
—Adelante...—.Musito Tony, quien poco después se levantó para abrir la puerta, la enfermera entro empujando un carrito con el alimento de Steve, que consistía de en un intento de hot dog. Un pan y una salchicha que más parecía cruda que cocinada, mucha ensalada verde con un aderezo que le picaba en la nariz por el olor, una gelatina y un jugo de naranja. No hizo cara fea a la comida, pues su madre lo había enseñado a agradecer los alimentos ofrecidos a la mesa, habían sido muy pobres y aunque actualmente ya no era así, por su crianza había logrado que al igual que él, sus compañeros no tuvieran la mala educación de hacer algún gesto desagradable a los alimentos, a excepción de que fueran alérgicos o estuvieran en mal estado. Además se sentía mal consigo mismo al no querer comer la dieta que se le encomendó a sabiendas de que ya había comido una wopper con doble queso a la parrilla, cuando claramente ese tipo de alimentos estaban prohibidos y más aún filtrarlos gracias a sus dos agentes de confianza, así que comería lo que le habían traído después de que su pequeño James terminara de comer primero.
—¿Cómo se encuentra señor Rogers? ¿Alguna molestia o todo está bien?—.Amablemente la enfermera pregunto, reviso signos vitales, presión sanguínea entre otras cosas.
—Esta todo bien, no e tenido ninguna complicación o molestia—.De reojo noto que James había dejado de mamar, pero aún seguía adherido al pezón. Tranquilo y hasta satisfecho, podía dejarlo así hasta que se quedará dormido, si recordaba bien. La terapeuta hacía dicho que algunos bebés se arrullaban de esa forma.
—Si necesita algo, ya sabe que puede tocar el botón de lado de su cama. Se le atenderá en seguida—.La enfermera apenas dió unos pasos hacia la puerta, girandose de nuevo al olvidar que había entrado con el carrito con bandejas de comida, Natasha fue quien tomo la bandeja correspondiente para el rubio, mientras que la enfermera agradecida por la ayuda. Jalo el carrito y se despidió de los presentes, no sin antes mencionar.
—Una cosa más señor Rogers, en un rato más una enfermera llevará de vuelta a su bebé a los cuneros, ya casi acaba el horario de visitas—.El soldado asintió desde su posición en la cama, poco después la enfermera se retiró. La pelirroja había dejado la bandeja de comida en la mesita contigua al sofá largo dónde estaban sentados Tony, Sam y ella, ahora que se ponía a pensar. El hospital era privado, era un detalle que habia pasado por alto desde que despertó.
—Entonces... ¿Seguimos con las cartas?—.Ofrecio el moreno de nuevo, está vez asintió sonriendo o fue hasta que un gesto incómodo de su bebé lo hizo fruncir el ceño, lo había visto de reojo y volteo su vista hacia un James con su ceñito fruncido de incomodidad, en algún punto había soltado el pezón y posiblemente su molestia se trataba de un pañal sucio, sonrío y con uno de sus brazos, con sumo cuidado levantó a su bebé para luego acomodarse en la cama de modo que su espalda quedará en el respaldo, para así cargar a su bebé en ambos brazos acunado. Miro a un Tony que habia dejado de prestar atención a lo que el moreno relataba y se acercó, el rubio le sonrió algo inocente. Pues sabía que en esta ocasión él no podría cambiar el pañal a James.
—Es tu turno, Tony.
—Mi turno de qué?.... Oh eso, trae acá —.El rubio sonrío por la actitud de Tony, como si estuviera a punto de realizar algún procedimiento complicado para sus máquinas, se acercó a la cama lo suficiente y extendió los brazos para cargar al bebé que amenazaba con llorar de nuevo, lo tomó de la cabecita y luego del resto del cuerpo, sus brazos acunandolo. Se alejó un poco arrullando al bebé y se desplazo hacía uno de los muebles de la habitación, para poder cambiarle el pañal a James y de paso, dejar que Steve aprovechará ese momento para comer. Sam fue quien se levantó de su asiento para tomar la bandeja y bajo las barandillas de apoyo, para no dejar todo el peso al rubio en sus piernas y que la comida se mantuviera en su sitio estable, Steve gradecia la ayuda. Aún le costaba no hacer las cosas por su cuenta, pero no podía levantarse. No porque no pudiera, sino que estaba siguiendo las indicaciones médicas sobre quedarse en cama al menos hasta que lo den de alta del hospital.
—"Querido Capitan, ojalá mejore pues dar a luz es un regalo de la vida difícil de llevar. Mi esposo y yo, hemos preparado para ambos un quit de ayuda para padres primerizos, espero que hayan disfrutado su tiempo de descanso. Atte: Miss Fantástica".
—No sabía que Susan había mandado una carta, es muy...—.Murmuro el rubio con algo de comida en la boca, no creyó que la rubia le mandaría una carta.
—¿De señora de más de sesenta años? Si, pero es Susan, ella me ayudó con los pies hinchados hace unos meses—.La expresión de Tony era una de concentración, cambiar un pañal era algo para lo que no estaba preparado todavía, al abrirlo solo se encontró con humedad. No tenía ningún color o olor, todo se decía al calostro y muy posiblemente cuando su bebé comenzará a ingerir papillas, será el tiempo de las bombas de azufre encerradas en un pañal. Ya había completado la primera fase, el rubio tenía la diversión y la gracia pintada en su rostro, uno que también tenía migas de pan en las mejillas. Ya completada la extracción, ahora solo era el empaquetado y tirar los desechos, logro su cometido, en algún punto la conversación de los individuos en la sala paso a segundo plano. Estaba orgulloso de haber podido cambiar un pañal sin complicaciones.
—Tony, no es por ser perfeccionista pero, el pañal está al revés....—.Los agentes explotaron a carcajadas luego del penoso y dulce comentario del rubio, quien trato de beber por completo el vaso de jugo, sin escupirlo de la risa.
—Demonios....
—Lenguaje shelhead.
Bueno, al menos había echo la mitad del trabajo bien...
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Si sigo así, me voy a morir y no podré terminar el resto de fanfics.
Siguientes capítulos "posparto, hormonas y apoyo" ya no aguanto ahhhh.
Día día dieciocho, diecinueve y venite completado! Espero que les haya gustado, les juro que estoy haciendo mi máximo esfuerzo. Los quiero
Atte: Mr.Radio Demon
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