CAPITULO 11: UN REENCUENTRO INOLVIDABLE
Esa mañana se levantó más temprano de lo usual, eran apenas la 5:40 el sol aún se encontraba oculto, pero la tenía que hacer sus estiramientos para tener más flexibilidad a la hora de hacer las maniobras con su quirk
Había estado haciendo diferentes tipos de estiramientos, ya sea para los brazos, las piernas o su espalda, se turnaba con cada una para ir acostumbrando a sus músculos, era apenas la segunda vez que hacia flexibilidad, según leyó en páginas y libros eso le ayudaría a sus ataques, defensas y su coordinación, solo por eso le llamo la atención y empezó a practicarlo, no lo hacía mal solo que aún no tenía la flexibilidad que él quería.
A las siete de la mañana había dejado de hacer sus ejercicios, le dolían sus brazos y un poco sus piernas, podía soportarlo nada que una ducha de agua tibia pueda arreglar,
Saliendo de la ducha se cambió por algo ligero, el calor de ese día era mucho y tenía que mantenerse relajado si no quería causar un accidente si su don se salía de control, bajo a desayunar encontrándose a su madre poniendo la mesa y a su padre llevando el desayuno a esta misma, fue directo a la heladera a buscar lo único que le relajaba, leche de fresa, aunque también le gustaba la de chocolate, ese lo sentía muy dulce, solo sus padres conocían ese gusto de él, no encontró, busco detrás de la jarra de agua , nada, se acabó, ¿Cuándo se acabó si apenas la anterior semana había comprado?, eso era un fastidio , ahora tenía que salir a comprar más si no quería tener que prepararse una chocolatada antes de dormir, después del desayuno iría
Veinte minutos después, se levantó de la mesa para ir por su billetera e ir directo a la entrada de su casa, pensaba pasar desapercibido de su madre, si no fuera que a esta no se escapaba nada
-a dónde vas mierdecilla? - pregunto de brazos cruzados en la sala mirando a su hijo
- ha?, no te interesa, vieja bruja-
- NO ME LLAMES ASI MOCOSO-respondió dándole un golpe en la cabeza- bien, como veo que vas a salir, aprovecha y sal a comprar más verduras para el almuerzo- pasándole una lista- si falta algo, buscas y encuentras
-tsk, dame eso- arrebatándole la hoja- PERO SI FALTA TODO- mirándola con enojo
- no es mi problema, apúrate- apuntando a la puerta
No le quedo de otra que ir al mercado a comprar lo que faltaba
Y así fue su inicio del día, con unos gritos por aquí e insultos por allá, no era mucho de estar rodeado de persona, es más, no le gustaba, pero no tenia de otra.
Llego a su casa a eso de las once del día, con una capa de sudor en su cuerpo, por eso no le gustaba salir en días calurosos, tuvo suerte de no hacer explotar nada, dejo las cosas en la cocina, tomo agua fría y se fue a su cuarto, no quería saber de nada por lo que resta de hora.
Aprovecho que estaba ya medio sudado para hacer un poco de pesas en su cuarto, puso música y empezó con un brazo, pasaba un tiempo y cambiaba, así estuvo hasta que ya no pudo y agarrando su toalla se fue a dar una ducha de agua fría, no quería saber que haría cuando lo viera, estaba emocionado, nervioso y enojado, ya no sabía cómo sentirse, así que mejor para acompañarlo, su puso su reproductor de música y mientras se bañaba se iba relajando con la música, y de paso cantaba algunas, no era por presumir, pero cantaba de maravilla, no por nada se puso en un conservatorio hace unos años, ya más relajado se puso una toalla alrededor de la cintura y salió de baño aun cantando las ultimas estrofas de la canción
-Lately I've been, I've been losing sleep
Dreaming about the things that we could be
Baby I've been, I've been praying hard
Said no more counting dollars
We'll be, we'll be counting stars-
No fue hasta que cerró la puerta del baño para dirigirse a su armario que se percató de la otra persona en su cuarto.
No sabe cuánto tiempo se quedaron mirando a los ojos, hasta que noto como las mejillas del contrario se ponían de un rosado casi al tono de cabello, siguió a donde miraba y se dio cuenta que aún tenía solo la toalla cubriendo sus partes nobles, el pecho lo traía descubierto y aun caían una que otra gota de agua por la humedad de su cabello
Agarrando lo primero que tenía a la mano se lo lanzo a la cara, que de no ser que este estaba distraído la hubiera podido esquivar, pero no fue así y le dio en la nariz asiéndole retroceder
-LARGATE DE MI CUARTO BASTARDO MITAD-MITAD- estaba rojo, el contrario no sabía si era por rabia o por vergüenza-QUE NO TE ENSEÑARON A TOCAR MALDITO IMBESIL- y aprovechando que ya estaba con su temperatura normal creo una pequeña explosión que lo saco de su cuarto y cerrándole la puerta en la cara
Aprovechando que no lo veía se apoyó en la puerta y puso su mano en su pecho para comprobar que no estaba alucinando, si, era real, el bicolor estaba en su casa al otro lado de la puerta
Pero nos preguntamos, ¿Qué hace el bicolor ahí?, ¿Qué tanto se había tardado el cenizo en la ducha para no darse cuenta del ruido?
Pues volvamos unas horas atrás
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El sol ya iluminaba las calles, las personas ya estaban haciendo sus actividades cotidianas, solo nuestro querido bicolor se encontraba aun durmiendo, la noche anterior su padre lo entreno y apenas pudo comer su cena, hoy por suerte salía de viaje y no volvía hasta mañana, y él lo aprovecharía para dormir todo lo que le dé la gana
Hubiera ese sido el caso si no fuera por su hermana que estaba llamándolo para que se levantara
-shoto, ya es la quinta vez que te hablo, ya levántate- hablaba fuyumi mientras tocaba con insistencia la puerta
Shoto apenas podía ubicarse donde estaba, recién se estaba levantando, así que estaba un poco desubicado, vio que estaba en su cuarto, era sencillo y estilo tradicional como todo en su casa a excepción de la cocina, tenía un armario, un estante, un kotatsu, y un baño privado, no tenía muchas cosas, una que otra foto con sus hermanos y nada más.
Apenas poniéndose de pie fue a abrirle la puerta su hermana- ¿Qué fue fuyumi? - pregunto rascándose el ojo mientras se tapaba la boca para evitar el bostezo
-Ve a bañarte rápido- empujándolo de nuevo a su cuarto y guiándolo al baño
- ha?, ¿por qué? -se paró en la puerta del baño mirándola a los ojos un rato- aaa... el almuerzo- dijo recordando- pero aún es temprano, mejor duermo un poco más- dijo apuntando a su futon e intentando ir
Se le puso delante de el con los brazos en forma de jarra- ¿sabes qué hora es? - pregunto seria
-eee-intentando adivinar la hora mirando por la puerta corrediza- las ocho? -
-son las diez y media-lo miro un poco molesta- te bañas y te cambias, te espero en la sala- dijo dándose la vuelta para salir del dormitorio
El bicolor solo hizo un puchero, y se fue a la ducha, se tuvo que bañar con agua un poco fría para terminar de levantarse, se cambió por algo sencillo, un pantalón blanco, una camisa negra y unas vans color negro
(imagen de referencia)
luego salió de su cuarto para ir a la sala con su hermana, ya eran las once y cuarto cuando llegaron a la casa de los bakugo, pagaron el taxi y fuyumi toco la puerta
-ya voy-se escuchó la voz de una mujer al otro lado, se abro la puerta revelando a la señora bakugo con un mandil de cocina- chicos llegaron, aún no está l acomida así que hay que esperar- dijo mientras los invitaba a entrar.
luego de cerrar la puerta, se dirigieron al comedor, que estaba pasando la sala, mientras la señora bakugo le servía refresco, shoto iba mirando todo a su alrededor, la mesa era como para diez personas y a la derecha era la cocina, tenía un mesón, que al parecer era el desayunador, y al lado la heladera, de ahí no veía nada más, pero suponía que detrás de muro junto al mesón estaba la cocina y el lavaplatos, al lado del muro estaba la vitrina con la vajilla, en si era bonita la cocina
vio a su hermana seguir a la señora bakugo a la cocina, seguro era para ayudarle, él no sabía qué hacer, quería ir a ver a bakugo, pero no quería molestar a las mujeres en su conversación, la cual no sabía que había empezado ya que estaba mirando todo.
-shoto-kun que tal te van en tus clases- pregunto la señora mitsuki llamando la atención de este
- se le quedo mirando un rato-me van bien, gracias por preguntar- respondió en tono neutro
- qué bueno... y cuéntame igual quieres ser un héroe? - pregunto curiosa
-también? -pregunto confundido
-Sí, katsuki quiere ser un héroe, entrena todos los días para el examen de ingreso de la U. A, - le dijo orgullosa y la vez preocupada de su hijo, pues con su carácter no sabía si podría ser aceptado
- ¿enserio mitsuki-san? - pregunto fuyumi con un brillito en los ojos
- muy enserio- le respondió la ceniza
- qué bueno, así shoto no va a estar solo allí- le dijo emocionada
- además a ver si a katsuki se le pega los buenos modales que tiene shoto- dijo mitsuki en broma- ¿y como te van tus entrenamientos, shoto?, escuche que es un poco difícil entrar en la U.A-
- amm bu-bueno sobre eso...- tartamudeo un poco fuyumi
- mi padre me puso por recomendación-dijo con fastidio shoto interrumpiendo a su hermana
-oohh... es bueno saberlo- dijo la señora bakugo
- tsk, nada de lo que venga de ese viejo es bueno-dijo con molestia mirando hacia otro lado
-shoto- le regaño fuyumi
- ¿Por qué dices eso shoto? - pregunto curiosa la señora bakugo
- es solo que shoto no se lleva bien con nuestro padre- dijo apenada fuyumi
-enserio, ¿por qué?
- bueno. son cosas de la familia-
-okey entiendo, ¿Quién es su padre? – pregunto directa
- endeavor- respondió shoto con rencor en su voz
-...- eso la dejo pensando a mitsuki, miro a los chicos delante suyo, claro, porque no lo noto antes, hasta el apellido lo tienen- enji todoroki, por que no lo adivine- dijo mientras se ponían una mano en la frente como aminorando una migraña
- ¡¿conoce a nuestro padre?! - pregunto entre sorpresa y curiosidad fuyumi, shoto le miro directamente a la señora mitsuki
- como no conocerlo- dijo con molestia recordando su juventud- éramos compañeros en la primaria, siempre haciendo lo que él quiera sin pensar que le puede perjudicar a los demás- dijo esto último gruñendo al aire
- sigue siendo así- dijo shoto llamando la atención de la señora bakugo
lo miro directo a los ojos, dándose cuenta que esa no era una marca de nacimiento alrededor de su ojo izquierdo, se paró de su asiento- no me digas que él te hizo esto –pregunto acariciando la mejilla con la gentileza que una madre puede dar
-fue con agua caliente-
Alejo su mano del bicolor y siguió con su historia-bueno cambiemos de ambiente- dijo aplaudiendo fuerte- fuyumi querida, me ayudas a terminar de hacer el almuerzo? - pregunto con una sonrisa
-claro mitsuki-san-
-shoto, si quieres puedes ir a donde katsuki- le dijo mientras se volteaba a la cocina- ha, por cierto, ¿puedes decirle a mi esposo y a katsuki que dentro de un rato estará la comida? – pregunto
Asintiendo con la cabeza dio la vuelta para ir a las gradas
Ya en la segunda planta se dirigió a la izquierda donde era el estudio de diseño del señor masaru, se escuchaba un poco la música atreves de la puerta, sin mucho interés toco esta, espero unos segundos y nadie la abría, volvió a tocar esta vez un poco más fuerte, ahora si al parecer se escuchó ya que la música se apagó y se escuchaban unos pasos y unos segundos después la puerta se abría- oh eres tu shoto, pensé que eras mitsuki, dime que te trae por aquí- dijo sereno mientras le acariciaba la cabeza en señal de saludo
- Un gusto volverlo a ver señor bakugo- le respondió haciendo una leve reverencia- me dijo la señora mitsuki que la comida estará dentro de poco- le paso lo que le dijeron
- Gracias por avisarme shoto-kun, ya casi me olvido que es hora de la comida- le sonrió
Shoto desde donde estaba podía ver una hoja pegada a la pared y maniquíes, se preguntó qué haría el señor bakugo para tener eso
Masaru adivinando detrás de esa mirada de desinterés, podía ver curiosidad- ven shoto, acompáñame- le dijo mientras lo guiaba dentro de su estudio sin que este proteste algo
Shoto se quedó fascinado con lo que veía, se podía apreciar unas tres mesas en medio de todo, estas tenían una máquina de coser cada una, en la izquierda había un estante que llegaba hasta el techo con una escalera corrediza, este estaba lleno de telas de diferentes colores y estampados, tenía un maniquí entre dos mesas los demás estaban a la derecha junto a la pared bien ordenados, había unos de mujeres y otros de hombres y unos cuantos de niños, todo iluminado por un ventanal que ocupaba la mitad de la pared, la otra mitad es lo que él vio, estaba lleno de hojas con muchos diseños de ropa o paisajes, al fondo a la derecha había un pequeño balcón, todo era bonito
-no sabía que era diseñador señor bakugo- dijo sin salir de su asombro
- si lo soy- dijo orgulloso de que el chico le haya fascinado su trabajo
- ¿y a cuantas pasarelas ha ido? - pregunto curioso mirándolo
- pues creo que a unas cinco o siete, realmente no me acuerdo, lo deje por el momento- le respondió
-mmm... ¿porque? - volvió a preguntar
-bueno...-empezó a recordar-...hace dos años atrás cuando volvimos de viaje, katsuki nos dijo que ya no nos acompañaría, porque tenía que entrenar, así que pedí en la empresa que me dieran mi año de vacación y que iba a trabajar desde casa, por suerte me lo aceptaron, pero dentro de dos años va haber una, espero verte allí shoto- le informo mientras le regalaba una sonrisa
- a shoto se le iluminaron lo ojos un poco- allí estaré- le respondido con un deje de emoción
- bueno salgamos, deben de necesitar ayuda- le dijo mientras salían del estudio
-disculpe- dijo llamando su atención- me falta decirle a bakugo, luego lo alcanzamos- haciendo una leve reverencia mientras se dirigía a la última planta, masaru solo bajo a la cocina.
Shoto termino de subir las gradas y se dirigió a la habitación de bakugo, el cual extrañamente salía una voz bonita, sin darle alguna importancia toco la puerta suavemente, nada, volvió a tocar esta vez más fuerte, igual que antes nada paso, esta vez golpeo la puerta mientras le hablaba, debía esta con volumen al tope, así que prefiero entrar
-permiso- dijo mientras abría la puerta dando s cuenta que allí no había nadie, es más la música venia del que suponía era el baño, escucho que se detuvo la regadera y segundos la puerta se abrió dejando salir a un bakugo Semi desnudo, solo con una toalla, terminando de cantar una canción que le parecía la más bella de todas solo porque la cantaba el, se perdió en la última estrofa de la canción y movió sus ojos a su pecho que se en contaba desnudo y no pudo apartar la vista de ahí, se notaba que hacia ejercicio, si no ocupara ropa holgada llamaría mucho la atención
No quería salir de su ensoñación hasta que- LARGATE DE MI CUARTO BASTARDO MITAD-MITAD- ese grito mas un golpe en la nariz proporcionado por un libro no lo dejo-QUE NO TE ENSEÑARON A TOCAR MALDITO IMBESIL- iba responder, pero una pequeña explosión no lo dejo y cuando acordó ya le estaba azotando la puerta en la cara.
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perdón si lo hice muy largo, no me di cuenta y cuando acorde así salió , espero que lo disfruten leyendo, como yo disfrute escribiéndolo
que pasen bonito día-tarde-noche
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